Byron Love. Va a casarse, pero antes de eso. Recuerda todo lo que tubo que escalar para llegara esa montaña. Y como fue… que recupero a aquella chica que le quitaba el sueño.
Capitulo Uno. Recordando un duro pasado.
Parte I
Estaba caminando hacia mi casa luego de la practica. La verdad es que me había sorprendido mucho a que ellos me llamaran para que me uniera a el juego nuevamente del antiguo Raimon para volver a crear al Inazuma. Por el momento. Esto solo había llegado a los oídos de Mark Evans, Axel Blaze, Jude Sharp, Nathan Swift, Shawn Frost, Bobby Shearer Erik River y yo mismo claro. Comencé a recordar claramente la discusión que había tenido con aquella loca chica que me roba el sueño. Todo comenzó cuando entre en la secundaria Zeus. A medio semestre, Cuando el bastardo aquel me convenció de beber aquel liquido maldito.
-¡Te desconozco Byron!- Allí estaba ella, parada frente a mi, mirándome como si fuera un desconocido. Llena de rabia y dolor en sus ojos. Su cabello castaño claro que rebasaba su cintura perfectamente liso, su piel clara como la nieve. Y sus ojos color esmeralda. Me miraba con furia intensa, Tanto, que brillaban
-¿Enserio?-Pregunte mirándola sin emoción alguna en mi rostro. Con completa indiferencia.
-¡Tu no eres el Byron Love del cual me enamore! ¡eres una persona completamente diferente! ¡¿te crees un Dios? ¡¿de donde haz sacado semejante tontería?
-el me ha abierto los ojos a la verdad
-¿De que verdad hablas?-Vi como sus lagrimas empapaban su frágil rostro. Pero no me importo. En ese momento. Mi ganas de dominar eran mucho mas poderosas.
-Kageyama-
-¡No entiendes que te esta lavando el cerebro!-bajo su cabeza ocultando sus lagrimas. –No-quiero-siseo-No-quiero-volver-a-verte… hasta que cambies… y vuelvas a ser el Terumi-kun que yo conozco… No volvere a verte. Hasta entonces, No me busques… Byron Love-se dio media vuelta y cerro la puerta en mis narices.
Jamás me había puesto a pensar en ese momento hasta después de el enfrentamiento con Raimon. Me hicieron abrir los ojos de tal manera. Que la verdad era asombroso. Ese día. Realmente, lamente haber sido tan entupido como para dejarla ir, a ella. Quien había sido mi soporte todo este tiempo. Quien me había apoyado. Siempre.
