Cap. 01: La Verdad

Observa este lugar. Escucha el zumbido de las luces en los pasillos, el sonido de los pasos en el suelo, el murmullo de las personas en los alrededores. ¿Ya lo captas?, todo parece tan blanco, parece tan limpio, tan solitario. Es un lugar seguro, donde el dolor no puede alcanzarte, donde nadie puede herirte. Estás en un lugar feliz. Estás en un lugar feliz.

Estás en un lugar feliz.

Estás en tu lugar feliz…

-dime, ¿qué piensas?

-¿sobre qué?

-en este momento, ¿Qué piensas o que sientes?... sé que no quieres hablar, pero tienes que hacerlo. Veo en tus ojos tanto odio, tanta miseria…

-… (Ves una mirada perdida, derrotada, ves acaso que observo el escote de tu blusa)

-… veo en tus ojos tanto miedo, ¿tienes miedo a estar aquí?

-no

-¿tienes miedo a lo que haces?

-antes creía que era miedo, ahora… bueno, ahora no sé qué sea (miedo)

-entonces dime qué piensas, eres libre de hablar, lo que me digas quedara solo entre tú y yo ¿de acuerdo?, estas en un lugar seguro, puedes sentirte tranquilo y relajado.

-A veces observo a las personas en mi camino. Todos deben saber quién soy, aun así nadie me conoce. Se cruzan en mi camino, me hacen a un lado, me ceden el paso en pocas ocasiones, pero ninguna se detiene y me pregunta si realmente soy yo, si yo soy yo. Aquel que les puede llevar a la alegría de seguir vivos otro día más o aquel que les puede destruir la vida y ni siquiera darme cuenta de ello.

Mi pensamiento más recurrente es que en el fondo me odian, me odian y desprecian. Creen conocerme, y creen que lo que hago es fácil, y que lo hago por placer. Escucho constantemente conversaciones criticándome, cuestionando mis actos, piensan que soy egoísta (tal vez lo sea), dicen cosas totalmente fuera de lugar, que soy un cobarde, un arrogante, demasiado bueno para ellos, demasiado bueno para recibir un castigo, o aprender la lección… mierda, lo peor de todo, mucho peor de lo que puedan decir y pensar y divulgar, es que les creo. Les creo y actúo de esa manera, como ellos piensan que soy. Les hago ver que tienen razón, y que de alguna manera eso justifica mi existencia.

Malditos hipócritas, siempre odiándome (¿realmente me odian?) siempre creyendo cosas que no son, inventando historias, para poder justificar su forma de ser. Ellos son los que no merecen vivir. Porque están aquí, viviendo y comiendo, reproduciéndose, están existiendo a costa de mí. Mi sufrimiento, mi dolor. Por eso los odio. Les odio y desearía que no existieran, para que ya no me causaran este terrible sentimiento.

Odio a las personas, odio a la humanidad.

-no quieres hablar

-no es eso, simplemente no pienso en nada, no tengo muchas ganas de hacer esto. Me siento cansado, quiero ir a casa.

-está bien, a lo mejor quieres hablar de otra cosa, tal vez hablemos sobre ti en otra ocasión. De acuerdo, mira esta foto, ¿la conoces no? háblame de ella, qué opinas de ella, como es su relación, tus sentimientos, cualquier cosa con la que la relaciones.

-ella…

-Ella me odia. Ella no me entiende, la miro y no me entiende. La miro y me odia. Se burla de mí y me odia, me provoca y se burla de mí. Me mata con su mirada, me mata negándome su afecto. ¿Me odiaría antes de conocerme, o en el momento exacto de conocerme? ¿Le molestare yo, o todas las personas en general? Ella tiene sus ojos puestos en otro lado, su corazón está encerrado en una caja con candado y tiro la llave, la arrojo muy lejos. Aunque a veces pienso que se la dio a otra persona. Y esa persona no tiene interés en abrir esa caja en forma de corazón. Tal vez eso sea lo que más le molesta. Esa persona la ve como una niña, tal vez como una responsabilidad y ella no quiere ser una niña, ni una carga para nadie. Ella quiere ser independiente, una adulta autosuficiente.

Recuerdo cuando la vi por primera vez. Su voz agresiva y desafiante, su actitud de yolopuedotodo. Eso me impresionó. Tal vez nadie lo haya notado, ni siquiera yo en un primer momento, pero me impresionó. Trató de mostrarse superior en todo momento, presumir sus logros. A mí que me importa pensé, simular es una cosa y la acción otra, el decir que es la mejor y que tuvo un gran entrenamiento no sirve de nada si a la hora de la verdad no puedes probarlo. Le dije novata y se molestó.

La mayor parte del tiempo, bueno, no me incomoda vivir con ella, no siempre. Me hace sentir cosas, me excita a veces, me hace preguntarme cosas ¿el despertar del instinto sexual?

Yo no le agrado, eso es un hecho. No le agrada nadie. Y la única persona que ella mira con amor no tiene interés alguno por sus sentimientos. Debe ser muy triste. Tal vez por eso desahoga toda su frustración conmigo.

Pero ella continua llamando mi atención, tal vez sea el tiempo que pasamos juntos. La necesidad intrínseca de los seres humanos de reunirse y formar grupos. Formar familias. ¿La necesidad de no estar solo es tan fuerte en las personas que aun cuando odien a sus semejantes y no quieran hablarles ni verlos, necesitan saber que ellos están ahí? Necesitan saber que las demás personas están ahí, para no sentir la soledad física. Tal vez ese sea su problema, odia ese tipo de soledad, la física, la que obtienes cuando ya todos se han ido y te han abandonado. Porque si estas solo en este mundo, entonces ¿Qué eres?, ¿Quién eres?, ¿Cuál es tu propósito en la vida? No puedes ser nada sin las demás personas que te complementen, que moldeen tu imagen y personalidad a través de la forma en que te perciben.

Siento algo por ella, pero a ella no le importa.

-ella no es un buen tema de conversación.

-¿sabes que no me estas ayudando en nada, verdad?

-lo siento, no es que no quiera poner de mi parte, pero todo esto me resulta un poco difícil.

-no te preocupes, mejor hablemos de otra persona entonces, lo que quiero es que te expreses. Descríbeme como es esta chica, y como es tu relación con ella.

-Su voz es tan mecánica, fría e inflexible. Su mirada es lejana, como si no estuviera en este mundo, o planeara dejarlo. Sentí lastima por ella la primera vez que la vi, sentí que debía hacer algo dadas las circunstancias, tragarme mis propias necesidades. Mas por mí que por ella, porque no quería mostrarle a nadie ese lado egoísta y lleno de odio que puedo tener a veces.

Ella se parece a alguien. Quise que tuviéramos unas buena relación, porque era de mi edad, porque hacíamos lo mismo, porque una parte de mi me decía que ambos lo necesitábamos, pero al parecer a ella no le interesaba. Después todo cambió. Descubrí como llegar a su corazón. Y descubrí algo más importante aún: los 2… somos iguales. Ambos buscamos afecto, el afecto desinteresado de un semejante, de alguien que este al lado y diga: sé cómo te sientes, yo he pasado por lo mismo y quiero decirte que no estás solo.

Cuanto más tiempo pasábamos juntos llegué a sentir un odio y un desprecio muy grande por todo lo que hacíamos, por todo lo que hacemos, por las personas con las que trabajábamos. Por dejar que personas como nosotros hagamos este tipo de cosas. Somos simples herramientas. Ella lo comprendía y aun así mostraba una lealtad casi enfermiza. Yo no pude con eso, no soy tan fuerte. Constantemente huía o me engañaba diciéndome que lo hacía porque era correcto, porque era lo que esperaban de mí, porque me hacía sentir parte de algo. Me engañaba pensando que esto me hacía ser alguien…

-ayanami… me recuerda a mi madre.

-bueno… supongo que eso es algo, es un progreso. Un gran progreso sabes…

Ya no escucho su voz. No me interesa lo que una doctora o cualquier persona tenga que decirme, al final, simplemente no me importa. Ella no hará ningún cambio…

-No puedo decir que esta sesión haya sido muy productiva, de hecho creo que fue desastrosa. Seré sincera contigo. Nadie puede ayudarte si tú no quieres aceptar esa ayuda. Sin embargo eso no quiere decir que las personas a tu alrededor, las que te aprecian no dejen de intentarlo. Yo por mi parte, temo que no podré ayudarte ni seguir en estas sesiones contigo.

-…

-veo que no te importa mucho. Bueno, pues fue un placer estar todo este tiempo contigo, espero que haya sido productivo para ti en alguna manera.