Rubi carmesí.

Capitulo 1. El inicio de los malos tiempos.

Hace más de tres meses que Naru regreso a Inglaterra junto a su hermano. Hace más de tres meses que Gene dejo de ser mi guía en los sueños y SPR sin un líder cerró.

Monk siguió con su banda, viajando y viviendo de su música, Ayako se hiso cargo del hospital de su familia, John siguió al cuidado del orfanato de la iglesia, Yusuhara se recibe este año y Masako viajo a Inglaterra siguiendo a Naru, supongo que ella siempre tuvo mayor oportunidad que yo.

Yo conseguí un nuevo trabajo como camarera con un buen pago, sin embargo mis sueños empeoraron, hasta tal punto que las heridas que recibo en mis sueños se manifiestan físicamente en mi cuerpo y cuando despierto los muebles del cuarto están movidos, tirados e incluso una que otra silla partida en pedazos. Así que duermo tan solo cuatro horas diarias es poco, pero suficiente, por lo menos para mí.

Por este motivo cambie mi forma de vestir drásticamente en estos pocos meses, camisas, remeras, polos solo de mangas largas, y pantalones en vez de minifaldas. Depende de la profundidad de la herida trato de cubrirla con cualquier accesorio que tenga, pañuelos, muñequeras, porque lo que menos quiero es que se enteren, se preocuparían y posiblemente lo llamen a él, y tal y como nos despedimos no quiero verlo. Por lo menos, no por estos motivos.

Así que ahora mismo estoy terminando de empacar, Ayako muy sutilmente, o eso cree ella, está tratando de distraerme de pensar en mi narcisista y egocéntrico ex-jefe, de este modo deliberadamente y sin preguntarme, cosa que me molesto bastante, compro dos boletos de tren para Okinawa de tres días, fue una suerte que eligiera un fin de semana, porque no se que habría hecho con mi trabajo si fuéramos en mitad de semana y así sin querer, ni poder negarme ya que realmente necesito esta distracción, aquí me encuentro saliendo de mi departamento y dirigiéndome a la terminal. Saque mi nuevo y barato celular ya que el antiguo no sé cómo pero hace unos días cuando me desperté agitada de uno de mis sueños, me di cuenta que el celular que normalmente lo coloco en la mesita al lado de la cama, se encontraba esparcido en pedazos cerca de la pared frente a mi cama, como si lo hubieran arrojado con fuerza. Solo sé que lo primero que pensé, fue el dinero que me costaría otro teléfono y que el próximo que consiga lo guardaría dentro de un cajón. Mientras camino busco el número de Ayako, pero observe un nombre en la pantalla que hace que detenga mi caminar.

"No estás enamorada de mi, estas enamorada de mi hermano gemelo Gene, no de mi"

Todavía puedo escucharle decir estas palabras como si estuviera en frente de mí.

Parpadeo un par de veces, y observo nuevamente la pantalla.

"Naru"

Suspiro y suelto una risa triste "soy una idiota" me digo a mi misma mientras retomo mis pasos, me fijo la hora y maldigo en vos baja "Ayako va a matarme" pienso tratando de avanzar más rápido, cuando estoy a punto de cruzar la calle de la nada, una camioneta negra se atraviesa y frena frente a mí, me sorprendo dando unos pasos asía atrás. Las puertas de la furgoneta se abren y cuatro sujetos vestidos con trajes negros bajan de ella, mirándome fijamente, midiéndome como un animal. Retrocedí lentamente y note que todavía tengo el celular en la mano, tan solo pude tocar una tecla de llamar justo antes de que uno de esos hombres se colocara frente a mi tomándome de los brazos, haciéndome tirar el teléfono, mientras que otro se me acercaba con una jeringa con algún liquido dentro, el pánico llego como un impuso directo a mi cerebro y como una medida de defensa empecé a patear, forcejear, pidiendo a gritos ayuda la cual nadie acudía, no había nadie, sola a mi fortuna, maldije y continúe tratando de liberarme, en un momento de confusión, no sé quien, ni el porqué, ni como lo hiso, pero tanto los vidrios de la camioneta como de los autos cercanos, se quebraron y rompieron, estallando en miles de pedazos. Mi captor se inquieto, lo vi en sus ojos, como un movimiento de cabeza, llamo al otro hombre, antes de que reaccionara y de un solo movimiento me inyecto un liquido en el cuello, el shock fue inmediato y luego el terror "que me inyecto" pensé en mi desesperación, iba a preguntarles porque me hacían esto, pero mi boca, ya no me respondía, mis parpados se sintieron pesados.

Me cargaron subiéndome a la camioneta, mis captores se convirtieron en siluetas borrosas, uno de los hombres cogió algo negro del suelo y lo tiro sobre mis piernas "mi bolso" supuse. Mis ojos me dolían, casi no podía mover mi cuerpo, me estaba rindiendo a mi suerte.

"Hola" escuche una voz a lo lejos "Hola. ¿Quién es?" exigió esa voz. Entrecerré mis ojos y trate de fijar mi vista. Algo en el piso, algo negro, mi celular "¿a quién llame?" me pregunte, no tuve tiempo para nada, todo fue tan rápido "Si es una broma, le aseguro que no me causa gracia" gruño esa voz, se me hiso familiar, conocida. Yo la conocía, esa voz gruñona que no soporta ni un chiste. Quería gritar, pedirle ayuda, su ayuda, pero al parecer no fui única que lo escucho, ya que note como una un borrón negro se acercaba al teléfono tirado y de un pisotón firme y fuerte lo hizo pedazos. Ese fue el último sonido antes de que cerraran la puerta de un golpe sumiendo todo en penumbras.

"Naru" susurre en la oscuridad antes de perderme en ella.

Este es mi primera historia. Espero que lo disfruten. Zaithund.