AVATAR: THE LEGEND OF KORRA, NO ME PERTENECE.

*La imagen de portada no es de mi autoría*


Los rayos del sol se colaban por las rendijas de las persianas, iluminando poco a poco la gran habitación.
El reloj marcaba las 05:59 am y, un minuto después, la alarma comenzó a sonar. Una mano no tardó en callar ese molesto sonido.
Asami Sato frota suavemente sus ojos, suspirando. Se sienta sobre la cama y se despereza.
Camina hasta su baño para ducharse de una vez y, minutos después, sale ya vestida. Se sienta frente al espejo y se maquilla como lo hacía diariamente. Mira nuevamente el reloj y baja a la cocina para desayunar.

Lo primero que ve es a su padre sentado allí, leyendo el periódico.
–Buenos días papá – dice sentándose frente a él.
El gran empresario, Hiroshi Sato, deja a un lado el periódico.
–Buenos días hija – responde.
Una de las empleadas no tarda en traer y servir el desayuno.
Asami come un par de tostadas, mientras su padre vuelve a fijar su atención en el periódico.
La joven de tez blanca respira tranquilamente y trata de controlar su nerviosismo. Su padre se levanta dejando a un lado el desayuno a medio terminar, y ella siente su corazón latir rápidamente.
–Es hora – se limita a decir, mientras Asami se levanta de su asiento y ambos salen de la mansión.

Hiroshi sube al Satomovil y su hija se ubica en el asiento del acompañante. Comienza a conducir en completo silencio, mientras la joven de tez blanca siente su nerviosismo aumentar. Trata de enfocar su vista en el paisaje, diciéndose a sí misma que todo iría bien.
Los minutos pasaban mientras cada vez se alejaban más de la Ciudad. Finalmente, casi cuarenta minutos después, Hiroshi detiene la marcha del Satomovil. Ambos bajan y Asami observa a su alrededor. Lo único que había allí era un terreno baldío. La tierra era seca y con varias grietas, varios animales abandonados eran la única vida que parecía estar allí.
A varios metros, una enorme prisión seguía en pie. Su estructura estaba intacta, aunque todo aquello era una desolación. La cerca que la rodeaba y las pequeñas torres donde los guardias hacían la vigila nocturna estaban, a simple vista, en buen estado.
– ¿Es aquí? – pregunta ella.
Su padre asiente suavemente.
–Sólo en este lugar tan desolado, en este ambiente de mala muerte podemos pasar de ser percibidos – explica – a los ojos de Ciudad Republica, compré el terreno donde está esta prisión abandonada para fundar una sede de "Industrias Futuro".
Hiroshi camina hacia el edificio y Asami lo sigue de cerca. Al llegar a la puerta principal, un hombre los recibe. El señor Sato hace entrega de las llaves del Satomovil, ordenando al hombre que lo cuide y aparque en otro lado.
Asami camina para entrar a la prisión, pero su padre la detiene en un momento.
–Asami… – dice mirando a su hija a los ojos –…quiero que sepas que estoy orgulloso de lo que vas a hacer.
La joven Sato sonríe ante la aprobación de su padre.
–Gracias papá – dice.

Ambos caminan dentro de la prisión. Asami observa que, para su sorpresa, el interior de la prisión estaba remodelado y funcionando. Trató de ocultar su sorpresa al pasar por la zona de las celdas y ver que estaban ocupadas, todas ellas. Jóvenes y adultos, personas de todas las edades y con rostro de tristeza absoluta ocupaban las pequeñas y sucias celdas. Tragó saliva al ver a una mujer con una pequeña niña encerradas allí. Ciertos sentimientos de arrepentimiento comenzaban a aparecer en ella.
Caminan hasta un cuarto que en su puerta tenía un cartel que indicaba "vestuarios".
–Necesito que te cambies – dice su padre, dándole una pequeña llave – tu uniforme está en el casillero 15.
Asami asiente y se mete al cuarto. Camina hasta el casillero con el número que le había dado su padre y suspira. Lo abre y ve el uniforme color pardo. Lentamente comienza a cambiarse, mientras a su mente llegan las imágenes de las personas que había visto minutos antes.
Hiroshi no puede ocular su sonrisa al ver a su hija salir con el uniforme.
–Hoy es el día – dice sonriendo – hoy te conviertes en una igualitaria.


Asami estaba sentada en la oficina que había ocupado su padre. Era muy amplia, por lo que imaginaba que había pertenecido a alguien importante dentro de los cargos de la policía.
Ya había recorrido toda la prisión, aprendiendo todas las reglas de allí.
La joven de tez blanca suspira. Sabía que todos los prisioneros eran maestros que habían abusado, como siempre, de los que no tenían sus mismas capacidades. Aun así, no entendía que hacían allí ancianos, hasta incluso algunos niños. No representaban ninguna amenaza ¿O sí?
– ¿Cuál será mi tarea? – pregunta alejando los pensamientos y dudas de su mente.
Su padre suspira antes de hablar.
–Como habrás visto, tenemos muchos prisioneros aquí. 500 para ser exactos. Tres cuartas partes son ciudadanos comunes, y el resto son personas consideradas "de un cargo importante"… Bueno, aunque todas ellas son la misma lacra social – dice con desprecio y cierta superioridad – tenemos muchos guardias ocupados de distintos sectores de la cárcel. Hay tres zonas: A, B y C. Ven, te guiaré a tu zona de trabajo.

Hiroshi se levanta y Asami lo sigue. Caminan hasta el sótano de la cárcel, donde guardaban todos los uniformes y demás suministros.
– ¿Trabajaré aquí? – pregunta confundida la joven. No pretendía empezar desde arriba, pero tampoco imaginaba eso.
El hombre ríe suavemente.
–No todo es lo que parece – es lo único que dice. Camina hasta un monitor y escribe un par de números. Toca un botón e inmediatamente el suelo de allí se abre, revelando un túnel secreto.
Antes de que la joven de tez blanca tenga la oportunidad de impresionarse, su padre la hace entrar allí junto a él. Segundos después la puerta secreta vuelve a cerrarse, dejando todo como estaba.

Asami observa el largo pasillo que tenia frente a ella, iluminado por antorchas. Todo estaba hecho de metal sólido.
–Bienvenida a la zona "Z" – dice su padre.
– ¿Z? – pregunta – pero me has dicho que sólo son tres zonas.
–Sólo hay tres zonas – dice tomándola de los hombros – ninguna de las personas de aquí tiene conocimiento de esto. Sólo unos pocos elegidos lo saben. Para los demás solo hay tres zonas y 500 prisioneros… Asami tu eres mi orgullo, confió plenamente en ti… Es por eso que serás la encargada del prisionero 501.
– ¿501? – susurra la joven confundida.
–Nadie debe saber de esto Asami – dice Hiroshi – nadie. Para los demás, tú sólo trabajaras en el almacén, ordenando todos los uniformes.
–Entiendo – asiente ella – no voy a defraudarte, papá
El hombre sonríe y besa la frente de su hija. Señala al fondo del pasillo, donde había una enorme puerta de metal.
–Allí está la persona de la que estarás a cargo – dice – metal reforzado. La persona en cuestión no es capaz de hacer metal-control. Aún así, cada dos horas una persona viene y bloquea su chi. Tú te encargaras de cuidarla durante el día.
–P-Pero, no entiendo – dice Asami finalmente – ¿Quién es el prisionero 501? ¿Quién es esa persona tan importante?
Hiroshi sonríe victoriosamente antes de hablar.
–El Avatar – dice – tendrás a tu cargo al Avatar.


¡Hola!

¡Historia nueva! :D
Si, lo sé. ¿Porque Mel se empeña en hacer fics nuevos si ni siquiera termina los que ya tiene? Pues... Ni yo lo se XD

Bueno, como habrán notado este es un Korrasami diferente. Asami es una igualitaria y debe vigilar a Korra. Obviamente toma lugar en el libro 1, y es un AU, donde Kora no conoce a nadie del equipo Avatar.