Notas de Nakokun (traductora):
Buenas y santas.
Heme aquí con mi primera traducción de un fanfic del inglés al castellano. Este fanfic es obra de Din Kelion, y a Din Kelion deben felicitar por esta obra. El título original de esta fanfic es You wish!, y es del género shounen ai (hasta el momento) Ahora, vamos con el fanfic.
Notas de Din Kelion (autora):
Tedio: Las Navidades están cerca; y Danny se encuentra en la horrible necesidad de comprar regalos para su familia. Para su hermana, un libro de sicología (best-seller). Para su madre, no sabe qué, y para su padre... ¿una lámpara de lava? Crossover con Los Padrinos Mágicos
Disclaimer: no soy dueña de ninguno de estos personajes. Estoy amablemente usándolos sin el debido permiso y no me incomoda de ninguna manera el estar haciéndolo.
Sé que es un poco tarde, pero la idea para esta historia nació sólo unos días antes de la Navidad.
Algunas advertencias antes de empezar... Lamento mucho desilusionar a más de la mitad de la gente que terminó cliqueando esto, pero éste fanfic va a dirigirse a un fanfic Vlad/Danny. No va a ser después de unos cuentos capítulos. De nuevo, lo siento pro aquellos que estaban buscando otra cosa.
No sé bien por qué me gusta ésta pareja... Creo que la mitad de la razón debe ser porque me gusta el desafío.
Capítulo uno, NORM
----
Danny Fentom llegaba tarde, como siempre. Era parte de su orden natural llegar un poco tarde. Sea levantándose en las mañanas, o finalizando un trabajo en el último minuto, siempre había algo en lo que llegaba tarde. Algunos pueden haberse cuestionado si algunas vez él no había llegado tarde pero, de nuevo, nadie notaba nunca cuándo Danny llegaba a tiempo. Para todos, Danny llegaba siempre tarde.
Tomen en cuenta su altura, por ejemplo. Ya tenía dieciséis años; y por lejos, sus amigos más cercanos –Sam incluida- eran más altos que él. Era suficiente para sentirse agredido en algunas de sus clases, pero Danny no podía hacerse a la idea de que la mayoría de las chicas de su edad debían mirar hacia abajo para tener contacto visual directo con él.
Pero nos estamos yendo del tema... Danny tenía otros asuntos que atender además de su altura. Tardase o no, Danny estaba una vez más detrás de algo, y este algo eran las compras de Navidad.
-No puedo creer que no hayas empezado todavía- medio escuchó la voz impresionada de Sam en su oreja derecha. A su izquierda, podía oír a Tucker presionando teclas en su PDA. Danny dejó escapar un suspiro.
Él no había querido dejar de lado al tarea de encontrar regalos para su familia –sólo había pasado, como muchas otras cosas. Ahora estaba apretujándose entre el gentío en el centro comercial con sus dos mejores amigos en busca de regalos para comprar, y sólo tenía seis días antes de la víspera de Navidad.
-Vivir una segunda vida como fantasma no te da exactamente mucho tiempo para mirar los negocios, o causar alguna incomodidad para evitarlo... – dijo Danny, enojándose consigo mismo. No era una buena excusa, pero era la única razón por la que él había postergado sus compras de Navidad (eso y que aún sentía algo de desagrado por las fiestas) No intentó mantener bajo el volumen de su voz hasta que los otros compradores hicieran algo para demostrar que lo que Danny decía sonaba completa y totalmente insignificante (excepto para quienes les estaba hablando) Sam la dio a su amigo más querido una incrédula mirada.
-Nadie ha dicho nunca que tienes que...-
-No empieces de nuevo- Danny la interrumpió rápido, dándole una mirada retadora. Los labios violetas de Sam se curvaron en una sonrisa torcida. Dos años como compañeros de un superhéroe fantasma les habían enseñado a ambos, Sam y Tucker, cuándo no discutir sobre porqué Danny salvaba Amity Park todos los días, desinteresadamente, de horribles fantasmas. Danny hacía lo que podía, porque podía, era tan simple como eso.
-Bueno, no es como si no pudieras haber cambiado algo de eso aquí y allá- dijo Sam, sugestiva, mientras caminaba al lado de Danny a través del centro comercial de Amity Park.
-Está bien, está bien... De todas formas, ya no importa... Lo que está hecho está hecho... Tengo que hacer lo que pueda con lo que tengo, bla-bla-bla- Danny miró a su lado después de notar una risita de parte de su amiga gótica. Estaban buscando en el lugar correcto para encontrar un regalo para sus padres. El centro comercial de Amity Park bullía con los últimos compradores frenéticos, y casi todo lo que valía la pena estaba siendo comprado. Naturalmente, Danny sentía el impulso de huir, ya que la marejada de gente estaba sofocando su mente con preparativos. Su estómago dio un vuelco cuando sus ojos se topaban con algo demasiado navideño. Y Danny estaba seguro que podría nadar en la ansiedad si caminara hacia la tienda de ropa popular más cercana.
Sam parecía estar haciendo lo mismo que Danny: buscando un lugar en donde, probablemente, pudieran encontrar un regalo adecuado para Maddie ó Jack Fentom. Ella y Tucker habían tomado parte de su tiempo, de buena gana, de su horario para ayudar a Danny a buscar los regalos. Porque, si no fuera por el ojo afilado de Tucker, Danny se habría extraviado comprando el regalo perfecto para Jazz.
Sam parecía no tener suerte en encontrar nada, al igual que Danny. En cuento a Tucker, él todavía estaba enviando tarjetas virtuales de Navidad desde su PDA. La gótica urbana dejó escapar un corto suspiro.
-Bueno, al menos pudiste agarrar ésa copia del "Libro Deaking de sicología" Era la mejor opción para libros de no-ficción-
Danny dejó escapar un risita después de echar una mirada a su bolsa de compras de la tienda Chapters (1) Dentro estaba el nuevo libro que había comprado para Jazz para Navidad.
-Sep... Alguien devolvió el libro... Fue una suerte- dijo Danny, sonando de cualquier forma menos afortunado. En ése momento, Tucker desvió la atención de su PDA lo suficiente para notar que sus dos amigos se habían rendido momentáneamente en su búsqueda para mostrarse desilusionados o preocupados. Tucker paseó su vista por sobre la marejada de compradores, hasta que encontró una tienda apropiada.
-Eh, ¿han visto ésta tienda? Parece ser una de ésas tiendas que duran un mes- Tucker había vuelto su cabeza para estudiar una parte en el centro comercial, cerca de la salida. Danny frunció el entrecejo y paseó su mirada distraída sobre la tienda a la que Tucker estaba apuntando de forma tan elegante. Parecía un puesto hecho a las apuradas. Había diversos artículos mezclados, y parecían amontonarse en las esquinas. Danny no sabía si estaba hecho a propósito o no, porque todavía tenía un número interesante de cosas para vender. Pero cuando estudió qué había más allá, se dio cuenta que no había muchas personas merodeando por allí.
-Danny no quiere mirar ahí, Tucker. ¡Ésa es una tienda de segunda mano!- dijo Sam, después de haber echado una mirada al cartel que colgaba sobre la tienda en vez de mirar dentro de la misma.
"Usados de Segunda Mano de Monthy" y debajo, las iniciales de la tienda se leían "M. U. S. H." (2) Danny sintió que uno de sus labios se curvaba con humor.
-¿Y qué hay de malo con la segunda mano? Y, además, estas tiendas sólo se quedan hasta que alguien más alquila su local en el centro comercial- Tucker examinaba a Sam, quien parecía escéptica en comprar regalos que habían sido usados, indignada –Yo digo que echemos una mirada- dijo Tucker y se dirigía más a Danny que a Sam.
-La mitad de las cosas están rotas, lo cual es, probablemente, la razón por la que las estén vendiendo. ¿Realmente piensas que los padres de Danny querrán algo roto para regalo de Navidad?- dijo Sam, lanzando una intensa mirada hacia Tucker.
-No todo está roto, y si hay algo allí que lo esté, probablemente el padre de Danny se divertiría el doble intentando arreglarlo... -
-Oh, sí, justo antes de convertirlo en un instrumento de ecto-destrucción con autodestrucción automática... –
Normalmente Sam, encontraba de mal gusto la tendencia de Tucker a bromear. Pero ella raramente se quejaba de esto desde que él descubrió que su familia no tenía ninguna falta de dinero. Ése era uno de ésos momentos raros. Y hablando de eso... Danny zambulló su mano en el bolsillo de atrás buscando su billetera mientras Sam y Tucker se mantenían como polos opuestos. Danny abrió su billetera con el pulgar para ver mejor dentro de ella.
Ese libro de sicología ciertamente costó mucho. Y con la poca cantidad de dinero que tenía ahora, supo que no podría comprar nada medianamente bueno en una tienda promedio. Danny miraba la tienda de segunda mano y entonces dejó escapar un suspiro.
-¡Te digo que todo allí probablemente sea basura sin valor!-
-La basura de unos es el tesoro de otros!-
-¿Qué estás tratando de insinuar?-
-Uh-um... Por mucho que me guste que ustedes vengan a ayudarme a encontrar algo para mis padres... Creo que sería más fácil si miramos las tiendas en vez de sólo discutir- Sam se quedó tiesa, y luego le siguió Tucker cuando miró la sonrisa calurosa de Danny. Al instante se calmaron los ánimos. Siempre era bueno tener tres personas juntas. Dos para pelear y la tercera para separarlas. Usualmente es Sam quien los separa, pero ésta vez era Danny (quien parecía bastante orgulloso de eso) Pero supo que no iba a durar, con lo siguiente que iba a decir.
-Voy a echarle una mirada a ésa tienda... Creo que a mi papá le gustaría encontrar algo que limpiar... y si él hace algo radioactivo, estoy seguro que podremos salir indemnes- dijo Danny, divertido, mientras acallaba la pequeña voz en la parte posterior de su cabeza que hablaba en serio.
-Sam parecía defraudada y lista para objetar, pero Danny sólo le lanzó una mirada azul, deteniendo sus palabras.
-Sólo voy a echar una mirada... Quizás no encuentre nada ahí para mi papá- dijo Danny, y sonrió.
-Seguro- dijo Sam, encogiéndose de hombros y dejando de lado el sentimiento de derrota con una sonrisa igual de luminosa -¡Bueno, vamos! La Navidad no te va a esperar-
-Con eso, los tres amigos se encaminaron a la tienda. Sam echó una mirada distante al frente, echando una mirada a la cantidad de ropa usada que estaban colgadas en una percha. Tucker se separó de Danny en cuanto notó que había una sección de electrónica usada en la tienda. Danny, por otro lado, encontró los artículos sin categoría en el fondo de la tienda. Muchos de los artículos parecían ser hechos de metal o madera allí, o muebles poco usados.
La mayoría de lo que Sam había dicho era verdad. Mientras pasaba su vista a través de una serie de artículos, en las que sólo podía ver cosas dañadas, no encontró nada de valor, ni siquiera si fuera reparado. Y las que parecían interesantes o de valor, no les gustarían a Jack o Maddie. Había un candelabro que perdió sus dos posavelas... llaves de metal sin algunos dientes... un robusto bastón con cabeza de halcón con la madera quebrada... un busto oxidado de un emperador romano... Danny consideró la idea de llevarle el busto a su papá, pero pronto concluyó que el busto no le gustaría, a menos que se le pareciera.
Había filas y filas de basura que sólo podrían ser tomadas en cuenta si se tenía un ojo artístico. Danny no lo tenía, porque estaba seguro que allí no había nada que llamase su atención.
Eso era, por lo menos, hasta que se fijó debajo de unos almohadones de una silla escocesa, en la que Danny se había sentado hasta que sintió que algo debajo de los almohadones lo pinchaba en el muslo.
-Ow- Danny hizo una mueca de dolor y se levantó para ver con exactitud qué lo había molestado. Miró hacia abajo y notó una forma irregular en un almohadón –Agradezco que no sea un resorte- dijo Danny, y miró debajo de él. No tenía la más mínima gana de comprar ésa silla. Parecía fea y lastimaba. A Danny se le ocurrió una idea y apartó el almohadón de la silla. Allí encontró algo que parecía haber estado perdido desde los setenta.
Era una inmaculada lámpara de lava purpúrea de acero.
Frunciendo el cejo por ser tan curioso y mirón, Danny agarró la lámpara para mirarla mejor, mientras empujaba con indiferencia el almohadón de la silla. La Lámpara (3) tenía un tinte púrpura que se arremolinaba. La sustancia pegajosa que usualmente flotaban en ella se habían quedado en el fondo (aunque algo estaba flotando arriba) y parecía mórbido y poco interesante. Danny supo que tendría que calentar la sustancia para que se pudiera mover. Pero no había ningún cable a la vista.
Después de la primera revisión, Danny pensó que la lámpara se alimentaba a sí misma, o, quizás, por la luz del Sol debido a su tapa reflejante. De hecho, ésa debía ser la respuesta (ya que no había ningún interruptor en el objeto en cuestión) Antes que Danny pudiera comprobar qué tipo de lamparitas usaba la lámpara, sintió una mano que aterrizaba en su hombro.
-¿Estás pensando en comprarle eso a tu papá?- escuchó que le preguntaba Tucker. Danny se encogió de hombros, mientras intentaba calmar sus nervios ante la pequeña sorpresa. Por un momento pensó que se podría tratar de alguien, como el dueño de la tienda, quien querría verificar que no se estaba embolsillando cualquier objeto de todo ésa basura.
Danny dejó que sus hombros rígidos se relajaran antes de volver su atención a la lámpara de lava púrpura. Las palabras de Tucker le devolvieron un recuerdo de cuando él había visto a su madre y a su padre en sus antiguas ropas de sus épocas de facultad. Danny se estremeció. La lámpara casi se parecía a algo que su padre habría llevado cuando se pusieron ésas ropas extrañas de su época en vez de su traje anaranjado.
-Sí... eso creo. Y si a papá no le gusta, yo me lo puedo quedar- dijo Danny, encogiéndose de hombros. Ey, era legal... diciéndolo de una forma antigua. Y, quizás, sólo le costaría tres dólares.
Realmente ascendió a cuatro dólares cuando Danny lo compró, pero era un pequeño precio a pagar, ya que la Lámpara de Lava parecía nueva (salvo por el polvo que tenía encima)
Cuando Danny y Tucker salieron de la tienda, pusieron la lámpara de lava en la bolsa de las compras en donde estaba el libro de Jazz, y Danny notó que Sam estaba esperándolos pacientemente fuera de la tienda, con una nueva bolsa de compras que parecía tener varios tipos de ropa adentro. Sam hizo una pausa y notó las miradas de sus amigos antes de fruncir levemente el ceño.
-¿Qué? Tienen sus utilidades... –
----
Cuando salieron del centro comercial, Sam y Tucker empezaron a discutir sobre los usos de la ropa usada y la diferencia entre segunda mano y nuevo. Pero no duró mucho, ya que el celular de Tucker sonó, con su padre en el otro lado de la línea, insistiéndole en que debía estar en casa en diez minutos para ayudar con las últimas decoraciones tradicionales de Navidad.
Tucker se dirigió a su casa y se apartó de Sam y Danny, dejándolos para que siguieran con su camino a casa antes que Sam se separara de Danny para irse a su propia casa. Se intercambiaron deseos de buena suerte y saludos y se fueron cada uno a su casa. Y fue cuando Danny pasaba, en silencio, por la calle del área recreativa suburbana de Amity Park, cuando notó una extraña luz purpúrea que provenía de su bolsa de las compras.
-¿Eh?- Danny frunció el cejo, mirando en sus bolsas, para ver que la lámpara de lava se había prendido. El chico agarró la lámpara mientras bajaba sus bolsas a sus pies para echarle una mirada al objeto. Por suerte, no había nadie en la calle en ése frío día de diciembre, para atestiguar cómo miraba la extraña lámpara de lava.
-Hum... Creo que yo estaba en lo cierto... El poder solar- dijo Danny, mirando la lámpara y al Sol que brilló entonces sobre Amity Park, sin calentar. Con la luz del exterior, Danny pudo ver mejor la lámpara y notó que había señales de uso en forma de ligeros arañazos en la superficie de la lámpara. Si hubiera entornado los ojos, hubiera notado las importantes palabras alrededor del borde, pero él no las vio. Danny puso su mano al lado de la lámpara y la frotó, para verificar si eran sólo marcas.
Nopes, eran arañazos... Pero eso no fue lo único que descubrió cuando pasó sus dedos sobre el objeto. En cuanto retiró su mano, la lámpara se estiró de forma brusca, y un montón de humo púrpura salió de la parte superior de la lámpara,
Danny soltó la lámpara, tomado por sorpresa. En lugar de caerse al suelo, como esperaba el chico, la lámpara quedó flotando en el aire mientras la nube púrpura empezó a cambiar de color al mismo tiempo que seguía saliendo de la lámpara. Pronto era de un color azul bebé pálido.
Los ojos de Danny se abrieron, pero se mantuvo en su posición. Ey, ser un cazador de fantasmas le había enseñado a Danny a no huir (pensando que lo que saliera de la lámpara debía ser algo relacionado con un fantasma) Pensándolo bien, ¿acaso no le había pasado algo así antes?
Antes que Danny pudiera cuestionarse el extraño fenómeno, el gas espectral tomó una forma.
-Oh, rayos, dos años, ciento ochenta y algunos traseros después, y me encuentro con un clima frío... Qué país- Danny vio algo parecido a un fantasma que temblaba, vestido en un esmoquin azul sin mangas, con una faja dorada alrededor de su cintura. Acercó su cabeza al pecho para conservar algo del poco calor que tenía. Su cabeza se cubrió con rizos oscuros (algunos de los cuales estaban echados hacia atrás, siendo sujetados por una banda elástica dorada similar a la de su cintura) Sus dientes castañeaban un poco y alrededor de su barbilla había algo de pelo facial bien cuidado, en forma de perilla. Se llevó las manos hacia el puente de su nariz, permitiéndole atisbar con sus ojos por encima de sus manos. Debajo de su cintura tenía una cola espectral, similar a la de Danny Phantom, y a otras que Danny había visto. Las cejas del chico se juntaron.
Este tipo era definitivamente una fantasma.
-¡Me transformaré!- dijo Danny, y cuando lo dijo, dos anillos aparecieron alrededor de su cintura. Al momento siguiente, el pelo de Danny era de un blanco inmaculado y la ropa de invierno del chico había desaparecido, siendo reemplazado por su traje negro y blanco. El fantasma levantó la frente, curioso, cuando lo vio.
-Vaya... Deberías hacer algo con ése pelo... Podría empezar a caerse dentro de poco-
Danny frunció el entrecejo, pero no se molestó en responder cuando entró en acción. Se lanzó hacia el fantasma, estirando una pierna para intentar aterrizar sobre la mandíbula del fantasma.
El fantasma lo esquivó agachándose, y parecía más sorprendido que irritado -¡Ey, tú! ¿Esta es tu forma de saludad a las personas?- dijo el fantasma, sólo para evitar otro ataque bien apuntado.
Danny sonrió –Sólo a los que me desagradan- dijo, e intentó otro ataque con su pierna, mientras volaba en el aire. Pero antes que pudiera tocarlo, sintió cómo su pierna agarrado por una mano morena.
-Dos palabras para ti, niño... Habilidades sociales- dijo el fantasma con una mueca, mientras mantenía agarrada la pierna de Danny, frunciendo el ceño con algo de enojo.
-¡Déjame ir!- dijo, y antes que le fantasma pudiera contestar, disparó un rayo de ectoplasma a la cintura del ser. La criatura anónima soltó a Danny con rapidez, mientras su ágil cola se arremolinaba a la izquierda para esquivar el ataque. Danny voló al revés, libre del agarre, preparando otro ataque con sus manos, que irradiaban energía espectral.
-Y yo que pensé que tu pelo era una lástima... ¿vas a hacer algo con ésas manos? Oh, oh, ¡ya lo sé! También tienen problemas con el enojo... ¿Tu mamá se olvidó del día de tu cumpleaños?- el fantasma sonrió con una mueca. Danny sentía que sus cejas se estiraban en sorpresa. Por lo general, él era quien hacía los sarcasmos ingeniosos a sus oponentes. Ahora se dijo que eso no le gustaba. El chico levantó sus manos y le lanzó una serie de rayos de ectoplasma hacia le fantasma. El fantasma los esquivó y, cada vez, hacía un comentario.
-¡Zing!-
-¡Oh, muy cerca!-
-¿En serio estás intentando acertarme?
-¿No has pensado en usar lentes?
-No acertaste, bajito, ¿hay un blanco que yo no estoy viendo?-
Con el último, el enojo de Danny había alcanzado sus orejas (que se habían vuelto un poco rojas cuando miró al fantasma) Además de esquivar todos sus ataques hasta el momento, ése fantasma había criticado su altura y lo había llamado "niño" al mismo tiempo –No sé quién eres, pero te quiero fuera de aquí- dijo Danny al final, y voló hacia el fantasma con la intención de darle un golpe, con el codo y el hombro primero. Pero justo antes del impacto, vio cómo el fantasma hacía chasquear sus dedos y Danny golpeaba algo duro, frío y hecho de barras metálicas.
Haciendo un sonido de dolor, Danny flotó para recuperarse del sorpresivo golpe, y su nuca impactó contra otro juego de barras metálicas. Rápidamente, Danny se dio cuenta que estaba flotando en una jaula de pájaros gigante.
-¿Qué es esto?- dijo el chico, intentando parecer asombrado, mientras trataba de pensar de dónde había venido la jaula. Mientras tanto, el fantasma parecía estar más interesado en sus uñas. Los labios de Danny se tornaron en una mueca desafiante –Buen intento... – dijo Danny, volviéndose intangible –Pero yo puedo... –
Tunk.
Danny se golpeó la cabeza con la parte superior de la enorme jaula. Su intangibilidad había fallado, y se llevó una mano enguantada a la cabeza, en donde se había golpeado.
-¡Oh, cuéntame! ¿Estabas a punto de decir "pasar a través de objetos sólidos"?-
Danny frunció la nariz, enojado, y flotó en los confines de la jaula, mirando a su captor. ¿Cómo demonios podía hacer aparecer una jaula antifantasmas en medio del aire? La única fantasma que podía hacer eso era Desireé, y eso si alguien lo había deseado (lo que resultaba ser una muy mala idea)
Ya que el chico fantasma estaba amargamente callado, el supuesto fantasma aclaró su garganta mientras chasqueaba sus dedos. Sobre sus anchos hombros apareció una campera de invierno azul, cubriéndole los brazos morenos. Chasqueó de nuevo sus dedos y una taza de chocolate caliente se materializó en una de sus manos.
-Bueno, ahora que has dejado de zumbar a mi alrededor, te diré quien soy- dijo el fantasma, mirando a Danny por encima de sus lentes oscuros de Sol, sonriendo abiertamente de oreja a oreja.
-Yo... - hizo una pausa para acentuar el dramatismo - ...¡soy Norm, el genio!- levantó una de sus manos y chasqueó los dedos índice y pulgar. Un gran cartel de neón animado apareció en una nube de humo detrás del genio, con el nombre NORM, que se volvió ORM cuando la N se apagó. Norm tomó un sorbo de su chocolate caliente y sonrió abiertamente.
Danny lo miró fijo, inexpresivo, sin parecer impresionado. La sonrisa de Norm finalmente vaciló cuando notó que el chico estaba quieto, flotando en el aire, con sus brazos cruzados delante del pecho.
-¿Qué? ¿Necesitas algún tipo de demostración para entenderlo?- dijo, inclinándose hacia delante, chasqueando de nuevo sus dedos, haciendo que la señal desaparezca -¡Vamos! Soy un genio, y sabes lo que es eso, ¿verdad?-
-Gran cosa- dijo Danny cuando se encogió de hombros –Concedes deseos a cualquiera- estaba empezando a figurarse que "Norm" era simplemente otro fantasma como Desireé. En otras palabras, Danny pensaba que Norn sólo iba a ser una gran carga de problemas.
-Eh... Bueno... Técnicamente-
-Y todos tus deseos tienen ése toque extraño de fantasma dentro, para causar toda clase de problemas- dijo Danny, mirando a Norm desde su jaula. El chico sonrió despacio cuando vio la mirada sorprendida de Norm. Pero su sonrisa no duró mucho cuando lo vio estallar en carcajadas.
-¡Oh, niño, eres muy gracioso! La verdad...no me había reído así desde que-oh... veamos... ¡Nunca!- se agarró el costado y siguió riéndose entre dientes hasta que se tranquilizó y se limpió una lágrima de un ojo, sonriendo abiertamente.
Danny lo miró fijo, y una de sus cejas empezó a subir despacio.
-Me estás confundiendo con alguien que está MUERTO- se rió disimuladamente. Danny pestañeó y miró al fantasma, inseguro, intentando descifrar qué diferencia había entre un genio muerto y uno vivo. Como no encontró una respuesta, se lo preguntó, algo reacio.
-Bueno, ¿cuál es la diferencia entre un genio vivo y uno muerto, entonces?- le preguntó. Norm miraba a Danny de forma curiosa, mientras tomaba otro sorbo de su taza de chocolate.
-Buena pregunta. Posiblemente la cosa más brillante que he oído de ti. Quizás después me sorprendas con algo más... – Danny lo miró, y Norm sonrió, para continuar –Además de no estar, ya sabes, muerto del todo, estoy vivo... Y la diferencia entre un genio muerto y yo son: 1-No le cumplo los deseos a cualquiera que veo... No soy un cumple-deseos... Como cientos de otros genios- la última frase la dijo como felicitándose a sí mismo, pero Danny lo miró fijo. El genio continuó.
"Número 2. cualquier cosa que desees que no incluya la palabra clave "no-" se convierte en una oportunidad para el fantasma para experimentar... Eso tiene algo que ver con estar, oh, ¡muerto! Y en tercer lugar, yo sólo le concedo sólo tres deseos a la persona que frotó mi lámpara. Ergo, tu- dijo Norm, apuntando con un dedo acusador a Danny, mientras tomaba otro trago de su chocolate.
"Yo estoy, en otras palabras, bajo tu completo mando, a diferencia de uno muerto que... obviamente no lo está- dijo Norm, con algo de fastidio.
-Bueno- dijo Danny despacio, tratando de asimilarlo todo. Parecía claro que ése chico no iba a atacarlo de nuevo, y Norm chasqueó sus dedos, y la jaula de pájaro desapareció, mientras él terminaba su bebida. Danny se paró en el suelo, y le lanzó una mirada desconfiada al genio.
Danny no confiaba del todo en este tipo, Norm. Además de notar las escépticas miradas que le lanzaba constantemente, Norm era un genio, y eso era definitivamente algo "fuera de lo común" para Danny. Dos años de cazafantasmas le habían enseñado suficiente a Daniel sobre lo extraño y lo desconocido para no tomar a la ligera ninguna de las dos cosas... Excepto al fantasma de las cajas, quizás.
Pero Norm dijo que estaba bajo el completo mando de Danny... El muchacho fantasma pensó sobre esto, mientras tomaba su forma humana cuando sus pies se plantaron firmes en la vereda.
Norm estaba esperando pacientemente la reacción de Danny.
Al contrario de todo lo que estaba fuera de lo "normal" para Danny, Norm era una variable controlada... Y sólo eran tres deseos. Después de eso, Danny no tendría que volver a ver a Norm en toda su vida.
-Sabes... cuánto me gusta estar afuera y ésas cosas... ¿Pero no estabas volviendo a algún lugar hace unos momentos?- le preguntó a Danny, mirándolo fijo hacia abajo.
Danny frunció el entrecejo -¿Y por qué no sólo te vas, entonces?- dijo cuando escuchó el comentario del genio, que él no le había pedido.
-No estaría hablando contigo en este momento si pudiera- dijo Norm, de forma brusca, cruzando sus brazos por sobre el pecho.
-Bueno... – gruñó Danny -¿Cómo me puedo librar de ti?-
-¡Oh, esa es la mejor parte! Verás, una vez que pediste tus tres deseos, la fuerza mágica más cercana es absorbida por la lámpara... ¡Que soy yo!- dijo, gesticulando mientras sonreía. Danny podía decir que su entusiasmo era, en realidad, sarcasmo.
Danny tomó un momento para mirar la lámpara que estaba, actualmente, posada en la vereda, a sus pies. Se inclinó y la juntó, notando el moderado calor de la luz contra sus dedos. El líquido purpúreo hizo un chasquido sobre la lámpara. Danny se mordió el labio inferior cuando pasó su vista de la lámpara al genio que había residido dentro de ella.
-¿Yo pido tres simples deseos, y entonces te metes de nuevo en la lámpara?- preguntó Danny, intentando pensar en la mejor cosa que podría hacer para librarse de éste genio.
-¿Tienes problemas auditivos? Tres deseos: y entonces yo me voy- chasqueó los dedos y desapareció en una esponjada nube de humo. Danny oyó otro chasquido, y Norm apareció de nuevo, a unos pocos pasos de donde estaba antes –Simplemente así-
Danny sabía que había un truco en todo eso. Él no confiaba en el genio, así como nunca había confiado en Desireé con conceder algún deseo. Simplemente explotaría en su cara. Pero la única forma de deshacerse de Norm era pedir tres deseos... ¿pero qué pasaba si estaba mintiendo? Si Danny deseara algo, seguramente tendría que pasarse el resto del día limpiando el desastre.
Desearía algo fácil.
-Bueno... – dijo Danny, y le lanzó una mirada extraña al genio –Yo deseo... – los ojos de Norm se entrecerraron, preparándose. Danny parecía inseguro, pero, entonces, sonrió. Este deseo seguramente no podría causar ningún daño - ...tener el regalo perfecto de Navidad para mi madre-
Norm chasqueó los dedos.
Luego, Danny vio oscuridad.
-¡¿Pero qué-?!- Danny trató de moverse, pero sus pies estaban atados juntos. Él podía oír su voz, pero parecía cómo si estuviese amordazado, y podía sentir el calor moderado de su respiración, cerca de su mejilla. Pero aún estaba frío a su alrededor. Volvió a intentar moverse pero, en cambio, perdió el equilibrio y se cayó de espaldas. Se sintió a sí mismo caer sobre el piso. Escuchó en sus orejas cómo un papel de regalo se arrugaba, aún antes de caer con el hombro, de lado. Bajo el ruido del papel arrugándose, podía escuchar a Norm reírse.
-Vaya, y yo que pensé que tú eras extraño. ¿Acaso tu madre tienes problemas con el control?- pudo escuchar que decía Norm. Danny intentó sentarse, furioso, y en el proceso, pudo ver algo. Lo que fuera que le había cubierto los ojos se había movido lo suficiente en su forcejeo para poder ver a Norm, doblado sobre sí mismo, riéndose entre dientes.
Antes que Danny pudiera entender el por qué, miró hacia abajo y abrió su boca, sorprendido. Iba a tomar una bocanada de aire, pero se encontró con una guirnalda de Navidad que le tapaba la boca. Danny estaba envuelto en papel de regalo rojo y verde, y sus pies estaban atados juntos, con una cinta roja grande.
Norm todavía estaba intentando contener sus risitas mientras Danny liberaba sus brazos y empezaba a rasgar la envoltura lejos de su cara, torso y piernas. Mientras, se dio cuenta que sus manos estaban enguantadas en blanco, y cuando se terminó de sacar la envoltura, vio algunos mechones de fantasmal pelo blanco en su campo de visión.
Estaba en su forma de fantasma.
-Oh, creo que debí habértelo advertido... Cuidado con lo que pides, enano- dijo Norm, sonriendo abiertamente, mirando a Danny hacia abajo cuando logró sacarse la cinta de los tobillos y volvió a su forma humana.
-¡Yo no deseé ser envuelto como un regalo!- gritó Danny, mientras amontonaba todo el papel entre sus manos.
-Tienes que ser más específico. No tenía ninguna pista de lo que a tu madre le gustaría para Navidad- Norm sonrió abiertamente –Fue tu culpa-
Danny miró a Norm, amargo. Pero después de pensarlo, despacio, la vino la idea de que el mejor regalo que le podría hacer a su madre era el chico fantasma más conocido de todo Amity Park, Danny Phantom.
-Lo tendré en cuenta la próxima vez... – dijo Danny, con un gruñido, cuando terminaba de liberarse de la envoltura de Navidad. La lámpara de lava estaba de nuevo a sus pies, junto con las bolsas de las compras con el regalo de Jazz dentro. Danny se agachó, juntó la lámpara y la metió dentro de la bolsa –Pero eso no será hasta que yo sepa bien qué desear- dijo, reacio. Norm parecía algo desanimado.
-¡Oh, vamos, estaba divertido! ¡Prueba otra vez!-
Danny ignoró a Norm mientras caminaba rumbo a su casa. El genio estaba sobre él la mayoría de las veces, animándolo a hacer otro deseo para divertirlo; pero Danny siguió ignorándolo. Y, para el favor de Danny, el genio chasqueó los dedos y desapareció.
O, por lo menos, eso pensó él. Sin embargo, Danny podía oír la voz de Norm cerca de su oreja, como un susurro. Le dio un buen susto cuando descubrió que el genio había tomado al forma de un ratón azul pequeño, y que había estado sentado en su hombro.
-¿Qué?- dijo el genio, intentando que no se le notara el humor en la voz –No puedo haber otras personas que griten "fantasma" como tú- Norm rechinó sus dientes de roedor. Danny hizo una mueca y deseó, en silencio, no haber encontrado nunca ésa lámpara de lava. Quizás probaría desearlo luego... Pero ahora Danny no quería arriesgarse probando.
En cambio, Danny prefirió irse a su casa para la cena, y prepararse para el último día de escuela. Las vacaciones de Navidad se habían acortado mucho más de lo que hubiera deseado. Danny tenía que prepararse para dos exámenes el último día, que era mañana. El Sr. Lancer había insistido en que sus estudiantes se olvidarían en el receso de todo lo que habían aprendido si no tenían un examen.
Se alegró cuando vio que Norm se dio cuenta que estar sobre su hombro era mala idea cuando el chico llegó a su casa, y se deslizó, calladito, a la bolsas de las compras. Primero, pensó Danny, iba a poner a ése genio fuera de la vista de todos. Y luego pretendería que no existía hasta mañana.
Tenía demasiadas cosas en la cabeza para estar pensando en un genio que era –supuso Danny- típicamente invulnerable. Todavía tenía que encontrar el regalo para su madre, y ahora para su padre. No iba a regalarle, de ninguna forma, un genio en una lámpara de lava a Jack. Además de ser la cosa más idiota que podría hacer, Danny quería impedir que este genio le hiciera algo tonto y problemático a un confiado amante de la lámparas de lava.
Entonces, cuando entró a su pieza, Danny puso la lámpara bajo su cama. Norm no parecía contento con esto, pero al chico, la verdad, no le importaba. Después se retiró al piso inferior, después de envolver el regalo para su hermana.
----
Norm se reprendió a sí mismo debajo de la cama de la pieza de su nuevo amo. Sabía que no tenía que reprenderse, pero tenía que esperar a que el chico fantasma extraño pidiera otro divertido –y extraordinariamente fácil- deseo. El tiempo era todo para Norm.
Estar atrapado en una lámpara toda su vida dejaba su huella en un genio. Ahora Norm conocía a otros genios. Pero los únicos que conocía eran otros atrapados en objetos extraños, similar al suyo.
Oh, había tenido un lamentable encuentro con ésa genio sin una lámpara. Norm se encogió de hombros ligeramente al pensarlo. No era un recuerdo agradable. No le había gustado ésa genio, en realidad. No era sólo porque estaba celoso porque ella estaba libre de su lámpara, sino que ella estaba muerta, y eso hizo que Norm se asustara muchísimo.
Hasta él no sabía con exactitud cómo morirse. Los genios simplemente no mueren. No como un humano. Podía tener su cabeza separada de su cuerpo y patearla, si tenía pies para hacerlo. ¡Podía sobrevivir sin aire, por el amor de Dios! Norm era inmortal, y endemoniadamente orgulloso de serlo.
Pero el hecho de haber visto un genio muerto antes hizo que se le pusiera la piel de gallina. Estar vivo –o muerto- probaba que se podía morir.
Sin embargo, Norm nunca había averiguado qué cosas mataban a un genio, y esperaba nunca tener que averiguarlo. No quería ni siquiera acordarse de la posibilidad de morir... Y ése chico fantasma con su cola espectral sabía sobre una genio muerto.
¿Y si era la misma? Norm agitó la cabeza. Ciertamente no.
Mientras estaba allí sentado, con los codos apoyados en sus rodillas y las palmas apoyadas en la cabeza, observó de forma casual la oscilación de su cola, vagando en la lámpara maldita bajo la cama de su nuevo amo.
Al verla, Norm pensó en su nuevo amo con paciencia. Un pequeño adolescente huesudo con los poderes de un fantasma. Que combinación extraña... Casi tanto como encontrarse un genio bajo una silla usada. El niño era gracioso para reírse de él, pero para Norm era todo lo mismo. Cuando tuviera sus tres malditos deseos, tendría que volver a ésa lámpara por otra década.
No podía escaparse de su maldita lámpara de lava púrpura hasta que encontrar algo más para reemplazarlo. Pero no había nada a su alrededor que pudiera ser un reemplazo conveniente... Ningún pequeño y aburrido pixie, o pequeñas hadas... Sólo un precavido muchachito fantasma.
Un pensamiento asaltó la mente de Norm, y sus labios se curvaron en una mueca traviesa.
Este nuevo amo podría servir par algo más que hacerlo reír...
----
Continuará...
No estoy del todo segura sobre qué es lo que no me gusta de mi escritura, pero estoy segura que hay algunas cosas que no les gustarán a algunas de las lectoras. Por desgracia, dudo que pueda contentarlas a todas. Como sea, me gustaría que las lectoras me respondieran sobre cómo se sienten con respecto a éste fanfiction.
Notas de Nakokun
(1) Este es el nombre original, "Chapters", lo que sería "Capítulos" en castellano. Decidí ponerle los nombres originales de las tiendas y carteles.
(2) "Mush" es algo así como "encorvada" ó "doblada" en castellano.
(3) Así, The Lamp, con mayúsculas en el original.
Primer capítulo de mi primer fanfic traducido... Son capítulos mucho más largos de los que yo suelo escribir, pero me dio mucha satisfacción el haberlo hecho. Espero que les guste, así traduzco los siguientes capítulos.
Nos leemos
Nakokun
