Disclaimer: Neon Genesis Evangelion le pertenece a Gainax Studio y derechohabientes conexos.
"Rendezvous"
Three-Shot
Rate/Clasificación: T
Aleksast, 2015
1
Lo que sería un día normal para Makoto Hyuga, acabó siendo la oportunidad de su vida con lo que había comenzado como una broma. ¿Qué es un día normal? Si consideras que tu trabajo es mantener el monitoreo de las unidades EVA y en él ves toda clase de monstruos extraterrestres con variopintos colores y formas, pues es normal que vivas en un condominio que de milagro sobrevive en una ciudad devastada y sin tráfico. ¡Sin tráfico! ¿Quién no hubiera dado por una sola mañana sin un congestionamiento vial para poder llegar a tiempo a casa? Bueno, el caso es que Makoto llegaba a trabajar su larga rutina sin horario definido con la puntualidad de un perfecto reloj suizo.
Son las ocho de la mañana, y como siempre, se baña, se pone el uniforme, se arregla para estar presentable, toma su querido Toyota Corolla hacia el acceso más cercano al Geo Frente y ¡voilà! Llega como si nada al almuerzo que comparte con Shigeru y Maya.
– ¿Qué hay? – Shigeru le hace señas para que tome asiento en el comedor de NERV, en la mesa donde están.
– Lo de siempre, dormí tranquilamente, terminé de leer El Aleph de Borges y sólo cené tofú – contestó Makoto, sacando ordenadamente de su mochila sus alimentos perfectamente depositados en tuppers.
Al ver la forma delicada en que Makoto sacaba su comida, Shigeru alzó una ceja en señal de desconcierto – Ni la jefa es tan meticulosa para comer... ¿Sucede algo? –
Frunciendo el ceño, hizo una mueca de extrañeza y respondió a la interrogante – ¿Debe suceder algo? No te entiendo, Shigeru – alzó los hombros y comenzó a devorar sus alimentos.
Con un suspiro de fastidio el rockero cuchicheó algo con Maya, quien había preferido mantener la boca cerrada y no meterse en las nada interesantes conversaciones o disputas de esos dos. Volteó a ver a Makoto que estaba totalmente enfocado en alimentarse y asintió discretamente, mientras que la mujer, la mayor de esos tres, soltó una risita infantil y bebió otro sorbo de su té.
– Te tenemos una cita a ciegas, hermano – le dijo Shigeru y Makoto casi se atraganta con un camarón que tenía en la boca – aliviánate, quizás esta mujer sea el amor de tu vida.
De alguna u otra forma lo convencieron para asistir, lo extraño del caso es que la cita era en la azotea de un edificio habitacional muy cercano al GeoFrente que, llamémoslo exagerada buena suerte, no había sufrido el menor daño, aunque estaba deshabitado, y el menú y los detalles correrían por cuenta de sus compañeros, para ello habían contactado una "compañía en desgracia" que todavía permanecía en la ciudad y que la crisis había provocado que estuviese dando las últimas dada la migración a otros puntos del país por parte de los neotokineses.
Gracias a que los ángeles se habían extinguido, figurativamente hablando, cada vez era menos el trabajo que tenía día a día, ahora mismo extrañaba que esos infelices le arruinaran fiestas familiares, juntadas en el XBOX live con otros gamers para jugar Gears of Wars online, e incluso la primer cita a ciegas, pues con sus contactos y echando mano de MAGGI, se dio cuenta de que la prospecto no era precisamente como se la habían descrito y que tenía antecedentes penales por robo y otras felonías.
Makoto era conocido por ser un genio de la tecnología, y a pesar de que su aspecto podría darle la estampa de pasivo, era un As para encontrar soluciones rápidas y eficaces cuando un problema técnico o estratégico se presentaba, claro, no mejor que la mayor Katsuragi, pero sus aportaciones lo hacían un ser invaluable, clave en el equipo. Además, su extrema precaución no era por mera paranoia, al ser un elemento tan importante en NERV había tenido instrucción militar durante algunos años, incluso tenía el grado de Teniente, por ello se cuidaba demasiado y estaba alerta a cualquier movimiento a su alrededor, y de ahí su renuencia a citas de este tipo, donde se desconocía a la otra persona; lo peor del caso es que no tenía tiempo para investigarla, pero si la habían arreglado Maya y Shigeru había grandes posibilidades de que no fuera una maniaca delincuente que buscara raptarle y sacarle la sopa.
Pensando en la cita por la noche, salió del trabajo y dio varias vueltas por la ciudad como método para tranquilizarse, si algo lo torturaba en los últimos días era la ausencia de la jefa de operaciones, Misato Katsuragi, que a pesar de ser mayor que él por apenas siete años, en el fondo y en lo que respecta a su conducta fuera del trabajo, podría confundirse con una chica de su edad. Al llegar a casa se tendió sobre la cama y suspiró, se limpió los lentes y con resignación buscó en el guardarropa algún traje para esta ocasión especial, de todos modos y como él le dijo una vez a su camarada, "todo hombre debe tener en su casa un traje elegante, una buena biblioteca y un arma con al menos un cartucho de municiones". No era fanático de esas cosas, aunque conocía perfectamente el origen de cada arma, cómo desmontarla y también preparar explosivos caseros si se requerían en caso extremo.
Recordó la ocasión en que, en algún piso del GeoFrente había un stand de tiro que habitualmente estaba vacío, y gracias a su perseverante práctica fue entrenándose como tirador con varias armas cortas y sub fusiles, pero su favorita era la MK2 Lancer, un rifle de asalto que requería precisión por parte del tirador y que tenía una cadencia de tiros envidiable, pero pese a que la empresa que las fabricaba quedó en la quiebra durante el 2do impacto, NERV había requisado esas armas que serían valuadas en miles o millones de dólares para los coleccionistas más exigentes dada su escasez.
Una ocasión en que pensaba que estaba sólo, escuchó un ruido, unos pasos, luego disparos con una pistola pequeña de corto alcance, seis balazos certeros y por el ruido del impacto contra el objetivo, había dado en el blanco.
Se asomó, con las orejeras y las gafas plásticas para ver quien había entrado llevándose la sorpresa de que su superiora, la mismísima Misato Katsuragi, era quien disparaba con, efectivamente, una escuadra corta con un rango de disparo preciso de 10 metros, atinándole las seis veces a un objetivo que estaba a 25 metros de distancia, toda una hazaña. A juzgar por el maquillaje derramado por su cara había estado llorando, pero ni ese estado de depresión la hacía incompetente usando armas de fuego. Sin querer importunarla, se retiró en silencio, no evitando escuchar "Maldito Kaji" al menos una docena de veces en un rango de cinco minutos. Después de eso, volvió a suceder lo mismo algunas ocasiones, y él se retiraba, no creía preciso que un subordinado se acercara a su superiora cuando ésta andaba con ánimo caído, no era lo correcto, pero al salir de ese lugar, repetía esa consigna con algo más: "Maldito Kaji, no sé que haces, pero no mereces a esa mujer".
