Disclaimers: Todo lo de Harry Potter es propiedad de JotaKá, y de la Warner Bros, más no mío, sólo los utilizó sin intención de obtener remuneración económica.
Esta serie de one shots es parte del evento de prompts de la página de Facebook "Drinny All The Way" San Valen-Drinny.
Prompt 1.
— ¡Desearía jamás haberte dirigido la palabra!
La cama se movió en señal de que se estaba levantando alguien, con pereza abrió los ojos, eran las seis de la mañana, pero no quería levantarse, quería seguir acostada, en el delicioso sopor que le brindaba la cama.
— ¡Mamá! –La voz de un niño la hizo levantarse a pesar de no desearlo –Albus me ha estado molestando, sigue respirando mi aire.
— ¿No pueden dejar de pelearse ni siquiera por un momento? –se puso las pantuflas y avanzó hasta la puerta de su habitación, con pereza.
—Él comenzó, si no respirara...
—Moriría, si Albus no respira, moriría, Albus.
—Pues debería, nunca debió nacer.
Las palabras de su hijo mayor sonaron lejanas, un momento después se sujetó de la barda para evitar caerse, todo el mundo le daba vueltas, sintiendo unas nauseas espantosas, así que corrió al baño, vomitando la cena de la noche anterior.
—Ginny ¿te sientes bien? –cuestionó la voz masculina al otro lado de la puerta.
—Sí, sí, todo bien –se enjuagó la boca y abrió la puerta, el rostro preocupado de su marido estaba frente a ella, tocando su frente.
—Por es no tienes temperatura ¿Segura que todo bien?
—Sí, Harry, todo bien –suspiro exasperada.
—No estarás... Ya sabes, embarazada, cariño, Lily tiene 6 meses aún.
—Sé cuantos meses tiene mi propia hija, Harry –lo hizo a un lado y pasó –y no, no estoy embarazada.
Bajó a la cocina a preparar el desayuno para los niños, mientras preparaba el biberón para que su marido alimentará a la bebé mientras desayunaba, la vida que solían tener era muy ajetreada debido a sus carreras, pero ahora, la vida de Ginny era monótona, aburrida, desesperante, mientras su marido se iba de misión en misión, ella tuvo que dejar el Quidditch, y dedicarse al hogar, solo había podido jugar un año como profesional, ya que se había embarazado por primera vez, le tomó un año volver al campo y cuando lo hizo, había vuelto a quedar embarazada, ya no volvió al equipo por qué a Harry le apetecía más tenerle de ama de casa, cuidando de los niños, eso era mejor, ahora, siete años después de que Albus naciera, Lily había venido al mundo.
Volvió a la realidad cuando su marido colocó a la pequeña niña de suaves y escasos cabellos rojos en el portabebés, se inclinó sobre la barra y le dio un suave beso que ella no respondió.
¿Desde cuándo se sentía infeliz e insatisfecha con su vida?
Se arrepentía de todo, de haberse casado con Harry, de haberse embarazado a los 20 años, de haber renunciado a sus sueños por esa familia, a toda su vida, era una ingrata y mala madre por sentirse así, lo sabía.
Subió a dejar a la bebé a la cuna, puso un hechizo para asegurarse de que todo estuviera bien y bajo de nuevo, a encargarse de sus cosas, no entendía cómo es que su madre se sentía feliz con haber tenido esa clase de vida todo el tiempo.
Se detuvo un momento, todo comenzó a verse borroso, a sentirse extraño, como si estuviese en una ilusión, giro en su mismo eje, no era la casa a la que estaba acostumbrada, sino un lujoso lugar, había un hombre que no distinguía frente a ella, pero en cuanto se percató de su presencia, giró lentamente para toparse con ella.
Un golpe la regreso a la realidad asustándola claro está, observó a sus dos hijos correr de un lado a otro, gritando histéricamente, provocando un dolor de cabeza instantáneos, había criado a esos dos, pero a veces, creía que jamás los había tenido que soportar.
— ¡James, Albus! Compórtense como unos magos normales
El grito enfadado pareció ser suficiente para los niños, que se calmaron así que ella se pudo dedicar a terminar las labores domésticas, con ayuda de magia, ella era más al estilo espíritu libre a una ama de casa abnegada como su madre, así que de un tiempo para acá, comenzaba a preguntarse ¿por qué decidió cambiar toda la libertad que le daba ser jugadora profesional de Quidditch por casarse y tener tres hijos?
DG
Ginny le sonrió a la pequeña pelirrojita en el portabebés, mientras se giraba a poner los trastos en la tarja, suspiró, por muy lindo que fuese la maternidad, seguía creyendo que no era algo que se hubiese hecho para ella.
Las manos se le volvieron frágiles, soltando el plato donde tenía la papilla de Lily, intentó sostenerse de algo pero no lo logró, todo a su alrededor le daba vueltas, sintió un fuerte golpe y un frío intenso, todo a su alrededor se volvió borroso.
Ginny volvió a abrir los ojos un segundo después, pero lo único que vio fue a un par de chicos correr por un largo corredor que no distinguió, volteo de un lado a otro, intentando saber de qué se trataba todo aquello, pero no podía distinguir absolutamente nada.
Las dos figuras se detuvieron cuando la figura masculina alcanzó a lo que se suponía era una chica, pero la espectadora no podía reconocer nada de lo que estaba ocurriendo.
—Te he alcanzado –dijo la voz distorsionada.
—Siempre lo haces –Ginny se quedó congelada, esa era su voz, su voz de cuando era una adolescente y asistía al colegio.
—Eres la única persona por la que correría sin detenerme hasta alcanzarte –la voz, Ginny intentó reconocer la voz de ese joven, pero todo su contorno y su rostro eran borrosos.
—Me halaga, señor –el nombre no lo distinguió –puedes estar tranquilo, porque sé que tu corazón está en el lugar correcto.
— ¿Y ese lugar es contigo? –la figura borrosa acarició el rostro de lo que imaginó sería ella.
—Desde luego que no hay mejor lugar para tu corazón que conmigo.
Las dos figuras se besaron, de una forma tan extraña, que el estómago volvió a revolverse, no podía ver ninguno de los rostros, no podía saber si realmente era ella, sólo podía distinguir su propia voz.
— ¡Ginny! –el gritó sonó cerca.
La pelirroja jaló todo el aire que pudo a sus pulmones, al parecer, en algún momento había colapsado, la figura de su marido hincado junto a ella la alarmo ¿no se suponía que él regresaría hasta dentro de tres semanas?
—Papá ¿mamá se va a morir? –cuestionó la vocecita de su hijo Albus.
—Por supuesto que no –gruñó Harry –vayan a la sala ¿quieren?
—No, pero si es una orden, no podemos discutirla –soltó James y jaló a su hermano.
Ginny se llevó la mano al pecho, completamente alterada, no quería ni siquiera imaginar lo que sus hijos habían pensado al verla tirada, su mirada fue hasta la vista ajena y fría de su marido, que le tomó un momento abrir la boca.
—Dime la verdad ¿qué es lo que te está pasando?
—Nada, estoy bien –soltó en un tono enfadado.
—Claro, tan bien que nuestros hijos tienen que hacer la llamada de emergencia a mitad de la tarde porque su madre parece muerta a mitad de la cocina y su hermana no ha parado de llorar.
—Harry…
— ¿Estás embarazada de nuevo? –cuestionó nada feliz.
—No, pero si lo estuviera, me haces parecer como si lo hubiese deseado o lo hubiese hecho a propósito, Harry, te recuerdo que para que un embarazo ocurra, tienen que estar involucradas dos personas, no me culpes a mí, como si fuese la única responsable…
—Bueno, eres la que se embaraza –soltó enfadado.
—Sí, porque tengo un esposo estúpido que no le gusta usar protección, pero ya te lo dije, no estoy embarazada.
—Lo mismo dijiste cuando lo estabas de Lily –argumentó serio Harry.
—Ahora estoy demasiado segura de que no lo estoy.
Se levantó un poco mareada y se sujetó la cabeza, una sombra detrás de su esposo se alejó.
