¡Hola, Gente!
Esto lo hice para yunnmello para el día del amor y la amistad.
Disclaimer: Naruto sus personajes y mundo no me pertenece. El que lucra con Naruto es Masashi Kishimoto, su mangaka, y la revista Shonen Jump…
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La conversación pendiente
Puede que hubieran pasado semanas y las mismas se hubieran convertido en meses y los meses, si seguía no haciendo algo, se convertirían en años. Pero, aunque él estaba muy consciente de que debía hablar con ella, Naruto aun no lo hacía.
Por primera vez en la vida era tímido. La miraba caminar, sonreír al sol, entrenar, hablar con sus compañeros de equipo y, aunque sabía que sólo tenía que ir donde ella y pedirle hablar, no lo hacía.
Además, no sabía qué le diría. Pero de lo que sí estaba seguro era que tenía que hablar con Hinata, era lo mínimo que le debía. Después de que ella hubiera sido la única que llegó a tratar de salvarle de Pain, aunque bien que sabía que moriría en el intento y que tuviera la fuerza de decirle que lo amaba… tenía que hablar con ella.
—Naruto…
El susto que el rubio sintió al oír aquella vocecita detrás de él, lo hizo tener un respingo mientras se volvía. No la sintió llegar ahí, detrás del árbol en que estaba, esperando al equipo de Hinata que siempre entrenaba ahí.
Cuando la vio con la mirada baja, sonrosada, las manos fuertemente agarrada entre ellas en su regazo y moviendo un pie, no pudo dejar de verla y sonreír con nervios.
—Eeeh, Naruto. ¿Ne… necesitas algo? —dijo ella, con la voz un poco más baja.
Era el momento. Ya podrían hablar, no sabía qué iba a decir, pero ¿Cuándo eso le ha impedido decir algo?
—Hinata, sí. Yo…
Ella subió un poco su mirada y esos ojos grises y muy amables de seguro le enviaron un genjitsu o algo así, porque lo siguiente de lo que se dio cuenta es que bajó la mano con la que se rascaba la cabeza, se la puso debajo de la quijada para poder verla mejor o darle un beso en la boca, como hizo.
El calor que sintió irradiar desde el rostro de ella, de lo tan colorada que se puso y el hecho de que no se alejara de su contacto, lo hizo sonreír. Entonces, se alejó un paso y, también muy colorado, recordó que casi no había desayunado y dijo:
—¿Quieres venir a comer ramen conmigo?
Hinata no le dijo algo, y siguió todo el camino en silencio. Mientras comían, también se mantuvo en total silencio y nunca dejó de estar roja, pero justo después de esa invitación, había ido hacia él, tomado su mano e el camino hacia el puesto sin miedo. Naruto nunca se había sentido más acompañado en su vida.
OoOoO
Pues eso fue. Espero les haya gustado en algo!
