Disclaimer: Todos los PERSONAJES/LUGARES/NOMBRES de la serie HARRY POTTER son propiedad de Joanne K. Rowling, Warner Bros, etc.
Hola a todos! Hace mucho que no nos leemos por acá, pero bueno, he regresado con esta humilde historia. Les cuento que iba a ser una historia de un capítulo pero después me di cuenta que se me complicaba, y he decidido hacerle no más que 5. Me parecía interesante volver con algo corto, porque la verdad me esta costando mucho escribir, he perdido 'el entrenamiento', como quien dice no? jajaja
No voy a negar, no es la gran cosa! pero si me quieren les va a gustar (?)
Desde ya, gracias por estar acá!
Siempre amé tu locura
Capítulo 1
Dudas
La mantita a cuadros con colores alegres y vivos permanecía extendida sobre el verde césped de Hyde Park de Londres. Una canasta repleta de ricos manjares yacía abierta al lado de la manta, mientras dos jóvenes estaban acostadas sobre ella, disfrutando aquel magnífico día. Las dos jóvenes estaban tildadas, mirando la magnificencia del lago de agua cristalina, vagando vaya a ser en qué pensamiento.
El silencio era el comandante de aquella muda conversación. La tarde del primer sábado de junio era perfecta, el clima acompañaba con un brillante sol de primavera. Los niños corrían, se hamacaban, se tiraban del tobogán. También había parejas abrazadas, sentadas en los bancos, que no escatimaban en arrumacos, abrazándose, riéndose y disfrutando.
Una de las dos jóvenes, la rubia, se entretenía encontrándole formas a las nubes, observándolas detrás de sus psicodélicos lentes de sol color verde petróleo. Su compañera, la pelirroja, se incorporó, al escuchar las voces de esos niños; apoyó su peso en los codos y los observó con más detenimiento. Se trataba de una niña de piel morena, tenía dos trencitas, y al parecer le decía a su amigo, o a su hermano, que ella sabía hamacarse más fuerte.
-Terminé con Dayron- confesó, tras un largo suspiro.
-Dime que es definitivo…-rogó su amiga.
-Eso espero.
-¿Eso esperas Ginny? – dijo Luna atónita– Supongo que depende de ti, de tus decisiones…no es algo que puedas o no esperar.
-No sé lo que quiero…-reconoció Ginny.
-A él seguro que no.-dijo convencida-Nunca he terminado de entender qué le viste, Ginny.
-Es un buen chico.-replicó ésta última.
-Típico. Cuando un hombre es feo decimos que es bueno.-afirmó insolentemente.
-¡Dayron no es feo! ¡Todo lo contrario!
-Quise decir que no es lo que tú necesitas.-especificó Luna.
-Tal vez tengas razón; la última discusión fue horrible… dice que estoy obsesionada con…
-Bueno, un poco de razón tiene ¿no? –Las amigas se miraron.- No me acuses así con esa miradita, es la verdad.
-¿Acaso no lo entiendes? –dijo Ginny con cierta angustia- No se trata de una obsesión, es mi sueño Luna. Siempre lo he postergado por mi carrera, por mi familia… y ahora que podríamos…
-Él no quiere, te lo dijo cientos de veces, fue muy claro contigo.- le recordó Luna.
-A veces pienso que somos incompatibles, durante la época que lo intentábamos…
-¿Cuándo lo intentaron? –dijo sorprendida Luna.
-Hace un tiempo, cuando él accedió.
-¿Y ahora?
-Directamente no tenemos relaciones... el dice que no está preparado. –Ginny exhaló un suspiro de impaciencia
-¿Para follar? – las dos rieron.
-Para eso tampoco. –admitió Ginny con bronca- Tiene treinta tres años, no sé cuándo estará preparado sino es ahora…
-Recuerda que los hombres pueden ser padres a cualquier edad.
-¡No me hagas reír!- dijo mordaz Ginny- Eso no es cierto, ¿te imaginas un padre de ochenta años? – Luna carcajeó- ¿Ves? Sería una locura…
-Dayron tiene cincuenta años por delante hasta llegar a los ochenta.-puntualizó Luna, quitándose los anteojos de sol para hacerle una inspección con la mirada.
-Estás equivocada, Lovegood; le quedan cuarenta y siete años.-inevitablemente, las dos rieron a carcajadas.- Te hablo en serio, Luna.
-Yo también tonta. ¿Sabes qué? – Ginny negó- No siento que el problema de la ruptura haya sido su negativa a tener un hijo…
-¿Ah no? Y ¿cuál es entonces?
-Ya sabes, no estás enamorada de Dayron. Y el…
-El amor no puede ser el mismo siempre.-argumentó Ginny- Debe ir mutando para poder sobrevivir.
-Sí, pero…
-No puedo sentir el mismo entusiasmo del principio, a nadie le sucede eso.- dijo Ginny.
-A eso iba – la cortó Luna cansada de que la interrumpa- Nunca vi en ti el entusiasmo de una mujer enamorada, nunca te vi emocionada por estar con él, no te he visto realmente plena…viven discutiendo, eso no puede ser amor.
-Miras demasiadas telenovelas, el amor no tiene nada que ver con eso Luna. No es pasión, no es intensidad, ni vértigo, es lo que resta y sobrevive a eso, a toda esa revolución que uno siente apenas conoce a alguien…-encomilló la frase con los dedos, vehementemente.- Después eso se esfuma, con el tiempo.
-No opino lo mismo; el amor también pasión, vértigo e intensidad.- sonrió, soñadora mirando las nubes- No me puedes negar que todo ese momento de revolución como tú le llamas es el más hermoso de una relación.
-Eso es enamoramiento. Una enfermedad letal – figuró una cruz con los dedos- No quisiera estar así nunca…
-Deberías estarlo ¿sabes? – Luna inspeccionó el rostro de su amiga detenidamente- Siempre pensé que lo mejor para ti sería hacer una locura… nunca te has salido del molde, has ido bien encarrilada.
-No es mi estilo salirme del molde Lu.-Soltó Ginny molesta.
-¡No me llames Lu!
-¿Por qué? – rió burlonamente
-Parece que me llamo Lucy o algo así…- torció sus celestes ojos, con desagrado.- Como te decía, nunca te descarrilaste… ¿no crees que sería bueno divertirte un poco?
-Si te consuela, ya he terminado con Dayron. Eso para mí es descarrilarse, estoy soltera nuevamente.-bufó.
-Has matado tu relación con esa fijación que tienes de ser madre…- opinó la joven.
-¡Es mi deseo, Luna! – Replicó Ginny sintiéndose incomprendida- Además ya tengo veintisiete años…- Luna empezó a reírse- ¿Se puede saber qué te parece gracioso?
-Lo dices como si tuvieras noventa… ¡aún tienes tiempo para concebir!
-No lo tengo realmente, mi pareja es un desastre.
-¿Qué quieres decir?
-Quizá tengas razón. –Dijo con aire misterioso.- Tal vez no sea Dayron la persona indicada para tener un hijo…
-¿Y si no es Dayron, quién es?
-Nadie en particular…-dijo enigmáticamente la pelirroja.- Quizá deba tenerlo sola.
-Cuando yo te dije que cometas una locura, me refería a un viaje, a vacaciones… o a follar con varios a la vez, no a que cometas una estupidez…-aclaró Luna sentándose en la manta.
-Necesito ser madre Luna. Y ya a esta altura no me importa nada…
-Estás delirando Weasley - Ginny se sentó también, en canastitas. Luna detectó algo de rebeldía tatuado en sus pupilas.- No hablarás en serio, ¿no?
-¿Qué tiene de malo?- se encogió de hombros.
-Tener un hijo sola es una locura, ¿crees que llevarlo nueve meses en el vientre? ¡Es costoso! ¡Hay que criarlo después! ¡Los niños hacen renegar, desobedecen, rompen cosas! Y ni hablar si les falta una figura paterna…-Luna dijo todo eso casi sin respirar. Ginny frunció el entrecejo mirándola seriamente.
-No quiero ofenderte, pero necesitas ayuda, algo así como psiquiatra.-rieron y tras una breve pausa, Ginny volvió a retomar la palabra:-En serio, somos las amigas perfectas.
-¿Eh? – Luna parecía desorientada.
-Yo añoro tener un hijo y tú le tienes fobia a la maternidad. ¡Qué dupla!
-Seré algo liberal pero a tanto no llego – se abstuvo Luna, levantando sus manos. Sacó un chocolate de la canasta y empezó a desenvolverlo.
-Eso que estás comiendo permanece dos segundos en tu boca y años en tus caderas- la previno Ginny.
-Haré ejercicio después.- se justificó Luna, despreocupada.
-Corre hasta la Argentina, será la única manera de que no asimiles la cantidad de harina que…
-Cuéntame cómo está Hermione, hace bastante que no la veo.- dijo Luna haciendo caso omiso.
-Está muy bien, por suerte se lleva bien con mi hermano.-respondió Ginny haciendo que su amiga suelte un suspiro de exasperación- Rose está inmensa y hasta dice mi nombre.- sonrió.- Se le ha dado por arrojar los juguetes al inodoro. – Luna explotó en una carcajada.
-Es igualita a los gemelos… ¡pobre Hermione, la que le espera! ¿Los invitaste para esta noche al recital?
-¿Perdón? ¿Qué recital?
-¡Ginny, no me digas que lo olvidaste! ¡Hace dos semanas reservé lugar!
-Lo olvidé, con todo lo que pasó con Dayron anoche…-se excusó la pelirroja.
-¿Me quieres decir que es lo nuevo en lo que ocurrió entre tú y Dayron? – Se impacientaba Luna- Lo de siempre; discuten y tú lo echas a patadas de tu departamento…-la miró severamente- ¿Irás al recital?
-¿Dónde es?
-En ese bar llamado BLUE.- Ginny lo pensaba.
-No lo sé…después veremos, ¿tanto interés en ir a un recital de alguien desconocido?
-Hay un cantante nuevo, no recuerdo su nombre; hace cover's de los 80… me gustaría darle algo más que aplausos.- emitió Luna con una pícara sonrisa.
-Ron y Hermione tienen un casamiento, no pueden ir…
-¡Ah cierto! – dijo acordándose- ¡La gran boda gran! Se nos casa 'El elegido' – rieron.
-¿Y tú no vas?-quiso saber Ginny.
-Claro que no, me deprimen los casamientos. Ya sabes, siempre lo mismo.- expresó Luna.
-El cantante debe estar realmente bueno como para que te pierdas semejante fiesta.-comentó riendo.
-¿Tan grande será esa fiesta?- dijo Luna con desinterés.
-La novia de Harry no es lo que se dice barata, digamos que le encanta consumir. – las dos rieron con ganas.
-El dinero que no es suyo, querrás decir.-puntualizó Luna con una sonrisa.
-Así parece. –corroboró Ginny - Y bueno, alguien tiene derecho a ser feliz en este mundo ¿no? Está bien, ¿no?
-Es una pena que no te haya invitado. Hubieras conseguido el reemplazante de Dayron con un chasquido de dedos.-vaticinó Luna.
-La novia me odia, era evidente que no iba a hacerlo.- dijo indiferente.
-Resultó bastante pollerudo Harry Potter-dijo Luna y su amiga se encogió de hombros.
-Lo prefiero así, no quiero más problemas de los que ya tengo. –musitó Ginny con sinceridad.- Me da igual ir o no ir a esa boda.
-Entonces, ¿me acompañarás a BLUE?
-¿Tengo alguna otra opción? –preguntó con aire de circunstancias.
Luna festejó su respuesta abriendo otro chocolate, pero Ginny se quedó absorta en sus pensamientos. ¿Luna tendría razón con su consejo? ¿Estaría mal ser egoísta por una vez en la vida en pos de cumplir su sueño? ¿Era una locura lo que estaba pensando hacer? No tenía las ideas claras.
En el número doce de Grimmauld Place.
Un joven de cabello negro se miraba al espejo con atención, cerciorando si el smoking con el cual se estaría casando en las próximas horas, lucía como corresponde. Respiró hondo, parecía nervioso. Acomodó el moño, intranquilo, temblando ligeramente. En pocas horas daría un paso definitivo en su vida. Se casaría con Cadence, con la mujer que siempre había soñado. Su sueño de formar una familia propia, de tener una casa propia, de disfrutar la vida, por primera vez empezaba a parecer una realidad. Y sin embargo esa pesadilla que había tenido la noche anterior con su madre, Lily Potter… no dejaba de atosigarlo.
Respiró hondo, tenía que sacarse los fantasmas de la cabeza. "Fue solo una pesadilla, Harry, no debes preocuparte.", se decía a sí mismo. El joven deseó que sus padres estuvieran vivos para aconsejarlo, para reconfortarlo para esa ocasión tan especial, aunque tampoco entendiera porqué necesitaba que lo reconforten, hubiera dado cualquier cosa por una charla con ellos, pero era imposible. ¿Su padre se había sentido igual al contraer matrimonio? Suspiró, sonriendo a su reflejo o más bien practicando la sonrisa. ¿Acaso se notaban sus dudas, sus miedos? Sacudió la cabeza, se estaba comportando como un inmaduro, y no como un hombre. Tal como Ron le recordaba cuando éste expresó sus miedos, estaba lloriqueando cual adolescente antes de tener su primera vez, eso estaba haciendo. Tenía que relajarse, era absolutamente necesario relajarse…re…la… jar… se…
-¿Harry? – él se dio vuelta, casi asustado.
-Hermione…-dijo algo rojo. Al ver su rostro, Hermione soltó una risotada.
-¿Qué haces con el traje puesto? – inquirió atónita.
-No quiero llegar tarde a…
-¿Qué dices? ¡Faltan cinco horas! – entró y se sentó en la cama, Harry la miró.
-¿Dónde está Cadence?
-En la cocina Harry, haciendo prueba de maquillaje…está algo histérica; más tarde se vendrá a vestir a casa. –Lo inspeccionó detenidamente- ¿Y tú? – añadió al ver su seriedad.
-¿Yo qué?
-¿Te encuentras bien?
-Sí, estoy bien.- replicó apagado.
-Díselo a tu cara… se supone que deberías estar feliz, ¿no?
-Lo estoy, por fin ha llegado el día- pero su tono voz de seguía sin convencer a Hermione.
-¿Estás nervioso?
-Sí, es eso.-dijo pensando que era una buena excusa.
-Es normal que lo estés… ¿te pasa algo más? - él suspiró y la miró – confía en mí.- le tomó las manos.
-No estoy seguro de hacer esto.-Hermione palideció ante aquella confesión- No me hagas sentir peor, Hermione. Me comprometí con Cadence y lo haré de todas formas pero…
-¡Espera! ¡Espera! Detente- lo cortó- Dime que es una broma o…
-Ojala fuera una broma, estoy tan … -revolvió sus cabellos.
-Explícame qué cambió de ayer a hoy, Harry.-exigió ella.
-Soñé con mi madre, con Lily.-dijo angustiado.- Fue anoche.
-¿Y eso qué tiene que ver con tu casamiento? –dijo ceñuda
-Ella me decía justamente que Cadence no era la mujer para mí. Que no iba a poder hacerme feliz ni yo a ella.- Hermione se tapó la boca con las manos, incrédula.
-Pero… no pudo haber sido Lily ¿verdad? – decía algo asustada.
-¿Crees que no? ¡Vamos, Hermione, vivimos en el mundo de la magia! Siempre pasan cosas raras…-expulsó Harry, realmente preocupado.
-No te entiendo, Harry…
-¿Qué es lo que no entiendes? ¡Soñé con mi madre y ella me decía que…!
-Eso lo entendí perfectamente. Lo que no logro comprender son tus dudas.-lo inyectó con la mirada- Al parecer tu madre no es la única que las tiene, ¿no? – Harry frunció el ceño.
-¿Qué insinúas? – inquirió, con las manos en los bolsillos.
-Es muy simple Harry, ¿Quieres o no quieres casarte con Cadence?
-La veo muy entusiasmada con esta boda, está preparándola desde hace mucho tiempo y…
-¡Contesta a mi pregunta Harry!-se exasperó Hermione.- No me vengas con compromisos morales… ni con tus principios. ¿Quieres o no quieres?
-¡Pues! ¡No me apures! – su amiga cada vez estaba más preocupada. Harry sacó las manos de sus bolsillos y estiró los brazos, era difícil reconocer aquella verdad- Hermione, yo no lo sé… yo…
-¿No lo sabes lo que quieres?
-Cadence y yo hemos tenido algunos problemas a causa de sus celos desmedidos y hemos discutido bastante…
-Sí, lo sé – rodó los ojos- Recuerdo cuando insultó a Ginny por darte un abrazo en Navidad. ¡Y delante de Dayron! Un momento lamentable, si me permites. Como si ella quisiera algo contigo. Hasta impidió que la invites a la boda…¡que ridiculez!
-No fue sólo con Ginny, fue con todas las mujeres, con la vecina, con…
-Dime que no te ha celado conmigo… -Hermione cruzó los dedos.- Dime que no tiene la mente tan podrida…
-Con respecto a ti logré convencerla de nuestra amistad. Aunque sospecho que solo lo acepta porque estás casada con Ron…- Hermione bufó con malhumor.
-¿Ahora te das cuenta de todo esto, Harry? –Le reprochó- ¡Yo te lo advertí miles de veces que el comportamiento de Cadence dejaba mucho que desear y por si no lo recuerdas, tú alegabas estar seguro de lo que sentías!
-¡Lo sé! ¡No me hagas sentir peor, Hermione! ¡No tuve ni tengo el valor para…!
-¡Merlín me ayude! – se victimizó Hermione, como si fuera su madre.-Intento entender cómo llegaste a este día sin estar seguro del casamiento y no lo logro… me dan ganas de matarte, ¿sabes?
-¡Necesito contención, no regaños! – Hermione lo asesinó con la mirada- ¡Entiéndeme! Desde hace meses los celos de Cadence se transformaron en un contratiempo, discutimos mucho…ella ya había comenzado con los preparativos y seguimos adelante… y… bueno…
-¿La amas?
-Sí, claro que la quiero mucho.
-¡Pregunté si la amas, Harry!
-La amé, mucho pero ahora yo…
-¡Por Dios! ¿Cómo llegaste hasta este punto, Harry? – le reprochó nuevamente.- ¡Hoy es el día de tu casamiento y ni siquiera estás seguro del paso que vas a dar!
-¡Si yo no hubiera soñado con…!
-¡BAH! ¡No me salgas con la excusa del sueño ese que tuviste!- lo miró, enfadada- ¡Seguramente tu madre vino del más allá para ponerte a prueba!
-Hermione…
-¡Eres un patán! ¡Un mentiroso! –exclamó enfadada-Y un cobarde, por cierto.
-¡Oye! ¡Me casaré de todos modos! – aclaró Harry poco convencido.
-¡Ah qué valentía la tuya! No tendría mucho sentido, por si no lo notaste. ¡Es evidente que no quieres hacerlo! –afirmó su amiga.
-No me iba a casar contigo, deja de comportarte como si fueras tú la engañada.- la cortó Harry, empezando a enojarse él también.
-¡A mí también me engañaste! ¡Creí que colaboraba con una boda que te hacía feliz! Y ya ves…mira el resultado… ¡paupérrimo!
-Me casaré de todos modos…-dijo resignado- No podría plantar a Cadence…ella no lo merece…
-Creo que si no estás seguro, no deberías hacerlo – opinó Hermione con determinación- Le harías un daño terrible casándote sin quererla como ella se merece…y también te lo harías a ti mismo.
-Hermione, yo…
Pero, en ese instante, tocaron la puerta de la habitación y los dos se sobresaltaron.
-¿Quién es? – preguntó Harry nervioso.
-Soy yo – él se estremeció al escuchar la voz de Cadence. Hermione no colaboró mucho poniendo cara de terror ante la cercanía de la muchacha - ¿Puedo pasar?
-¡No!- saltó Hermione- ¡Tu novio se calzó el smoking cinco horas antes y por cábala no debes verlo!
-¡Hermione no seas supersticiosa! – reía ella, despreocupada.
-¡Pero….!- Era tarde. Cadence ya había entrado.- Esto es peor de lo que pensaba…
-Bah, no es nada. –descartó, con la mano- ¿Todo bien mi amor? ¡Estás hermoso, pero demasiado serio!
-Sí, todo bien.- sonrió de manera forzosa.- Aunque deberías haberle hecho caso a Hermione… cábalas son cábalas.
-A Hermione es a quien vengo a buscar.- se acercó a su novio y lo besó, siempre era así de posesiva- Necesitaba que me ayudes con el vestido… ¿podemos ir a mi casa?
-Si claro…vamos ya mismo.-accedió resignada Hermione.- Y tú, por cábala deberías casarte con otro smoking.
-No es para tanto, ¿no es cierto, amor? –dijo Cadence
-Si estoy bien así…-repuso Harry, desorientado.- No creo que el hecho que me hayas visto el traje cambiara en algo…
(…)
Todo estaba listo. Se casaban en un pequeño templo radicado en la periferia de Londres; era el deseo de Cadence era casarse en el mismo lugar que sus padres. Los familiares invitados a la ceremonia estaban ansiosos esperando por la novia junto con su papá. Harry estaba parado allí, vestido cual príncipe azul. Buscó la mirada de su mejor amiga que sostenía a la pequeña Rose de un año y medio, profundamente dormida en sus brazos. Sin embargo, Hermione entornó los ojos y lo esquivó. ¡Su único apoyo moral y emocional lo abandonaba! Bueno, he soportado cosas peores, pensó con ironía.
Estaban presentes los señores Weasley, Ron, Hermione, Fred y George. Éstos últimos le hacían señas a Harry de que se estaba echando la soga al cuello, en medio de las protestas de Molly Weasley y las contenidas risas de Arthur.
La madre de Cadence, que parecía muy seria, no hablaba con nadie y dos primos que tenía, su familia no era numerosa. En ese instante se abrieron las puertas del pequeño templo. Cadence lucía un pomposo vestido blanco, estilo campana que apenas la dejaba caminar. Su padre, orgulloso, les sonreía a todos. Harry se giró y la vio, y el estómago le dio una peligrosa sacudida.
Estaba tan nervioso que perdió la noción del tiempo; fue apenas un parpadeo y el mago que los casaba, le estaba hablando, haciéndole una importante pregunta.
-Harry James Potter, ¿acepta a Cadence Relish para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, hasta que la muerte los separe?
-Sí, acepto.- ¿Había tardado demasiado en contestar? Él percibió que habían pasado eternos minutos, pero era evidente que contestó enseguida, porque todos sonreían con emoción.
-Cadence Relish, ¿aceptas a Harry James Potter para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza hasta que la muerte los separe?
Cadence sonrió extrañamente. Giró hacia atrás y los miró a todos y luego a Harry.
-Por supuesto que no.
Nota: Bueno, qué les pareció? sinceridad ante todo! jaja
Gracias por leer, nos vemos en el próximo.
Joanne
