En honor a mi querida hermana y amiga Ikana.

Disclaimer: Happy Tree Friends pertenece a Mondo Media.

La imagen usada como cover para este fic es propiedad de la artista Uniikura.


–Hah… hah… –los sonidos de su agitada respiración hicieron eco en las estrechas paredes del lugar. El ambiente era pesado; el aire estaba invadido por densas partículas de polvo y yeso molido que dificultaban el paso de oxígeno a su garganta, le escocía con cada inhalación.

No había prisa. No necesitaba correr como lo estaba haciendo justo ahora, pero el sentirse desconcertado y atrapado era una buena razón para querer salir de ahí.

–¡Ugh…! –Sus pies tropezaron con un trozo de concreto que parecía haber aparecido sólo para entorpecer su camino. Cuando supo que caería intentó poner ambos brazos delante de él para amortiguar el golpe, y, aunque estos se llevaron tal vez la peor parte, sintió su cabeza palpitar y un punzante dolor en el muslo derecho que le hacía sospechar se había clavado algo.

Se encogió en sí mismo y quedó recostado en el frío pavimento por un segundo.
Se sentía exhausto, desolado, su garganta no daba siquiera la oportunidad de quejarse de dolor y tampoco servía de mucho saberse en un lugar desconocido. Al mirar atrás en el pasillo sólo podía ver una oscuridad absoluta, como si el resto del pasillo hubiese desaparecido y únicamente el lugar donde se encontraba derribado justo ahora importara, iluminado por la luz de un reflector fantasma. Era aterrador, sentirse así de solo.

Abrió los ojos y suspiró con pesadez. Sabía que no podía quedarse ahí por mucho, más que eso, la necesidad de moverse para salir de ese lugar le hizo apoyar los antebrazos en el piso e intentar levantarse, palpó una de las paredes cerca de él y se sirvió de ella para alzarse torpemente sobre sus pies. Las piernas le temblaban y pronto soltó un quejido resintiendo el sitio donde una pequeña y afilada piedra se había incrustado. Luego de sacarla volvió a su camino –esta vez a paso lento–, ayudado de sus manos para guiarlo entre la oscuridad, y cuando levantó la vista vislumbró una tenue pero amplia luz a unos cuantos metros delante suyo. Pensar que se trataba de la salida fue la sensación más reconfortante que tuvo en mucho tiempo.

"–Si consigo salir de aquí tal vez sea capaz de orientarme."

Pensó, y con una nueva resolución, el chico de cabellos verdes asintió para sí mismo al tiempo en que reguló su respiración y apretó el paso, ignorando el pulsar de su pierna malherida.

Si lograba salir todo estaría bien…. si lograba salir…. si….

La cegadora luz del exterior le obligó a resguardar sus ojos con el brazo apenas puso un pie fuera, hacía un calor casi insoportable, el panorama frente a él –de una ciudad en ruinas– no auguraba nada esperanzador y el aire era tan seco que por un momento se replanteó el regresar al edificio del que provenía. Sin embargo, al voltear hacia atrás quedó mudo de asombro al no ver ninguna construcción, ni siquiera el escombro; sólo una amplia carretera desquebrajada en medio de un desierto completamente llano. Todo su entorno había cambiado de nuevo: ni una brizna de viento, ni un animal silvestre o siquiera una planta muerta hacía acto de presencia. Arena, pavimento y un enorme sol rojizo poniéndose en el horizonte donde terminaba la calle eran los únicos compañeros de Flippy en aquel lugar.

No le quedó otra opción que volver a caminar por el sendero grisáceo debajo de él mientras daba la espalda al gigante sol rojo. A pesar del cojeo, la pierna no le dolía más –tal vez porque eso ahora carecía de importancia o porque estaba acostumbrado al dolor, quién sabe–, no sabía a dónde se dirigía, pero probablemente era lo único que podía hacer. Mas el cansancio empezaba a aquejar su cuerpo y las condiciones climáticas no ayudaban a mitigarlo, además, su garganta se secaba a cada paso y le era difícil tragar saliva, pues era poca la que le quedaba dentro de la boca. Pero pensar en pedir algo para refrescarse podía ser un poco fantasioso en esa situación.

–¡A-Agua!

O eso creyó, pero tal como si lo hubiese invocado, un pequeño oasis pareció materializarse a unos cuantos metros de él al lado de la carretera.

No se contuvo, salió corriendo tan rápido como pudo y no dudó en adentrarse hasta el centro del manantial donde el agua alcanzaba a cubrir su cintura, alzando la cabeza hacia el cielo y los brazos a los costados en un estado de completo éxtasis. Luego, con un creciente temor de que aquello desapareciera en un instante, llenó sus dos manos con la mayor cantidad de líquido que éstas pudiesen abarcar para llevarlas a su boca.

Fueron dos, tal vez tres grandes tragos los que resbalaron por su garganta antes de notar algo extraño en su bebida, la consistencia había cambiado y el sabor empezaba a tornarse ferroso. Abrió los ojos con lentitud y se forzó a ahogar un grito de espanto al darse cuenta que lo que escurría entre sus dedos no era agua; sino una sustancia espesa y de un brillante rojo escarlata que rápidamente empezó a extenderse al resto del lago lleno de agua cristalina entretanto las gotas caían de sus palmas.

–¡¿Qué es esto?! –Dejó caer el resto del líquido y llevó sus manos frente a su rostro como un acto reflejo. El color rojo manchaba su piel, incrustándose en sus uñas mientras poco a poco se extendía por el resto de sus brazos, dibujando las líneas de sus venas. Empezó a sentir cómo su pecho subía y bajaba con agitación presa del pánico, pero aunque aún trataba de guardar la compostura, no tardó en dejar salir un grito ensordecedor llevándose ambas manos a la cabeza.

–"¡Tengo que salir de aquí!"

Pensó, pero al darse la vuelta se encontró en un mar interminable en el que ya ni siquiera el sol asomaba. El cielo, completamente ennegrecido, era sólo adornado por una luna menguante de arcos pronunciados y un resplandor blanco tan puro que podía cegarte si la observabas por demasiado tiempo. Aunado a esto, la temperatura también empezó a descender con rapidez, obligando al chico a abrazarse a sí mismo para guardar un poco de calor.

El temor volvía a apoderarse del cuerpo de Flippy, le crispaba los nervios, no era capaz de inhalar aire apropiadamente antes que sus pulmones lo expulsaran de nuevo con violencia en forma de vaho. Se encontraba totalmente desorientado, cada vez que se decidía a dar un paso, una extraña sensación en su cuerpo le decía que era la dirección equivocada y terminaba más aturdido y desconcertado de lo que estaba hace sólo unos segundos.

Pero cuando estuvo a punto de caer en un colapso nervioso y dejarse llevar por la desesperación; una risa, clara y lejana, despejó por completo su mente, haciendo que sólo pudiese concentrarse en ella.

Flippy calló, se armó de valor, y exclamó:

–¡¿Q-Quién está ahí?! –Pero su voz tembló apenas con la primera sílaba y eso le molestó. No necesitaba verse más asustado de lo que ya lo estaba.

Una vez más, la risa se produjo; baja y perturbadora

–¡Respondan! Yo… no sé dónde estoy…. ¡Necesito ayuda, estoy herido! ¡Por favor! –Suplicó, girando la cabeza de un lado hacia el otro con consternación en busca del dueño de aquella voz–. Por favor… –Susurró en un tono más bajo resignándose a ser ignorado, pero en lugar de la respuesta esperada, lo que vino a él fue una extraña figura oval guiada por la suave marea del lago.

Se acercó con lentitud, rezagado por el denso líquido que le rodeaba. Apenas podía ver un par de metros delante de sí mismo, pero logró distinguir en la figura un color oscuro y una especie de red de hebras tan delgadas que podrían confundirse con hilos ondeando a su alrededor

–¿Qué demonios…? –Preguntó en voz baja mientras alzaba y daba vuelta al objeto.

No estaba preparado para lo que vería y aunque un mal presentimiento se apoderaba de su cuerpo a cada segundo que pasaba, todo esfuerzo por mantener un poco de compostura se fue directo a la basura cuando, lo que encontró al otro lado del extraño objeto, no era otra cosa sino el rostro de un hombre adulto tan pálido como el mármol, cuya expresión se había quedado congelada en un gesto de agonía.

–¡AHHHHHHHHHH! –Flippy gritó y arrojó la cabeza tan lejos como pudo, cuando esta salió a la superficie pudo notar que sus ojos se encontraban entreabiertos y lo miraban directamente sin mostrar ningún rastro de vida, sólo eran un par de ojos grises inyectados en rojo gracias a la sangre que escurría desde una herida de bala al costado de su cabeza.

No tuvo tiempo de impresionarse o preguntarse por ello, pues poco a poco observó con espanto cómo empezaban a fluir más y más cabezas en su dirección.

–57… 58... 59… –Se crispó. La misma voz que hace un momento reía ahora parecía contar, el exmilitar tragó saliva y se armó de valor para avanzar entre las cabezas cercenadas que cada vez parecían más familiares.

–60… 61… 62… –Conforme avanzaba, Flippy veía rostros más aterradores que los anteriores; algunos desfigurados a base de cuchilladas, otros irreconocibles, como si les hubiese explotado una granada justo a un lado. El pecho del chico subía y bajaba con violencia, sus ojos se mantenían bien abiertos y su garganta pasaba saliva cada tanto. Ya ni siquiera se atrevía a decir nada, sólo escuchaba cómo la voz contando se hacía cada vez más fuerte mientras un plop era audible, acompañando cada número nuevo.

–63… –Cuando menos se dio cuenta, se encontraba frente a una persona que le daba la espalda, iluminada por el mismo reflector que en su momento le dio protagonismo a él dentro del edificio. Llevaba una vestimenta militar similar a la suya y estaba sentada tranquilamente sobre una pila de cadáveres. Flippy contuvo la respiración

–64… –y cayó una cabeza más al "agua", el chico apenas pudo contener su horror al ver aquellos inconfundibles rebeldes cabellos rojizos flotar hacia él.

–"¡Flaky!" –Gritó para sus adentros, incapaz de producir cualquier sonido mientras sentía cómo sus ojos se llenaban de lágrimas y sus piernas se doblegaban.

Dirigió poco a poco la mirada temblorosa hacia aquel a quien antes sólo observaba el dorso para descubrir unos centellantes ojos amarillos llenos de furia bestial puestos en él, acompañados de una sonrisa retorcida que a su vez parecía regocijarse con el desconcierto y miedo del peliverde.

La desagradable hilera de dientes afilados se ensanchó aún más mientras su dueño se giraba hacia el pobre ex-boina verde que se encontraba estático en su sitio, presa del pánico.

–65… –Y entonces sucedió: el extraño alzó una última cabeza ensangrentada de cabellos azules a la altura de su rostro, entretanto Flippy sentía cómo su propia sangre era drenada de su cuerpo.

–"…Did"

Todo ocurrió en cámara lenta. El otro individuo escupió una carcajada demencial mientras dejaba caer el cráneo de sus manos y observaba extasiado la desesperación de su acompañante al arrojarse sin pensarlo para atraparla.

–¡SPLENDID!

Flippy se irguió de golpe sobre su cama, notablemente agitado. Su frente estaba llena de sudor frío y su mano derecha se encontraba extendida justo como si intentase alcanzar algo. Pasaron un par de minutos antes que su respiración se calmase y cayera en la cuenta de dónde se encontraba: su habitación.

–Fue… ¿un sueño?

Últimamente su descanso se hallaba turbado por toda clase de pesadillas violentas y a veces aterradoras. Muchas veces despertaba empapado de sudor o temblando en el piso, también hubo ocasiones en que se lastimaba a sí mismo entre sueños y al despertar no podía volver a conciliar el sueño hasta muy entrada la mañana, cuando por fin había luz. Era visitado con recurrencia por algunos psiquiatras, pero lo único que hacían era darle tranquilizantes y pastillas para dormir, también solían hablarle sobre sanatorios mentales o retiros, pero Flippy siempre se negaba. Él no estaba loco, lo que le ocurría podía pasarle a cualquiera y seguro era temporal, estaba seguro de poder recuperarse con un poco de tiempo y paz, después de todo; la guerra había acabado hacía algunos años, todo lo ocurrido entonces era cosa del pasado….

–Mierda… –maldijo por lo bajo al notar unas pequeñas heridas en las palmas de sus manos, probables productos de sus propias uñas al cerrar los puños con demasiada fuerza entre sueños–. Tendré que ir a la cocina por algunas vendas, no sería bueno si Splendid viera esto mañana.

Y al decir este nombre, su mente consiguió algo de calma.

Splendid… ese chico que últimamente insistía tanto en verle que terminó por recibirlo en casa casi todos los días durante la tarde. Sin darse cuenta, sus visitas se habían vuelto una de las únicas cosas alegres en el día del exmilitar por más extrañas que éstas pudiesen resultar a veces, pues el joven de cabellos azulados podía ser algo indiscreto con todo lo que se relacionase al espacio personal o la vida privada. Aunque no estaba seguro de que esto le molestara.

Flippy dejó que una discreta sonrisa se dibujara en sus labios al pensar en él. Sonrisa que desapareció al instante cuando aquella escena de su vívido sueño volvió a reproducirse en su cabeza, donde él intentaba alcanzar lo que restaba de su amigo mientras el otro sujeto sonreía con satisfacción ante su angustia.

Su corazón empezó a acelerar y comenzó a sentir cómo sus pupilas se dilataban, pero antes de sucumbir por completo al recuerdo, sacudió la cabeza y tomó un gran sorbo del vaso con agua que siempre estaba dispuesto para él sobre el buró contiguo a su cama.

No quería pensar más en eso, sentía náuseas y una ansiedad terrible de sólo recordar la macabra y familiar expresión del antagonista de sus sueños, pues sabía bien, que aquella persona no era otra sino él mismo, sentado sobre un montículo de cadáveres y arrojando las cabezas al mar de sangre derramado por sus víctimas.


Hola a todos, largo tiempo sin pasarme por este fandom ^^u

Bueno, tengo varias anotaciones para este primer capítulo, así que intentaré ser lo más breve posible.
Este, como dice la sinopsis, es un fic resubido. Esta historia ya la había publicado antes en esta misma cuenta, sin embargo, por cuestiones de tiempo y falta de motivación no pude terminar su publicación hace un año lo vuelvo a subir desde el principio se debe a que he hecho una edición completa que, creo yo, mejoró la redacción del fic en general a comparación de su primera versión. Prácticamente lo reescribí todo desde el inicio(? Queee por cierto doy un agradecimiento súper especial a mi mejor amiga Lucrecia, quien fue la pobre víctima a quien forcé a leer esta historia por la falta de confianza en mí misma y la persona que más me ayudo con la parte de la edición al hacerme ver errores en un lado y otro del escrito. No sé que habría hecho sin ti, querida *3*
Otro punto importante es que esta vez, la historia ya está terminada (yay~), para quienes les llegue a interesar no tendrán que preocuparse porque se quede incompleta o sea eliminada de nuevo. Sólo dejaré un margen de unos 2 días entre cada capítulo para darle una última revisión al siguiente capítulo y eso, si me tardo más, es porque algo me pasó (?)
Por último me gustaría hacer algunas menciones honoríficas, ya que en la versión anterior de esta historia recibí mucho apoyo de varias personas que me alentaban con sus lindos comentarios, los cuales me duele mucho haber perdido: S-S-C-F-F-S, Shadow dark the hedgehod, Splendid The Hero, NewNyoAwesomme, TwinsNightray, NyandelCat7 y AnitaMayu. Gracias a todos ustedes por haberse tomado el tiempo de seguir mi historia e incluso dejarme esos lindos reviews que tanto aprecié y aprecio incluso ahora (tengo la captura cofcof. En verdad espero poder encontrármelos de nuevo por aquí y disculpándome mucho por haber abandonado la versión anterior les mando un cordial saludo :)

Y creo que eso es todo. Gracias por leer este primer capítulo, ojalá les haya gustado y quieran seguir adelante. Cualquier comentario será bienvenido y contestado.

Un saludo a todos y que pasen un buen día uwu