¡Hola de nuevo!
Muchas gracias por su paciencia. Como lo prometido es deuda, les traigo un nuevo fic de SilverShine. Es mi historia favorita de ella, así que espero la disfruten tanto como yo.
Antes de que comiencen a leerla, tengo algunas notas realmente importantes. La primera es una advertencia: Como leyeron en el resumen (y si no, abajo lo pongo de nuevo), en este fic Sakura está embarazada, así que habrá temas que probablemente no a todos les guste o comprendan y uno de ellos es la libertad que una mujer tiene de decidir sobre su propio cuerpo. Yo no me voy a poner a discutir con ustedes, si ese tema no les gusta (va a ser mencionado un par de veces), mejor no lo lean. SilverShine de alguna u otra manera toca temas que no te van a hacer sentir cómodo, y este fic no es la excepción (aunque no llega al nivel de Scarlet Scroll). De cualquier forma, lean las advertencias porque ahí pondré cuando se mencione este tema. Sobra decir que yo soy pro-elección y eso no va a cambiar, así que tampoco vengan a darme cátedra sobre ello, porque en este fic ni SilverShine ni yo queremos convencerlas de que cambien su punto de vista. Simplemente es un tema que va a ser tocado aquí algunas veces.
Segunda nota: El ritmo de actualización, como sabrán o no, o ya lo venían suponiendo, tendré que alentarme mucho. Este fic es largo, tanto en capítulos como su extensión. El siguiente capítulo tiene alrededor de 10k + palabras y con mi trabajo y otras cosas no me será posible actualizar cada semana. Prometo tener los capítulos cada 15 días (porque sólo tengo dos capítulos terminados, aparte del prólogo), pero de cualquier manera, quienes no tengan cuenta en el sitio, pueden acceder en mi perfil a mi página en facebook para que puedan saber cuándo ya he subido los capítulos (cada viernes/sábado)
En fin, de momento es todo.
Resumen: La guerra se acerca a Konoha y Sakura está lejos de su hogar, insegura de su futuro. Pero una cosa es segura, Sakura protegerá a su hijo nonato a toda costa, ya sea de los enemigos de Konoha... o de su propio padre.
Disclaimer:
La serie Naruto (tanto manga como anime) son propiedad de Masashi Kishimoto. Las letras y citas incluidas en el texto son propiedad de sus respectivos autores.
House of Crows pertenece a SilverShine, yo sólo me ocupo de la traducción.
Advertencias:
Clasificación M: Contenido adulto tal como lenguaje, sexo, etc.
La Casa de los Cuervos
Prologo
Hay una casa construida en piedra;
pisos de madera, paredes y alféizares,
mesas y sillas desgastadas por todo el polvo.
Este es un sitio en el que no me siento solo,
este es un sitio en el que siento mi hogar.
Había visto fotografías en la oficina de Tsunade, pero realmente no le hacían justicia al lugar. Las fotografías no podían capturar la tranquila canción de las aves que rodeaban la selva, tampoco le advertían de la sorprendente humedad y el calor. En el momento en que Sakura llegó a las puertas principales del feudo, se quitó la pesada mochila de viaje e intentó reunir su fuerza. Una semana de constante viaje era suficiente como para agotar a cualquiera, pero no había estado preparada para este tipo de clima imponente. Sólo algunos días después de cruzar la frontera fue completamente introducida al concepto de 'tropical'. Aquí los arboles parecían elevarse hasta el cielo; algunos tan amplios que sólo podrían ser rodeados por no menos de veinte personas tomadas de las manos. Los animales eran más grandes, las serpientes más mortales, los insectos más números y molestos, pero los olores y colores no eran para nada parecidos a cualquier cosa que ella hubiera atestiguado en el País del Fuego.
Sin embargo, todo el encanto que el ambiente poseía se fue más que rápidamente cuando los obstáculos comenzaron a alentarla. No ayudaba que virtualmente cada mañana despertara sintiéndose enferma del estómago, agotada mortalmente, y desesperadamente hambrienta por algo más sustancioso que las raciones de viaje. Su bien surtida ración de barras de chocolate que debió haber durado una quincena había sido consumida en los primeros dos días, dejándola en una profunda depresión por falta de cocoa durante cuatro días.
Pero finalmente estaba ahí, y asustada momentáneamente por lo que estaba a punto de hacer. Acostúmbrate a este lugar. Se advirtió a sí misma cuando se limpió el sudor de la frente y golpeó con los dedos una de las enormes mariposas locales que tenía intenciones amorosas con la manga floreada de su kimono. Este es prácticamente tu nuevo hogar ahora.
Eventualmente reunió valor y se puso en pie. Con una última inhalación profunda y sacándose la tensión del pecho, levantó su pesada mochila y caminó a través de los portones.
—No se le permite la entrada a los vendedores.
La voz asustó tanto a Sakura que dejó salir un gritito y se tambaleó de lado, lejos del viejo brusco que había estado aparentemente de pie del otro lado de la pared junto a la puerta desde antes que ella llegara.
—Lo-lo siento mucho. —Dijo precipitadamente, haciéndole una reverencia completa. Él se veía como un jardinero con tierra bajo las uñas y lodo seco hasta las rodillas, pero uno nunca debía asumir que un hombre en un jardín era de la servidumbre. Algunos señores preferían arreglar sus jardines ellos mismos.
—Si estás vendiendo artesanías, niña, no te molestes. Nunca las aceptan. —Dijo, apuntando con la cabeza a la vieja mansión pasando el camino, oscurecida ligeramente por musgosas rocas y más musgosos árboles.
—Estoy aquí por trabajo. —Le explicó. —Me deben estar esperando.
Ahora él le dio una mirada más escrutadora, y si Sakura no hubiera sido una kunoichi, hubiera encontrado su despeinado cabello y barba y su demacrada cara bastante intimidantes. Aunque él parecía ser lo suficiente inofensivo. Pero de cualquier forma, la gente siempre era sospechosa de los extraños. Y con buena razón.
—¿Sirvienta? Regresa hacia el portón y rodea contrarreloj hasta que llegues a unos escalones para cruzar la cerca. Sigue el camino y encontrarás las cocinas. Alguien ahí probablemente sepa qué hacer contigo.
—Gracias.
Ella volvió a reverenciarlo, pero para cuando levantó la cabeza él ya se había alejado como si ella nunca hubiera existido. Sakura observó la parte trasera de su cabeza gris por un momento antes de atreverse a gritar: —¡Por cierto, es un hermoso jardín!
Él se alentó y le miró de nuevo. Su expresión no era de contento, pero Sakura no creía que fuera posible para ese rostro transmitir algo cercano al contento. Al menos no lucía tan hostil ya, así que Sakura sonrió y rápidamente regresó al portón como se le había dicho.
Bueno, eso no había ido tan mal para ser un comienzo. Sin embargo, no estaba aquí para impresionar jardineros, porque ultimadamente era al staff de la casa a los que tendría que convencer.
Siguiendo las indicaciones del hombre, rodeó la propiedad al contrario de las agujas del reloj hasta que llegó a un tramo de pared musgosa rota por unos escalones de piedra que se habían hundido por muchos, muchos años de uso. Los escalones eran incómodos de subir, y aunque Sakura consiguió pasarlos con facilidad, se preguntó por cuántos meses más sería eso antes que no fuera posible. El estrecho camino detrás le llevó a través de un ligeramente más amplio pedazo de jardín del lado informal de la casa. Mientras lo seguía, deliciosas vetas de hierbas y aceites de cocina flotaban sobre ella, haciendo su estómago apretarse en agonizantes nudos de anhelo. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido algo decente para comer. Probablemente había perdido algunos kilos desde que había dejado Konoha con nada más que su pesada bolsa llena de imitación de caldo de pollo.
Y entre más cerca Sakura estaba de la casa, más creía poder escuchar el suave zumbido de risas en una conversación ligera. Chicas, sin lugar a dudas. Cuando dio vuelta en una esquina en el camino y emergió desde detrás de unos bambús, vio que sus sospechas eran confirmadas cuando frente a ella estaba una puerta abierta a una cocina ocupada y ruidosa y un porche bordeado por tres chicas finamente vestidas y extraordinariamente hermosas de su edad.
Sin embargo, en el momento que apareció, sus risas ligeras se detuvieron y se giraron todas para verla –enmudecidas- como si ella acabara de brotar del suelo. Sakura quiso retroceder de vuelta a los arbustos. No había exactamente desprecio en sus caras, pero claramente pensaban que tenía que explicarse, ya que había salido de la nada.
Una de ellas dijo alegremente: —Nueva chica.
—Oh. —Las otras dos corearon, y prontamente regresaron a su conversación previa.
Esto era todavía peor. Una cosa era ser observada como un extraño animal, pero otra ser ignorada por completo. Sakura se movió incómodamente y miró a su alrededor, preguntándose a dónde demonios se suponía tenía que ir. Siendo una kunoichi, nunca había tenido que aplicar para trabajo antes. Sólo tenía una vaga idea de qué esperar por lo que Ino le había dicho, pero aparte de eso, estaba repentina y profundamente muy consciente de cuán sola estaba. Sus amigos más cercanos estaban a una semana de camino, y este lugar eran tan extraño y extranjero, y nadie parecía del todo agradable…
—Niñas, si van a platicar todo el día, al menos pretendan estar ocupadas mientras lo hacen. —Dijo una mujer mientras aparecía por la puerta de la cocina, batiendo las manos para callar a la cadena de chicas en el borde del pórtico. Ellas sólo sonrieron como si fuera una broma, pero tampoco la mujer misma parecía particularmente seria.
Cuando vio a Sakura, sin embargo, comenzó a lucir confundida. —Oh… ¿Quién es esta?
—Nueva chica. —Dijo la misma chica de antes.
—Sakura, señora. —Sakura dijo. —¿Mi último empleador le envió una referencia…?
—Oh. Sí. Sakura. —La mujer todavía parecía confundida. —Aunque, te esperábamos el martes pasado.
—Um, el viaje fue más duro de lo que esperaba.
—¿Recorriste todo el País del Fuego, no? Tu acento es fuerte.
—Lo siento.
—No importa. —La mujer se encogió de hombros y asumió su conducta previamente agradable. —Dame esa pesada mochila tuya y lo arreglaremos.
Aliviada de encontrar alguien que sabía quién era ella, Sakura rápidamente obedeció y siguió a la mujer adentro, a través de la concurrida y ocupada cocina y afuera, más allá de los silenciosos pasillos. Era un poco más fresco ahí, pero no mucho. Sakura temía pensar cómo debía de verse ante los ojos de esta impoluta mujer, o cómo debía oler. Una semana de viaje, sin un baño propiamente dicho, y sudando como un cerdo en una jungla… no podría haber hecho una buena impresión, pero la mujer parecía suficientemente contenta.
—Soy Himiko, soy la mano derecha de Lady Zuru y cabeza del staff de la casa. Responderás mayormente a mí. Tu trabajo será muy parecido al anterior –limpiar, zurcir, lavar, servir a la familia, principalmente. ¿Cantas?
—No. —Sakura dijo más que rápido y con firmeza.
—Una pena. Aunque tu rostro tiene una bonita forma, así que está bien. El amo insiste en ser rodeado con exquisitas chicas. Oh –no te preocupes. Es por puras razones estéticas; es un hombre que quiere que todo sea bonito y perfecto, pero sólo para ver. —Pero entonces ella le dio una mirada ligeramente titubeante por encima del hombro. —Aunque su hijo… bien, hablaremos sobre eso después.
Sakura intentó concentrarse en tomar toda esta información mientras Himiko deslizaba una puerta para abrirla. —Aquí es donde dormirás con las otras chicas. —Dijo, conduciéndola dentro de la habitación vacía. —Aunque la mayor parte del tiempo estarán intentando mantenerte despierta con incesante charla y juegos. Pongamos tus cosas aquí, ¿De acuerdo? Sí. Bien, ahora sentémonos y dime qué demonios crees que estás haciendo aquí.
Sakura se congeló. —¿Perdón?
Himiko ya estaba arrodillándose y gesticulando amablemente a Sakura para que hiciera lo mismo. —Puedo saberlo con sólo mirarte, sabes. Es obvio. No eres para nada una sirvienta.
Sakura se sentó sobre sus rodillas, la desesperación brotaba espesa y fuerte dentro de ella. Grandioso. Tan pronto como había llegado ya había sido descubierta. Ahora esta mujer probablemente planeaba interrogarla para descubrir quién la había enviado, y entonces tal vez uno de los guardias sería llamado para ejecutarla. ¿Dónde había puesto esa píldora de cianuro?
—¿Fui así de obvia? —Susurró con la voz rota.
—Sólo para una mujer tan experimentada como yo, querida. —Himiko dijo, palmeándole la mano. —Todas las chicas en tu situación tienen un aire y mirada similar.
—¡Lo juro, eso desaparecerá si tomo un baño…!
La mujer mayor se río ligeramente, preocupantemente calmada y amigable pese al hecho de que estaba apuntando a una espía. Sakura temía que fuera una de aquellas mujeres que podían sonreír como un ángel mientras hundía un cuchillo a través de una garganta. Hasta que preguntó, —¿Cuánto tiempo tienes?
—¿Perdón…? —Sakura preguntó titubeante.
—Todavía no se nota realmente, e imagino que es el primero. Supongo que tal vez un mes o dos.
La boca de Sakura se quedó inexplicablemente seca de manera repentina. No sabía si esto era peor que ser atrapada como espía. Pero la mujer frente a ella era tan sabía y confianzuda que Sakura sabía que era inútil el negarlo. —De hecho, apenas cumplí las ocho semanas. —Dijo débilmente.
—Oh, no luzcas tan preocupada. No te voy a echar. Eso sería cruel. —Himiko dijo desdeñosamente. —Pero sospecho que tu carta de referencia tenía algunos datos sobre tu experiencia con el fin de dejarte con nosotros. ¿Quién la escribió? Tus manos tal vez muestren los callos de honesto y duro trabajo, pero ciertamente nunca has trabajado antes, así que sinceramente dudo que fuera tu 'último empleador'.
Había sido la Hokage, de hecho. Pero Sakura ya había construido una historia para explicar su condición, ya que era sólo inevitable que se descubriera si la misión duraba tanto como se había previsto. —Mi guardián la escribió. —Dijo con humildad. —Soy una desgracia, en verdad. Sólo necesito un trabajo mientras encuentro mi paso. Espero no ser una carga para usted.
—Sirvientes se han casado y criado niños aquí junto con la familia por muchos años. No serás una carga. —Himiko le aseguró. —¿Pero qué hay del padre?
Sí, ¿Qué hay del padre?
—Es sólo que, en mi experiencia, —La mujer continuó. —los hombres o no quieren tener nada que ver con el niño, o quieren tener todo con el niño. Sólo quiero asegurarme que él no es del tipo que te buscará y provocará una escena. A la familia no le gustaría eso.
Sakura tragó saliva. —No… no, él no vendrá.
Himiko arqueó una delgada ceja especulativamente. —¿Él no es tu amante, o sí?
Ella sacudió la cabeza. —No.
Esa ceja se bajó rápidamente con disgusto. Sakura podía ya leer la conclusión a la que había llegado.
—No fui forzada. —Sakura agregó precipitadamente. —Sólo fue un error estúpido.
—¿Qué edad tienes, Sakura?
—Veinte.
—Una edad poco afortunada para hacer tales errores. —Himiko sacudió la cabeza con tristeza. —Siempre son las mujeres quienes pagan la mayor parte en esas cosas, pero haremos nuestro mayor esfuerzo para que estés cómoda aquí.
Sakura le dio una temblorosa sonrisita, intentando ignorar la culpa que apretaba sus entrañas. Sólo estaba aquí para hacerse un camino en el funcionamiento interno de este lugar en orden de apuñalarlos en la espalda. Tal vez la tarea sería mucho más fácil si la mujer fuera una perra de corazón de piedra. Ser bienvenida con brazos abiertos y compasivos le provocó a Sakura una profunda incomodidad ante el pensamiento de arruinar a los empleados de esta mujer, algo que invariablemente llevaría a la mayoría, sino es que a todo el staff aquí a ser despedidos.
Bueno, estaba adelantándose. Su trabajo era primero asegurar cualquier conexión que esta 'familia' tuviera con el creciente Sindicato criminal que Konoha tenía bajo observación. También estaba el caso que no hubiera conexión alguna, y el tiempo de Sakura se hubiera desperdiciado aquí, pero al menos esta agradable mujer tendría todavía su trabajo.
Por supuesto, había otras razones más importantes por las que Sakura había tomado la misión, unas que no tenían nada que ver con sindicatos criminales o familias nobles y todo que ver con el diminuto problema creciendo dentro de ella. Pero todavía había mucho tiempo para eso.
—Te mostraré el baño de la servidumbre y te dejaré recobrarte de tu viaje, jovencita. —Himiko dijo amablemente. —Cuando termines, habrá una bandeja de comida esperando por ti, y entonces podemos hablar más sobre tus deberes.
No había nada como un baño cuando realmente necesitabas uno. Cuando Sakura después se hundió con gratitud en la cálida agua en uno de los baños de la servidumbre, permitió a su mente el intentar ajustarse a su nueva situación mientras el agua calmaba sus adoloridos músculos. Un montón de personas vivían y trabajaban en este lugar, y Sakura tenía que seguir siendo de su agrado. Sospecharían de ella naturalmente, siendo una extranjera, especialmente si esta era realmente la base de muchas operaciones poco fiables, pero Tsunade le había advertido que la mejor forma de mezclarse era simplemente ser ella misma y permanecer atrás por tanto como fuera necesario para pasar el escrutinio.
Aunque tenía que ser cuidadosa. Los reportes eran que el amo de este feudo era despiadado. Con sus más cercanos refuerzos al otro lado de una distante frontera, no había nadie para ayudarla si era atrapada. Si lo arruinaba, pasarían semanas antes que cualquiera en Konoha notara la falta de comunicación. Meses antes que alguien viniera a investigar.
Pero no era sólo su propia vida lo que tenía que cuidar ahora. Cada movimiento que hacía de ahora en adelante sería pensada dos y tres veces para evitar cualquier error, porque no podía permitirse el ser descuidada ahora. Todo por un estúpido error que ya había cometido…
Sakura pasó las manos sobre su vientre, explorando el levísimo bulto que ahora era más que familiar para ella. Debajo de sus palmas había un movimiento de algo aparte de ella. Un día lo sostendría en sus brazos, y entonces un día después de eso sería una persona completa tan profunda y compleja como ella misma.
No por primera vez, el prospecto le dejó sintiéndose sobrepasada y con rapidez contuvo lágrimas tibias. Deseaba de nuevo que simplemente no estuviera pasándole a ella. Que nunca hubiera cometido el mismo error que ocho semanas atrás que le había costado la vida de alguna manera. ¿Nunca sería la misma después de esto, verdad?
Pero este era el único camino.
Notas de la autora:
Siguiente capítulo: Un día en Julio.
Notas de la traductora:
En la parte que dice 'Debajo de sus palmas había un movimiento de algo aparte de ella.', no se refiere precisamente a un movimiento. Para quien no sepa, en ocho semanas un embrión apenas tiene extremidades (todavía están pegadas a su "cuerpo") y su columna ni siquiera está separada o bien formada. La palabra que utiliza SilverShine es 'flicker' que puede entenderse como 'brillo/parpadeo/movimiento constante y pequeño'. Al final la elegí porque es la que más se acoplaba a lo que estaba escribiendo.
Hasta la próxima actualización :)
