Cinco de seis hermanos están sentados en círculo de piernas cruzadas. Cada uno sospechado el tema con el que tendrían que lidiar durante aquella reunión.
—Ya estamos todos, Choromatsu. ¿Por qué nos reuniste? —comenzó Osomatsu.
—No estamos todos y ese es el problema. ¿Alguien sabe dónde se metió Karamatsu? Ayer no llegó a dormir.
—Es cierto. Creo que desde la semana pasada ha dejado de ir con nosotros a los baños públicos, tampoco lo vemos para cenar y apenas lo vemos antes de ir a dormir. ¿Creen que haya encontrado novia? —Comentó el menor de todos.
—¿Novia? Jaja! No lo creo. Apenas comienza el día, solo esperemos a que regrese y le preguntaremos el porqué de sus desapariciones. —Propuso Osomatsu en tono burlón.
—Bien, pero ¿Realmente nadie sabe qué es lo que se podría estar trayendo? Uh... Ichimatsu-niisan ¿No tienes alguna idea?
—No. —Tan pronto como lo negó, se levantó para marcharse seguido por un minino de anteojos índigos.
Era irrefutable entre los miembros de esta familia, que el hermano favorito de Ichimatsu de ninguna manera podría ser Karamatsu. Era evidente a los ojos de todos, el rencor que este le guardaba, posiblemente desde una vez comenzada la adolescencia.
Pero... ¿Quién podría estar totalmente seguro de que eso era lo que realmente sentía?
Ahora mismo, en el tejado de la casa, él mismo trataba de hallar aquella respuesta.
Claro que esta, no sería la primera vez que reflexiona sobre ello. Ya había habido muchas veces anteriores. Y cada una de aquellas, siempre lo condujo al mismo desagradable resultado.
Sin importar que tantas vueltas le diera, siempre terminaría con la misma perturbadora conclusión.
Y esta vez no sería la excepción.
No hace mucho se había probado la ropa de su hermano, sin alguna razón mínimamente justificable, simplemente lo hizo. Probablemente porque siempre envidió su estilo; tal vez porque se encontraba tan aburrido que no llegó pensar en alguna otra forma de matar el tiempo; o posiblemente, haya sido la curiosidad incontenida por descubrir que era lo que realmente sentía.
Desde ese día pudo ser consciente de la aberrante verdad.
La ropa se sintió tan bien desde el primer momento en el que hizo contacto con su piel, esos simples trozos de tela, solo por el hecho de ser de su hermano. Ahora estaba completamente seguro de que Karamatsu no tenía el mismo aroma de sus demás hermanos. El suyo era realmente embriagador y relajante, el suyo lo dejaba con una agradable sensación en el vientre.
¿Podría existir algo peor que enamorarse de alguien a quien siempre creíste odiar? Peor aún, que esa persona además de ser de tu mismo género, resulte ser tu hermano, y para ponerle la cereza al pastel, también uno de tus gemelos.
Teniendo otras cuatro personas idénticas a él… ¿Por qué necesariamente aquella persona?
Ichimatsu no pudo haber estado más frustrado durante todos estos años. Él estaba seguro de que aunque, -fuera de todo pronóstico- Karamatsu cediese a salir con él, las demás personas jamás aceptarían lo suyo como algo normal, incluyendo también a su familia, por supuesto.
No había forma de que alguien no pudiera considerarlo una abominación, como lo calificaría un cristiano común.
Porque pese a que guardaran el secreto, en algún momento alguien tendría que descubrirlo, pues no podrían vivir de por vida en la casa de sus padres.
Y a pesar de que Ichimatsu sabía que ese tipo de comentarios en contra de lo que sentía jamás le afectarían mientras estuviese con la persona que ama, también era consciente de que a quien sí llegarían a dañar sería a Karamatsu, él sí necesita sentirse aceptado y querido. Estaba seguro de que él no podría soportar por mucho el repudio de sus padres y hermanos.
Con eso en mente, intentó durante todos estos años ocultar sus verdaderos sentimientos. Actuando cual niño pequeño que lastima a la niña de la cual gusta, para llamar su atención.
Ya llevaba un buen rato en el tejado con el minino en el regazo y su hermano mayor aún no regresaba. Era evidente que esto comenzaba a inquietarle. ¿Y si Totty tenía razón y en verdad consiguió una novia? ¿Si volvía y solo lo hacía para despedirse de una vez por todas? ¿Y si… no volvía? Ese tipo de incógnitas no dejaban de rondar su mente.
Sin embargo, luego de meditarlo mucho, lo había decidido. Se lo diría hoy, luego se suicidaría. Pero se lo diría hoy.
Si era cierto lo que dijo su hermano menor, ya no tendría nada que perder. Esperaría a que vuelva, se confesaría, y luego correría en busca de la soga más gruesa que encontrase. Si tenía suerte, posiblemente Chibita o Iyami le presten alguna.
Pero por ahora tendría que pensar en qué sería lo que diría. Para alguien tan perezoso como lo era él, eso resultaría un total fastidio; empero, solo porque si lo decía bien, posiblemente llegue a tener una, -por más mínima y miserable que fuera- oportunidad, intentó esforzarse al máximo.
Tenía que escoger bien sus palabras, esta vez no podría dirigirse a su hermano con un "Kusomatsu" esta vez tendría que ser especial y se abstendría de usar aquel apelativo.
No pasó mucho tiempo hasta que formo el pequeño discurso en su mente. Eran las palabras adecuadas, todo era perfecto, ahora solo tendría que practicarlo durante el rato que demorara en volver Karamatsu.
Si todo marchaba según lo planeado, dentro de unas horas, en caso de ser aceptado, estaría demostrando su mutuo amor a base de tímidas caricias. Y… bueno, en el "otro caso" estaría, o mejor dicho, su cuerpo, estaría colgando del cuello, inerte en algún cubículo de algún baño público.
Mas, el destino tendría otros planes para él.
El sonido de un auto estacionarse frente la puerta de su casa fue el que interrumpió sus ensayos mentales.
Desde el ángulo en la que se encontraba no le era difícil reconocer una de las dos figuras dentro de vehículo.
Era Karamatsu.
Pero lo que más le sorprendía era la persona ubicada en el asiento del conductor. Nunca había visto a ese tipo. ¿Por qué su hermano estaba en su auto? ¿Qué tipo de relación tenían? ¿Habría pasado la noche… con él?
Todas y cada una de sus incógnitas fueron respondidas en cuanto los labios de ambos individuos hicieron contacto en un beso tan fugaz, como lo es el de una despedida.
Karamatsu salió del auto con las mejillas encendidas en un precioso tono carmín, y luego de que entrara a casa, el vehículo siguió con su ruta. Dejando tras su ida a un atónito Ichimatsu, petrificado cual estatua.
Continuará...
Espero que los próximos capítulos no sean tan cortos como este.
¿Alguien sabe el significado de "Mob"? no sabía que más ponerle, ya que siempre veo "Mob x ukesito random" en los doujinshis.
Creo que esta historia girará en torno a un triángulo amoroso. ¿Alguien más considera que Kara es un uke adorable?
Bien, espero que te haya agradado este comienzo :)
