Disclaimer: Inuyasha y sus personajes le pertenecen a la inigualable Rumiko Takahashi, el resto el mío ;)
Este fic participa en el Reto de apertura: Cambiando historias, del Foro InuKag 犬夜叉 & 日暮かごめ (Link en mi perfil)
Inuyasha estaba inquieto. No, más que inquieto, estaba agitadísimo.
Se encontraba de piernas cruzadas en el suelo, las manos entre las mangas del haori, la espalda apoyada en la pared de la humilde cabaña y una inútil Tessaiga entre las piernas.
No dejaba de mover la rodilla contra el suelo, mirar en todas direcciones y, de vez en cuando, lanzar alguna maldición entre dientes.
De pronto sintió una delicada mano en su hombro y gruñó.
—¡Duérmete de una vez, mujer!
Kagome suspiró. Le sorprendía lo "sutil" que podía llegar a ser Inuyasha.
—Cálmate, ¿Quieres? Nunca me he dormido, ¿Por qué lo haría ahora?—Casi se sentía ofendida.
Inuyasha puso los ojos en blanco como si fuera una respuesta estúpidamente obvia.
—Estás preñada, Kagome, tienes que dormir.
La chica se cruzó de brazos mientras arrugaba el ceño.
—¡Y tú eres humano! O dormimos o nos quedamos despiertos, pero no olvides que estamos juntos en esto.
Ya era la cuarta luna nueva que pasaban con Kagome embarazada, pero en ese mes, la chica había tenido los síntomas mucho más notorios, por no decir lo notoria que ya era su barriga, y si Inuyasha antes era sobre protector, ahora con Kagome embarazada se comportaba realmente como un perro guardián.
Las noches de luna nueva también eran un problema para el hanyou. El pensar que algo les llegara a suceder por no haber estado dispuesto a defenderlos, lo mareaba. Luego de la muerte de Naraku no habían tenido ataques a la aldea, pero siempre había que estar preparados.
Kagome volvió a suspirar y se acurrucó junto a su marido, apoyando su cabeza en el hombro de este.
Inuyasha, al ver perdida la batalla, saco una mano de entre sus mangas y rodeando a su mujer por los hombros, la acercó a él. Kagome esbozó una sonrisa de victoria e Inuyasha le dio un beso en la mejilla. Esos, eran gestos cariñosos pero no por ello pasionales, que la muchacha sólo recibía (muy gustosamente) en noches de luna nueva como aquellas.
Sí, definitivamente era un egoísta, pero no podía negar que adoraba la compañía de Kagome, a pesar de que la chica tuviera que pasar toda la noche despierta, y desde que se conocieron, Kagome nunca le había negado el placer de ser acompañado en su mayor momento de debilidad.
Y una vez más, Inuyasha y Kagome, abrazados, esperaron el amanecer como siempre lo habían hecho y lo harían, juntos.
FIN
Ok, ¿Por qué a nuestra querida Rumiko no se le ocurrió dejar un final un poquitito más cerrado? Por lo menos yo hubiera sido más feliz. ¡Aquí esta mi propio final! Hecho drabble, claro.
¡No olviden pasarse al foro! Es fantástico y TODOS son bienvenidooos.
¡Gracias por leer!
¿Review? *Alza las cejas seductoramente * Son 2 segunditos... XD
