La primera vez que supo de él fue por casualidad. No le buscaba a él, ni siquiera sabía de su existencia. Simplemente quería saber por que su capitán siempre llegaba tarde a cualquier sitio, ya fuera un entrenamiento, misión o simplemente a tomar unas cervezas.
Por eso tomó aquella decisión. Busco su chakra por toda la aldea y se dispuso a dar con él como si de un fugitivo se tratase. Y allí le encontró, encaramado a la rama de un árbol, escondiendo su presencia entre el follaje mientras prestaba atención a la clase de historia que el maestro impartía.
Se colocó a varios metros de él y le contemplo con interés. Kakashi, había sido un genio desde la niñez, era imposible que no supiera la historia de la aldea por la que estaba dispuesto a morir. Su presencia allí no tenía sentido, a menos que fuera para vigilar al portador del Kyubi. Fue entonces cuando decidido a dar un paso hacía delante su pie golpeo contra un kunai clavado en el árbol.
Kakashi le observo tras la máscara del lobo y se llevo un dedo hacía donde deberían estar los labios para pedirle silencio. Esperó sin moverse hasta que el timbre de la academia sonó, dando por finalizada la jornada escolar. Y solo cuando el profesor se quedo a solas, el capitán se permitió saltar hasta el alfeizar.
- No me importa que vengas. Pero si vas a traer compañía házmelo saber.- Le reprochó cariñosamente.- Habéis puesto a algunos de los niños nerviosos.- Dijo dándole la espalda al A.N.B.U. y borrando la tiza de la pizarra.- Tienes una misión.- Chasqueo la lengua supone que deberías estar en las puertas hace diez minutos.- Suspiro mientras unos familiares brazos le rodeaban la cintura.- Si sigues así vas a conseguir …
Pero no pudo acabar la frase. El ninja de élite le obligo a girarse de golpe y levanto su barbilla con suavidad para poder mirar sus ojos castaños. El maestro trato de desviar la mirada sonrojado, pero aguanto estoicamente la postura a fin de darle al otro la satisfacción que buscaba. Dejo, que desatara su coleta y revolviera su cabello demasiado largo. Dejo, que aspirara su olor y rozara con los dedos aquellos labios que tantas veces había besado. Y desapareció en una nube de humo y polvo, dejando los rastros de su aroma impregnados en el ambiente. Y a él, con la ansiedad del beso no recibido aguardando en su boca.
Desde el árbol un A.N.B.U. observo la escena sorprendido, sin escuchar del todo las palabras que se habían susurrado. Y aún con más interés observo el colgante en forma de kunai que el maestro lucía en cuello. Un arma que había visto muchas veces, pero que solo Kakashi había llegado a usar para lograr teletransportarse de un espacio a otro. Y esa joya podía ser pequeña y pasar desapercibida, pero incluso la distancia supo que el chakra de su mentor fluía en su interior.
Fue entonces cuando se percato del profesor que con la ventana abierta le miraba curioso y dejaba escapar las palabras que podían haberle hecho caer de no tener sus habilidades naturales. Con voz divertida le pidió que le diera un mensaje a su capitán. " No necesito niñera, llevo mucho tiempo cuidándome por mi mismo"
