Titulo: Sexy girls club without fear of losing
Autor: zayr2e
Parejas: Sasuke x Sakura, Itachi x Sakura… etc.
Nota: aclaro antes de que haya confusiones, este fic' es un sasusaku, tal vez involucre a varias parejas pero no será definitivo.
Dato: el titulo significa: Club de las chicas sexys sin miedo a perder.
Disfruta la lectura.
I LOVE MY JOB
Hotel winglife 12:00 a.m.
En una suite, de las más prestigiosos hoteles de 5 estrellas de la ciudad de Las vegas. Albergaban dos personas, el primero: un hombre de cabello semi largo, los ojos negros como el carbón de una edad avanzada que llegaba alcanzar los 40 años. Por otro lado: una chica de cabello exótico rosa, piel blanca como la nieve y poseedora de un cuerpo realmente bello que rondaba en los escasos 20 años.
Nadie se imaginaba lo siguiente:
El hombre la tenía sujeta de la melena, y estaba—prácticamente—devorando su cuello a besos y que le sacaban más de un gemido de placer a la chica. El hombre se encargaba de seguir los deseos de la joven, ella le dominaba en gran parte, debido a su gran experiencia en este rango, puesto que, era una prostituta.
Sintió como lo tumbaba a la cama y ella se desprendía de la ropa, de hecho, él ya no tenia prenda alguna en el cuerpo, ella se había encargado de desprenderla desde el momento en que entraron a la habitación.
Tenia que admitir que la chica poseía unos atributos inigualables, los pechos eran perfectos y seguro se amoldarían a sus manos para poder masajearlos a su manera, la cintura era fina con la cual dejaría que sus dedos delinearan su figura, sus caderas eran un poco estrechas y tenía un trasero que solo el hecho de verlo hacía que su erección aumentase.
La chica se acomodo en las piernas de él, empezó a estimular su miembro, era una de las tácticas que la chica ocupaba para hacer enloquecer a sus clientes. Dejó que el hombre se excitara más para que el disfrutara de la sensación que ella le otorgaba con las manos. Dejó que su cuerpo se inclinara, rozo con su boca la parte del glande donde dejó que su boca vagara por esa zona tan íntima, el hombre apretaba con fuerza las sabanas y emitía gritos de placer que aturdían el aire de la habitación. Había escuchado en la tele, que esta zona era de las más sensibles del hombre así como para la mujer era el clítoris. Tanto había sido el placer que le había estado proporcionando que el hombre tuvo que jalarla de la cabellera y besarle el cuello con muchas ganas, sintió como el hombre se posicionaba para así penetrarla cuando:
-lo siento bebe pero la hora ya terminó…—dijó antes de que entrara en ella, se levantó y comenzó a vestirse dejando al hombre excitado y con el rostro de confusión.
-¿perdón?—emitió una mueca de insatisfacción al ver como se terminaba de sujetar su sostén.
-Esto quiere decir que fuiste demasiado lento que no aprovechaste el tiempo y te quedaste con eso parado—dijó mientras tomaba su pequeña mochila, se la colgaba al hombro y salía de la habitación.
-maldita perra—gritó en alto mientras la chica se mofaba de él, contando el dinero que le había sacado en tan solo 1 hora.
-gracias, estúpido—contesto en voz baja mientras salía del hotel y tomaba un taxi.
Había que reconocer que el tipo era un empresario, además, tenía suerte de haberle propuesto una salida intima y así conseguir más dinero, por eso amaba su trabajo, por eso le encantaba conocer gente de la alta sociedad, por eso le encantaba vivir en las vegas.
-por algo dicen que es la ciudad del pecado—recitó de forma graciosa. El conductor la miró por el retrovisor mientras enarcaba una ceja.
-también del entretenimiento señorita—dijó en voz alta, ella solo le dio una media sonrisa por cortesía y se dedicaba ver las calles abarrotadas de prostitutas buscando a sus presas.
Pertenecía a un club nocturno "Sexy girls club without fear of losing" es uno de los más destacados de la zona central. Había ocasiones, en que la mandaban a la zona vipdel lugar, debido a que era una de las más bellas, de hecho, el lugar se caracterizaba por contratar a chicas guapas de todo Estados Unidos y las llevaban ahí para prostituirse y sacar un buen salario que en sus lugares de residencia no conseguían en todo el año.
Ese era su caso, ella provenía de Arizona, sus padres nunca le hacían caso, a ella le encantaba modelar y aparecer en obras de teatro de la escuela. Sus profesores la alagaban por el potencial que tenía, habían ido varios agentes a verla actuar y modelar pero nunca más los volvió a ver.
Por eso, ahora se encontraba aquí, su meta era poder sacar dinero y darse la vida que soñó y no depender de sus padres que estaban muertos de hambre, solo se preocupaban por ellos y no le importaba la vida de su hija pequeña. Tenía otras dos hermanas más, ellas también pertenecían al negocio en el cual ella desempeñaba. Había sido idea de su hermana mayor entrar en este lugar, ella vivía tranquila y trabajaba las horas que ella quisiera, además, sacaba mucho dinero en pocas horas y se daba buenos lujos.
Y ahora lo comprobaba.
Podía sacar más de 500 dólares cada dos días sino es que los sacaba en un día.
Amaba Las Vegas.
Amaba el club "Sexy girls club without fear of losing".
Amaba a su hermana por conseguirle el trabajo.
Amaba el dinero que podía obtener en escasos días.
Pero sobre todo, pesé a todo lo que ganaba, obtenía y sacaba de todo esto, su principal motivo era:
AMABA SU TRABAJO.
Se iba a olvidar de sus sueños de convertirse en una famosa actriz de Hollywood, de sus sueños de convertirse en una modelo reconocida y todos aquellos sueños estúpidos que tenía de niña.
Ahora, podía darse el lujo que quisiera sin necesidad de pasar todo el día en un estudio de grabación soportando viejas metiches, gente mandona y a todos los paparazis que acosaban a toda famosa.
-tenga, quédese con el cambio—dijó mientras se bajaba del taxi y caminaba directo a su casa.
-gracias—contestó mientras arrancaba el coche con una sonrisa.
Cruzó las puertas de su casa, tenía un estilo muy clásico pero también había dejado esos pequeños toque que la hacen verse un poco juvenil. Le había costado 2 años poder conseguir semejante casa, pero al final, había obtenido lo que quería.
Subió a su habitación, y fue directo al baño a recibir una reconfortante ducha. Cuando hubo salido, se cambio y se recostó en la cama quinsay que estaba justo a la mitad de la habitación.
Siempre le hacia lo mismo a los hombres, entretenía a los hombres dándoles placer y distraerlos del tiempo, y al final no lograban follarla.
Lastima.
Aunque alguien sí había obtenido lo que quería, la había engatusado y la había hecho tocar el cielo. En ese día no había puesto la atención en el tiempo, la había jodido de la peor manera. Es más, la había dejado tumbada en la cama como una puta (lo que ahora era) y se había ido sin despedirse.
Maldita sea pendejo.
Desde esa noche, había jurado hacérselo a las demás personas, que pagaran por lo que ella había sufrido y lo estaba cumpliendo al pie de la letra. Los hacia distraerse y les brindaba placer corporal pero jamás habían conseguido penetrarla, como aquel hombre.
Pero juraba nunca más sucederle lo mismo.
Odiaba aquel hombre con locura, lo odia como odiaba a sus padres, lo despreciaba y juraba vengarse de él.
Cueste lo que cueste.
Por el momento, ya había contratado un detective, y habían logrado conseguir el nombre de aquel tipo, le estaban siguiendo la pista.
Su nombre: Uchiha Sasuke.
Prometió solemnemente hacerte pagar, por esa noche en la cual le desprecio como una perra, una prostituta, como su pendeja y muñeca pasajera.
Solamente ella tenía el derecho de despreciarlo como a ella se le antojara, solo ella.
También el detective había descubierto que el era un "pobre". Lo habían visto irse a las zonas más bajas de la ciudad, donde solo los de escasos recursos habitaban. Le había pagado el doble al detective para que le consiguiera todo referente a su familia, hogar y dirección.
Mañana recibiría las noticias sobre Sasuke, y las esperaba con ansias. Tal vez, iba hacerle una visita a su casa. Tenía un plan ideado para poder hacerle pagar.
Se haría pasar por otra persona, les haría creer cualquier cosa y al final pfff'', daba su golpe certero.
-Hahahaha, no tienes idea de cómo me voy a divertir Sasu-chan—dijó mientras cerraba los ojos y se disponía a dormir.
