*Crónica de una muerte Anunciada*

1. Las apariencias engañan.-

INTRODUCCIÓN « ¿Nunca, alguna vez en tu vida has llegado a desear vivir lejos, vivir en otra realidad? Tratar de vivir en un mundo en donde todo sea perfecto, en donde todo sea como tu lo sueñas, en que nadie te reclame ni te exija que
hagas bien las cosas, ni que te controlen tanto, que te dejen hacer las cosas que tu quieras, y que te concedan lo que tu quieres..¿Nunca lo has
deseado? Bueno, yo si. Una vez, lo desee, era para ese entonces una
adolescente. Y a decir verdad aun lo soy, y esta es mi historia...la historia de cómo yo llegue a desear tener otra vida, y llegar a odiar a mis propios padres...Bueno, pues...tal vez tu has pasado o pasas por esto. Yo soy la protagonista de esta historia en la cual al finalizar de cantártela lo único que quiero conseguir es de que tu, no cometas el mismo error que yo, tan solo reflexiona, y piensa acerca de cuanto te quieren y quieres a
tus padres. »

H.G.

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Esa noche, una niña, o mejor dicho, una adolescente de 16 años, tuvo un extraño sueño...mejor decimos que tuvo el peor de los sueños que puede tener una persona, aun en las peores pesadillas...soñó que iba a morir. Y no por un asalto, no por envenenamiento, no por un disparo, ni tampoco porque tenían que ajustar cuentas con ellas y mucho menos en algún tipo de duelo. No, aquella muchacha, que tenía el nombre de Hermione Granger, soñó su muerte, tan exacta y precisa que hasta después de muerta ella aun sigue asombrada de lo que pasó. Cabe decir, que aquella noche era muy fría, algo común en el invierno de Londres, pero lo raro era que no era Invierno, sino todo lo contrario, Verano. Era más exactamente Agosto, y ya casi faltaba una semana para que empiece el 7º curso de sus estudios de magia en Hogwarts el famoso Colegio de Magia Y Hechicería, que por deducción quiere decir que la muchacha, era bruja.

Pero, en medio de esa noche tan fría y lluviosa, que era una desgracia para los Londinenses siendo verano, algo extraño sucedía, había alguien parado en medio de la calle que se llamaba y aun se llama Baker Avenue. Era un hombre, viejo por así decirlo, tenía los cabellos completamente blancos pero a la vez medios dorados, al igual que la barba que igual que el cabello llegaba casi hasta el suelo. Era alto, y de piel blanca, y sobre todo vestía ropas muy raras: llevaba una capa verde botella que iba hasta el suelo, debajo, una túnica del mismo color. También vestía con unas botas con hebillas doradas, un sombrero puntiagudo del color de sus ropas y unas gafas de media luna. El extraño anciano miraba fijamente una de las casas de la avenida, para ser más exactos miraba la Nº 5, en cuya placa de identificación (N/A: quiere decir en la dirección) decía: «Familia Granger». Y casualmente en una de las habitaciones de esa casa, dormía no muy tranquilamente, una joven de cabellos castaños, ojos miel e incisivos un poco mas largos de lo habitual. Era, Hermione Granger.

-«Yo aun confío en que no vayas a cometer ese error, Hermione, aun lo confío, pero mas lo deseo, porque la mezcla de sentimientos que se ha formado en tu corazón, está haciendo que...vayas a cometer esa locura». -decía dentro de si el misterioso hombre, mirando fijamente la casa. Y sin más que decir...despareció, como si la tierra se lo hubiera tragado.

De repente, dentro de la casa de los Granger, Hermione se despertó sobresaltada. El sueño había culminado...pero, los hechos...no....

* * *

Amanecía, y por una rendija de las cortinas de una habitación de la casa Nº 5 entraba un rayo de sol, que daba directamente en la cara a una chica que se encontraba sentada, en la cama de la habitación, y muy pensativa. Era Hermione, que no pudo dormir el resto de la noche, luego de haberse despertado sobresaltada por su sueño. Y no era para menos, soñar la muerte de uno no es nada gracioso, al contrario es como...para morirse en ese instante.

-«Fue un sueño, Hermione, una horrible y espantosa pesadilla, nada más, está bien que yo me encuentre algo confundida, pero no sería como para cometer...eso». -se decía la joven dentro de si.

Pues, yo creo que ustedes se preguntaran... ¿Confundida, en qué? Bueno, mejor que se los cuente la misma Hermione un poco mas adelante.

Hablando de ella, repentinamente se levantó y se desperezó, miró el reloj que tenía sobre la mesita de noche...8.30 am. Hermione se dirigió a una puerta que tenía en frente de ella, que no era la puerta para salir del cuarto, sino que era la puerta de su baño. La abrió y entró.

-«Me daré un duchazo -pensó- así se me olvida lo de ese maldito sueño y estoy un poco más tranquila».

Entonces, sin nada más que decir, salió del baño, se dirigió a su armario y abrió el cajón del final, el último de abajo. Sacó dos toallas, una más grande que la otra, cerró el cajón y se dirigió al baño con ambas toallas. Entró y cerró la puerta. Ya adentro, la chica colgó las toallas en un colgador al lado de la ducha y se dispuso a quitarse la pijama. Ya después de quitarse la ropa interior se miró en el espejo que tenía frente a ella. Comenzó a mirar cada parte de su cuerpo, tocando cada parte a la vez. No sabia porque pero, se sintió extraña, como si fuera la última vez que iba a ver su propio cuerpo y por eso quería, recordarlo. Luego, tras estar unos minutos en silencio, entró a la ducha.

Tardó exactamente unos 15 minutos en su baño, salió, se secó y salió del baño, para cambiarse. Como se había envuelto tanto el cuerpo como la cabeza con las toallas, abrió las cortinas de su cuarto y abrió la ventana.

-«Lindo día -se dijo- lástima que yo no pueda ser tan alegre como este día...espero que mis padres ya estén a punto de largarse, no quiero tomar desayuno con ellos y que me pregunten que demonios soñé, como si a ellos les importara un mínimo las cosas que sueñe» -pensaba con odio la muchacha mientras veía todo el panorama, el cual se veía muy tranquilo, al parecer todos los vecinos, bueno, la mayoría estaban tomando desayuno, o se disponían a ir a trabajar. Hermione pudo ver por la ventana un señor se encontraba regando sus plantas, una señora lavaba su auto, en fin...todos tenían en ese momento una vida normal...pero Hermione no la tenía según sus palabras. De repente se escuchó un ligero golpeteo en la puerta, que sobresaltó a Hermione.

-¿Quién? -preguntó de mala gana. -Soy yo Hermione -respondió una voz femenina un poco mas grave -abre la puerta por favor. -Puedes esperar un rato Sra. Granger -respondió de mala gana Hermione- voy a vestirme. -No es necesario Hermione, es solo cuestión de un minuto -le respondió la mujer que se encontraba al otro lado de la puerta.

Hermione frunció el seño, puso cara de odio, pero así se dirigió a la puerta, y la abrió. Entró en la habitación una mujer, hermosa, para que negarlo, de cabello marrón oscuro que le llegaba casi a los hombros, ojos miel, tez blanca, y más o menos alta. Era, su madre.

-¿Qué quieres? -preguntó bruscamente Hermione, cerrando fuertemente la puerta. -Sólo necesito que escuches lo que te tengo que decir, de ahí ya puedes vestirte y bajar a desayunar -respondió la Sra. Granger, mirando con cautela a su hija. -Bueno pues, habla. -fue la malcriada respuesta de la muchacha. -Por lo que veo aun sigues molesta por lo de ayer, verdad Hermione? -preguntó su madre a la vez que se dirigía a sentarse en la cama de su hija. -OH! Madre, que adivina que te has vuelto, pues si, aun estoy 'molesta' con ustedes dos -respondió Hermione mirando con odio a su madre. -Mira, hija, si tú padre y yo en cierta forma te obligamos a que estuvieras en la reunión y que no fueras a tu fiesta, créeme que fue por una buena razón, ya que tu pa...-iba diciendo la Sra. Granger, pero Hermione la cortó.

-¿Cómo que fue por una buena razón? Ah! ¿Qué estúpida razón ha sido la que me ha impedido ir a ver a mis amigos y divertirme? ¿Qué? ¿Acaso querían que les mostrara mis 'perfectos' dientes, entre comillas, a sus estúpidos colegas? Ah? ¿Eso querían? -decía Hermione muy molesta y con una cara llena de rabia- ¿ustedes creen que a mi me divierte estar soportando que me hagan hacer las cosas que a ustedes les gusta? Toda mi miserable vida he hecho eso, es por eso que me costó tener amigos, y ahora cuando ya los tengo y tengo oportunidades para divertirme con ellos fuera de las clases, ¿ustedes me lo niegan? Es que acaso no tengo derecho a estar con ellos, ah? Todo tiene que ser leer y leer y leer, para ustedes, ¿no? Todo tiene que ser estudiar y estudiar, nada puede tener un momento, al menos un mísero momento de diversión, eh? ¡NO! Claro, somos la familia Granger, la familia de dentistas que sólo nos dedicamos a trabajar y nada más, la diversión es un pecado, le tenemos fobia a ella. -decía con rencor en la voz Hermione, dando vueltas por la habitación.

Su madre, trataba de calmarla y pedirle que la escuche, pero a pesar de todo eso, Hermione seguía hablando, con tanto odio en la voz...

-Hermione, hija...escucha, tu padre y yo ten...-iba a decir su madre, pero Hermione toda terca no quería escuchar, sólo quería desfogar todo el rencor que llevaba adentro, así que continuo gritándole a su madre, diciéndole lo que según ella consideraba eran sus verdades, seguía echándole la culpa de todo, hasta que llego un momento en que su madre, que había estado escuchando los gritos de Hermione, sentada muy tranquila, pero al parecer, esto fue lo que rebalsó el vaso...

-¡¡¡¡Tu y mi padre, no deberían llamarse padres, ustedes nunca estuvieron ahí cuando yo los necesite, porque siempre respondían mas a su estúpido trabajo antes que a su propia hija, la verdad es que a veces me gustaría no tener padres, así como Harry, porque con ustedes es lo mismo, parece como si no los tuviera, como deseo a veces que ustedes desaparezcan y me dejen en paz, o yo desaparecer y ya no ser una molestia ni una carga que aumenta su cuenta en cada cosa que gastan, a veces deseo...deseo MORIR!!!!!!!

En ese punto la madre de Hermione ya no pudo aguantar más, se paró y le tiró una cachetada a su hija, fue tan fuerte que Hermione se tambaleó un poco. Luego de eso, se formó un profundo silencio en la habitación, en el cual Hermione se estaba frotando la mejilla, que le dolía a causa de la bofetada de su madre, la cual se encontraba mirando fijamente a su hija, con una expresión muy severa en su delicado rostro, pero, de repente esa mirada se transformó en una de tristeza profunda. En ese momento, la Sra. Granger procedió a hablar, pero esta vez con una voz un poco más ronca...

-Hermione, hija, la verdad es que tienes razón...nosotros no hemos sabido criarte, simplemente por culpa de nuestro trabajo, al cual siempre le hemos dedicado mas tiempo que a ti, es cierto lo que dices, que nosotros no merecemos llamarnos padres, ya que no hemos actuado como tales, sólo hemos hecho lo que cualquiera podría hacer, pagarte tus estudios y dejarte que estudies y obligarte a ello, nunca le prestamos atención a cualquier otra cosa que te incomodaba, alguna curiosidad sobre tu edad que tenias, etc. Todos los problemas que se presentan en tu etapa, nunca lo hemos hecho, y ya nos hemos dado cuenta de ello y también nos hemos dado cuenta de que hemos echado a perder todos los momentos que hemos podido vivir juntos, es por eso, que hemos tomado tanto tu padre como yo, una decisión, que, si bien aun la estamos evaluando la cual es...dejar uno de los dos nuestro trabajo.

Si la Sra. Granger pensó que ese comentario iba a aliviar a su hija, pues estuvo súper equivocada. Lo primero que hizo la nena, fue pararse de la cama, pues estaba sentada ir hacia su madre y cogerle la cara.

-Se ha vuelto loca Sra. Alice Granger, ¿esta demente o que? Como se le puede ocurrir tan tarada idea. Dejar uno de los dos el trabajo, bárbaro...claro y después.....Cómo demonios nos vamos a mantenernos, eh? Cómo demonios voy a poder comprarme túnicas como para ir a mis fiestas....y lo más importante como demonios van a pagar las cuentas tanto de luz, teléfono, agua, lo que sea....si conmigo es más dinero, ¿¿¿no te das cuenta de que no vamos a poder vivir porque nos va a faltar???....ninguno de los dos puede dejar de trabajar, madre, entiende aquí el problema no son ustedes, sino yo.

Y finalmente soltó el rostro de su madre, para repetirse la ultima frase dicha en su mente:

-«Aquí el problema no son ustedes, sino yo» La Sra. Granger no sabia que decir ni que hacer en ese momento, no porque no quisiera a su hija sino porque no sabia como manejar una situación como esa, ya que como podemos comprobar a lo que vamos de esta historia, la Sra. Granger no se ha ocupado mucho de su hija y no puede realmente definir su carácter. No lo sabe, no es su culpa, es tan sólo que su trabajo se lo ha impedido porque como madre quería darle lo mejor a su hija, pero, le falto lo más importante....el amor.

Hermione por su parte seguía repitiendo esa frase en su mente, claro, ella no tenía la culpa, era tan sólo que estaba sumamente confundida, extremadamente. Ella, como es obvio, necesitaba ayuda....tenía todo, comodidades, ropa, etc., todo lo que una adolescente desea.....pero, faltaba algo.....algo que la hacia tener ese carácter......rebelde, y sumamente frío hacia los dos seres que hicieron el milagro de su vida........la falta de amor.

Ambas, madre e hija, cuestionaban y maldecían dentro de sus mentes todo lo que había pasado a lo largo de 16 años.....pero, no lo bueno si se puede rescatar algunas cosas buenas.......sino lo malo, lo que según ellas ha originado esta atmósfera llena de hostilidades entre progenitores e hija......para ninguna era justo lo que estaba pasando, pero a la vez ambas, se mataban con la idea de que tenían la culpa....

Ese silencio, tan triste y perturbador, fue interrumpido por alguien que llamaba a la puerta del cuarto.

-¿Quién es? -fue lo primero que dijo la Sra. Granger dirigiéndose a la puerta. -Soy yo Alice.... ¿Qué pasa ahí dentro? -respondió una voz masculina. -Nada Richard, nada.......tan sólo estaba conversando con Hermione de que hoy nos vamos a ir a la convención de dentistas durante estos tres días y que la vamos a dejar a cargo de la Sra. Bestrew. -Bueno, Alice, entonces apúrate y salgan de una vez del cuarto que en cualquier momento llega la Sra. Bestrew. -dijo el Sr. Richard Granger. En seguida bajamos -fue lo último que dijo la madre de Hermione.

Ella, se volvió hacia su hija, quien se había metido una vez más al baño y se había vestido. Pero, la cara que puso delante de su madre, le dio a entender a la Sra. Granger que Hermione se iba a quejar de algo.

-¿Cómo que me van a dejar a cargo de la Sra. Bestrew? Ni siquiera me lo pudieron consultar.......... ¿que creen? ¿Que no me puedo cuidar sola? Madre, soy una bruja, y claro que se cuidarme por mi misma, tengo 16 años y tan solo faltan 3 semanas para que cumpla 17. Pero, claro!!! Siempre tienen que irme sobreprotegiendo. ¿No se dan cuenta que es demasiado tarde como para preocuparse de su única hija? -fue lo que dijo la joven, con una voz llena de rabia. La típica voz que empleaba para hablar con su madre o padre.

-No me empieces a dar sermones Hermione Granger. Se muy bien que tu te puedes cuidar sola, que eres una excelente bruja...pero nos vamos a ir por tres días y no quiero que te pase nada malo, tan sólo le hemos dicho a la Sra. Bestrew, que te venga a ver a la hora de desayuno, almuerzo y cena. Nada más. Y sólo va a estar una hora contigo.....así que nada de peros Srta. Granger y me baja ahora mismo a desayunar. -diciendo esto la Sra. Alice Granger, dio por finalizada la discusión, y abrió la puerta para que su hija saliera del cuarto.

Hermione al salir, no miro atrás, tan solo bajo las escaleras y se dirigió a la cocina, pasando por el vestíbulo, en donde su padre se acomodaba la corbata frente al espejo.

-Buenos Días Srta. Hermione Granger -dijo el Sr. Richard Granger como saludo, pero en un tono triste pero, tratando de ser cálido.

-Buenas Sr. Granger -fue el saludo que dio la joven de una manera muy fría y cortante. Y al final se dirigió a la cocina, a desayunar.

Paso por decir un cuarto de hora, Hermione finalizó su desayuno e iba a lavar los platos y sus padres se encontraban sentados en la sala, leyendo el periódico o en el caso de su padre, arreglando su maletín.

De un momento a otro sonó el timbre. La Sra. Granger se dirigió a la puerta para abrirla. La abrió y en el umbral apareció una mujer de mas o menos unos 50 o 60 años, de cabellos canos, pero que aun dejaban ver que la propietaria alguna vez fue una hermosa rubia. Los ojos de color azul parecían muy agudos en cuanto a fijarse en cada cosa de los demás. Esa señora, de sonrisa risueña, era la Sra. Amanda Bestrew, la que iba a cuidar a la nena, es decir a Hermione.

-¿Cómo le va Sra. Bestrew? -fue el cortés saludo de la Sra. Granger, mientras le ofrecía la mano para que le de su saco. -Pues de maravilla, Alice. Ahora creo que me va ir mejor al cuidar a la bandida de Hermione ¿no crees? -dijo animosamente la Sra. Amanda. -Este.... -iba a responder algo nerviosa la madre de la bandida, cuando al vestíbulo entraron Hermione y su padre, cargando maletas.

-Pero, miren que acá vienen la bandida y su padre. ¿Cómo estas Richard? -dijo alegremente la Sra. Bestrew sonriendo al padre y su hija.

-Bien Sra. Amanda, muy bien, gracias por poder hacerse cargo de Hermione, por estos tres días. -dijo el Sr. Granger. -Ah! Vaya, no te preocupes Richard, la niña y yo la vamos a pasar bien ¿no es así Hermione? Pero Jesús, María y José.....¡¡¡mira que grande estas!! Ya estas hecha toda una dama.

-Buenos día señora Bestrew -dijo Hermione en un tono muy fingido- gusto en verla, pero lo primero que debe saber es que yo, si quiero ir a mi habitación, usted no me va a obligar a bajar. Así como ahorita, acabe de desayunar, así que me retiro a lavarme los dientes.

Los padres de Hermione, la miraron mitad furiosos, mitad afligidos. La señora Bestrew sin embargo dijo:

-Pero, Hermione, hija, tienes que despedirte de tus padres, ellos no van a estar tres días en casa, así que no los vas a ver hasta tres días, debes decirles que los vas a extra....... -pero lastimosamente la Sra. Bestrew, fue cortada por la fría despedida de Hermione.

-Entonces......Adiós. Hasta dentro de tres días, señor y señora Granger. -diciendo esto, fue escaleras arriba. Los señores Granger no sabían que decir ante tal comportamiento de su hija. Como era de esperarse, la Sra. Bestrew, se quedo re-impresionada.

-Pero, ¡Dios Mío! Que le ha pasado a esta niña...yo la recuerdo tan amable y educada....pero ahora esta hecha toda una sinvergüenza y malcriada. ¿Qué ha pasado con ella, ¡por Dios!? Seguro que ha sido alguien en el colegio que la ha vuelto así, algún chico........algo así, la juventud cada día se vuelve mas vandálica, malcriada, ¡que se yo! Pero su hija.......Dios, deberían de llamar al colegio para quejarse por......

Pero, los señores Granger la interrumpieron. -No Sra. Bestrew, su escuela no tiene nada que ver con el hecho de que ella se comporte así, de esa forma tan fría y tan malcriada...no, hay otros culpables, que están mas cerca de lo que usted cree... -dijo cortantemente el Sr. Granger mirando aún las escaleras.

La Sra. Granger dio un pequeño suspiro y asintió la cabeza, como afirmando lo que su esposo acababa de decir. Por su parte, la Sra. Bestrew, miraba confundida a los dueños de la casa...no entendió lo que quiso decir el Sr. Granger, aunque en mi opinión, fue mejor que no lo entendiera.

-Ejem...bueno, creo que ya es mejor que nos vayamos, el tren sale dentro de media hora y llegar a la estación nos tomara unos veinte minutos...-dijo la Sra. Granger para cambiar de tema, cogiendo su maleta. -Es verdad Alice -respondió el señor Richard- será mejor que ya nos vayamos, o perderemos el tren -cogió su maleta y se dirigió a la Sra. Bestrew- Amanda, gracias por el favor que nos va a hacer, si es posible cuando Hermione baje le dice que no vaya a ningún lugar y que tan sólo si le falta algo vaya al supermercado. Y también que cierre bien el patio de atrás. Bueno, creo que eso es todo ¿no Alice?

-Si, es todo, gracias Sra. Bestrew, hasta dentro de tres días -dijo finalmente la Sra. Granger, abriendo la puerta y saliendo. -OH! No se preocupen, para mi no es molestia es un placer....y no se preocupen la niña va a estar bien, se le va a pasar la molestia, ya verán! -decía animosamente la Sra. Bestrew, como para animarlos un poco... -Eso esperamos Amanda, de verdad......si necesita algo.....tan sólo llámenos al celular, esta el número en el directorio al lado del teléfono. -dijo el Sr. Granger saliendo también de la casa. -¡¡¡¡Cuídense....no se preocupen y buena suerte.....Adiós!!!!! -se despidió alegremente la Sra. Bestrew. Luego, de que vio que los padres de Hermione abordaron un taxi, cerró la puerta.-Pues bien, ahora a ver que le pasa a esta bandida -se dijo la Sra. Bestrew subiendo las escaleras.

Por su parte, Hermione, estaba encerrada en su cuarto, con las cortinas cerradas, ya que no quiso ver cuando sus padres se iban...pero, muy en el fondo a Hermione le dolía no haberse despedido bien de ellos, y de hecho que los iba a extrañar así ella lo negase... -Al fin.......se fueron...pero... ¿tendré razón?..De verdad lo que dije es cierto........-se decía Hermione, muy confusa, ya que una mezcla de sentimientos se estaba apoderando de su corazón y mente- ¿de verdad? «Aquí el problema no son ustedes, sino yo», una frase muy... ¿real? si, muy real...........cuantas veces no los he escuchado quejarse de que tienen que pagar mas por esto y por lo otro y todo por mi, a pesar de que no estoy gran parte del año con ellos. ¿Cómo se puede arreglar esto entonces? Siempre he dicho y me han enseñado que si hay un problema hay que solucionarlo de raíz....entonces si el problema soy yo...... ¿que debo hacer? -Hermione que estaba sentada en su cama, se levantó y se dirigió a su ventana y corrió las cortinas y abrió la ventana- hace un lindo día -se dijo- lástima que yo no pueda compartir la alegría de este día.

Hermione dirigió una triste mirada a la calle Baker Avenue donde se encontraba ubicada su casa....y empezó a recordar todo por lo que había pasado....la verdad es que Hermione Granger pudo ser la mejor alumna del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, una de las mejores amigas de Harry Potter, la alumna favorita de la profesora McGonagall, prefecta de Gryffindor, y una hermosa bruja, pero ella jamás iba a dejar de ser una adolescente, con defectos y virtudes y sobre todo con muchísimos problemas...tal vez nadie más que ella lo sabe, quizá nunca lo demuestra y siempre demuestra un temperamento fuerte delante de los demás...pero, todo eso no es nada más que una coraza, un escudo, que oculta a una joven débil, y muy frágil, que tan confundida que esta, su mente esta completamente perdida...detrás de ese escudo se esconde una adolescente que pide a gritos ayuda y nadie se da cuenta de ello...nadie...detrás de ese escudo se esconde una chica que esta apunto de caer en un abismo en dónde nadie la va a poder salvar...lo que nos demuestra que...las apariencias engañan...

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