Disclaimer: Los personajes de The Flash y Arrow no me pertenecen, ellos son de la Warner y DC.
N/A: Solo quería hacerles saber que aún me encuentro sin una computadora y que lo que publique a partir de ahora será a través de la aplicación del celular que no es muy buena, así que si ven algunas fallas sepan disculpar.
Capítulo Único: Perdido.
Oliver no sabe si es mala suerte, el karma actuando o simplemente el destino jugando con él como si fuera un estúpido personaje del Sims, alguien que mueve a su antojo su futuro y perjudicando sus pensamientos en el presente. Era un asco.
Nunca se le había pasado por la cabeza la idea de volverse a enamorar. No. Claro que no.
Luego de que Felicity hubiese tomado la decisión de abandonarlo y salirse del Team Arrow, Oliver creyó fervientemente que su corazón no volvería a pertenecerle a nadie más. Que luego de la muerte de Laurel, su vida solo giraria en entorno al bienestar de los suyos, su ciudad y la candidatura. Creyó que no volvería a mirar a otra persona como si fuera especial, que únicamente volvería a tener un tipo de acercamiento solo cuando tuviera la necesidad de satisfacerse con el sexo.
Pero claro, se equivocó.
Después de Felicity si hubo, hay, alguien más.
Alguien capaz de acelerar su corazón. Alguien que logra quitarle el sueño en las noches, logrando que quedase en vela perdido en pensamientos que iban y venían. Alguien que le quitaba el aliento y que lo volvía literalmente loco. Alguien que lo confundía y lo llenaba de tanta paz al mismo tiempo. Que lo llenaba de confianza y cariño.
Y ese alguien, no era nada más ni nada menos que el velocista de Central City: Barry Allen.
El mocoso de alguna manera logró colarse entre los muros que rodeaban su corazón y robarlo. Tomarlo entre sus cálidas manos y retenerlo a su antojo. Llenándolo con su esencia juvenil, positiva y cariñosa.
Una parte de él, quiere alejarse de Barry. Ignorar aquel sentimiento y seguir como si nada, seguir en su rutina de Vigilante y mantener su amistad y distancia con el Metahumano.
La otra, aquella que confía ciegamente en Barry, simplemente quiere ir donde el mocoso, rodearle en un abrazo y robarle un beso de película. Quiere simplemente ser feliz junto al castaño, escuchar del otro sinceras palabras de amor.
Y Oliver no sabe que hacer.
No sabe siquiera si Barry sentía algo por él más haya de su admiración y cariño. Si aquellos sentimientos podían ser algo más.
Tampoco se sentía seguro de querer averiguarlo. Ni quería ser tachado de acosador ni que su amigo malinterpretase sus acciones.
Lo único que le faltaba era que todos se enterasen de que acosaba a un muchacho diez años menor que él.
Eso sería el hundimiento a su candidatura.
Lo peor de la situación, es que la única persona a la que puede contarle su dilema, es la misma por la que se siente tan perdido.
Oliver no sabe que hacer. No puede seguir sin hacer nada, no podrá soportarlo.
- ¿Valdrá la pena arriesgarme? -dice en voz alta, en la soledad de su habitación.
La pregunta queda suspendida en el aire sin que nadie fuese capaz de responderla.
Al final, Oliver vuelve a estar perdido dentro de sus propios y contradictorios sentimientos.
