Academia Mundial "W", una escuela prestigiosa donde SOLO los hijos de las familias adineradas de importantes empresas pueden entrar. Claro esta y no solo eso, una escuela de nivel superior en educación, el campus con las mejores instalaciones del mundo, estilo clásico pero modernista, maestros perfectos, niños bonitos ect… Lugar perfecto para que los ricos puedan alardear de lo que tienen
La única forma para entrar a ese lugar seria que te arrancaran un ojo de la cara aunque tal vez los dos porque de seguro los ricos dirían que ya tienen muchos ojos para el tuyo que es escuálido y sin valor, entonces arráncate los dos brazos para poder entrar. Pero si quieres algo más fácil, obtén las mejores calificaciones y saca una puta beca.
Pero saben que es lo interesante de este sitio, las personas que estudian en esta institución.
De diferentes países con diferentes personalidades, puedes encontrar de todo.
Nerds,Otakus,Fresones,Emos, Populares y fracasados. Puede que sea una escuela prestigiosa pero eso no quita que sea una ESCUELA donde encuentras todas las clases sociales que te puedas imaginar y grupos urbanos claro está.
Pero vamos a centrarnos en un chico especial.
-Esta es la quinta vez en el mes que te envían a mi oficina Lovino…- Decía el Director de la prestigiosa escuela Rómulo Vargas o "Vergas" para los adolescentes barbaros y molestos que les encantan poner apodos a sus queridos profesores y/o directores. Suspiro cansado y se arreglo su corbata roja de ese traje elegante y pulcro color tierra mientras ponía sus manos de forma lenta y exhausta en su escritorio de madera de roble fuerte con barniz rojizo, lleno de documentos, revistas triple XXX (escondidas obvio), un tintero con la mejor tinta del país, una foto de él y sus queridos nietos.
¿Pero quién fregados es Lovino? Pues mis queridos amigos es el chico especial en quien vamos a centrarnos.
Lovino Vargas, un chico común y normal en esta escuela de tontos… ¿normal? POR SUPUESTO QUE NO, era un chico bastante especial, era temido por sus compañeros por un hecho bastante claro, era un bravucón, bueno eso daba a entender, a Lovino no le gustaba la compañía y si te metías con el suerte que sales vivo, pocas personas eran llamabas sus "amigos" o "estorbos" sobrenombre preferido de Lovino que solía usar en sus acompañantes diarios. Claro un bravucón para los profesores y algunos alumnos pero era un héroe para los necesitados y no muchos veían eso. Si un enclenque estaba en problemas siendo sometido por otro toro molesto que busca dinero para el almuerzo ese era un trabajo para Lovino.
Lovino iba en su auxilio y rescataba a los pobres chicos de las garras de la maldad escolar pero eso le costaba, por ser visto como un chico malo todos creían que él era el que sometía a los pobres chicos y ese era uno de los motivos por el que Lovino estaba sentado enfrente de su abuelo en esa silla de terciopelo roja con las piernas y brazos cruzados, viendo con el ceño fruncido la ventana de la oficina mientras apretaba con sus dedos su amada chaqueta de cuero negra.
-Ya te dije que no hice nada… ¡fue ese estúpido de Sadiq Adnan! Siempre está molestando a Raivis Galante y yo solo fui a ayudarlo!- Dijo Lovino bastante ofuscado, no era agradable estar en frente de su abuelo prácticamente todos los días por alguna estupidez de Sadiq, ese puto turco andaba de imbécil por toda la escuela causándole terror a los débiles y babosos que no se sabían defender pero que era completamente injusto para ellos. Lovino solamente iba por los pasillos de la escuela a fumarse un cigarrillo al patio trasero, sin molestar a nadie cuando vio a lo lejos a ese Sadiq con sus secuaces malvados molestando al pobre Raivis Galante, un letón de primer año bastante débil y demasiado sincero para su desgracia, Sadiq estaba a punto de quitarle su dinero para el almuerzo cuando Lovino fue corriendo en su auxilio golpeando a los gorilones mensos y dándole un buen codazo en la cara a Sadiq pero siempre por fuerzas del destino un profesor pasaba por allí cuando Lovino tenía los puños levantados y le echo la culpa de todos los disturbios… de nuevo. Y para terminar el maldito Sadiq rasgo su hermosa chaqueta que lo hacía ver muy cool… maldito imbécil.
Suerte para Lovino que su abuelo era el director de la escuela porque si fuera otro ya estaría más expulsado que nunca.
Rómulo suspiró, sabía que su nieto no era malo, es más, se parecía a él cuando era joven, obvio que Rómulo era más apuesto y sexy y todo el mundo caía a sus pies, absolutamente asombroso…jarjarjarjar. Comprendía muy bien a su nieto pero odiaba que se metiera en problema porque también lo metía a él en todo sus rollos juveniles, puede que aun sea hermoso y JOVEN ósea no viejo, ninguna arruga se mete con su hermoso rostro pero ya tenía suficiente de todos esos mocosos del instituto.
-Lovino, yo sé que no haces nada intencional pero debes parar un poco. Si sigo perdonándote todo seguro que a mi me castran también… ¿porque no vas a casa y tomas un descanso? A por cierto odio hacerte esto pero para que no digan que no te hago nada… 5 horas en la detención los lunes al salir de clases por cuatro semanas, lo siento Lovi- Dijo un poco triste Rómulo mientras le daba un reporte de detención a Lovino este solo frunció más el ceño.
-¡Prrf… lo que sea! Ya estoy acostumbrado a esta mierda- Lovino arrebato la hoja del reporte y se paró de golpe de la silla para irse de allí bastante molesto, cerrando la puerta de la oficina en un portazo fuerte.
Que mierda, otra vez una puta detención y le dio más coraje a Lovino todo esto porque al salir de la dirección Sadiq estaba al final del pasillo con los brazos cruzados pero con una sonrisa sarcástica y molestosamente estúpida en su maldita cara ojerosa, Lovino frunció más su entrecejo y entrecerró los ojos mientras caminaba con pesadez tratando de ignorar al turco que estaba burlándose de él con la mirada. Justo cuando estaba pasando junto a Sadiq este se dispuso a hablar.
-Oh que tristeza Lovi~, mira lo que hiciste… pero al parecer ya te dieron un buen castigo por haberte portado tan mal… espero que hayas aprendido tu lección- Rio entre dientes el turco mientas caminaba junto a Lovino para desaparecer en la puerta de la salida. A Lovino le dio un tic en el ojo y sentía su sangre hervir como una caldera de aceite para freír papas… bueno tal vez no sea un buen ejemplo, el punto es que a Lovino casi le se le viene un paro cardiaco por el enojo que sentía
Decidió ignorarlo de una vez por todas o si no tendría problemas y de verdad NO QUIERE tener más horas en la puta detención. Salió por la puerta principal de las oficinas y se encontró con Raivis, quien estaba sentado en una de las sillas afuera de las oficinas, cuando Raivis se dio cuenta de su presencia, se paró rápidamente sonrojado y mirando al suelo pero enfrente de Lovino.
Lovino alzó una ceja y miro a ambos lados, tal vez buscando a alguien peligroso que hiciera a Raivis comportarse así pero no había nadie, bueno excepto Eduard Von Bock, un estonio bastante inteligente, considerado un nerd total pero necesario para copiarle todas las tareas, estaba sentado en la silla también pero no se había parado, solo veía de reojo a Lovino con desaprobación y simplemente bufó para mandar su mirada a otro sitio.
-Em… ¿hola Raivis? ¿Se te ofrece algo?- Pregunto por fin Lovino, ya quería irse a casa y el mocoso parecía estar allí como centinela de piedra sin decir nada, solo dio un jadeo de sorpresa cuando Lovino hablo y este se sonrojo más pero finalmente pareció que sus labios iban a emitir algo.
-Y-Yo… ¡Solo quiero agradecerle por haberme ayudado, le hice estas galletas como forma de mi gratitud y siento mucho que lo hayan castigado por mi culpa! – Si no hablaba este niño ahora dijo todo tan rápido que Lovino tardo en carburar un poco esa respuesta, parpadeo un par de veces y vio la pequeña caja café que Raivis tenía en las manos y este estiraba los brazos rápidamente con la vista en el suelo para no verlo. El niñato estaba que echaba humo por las orejas de la pena y Lovino simplemente suspiro cansado. Solo tenía que darle las galletas y ya no era la gran cosa.
-Oh vaya, gracias…, no tienes que agradecerme Raivis, necesitabas ayuda y no tienes porque hablarme de usted tampoco, no fue culpa tuya fue la de ese Sadiq, muchas gracias supongo…- Lovino se rasco un poco la nuca cansado, normalmente le contestaba a todos de forma grosera y molesta, a excepción de las chicas y otras personas, pero tampoco quería asustar al joven letón. Lovino estiro su mano para tomar la caja y los dedos de Raivis colindaron con los suyos propios.
Raivis se sonrojo aun más de lo que estaba y rápidamente retiro sus manos dejando a Lovino con una cara entre confusión y curiosa. Eduard carraspeó un poco y rápidamente se levanto de la silla para agarrar el brazo de Raivis un poco ofuscado.
-Ok,… ¿ya terminaste con todo esto Raivis? No queremos que Vargas pierda más tiempo su tiempo…- Dijo el estonio mientras mandaba su mirada a Lovino, era una mirada entre molesta y "Te estoy vigilando"
Oh oh, alguien esta celoso para variar, eso pensó Lovino mientras resoplaba un poco cansado.
-Hola Von Bock… no te preocupes ya me tenía que ir de todos modos y no es que quiera quitarte TU tiempo con Raivis- Lovino miro de reojo a Raivis quien puso una cara de confusión y Von Bock entrecerró sus ojos apretando un poco la mandíbula del enojo pero debía guardar su buena compostura. Lovino sonrió un poco maliciosamente y se volteo con Raivis mientras le ponía una mano en su cabello y lo frotaba amistosamente
- Gracias por las galletas Raivis y no te metas en problemas ¿Vale?-
Raivis enrojeció como una cereza y asintió frenéticamente mientras Eduard lo tomaba del brazo y se lo llevaba bruscamente.
Por fin… al menos ya se fueron. Ese Raivis era tan extraño, siempre que Lovino estaba a su alrededor se ponía todo rojo y balbuceaba incoherencias bastante estúpidas y ni hablar de Von Bock, ese tipo odiaba tanto a Lovino, casi media escuela sabía que Eduard Von Bock se le escurría la saliva (y por no decir otra cosa) por Raivis Galante pero Raivis no se daba cuenta de nada pero sí que le hacía caso a Lovino y eso hacía que a Von Bock se le hirviera la sangre del coraje.
Pero como Lovino es muy listo no se daba cuenta del amor platónico que tenia Raivis hacia su persona.
Basta de estupideces y a largarse de allí se ha dicho. Lovino se encogió de hombros, saco la cajetilla de cigarrillos que guardaba siempre en el bolsillo derecho de su chaqueta y de su bolsillo izquierdo saco un encendedor, pero justo cuando iba a encender uno de sus amigos calmantes, en un movimiento brusco alguien lo abrazo por detrás haciendo que Lovino casi se cayera al suelo.
-¡¿PERO QUE PUT…?! ¡ANTONIO HIJO DE PERRA SUELTAME!
-¡Lovi~ al fin saliste de la cárcel! Bueno de la oficina de tu abuelo más bien… pero sobreviviste~-
Antonio Fernández Carriedo, un españolete amable con un gran sentido del humor y se autoproclama mejor amigo de Lovino Vargas para la desgracia de este. No es que Antonio fuera mal amigo, en realidad era tierno y leal pero era muy pinche encimoso y ama a los niños pequeños y eso daba un poco de miedo. Después de ganarse un buen zape por parte del joven Vargas, Carriedo hizo un puchero con algunas lagrimitas en sus ojos verdes
Pero "Toni" tenía un súper poder, no podía estar triste, así que ignoro las amenazas de muerte del italiano y Lovino por no tener otra opción aunque no acepto lo dejaba estar con él. Los dos caminaban por las calles en silencio hasta que Lovino se enfado de ver que el español lo seguía y no quitaba esa puta sonrisa de la cara.
-¿Por qué demonios me estabas esperando, no iban a ser paella en tu casa? Ya deberías estar corriendo a comer como el cerdo que eres- respondió un poco grosero Lovino mientras seguía su camino sin mirar al español, este solo rio divertido y le siguió por detrás como un perro.
-¡Ay Lovinito eres tan gracioso! Pero me pediste que cuidara tu celular ¿Recuerdas? Ah por cierto llamó tu mamá, me dijo que llegaras pronto a tu casa porque ella ira de visita y te manda mil besos y dice que eres su lindo muchachito y me mando un beso a mi también y me invito a cenar con ustedes, no es grandioso ~3 por cierto ¿cuando me dejaras salir con ella?- dijo el entusiasta español al amargado italiano quien levanto un ceja.
-¿Cenar con nosotros, salir con ella? Papá va a matarte de seguro, si de por si le caes muy "bien"… aunque es buena idea, sal con ella tal vez nunca te vuelva a ver…-
Ah Lovino se le hizo un poco extraño que su madre fuera de visita ese día. Normalmente iba cada dos meses pero esta vez vendría bastante pronto.
Sus padres estaban divorciados bueno no exactamente divorciados… era una unión libre por así decirlo. Los babosos de Luciano Napoli y Felicia Vargas en sus años de noviazgo y como eran unos calenturientos un día decidieron hacerlo en el baño de un centro comercial y allí fue cuando Lovino Vargas fue creado (( cabe mencionar que no era la primera vez que tenían sexo en un lugar extraño si no que los urgidos ya habían bautizado varios lugares)),nació y pensaron que tal vez si se juntaban era lo mejor pero después de unos años pensarlo muy bien o mejor dicho de estar de flojos para pensarlo después, les salió otra sorpresa. Ah… la juventud…. Uno hace pendejadas a lo idiota pero ellos se amaban y aman a sus hijos pero como ellos querían seguir con sus vidas decidieron la unión libre sin política ni iglesia, Luciano se quedo con Lovino y Felicia se quedo con su hijo menor, según ellos es lo mejor pero deberían escuchar lloriquear al padre de Lovino por las noches por la mujer que tomo su corazón y ahora estaba lejos…
Pero como la gente es idiota y muy orgullosa, ellos cuando se ven en persona actúan totalmente distinto, como si sus vidas fueran lo mejor de lo mejor sin sus presencias. Pamplinas y no es que a Lovino le gustara estar con su mamá, bueno si la quería y todo pero prefería mil veces a estar con su padre que estar con la fanática de la moda y los chismes y que de seguro lo traería vestido de colores chillantes.
Pero eso significaba una sola cosa…
Feliciano iría a su casa.
Eso hizo sonreír a Lovino y eso saco de onda a Antonio pero después de carburar unos minutos apareció una sonrisa en su carota de tomate, se acerco y con el codo toqueteo el brazo de Lovino.
-Es cierto~…Feli lindo también viene ¿no es cierto?, a decir verdad, yo también lo quiero ver, ¡Es adorable!- dijo el soñador español mientras se ganaba otro golpe de Lovino y una mirada de "ni lo sueñes"
De todas las cosas que amaba Lovino que a decir verdad eran como tres cosas, el que era dueño del primer puesto y de su corazón era nada más y nada menos que Feliciano Vargas, su dulce y tierno hermano menor.
Era un pequeño ángel afectuoso que hacía que los días de Lovino fueran de color rosa chicle y cursi pero Feliciano hacia que Lovino olvidara su odio a las personas y su mal humor.
Quien iba a creer que el chico solitario y busca pleitos de Lovino estuviera interesado en un muchachito como Feliciano, era difícil de creer al menos para Antonio porque él era el único que sabía el secreto de Lovino y debía ser secreto porque había un pequeño problemita.
Aunque ya es bastante obvio, Feliciano y Lovino son hermanos. Lovino se sentía que era de lo peor pero no podía evitarlo, Feliciano había conquistado su corazón con sus dulces pequeños besos, su inocencia pura y sobre todo su impecable belleza.
Era la viva imagen de su madre y todo lo contario a Lovino.
Cabello rojizo y corto con un mechón que le sobre salía del pelo del lado izquierdo una de las cosas con lo que ellos se identificaban como hermanos, Lovino también tenía un mechón en su pelo pero su mechón estaba del lado contrario y además el de Feliciano tenía una forma de caracol y el suyo apenas hacia una curva.
Feli tenía ojos grandes de color ámbar con unas pestañas largas, nariz pequeña, mejillas rosadas , labios carnosos y de un rosa tenue, eran facciones delicadas ,su era piel blanca y suave, manos frágiles y de artista y tenía un cuerpo delgado y pequeño pero dentro de él había una enorme personalidad, llena de amor, cariño, pureza, nobleza y todas las cosas buenas que deberían tener todos pero como el mundo es cruel todos estamos echados a perder a excepción del pequeño italiano.
Mientras que Lovino tenía las facciones más marcadas y afiladas.
Cabello café oscuro, ojos olivos marcados con un tenue rastro de sus noches sin dormir, nariz afilada, labios neutros, piel mediterránea y su cuerpo era fuerte.
Dos almas completamente diferentes
Y lo peor de todo era la mentira que debía decirle a Feliciano de su propia persona.
Feliciano creía que Lovino era la mejor persona del mundo y eso hacía parecer Lovino ante su precioso fratellino pero en realidad era un problemático y no quería que de NINGUNA manera Feliciano supiera su verdadera faceta.
Feliciano no volvería a verlo con los mismos ojos y estaría decepcionado… no eso no, eso era lo que menos quería Lovino y además de que debía esconder también su adoración y enamoramiento hacia el ya mencionado ángel de la pasta.
Por eso era mejor que sus padres estuvieran separados, para que Lovino pudiera seguir manteniendo su secreto sin que Feliciano se diera cuenta de que en realidad era una bazofia, una rata callejera pero lo malo de esto era vivir lejos de él, tal vez se veían pero no era suficiente para Lovino ese era el sacrificio que por más horrible que sea lo tenia que cumplir.
Suspiro un poco cansado mientras Antonio seguía hablando de tonterías como los toros, tomates y la paella hasta que llegaron a unos apartamentos de la zona rica de la ciudad.
Lovino tenía la suerte de que su padre fuera un empresario exitoso, la empresa en el que Luciano Napoli trabajaba era una de automóviles italianos y era jefe de otra cosa… pero para que sus cabezas no salgan volando vamos a dejar eso como una incógnita.
Vivian en unos apartamentos elegantes cerca de la empresa automovilística justo en el piso 23 de aquel hermoso y fresón edificio. Aunque a Lovino casi no le gustaba porque decía que los vecinos los miraban de una forma superficial y criticona, bueno Lovino ¿qué esperabas? No se puede vivir en un lugar así sin tener gente idiota a tu alrededor. Pero bueno que más da, Feliciano iba a venir y el debía estar más que preparado para causar una buena impresión, limpiar los restos de sangre seca que tenía en el rostro, cambiarse de ropa ect… todo impecable y guapo.
Antonio y Lovino subieron el edificio y cuando llegaron al departamento 124, abrieron la puerta y se quedaron impactados por lo que tenían enfrente.
La casa estaba que relucía y eso daba miedo, no es que Lovino y su Padre fueran unos desordenados, de vez en cuando la el departamento se veía un poco patas para arriba pero si era un departamento limpio, pero esto no tenia nombre, incluso el gato parecía que tenia barniz en el pelo para que brillara y en la mesa del comedor estaba Luciano, con una pañoleta en el pelo y un mandil blanco, tallando con fuerza una puta mancha que no se quería quitar.
-¡ESTUPIDA MANCHA FIGLIA DI PUTTANA*! SAL DE MI PRESIOSA MESA-
Qué pena ajena, en serio, a veces Luciano podía ser bastante perfeccionista, pero eso no lo quitaba lo apuesto, Era un hombre fuerte y joven, se parecía mucho a Lovino a excepción que el tenia el cabello negro azabache y su personalidad era un poco más… como decirlo, problemática cuando se le hacía enojar. Antonio miro curioso la escena y Lovino simplemente rodo los ojos, acercándose a su padre y mirándolo con desaprobación.
-¿Ahora qué demonios te pasa ahora? ¿Porque siempre me avergüenzas?-
Luciano al oír la voz de su hijo mayor simplemente gruño y siguió tratando de desaparecer esa maldita mancha fea color negra.
-Y qué demonios crees tú… ¡estoy limpiando la casa! ¿Quieres acaso vivir en un basurero? Pues yo no, lárgate que me pones de mal humor-
-Si no me dices ni cuenta me doy, viejo loco, ¿y porque demonios lo haces? Ayer habíamos hecho limpieza-
-NO! Este lugar debe estar impecable, ¿Acaso quieres que me vea como un marrano que vive en desperdicios? El ángel divino de tu madre y principino* vienen hoy y este lugar debe estar impecable, ya prepare la cena y solo falta que ellos ven…-
De un abrir y cerrar de ojos Luciano se levanto de repente y saco una daga que siempre guardaba en el bolsillo, con los ojos bien abiertos y con el ceño fruncido, se acercaba lentamente donde Antonio estaba y este con chillido de miedo se escondió detrás de Lovino.
-¡ . .Aqui! TE HE DICHO MIL VECES QUE NO LO QUIERO EN MI CASA, DE SEGURO YA SE ROBO EL JAMON SERRANO DEL REFRIGERADOR-
-¡EEEEEK! ¡LOVINITO SALVAME!-
Lovino rodo los ojos de nuevo, esto ya era demasiado pero opto por proteger a Antonio de la cólera de su padre.
-¿Podrías dejar de gritar como un idiota? Dale gracias a Mamá… ella fue quien lo invito a cenar y si me disculpan debo ir arreglarme- Sin más preámbulo, Lovino se atrevió a dejar solo al pobre español quien casi se hacía pipi en sus pantalones, ¿Por qué Luciano lo odiaba tanto? Quien abe… tal vez fue la ves que rompió el jarrón familiar o cuando se robo la despensa o cuando abrazo a Felicia.
-¡NO LOVINITO NO ME DEJES, PROMETO HACER TU TAREA POR UN MES, COCINARTE LO QUE SEA!- Grito Antonio listo para alcanzar a Lovino pero Luciano rápidamente lo tomo de la muñeca y lo tiro contra el sofá, parecía una escena de esas donde van violar gente o descuartizar esclavos, Antonio se hizo bolita en el sofá mientras veía con horror a Lucina y ese feo cuchillo que lo estaba apuntando.
-¡CALLATE STRONZZO*! Al parecer no puedo sacarte de la casa… si lo hago Felicia creerá que soy un insensato entonces SIRVE PARA ALGO Y AYUDAME A QUITAR ESTA ESTUPIDA MANCHA Y cuando vuelva de la cocina quiero ver mi mesa reluciente y si te atreves a embarrar tus huellas dactilares en ella y/o en otra cosa de mi hogar, TE MATARE… que ¿sigues allí? ANDA, CAMINA, MUEVETE-
Ycon esto Luciano le aventó el trapo mojado que estaba utilizando para limpiar en el asustado y lloroso rostro de Antonio y este temblando rápidamente se puso a trabajar sin objeciones.
/
Lovino estaba en el baño de su habitación, el agua caliente caía en todo su cuerpo, cerró sus ojos sintiendo el agua en sus pectorales mientras se tallaba para quitar la sangre seca. Era tan apacible esos momentos, fuera de los problemas y solamente podía pensar en si mismo… y en Feliciano.
Rápidamente sacudió su cabeza sonrojado, había comenzado a pensar en cosas sexuales sobre Feliciano y no debía hacerlo. Bueno siempre lo hacía pero ese día era especial y Feliciano vendría pronto, ¿qué tal si entra al baño todo efusivo como siempre y encuentra a su hermano con su amigo a todo su esplendor?, que pena y que horror. Lovino salió del baño dejando atrás sus pensamientos impuros y abrió su enorme armario que solo contenía pocas ropas. A pesar de ser de familia adinerada a Lovino le gustaba lo simple pero elegante así que solo agarro unos pantalones negros un poco ajustados y unos zapatos de vestir de igual color, también tomo una camiseta color vino y una corbata negra, quería verse elegante para su madre que siempre estaba con sus teorías del color y que combina o no y Feliciano que a pesar de ser más tranquilo que Mamá era amante de la moda y siempre tenía que pasar por las calles o equis lugar como si fuera una pasarela y como Lovino es un burro para la moda trataba de al menos verse aceptable pero con eso bastaría, por supuesto que sí. Suspiro pesadamente cuando termino de vestirse y se acostó en su cama King size café claro recostando su cabeza en lo suaves cojines, cerrando los ojos lentamente y relajando su cuerpo.
Eran las pocas veces en el que él podía relajarse así.
Dejo todas sus preocupaciones y pensamientos impuros olvidados mientras lentamente se quedaba dormido.
No escucho cuando se abrió la puerta lentamente y tampoco sintió como alguien comenzaba a subir por su cama para gatear y acercársele más y más.
Cuando se dio cuenta y estaba dispuesto a ver al intruso que se había atrevido a entrar a perturba su pequeña siesta pero unas suaves y pequeñas manos le taparon los ojos rápidamente.
Lovino se quedo confundido y sorprendido, si era el idiota de Antonio lo iba a pagar muy caro pero después escucho unas risitas suaves salir de aquel misterioso ser que estaba sentado arriba de sus caderas. Se sonrojo tenuemente pero sonrió sobreponiendo sus manos sobre las pequeñas.
-¿Quién demonios eres?-
-No te diré~ tienes que adivinar…- Dijo "el misterioso" susurrándolo, Lovino sonrió y comenzó a hacer sonidos como si estuviese pensando haciendo reír de nuevo a su captor temporal.
-Mmmh tal vez es el abuelo… nah, el abuelo tiene dedos de salchicha además es demasiado pesado, de seguro ya me hubiera aplastado…-
-Hahahaha~ que malo eres Hehehe~ vuelve a intentarlo Lovi!~
- Esta bien… tal vez es Papá… no tampoco, de seguro trataría de limpiarme la cara con barniz como a toda la casa y tampoco es Mamá, si fuera ella, Papá ya estaría cortándome el cuello en rebanas finas para la cena-
-No~ ¡sigue pensando!- Dijo ya un poco impaciente el captor presionando levemente su peso sobre las caderas de Lovino y este se sonrojo ante esa sensación, tratando de dejarla a un lado, coloco sus manos en las caderas del otro y en un movimiento rápido, giro para dejar a Feliciano debajo de él y este se sorprendió por ese movimiento tan repentino haciendo un pequeño puchero.
-¡Tramposo! Eso es trampa… se suponía que debía adivinar quién era yo- a pesar del pequeño puchero Feliciano sonrió levemente y un tenue color rosa invadió sus mejillas mientras veía a su adorado hermano mayor quien tenía una sonrisa grande en su rostro y acariciaba sus cabellos cariñosamente.
-Prrf, ya sabía que eras tú tonto, solo hacia drama para no arruinarlo- dijo Lovino mientras bajaba su rostro y besaba la mejilla de Feliciano sonoramente, este solo rio un poco pero siguió con su pequeño puchero.
-Pues de todos modos lo arruinaste Fratellone- De verdad quería hacerse del rogar pero estaba tan Feliz de ver a su hermano mayor. Lo miro con ternura y pasó sus brazos por su cuello y restregó su mejilla con la de él, respirando esa fragancia masculina tan de él.
-De verdad te extrañe Lovi… me alegro tanto de estar aquí contigo, Ti voglio bene*!- Dijo feliz el pequeño italiano de cabellos rojizos. Lovino se sonrojo pero le sonrió ligeramente a su tierno hermano, siempre tan lindo que lastima que ese "Ti voglio bene" no sea un "Ti amo´". Solo los hermanos usan esa expresión pero solo los amantes se dicen "Ti amo".
Pero qué más da, con tener a su precioso Fratellino entre sus brazos de esa manera lo hacía sentir feliz. Se quedaron un rato más juntos, Lovino dándole cariños y pequeños besos en su frente y Feliciano restregando su cara contra su pecho y besando sonoramente sus mejillas. Un momento perfecto que no debía romperse pero por decisiones del destino tuvieron que parar.
-Hey Feli, ¿Mamá está en la sala principal? No quiero que me vuelva a ser un teatro por tardarme tanto y no saludarla cuando llega a tiempo.- dijo Lovino bufando un poco irritado, Feliciano rio animadamente y negó con la cabeza.
-¡Mamá ya vendrá! Solo que se entretuvo en la entrada del edificio, yo fui corriendo aquí y entre al departamento porque la puerta estaba entre abierta, no vi a Papá y fui directo contigo, quería saludarte a ti primero que a nadie más sabes…- Feliciano se sonrojo levemente , de todas las personas que lo hacían Feliz, Lovino era una de ellas y además de que era tan apuesto, por supuesto que su atención caía en él primero al entrar a su departamento. Lovino sonrió ante el lindo comportamiento de Feli y acaricio sus cabellos "fraternalmente".
-Con razón no escuche el escándalo de papá cuando te ve llegar, vamos, de seguro a de estar nervioso por que salga todo perfecto- Lovino tomó la mano de Feliciano y este asintió con una enorme sonrisa y mejillas sonrosadas mientras salían del cuarto lentamente.
Tal vez no había un caos en la cocina, todo estaba limpio y reluciente pero el que estaba hecho un caos era Luciano, preparando la mesa, alineando los cuchillos y tenedores, poniendo las rosas en el florero para que quedara bien acomodadas, poniendo el plato de Antonio lo más lejos posible de los demás, prácticamente en el suelo para que coma como el perro que es y por cierto el pobre Antonio seguía tratando de quitar la mendiga mancha fea, al pobre ya le dolía la espalda.
Lovino rodo los ojos ante el perfeccionismo de su padre y Feliciano fue corriendo para abrazarlo por detrás ganándose un jadeo de sorpresa por parte de Luciano.
-Babbo*~! Te extrañe, Te extrañe ¿Me extrañaste a mi también?, ¿Me compraste más dulces? ¡Te quiero!- Feliciano estaba tan enérgico que casi desacomodo el Angulo de la mesa, Luciano lo tomo de los hombros y lo alzo un poco para que dejara de moverse tanto abrazándolo aun con una pequeña sorpresa.
-¡Principino! ¿A qué horas llegaste? No te escuche, porque no me dijiste nada, ¿DONDE ESTA TU MAMA?!- Casi grito Luciano volteando a todos lados para ver si la mujer de sus sueños se había escabullido por allí dejándolo demostrar su enorme interés por obtener una buena impresión de esa súcubo, dueña de sus hijos y de su corazón.
-Hehehe, lo siento Babbo~ pero quería saludar a Lovino primero…- esto lo dijo sonrojada mente y sin pena, haciendo que Luciano le frunciera el ceño a Lovino con celos y Lovino solo le dio una sonrisa triunfadora. – Pero Mamá ya bien, estaba aba…-
-¡CIAO A TUTTI!-Todos se sobresaltaron y voltearon a ver a la dueña de la radiante y fuerte voz.
Era Felicia Vargas que había entrado de portazo al departamento con los brazos llenos de bolsas de compras de tiendas de marcas prestigiosas obvio, Felicia llevaba un sombrero de sol con un lazo morado, anteojos de sol negros, un vestido blanco y estampado con unas flores coloridas y unos tacones de color beige.
Esa mujer glamorosa, amigable y una diseñadora de modas que empezaba a ser popular entre la gente de prestigio era madre de Lovino y Feliciano, Feliciano era su copia exacta a excepción que ella tenía el cabello largo con ondulaciones al final de sus cabellos y le llegaba hasta la espalda y todo lo que un cuerpo femenino contiene, bubis y curvas oh sí.
-Lovi-love! Te extraño tanto, hace un milenio que no te veo! Como esta mi hombre apuesto~- Dijo Felicia mientras corría a picharle las mejillas a su hijo mayor y este gruño de frustración y desaprobación.
-Mamá… ¡ya te dije que no me llames así! Además me viste el mes pasado no es para tanto…- Lovino trataba de quitarse a su madre de encima pero esta casi casi se le encimaba como changa y hacia pucheros de niña chiquita.
-¿Sabes lo que es un mes en años Madre? ¿Lo sabes? No~ así que tengo todo el derecho de darte tus besos ven aquí~-
-¡NOOOOO!- Grito Lovino mientras se escondía detrás de Feliciano y Feliciano reía suavemente pero él rápidamente tomo las manos de su Mamá y le sonrió tiernamente.
-¡Mama~ no le hagas caso a Lovi, él te quiere! Y a mí me encantan tus besos y abrazos, eres mi BFF!-
-¡Sí! Mi súper BFF! ¡Besos esquimal de la amistad!-
Los dos juntaron sus narices y comenzaron a frotarlas animadamente mientras todos los miraban con cara de "no es cierto" excepto Luciano que seguía petrificado por la presencia de la mujer de sus sueños.
Que cursi escena adolescente aunque no le sorprendían en nada a Lovino, ellos dos se la pasaban de comprar, chismeando todas esas cosas raras que hacen los locos fashionistas y amantes de las farándulas.
Cuando dejaron de hacer eso, Felicia voltio su mirada hacia Luciano inspeccionándolo levemente y este si parecía piedra ahora era un bloque de acero, Felicia se acercó rápidamente y este lo único que hizo fue cerrar sus ojos levemente esperando el beso o el abrazo que ya desde hace tiempo esperaba con ansias.
-¡¿ANTONIO! QUE HACES ALLI EN EL SUELO!? POBRE BEBE-
Pero qué buena broma le jugó el destino al pobre Luciano, Felicia no fue por él, fue por el tomate apestoso que miro a Felicia sonrojado y le hizo una carita de perro baboso regañado para que lo mimara como a un puto bebe! MALDITO BASTARDO, pensó Luciano, mientras sentía que se le hervía la sangre viendo tal escena.
Felicia levantando al futuro castrado, mientras sacaba un pañuelo húmedo de su bolso de Louis Vuitton y le quitaba una mancha que tenía en su mejilla. Se la debería estar quitando a Luciano! Lovino era un traidor por haberlo traído.
-Fe-Felicia?- dijo Luciano aun en shock por el enorme robo de Antonio hacia su persona.
-Uh? AH! Luciano~ lo siento no te vi, obvio, porque tu camiseta y tus bóxers de Calvin Klein no combinan!-
¿Saben cuáles son los peores insultos? Tal vez uno recibe uno que otro y la verdad no nos importa pero que una fanática de la moda critique tus ropajes puede ser fatal. Luciano abrió los ojos e inflo las mejilla, guardando su explosión pensándosela bien, dispuesta a atacar a su contrincante.
Luciano Napoli ha cambiado su estado de estar enamorado a orgulloso vengativo.
-¡¿Ah si?! ¡Pues tu vestido channel no va completamente con esos zapatos Prada y sin mencionar que ese sombrero te hace ver como una anciana!.
OHHH! Eso si le dio a Felicia, lo peor que uno le puede hacer a la amante de la moda es decirle que es una viejana, esta inflo sus mejillas, entrando a su estado "mujer echando humo y diciendo cosas hirientes a otras perras o más bien y en este caso a un Luciano mal portado" decidió usar movimientos on su mano al estilo afroamericano y así comenzó al batalla…
-Prrrf, ósea ami me dices eso? Tus pantalones cafés están tan feos y apretados que parecen de homosexual, pareces indio!-
-¿Ah sí? ¡Tu pareces maceta vieja!-
- ¡Hmmph! Tu mamá es más vieja que tu abuela-
-Pues tu Mamá es tan gorda que alcanza los dos lados de la Familia-
-Tu Mamá es tan FEA que en el momento que naciste te asustaste al verle la cara!-
-Pues tu Mamá…-
¡BASTA! ¡NO QUIERO OIR MAS BABOSADA, VAMOS A COMER COMO S EPLANEO Y NO QUIERO OIR MAS GRITOS!- exploto Lovino, es que es en serio, se supone que ese día iba a ser perfecto junto con su Feliciano y los orgullosos de sus padres ya habían empezado a actuar como unos completos idiotas ¿Por qué a él le tienen que pasar estas cosas? Porque el mundo está en tu contra Lovino, nadie te quiere y solo quieren verte sufrir… bueno esa no es una buena opción pero qué más da, Lovino se llevo a sus padres de las ojeras hasta la mesa ignorando las protestas de su Padre y los lloriqueos de su Madre, los sentó de golpe en las sillas, obviamente lejos de cada uno.
La cena fue un poco… tensa, bueno al menos para algunos.
Felicia había obligado a Antonio a sentarse junto a ella y este no puso objeciones, los dos reían animadamente y Antonio dejaba que Felicia lo alimentara, ¡que perro era!, si ha Luciano le pusieran un huevo crudo en la cabeza de seguro ya estaría bien cocido, estaba tan furioso y miraba de una forma asesina a Antonio pero este estaba tan ocupado con la bella Felicia que ni se dio cuenta de que el mismo estaba creando al monstruo que sería quien se adueñara de su propia muerte, sus entrañas y que con sus intestinos haría macramé y adornaría toda su casa.
Lovino también estaba enojado, el españolete estaba atreviéndose a coquetear con su Madre y Feliciano veía embobado a Lovino, con sus codos que descansaban en la mesa y sus manos que sostenían su cabeza, con un leve sonrojo veía a su príncipe azul suspirando soñadoramente hasta que recordó algo súper genial que deba decirle a su Padre y Lovino, para eso había venido a verlos porque esa ya no sería la última vez.
-¡Es cierto! Fratellone, Babbo~ les tengo una noticia que es Fabulosa~- Casi grito Feliciano mientras se paraba de su haciendo agitando sus brazos enérgicamente y ganándose la mirada de los mencionados quien lo veían curiosos y extrañados aunque Felicia lo miraba con una sonrisa tierna. Luciano parpadeo un par de veces mientras veía a su hijo menor en ese estado, normalmente siempre esta así pero se pone más enérgico con las "buenas" noticias que a veces solían ser tonterías por ejemplo "Mamá y yo conseguimos unas botas Gucci fabulosas" cosas que no tenían mucha importancia pero para el mundo de Felicia y Feliciano era lo más cool y súper genial del mundo mundial.
-Bueno principino, que esperas, dinos que es la cosa "fabulosa" que nos quieres decir a tu hermano y a mi- Dijo Luciano mientras tomaba su copa de vino tomando un poco de aquel brebaje de uvas.
Lovino alzo una ceja pero se le hizo adorable el comportamiento de su Fratellino, imitó a su Padre tomando un sorbo del delicioso vino oporto cuando Feliciano dio su veredicto
-Mamá y yo nos mudaremos al edificio de alado y entrare a tu misma escuela Lovi~ ¡Por fin podremos estar juntos!-
Si no fuera porque Felicia agarro los hombros de Antonio y se protegió detrás de él habría terminado toda sucia de vino, Luciano y Lovino al escuchar la fabulosa noticia de Feliciano lanzaron el vino que tenían dentro de sus cachetes en un acto de sorpresa mientras se paraban y veían incrédulos a Feliciano quien los miraba totalmente asustado y algo herido pensando que no les gustaba la idea
¡Qué horror! Pensó Lovino, sentía el cuerpo frio. Si Feliciano se iba a su escuela descubriría que el era un demonio malvado y un bravucón sin correa.
Mientras que Luciano estaba hiperventilándose casi porque la mujer de su corazón ahora iba a estar a 23 metros de su casa.
-¡¿QUE PODIA SER PEOR?!-
Continuara…
Ya se , esta chafa pero tenía que quitarme la idea de esta historia de la cabezota.
Holis! He vuelto con otra historia, esta vez un itacest completo.
Y los que están leyendo "Amor Perfecto" no se preocupen! Ya viene el próximo capítulo, estuve fuera de mi ciudad por unos días xD pero ya volví! Y me puse las pilotas para escribir y también escribí esto.
Por quienes no me han leído jamás pues soy AmazingTamales03 ¡ y escribo el fic gerita y medio itacest "Amor Perfecto" y por si no conocen a Luciano y a Felicia allí están su primera aparición y su trágica historia de amor y si se animan adelante! Allí pueden leerlo y si son buena gente porque se que lo son me dejaran review~.
Les dije que volvería a sacar algún día a Luciano… lo amo y lo aman pero es mío.
Ojala les guste!
Habrá muchas parejas y dramas geniales.
Los veo luego en Amor Perfecto!
Traducciones:
Figlia di puttana- hija d puta
Principino: es como un nickname cariñoso a los hijos menores como pequeño príncipe, super cursi pero bien bonis
Stronzzo: es como pendejo.
Babbo: es como Papi en italianini
