Definitivamente, este era el peor y mas horroroso dia de mi existencia. No solo por que había cometido un error, ni tan siquiera porque YO, un Malfoy, había cometido un error. Sino que el problema es que yo soy Draco Malfoy y NO puedo cometer errores.

Solté un sollozo. Esto era patético. Lo mas patético que me podría haber pasado. Era incluso mas patético que pedirle matrimonio a la comadreja hembra (léase, Ginny).

Me mire una vez mas en el espejo para comprobar si mi error seguía allí. Aja, allí estaba. Maldije a la maldita caja y a la doblemente maldita botella vacia que estaba en el piso.

Me desespere e intente encontrar alguna explicación que dar a mi padrino. Al fin, encontre una explicación que podria funcionar funcionar... si quitábamos el pequeño detalle de que las mujeres no pueden ser daltónicas y no dudaba que mi madre se moriria de un infarto.

"No Severus como crees, no me equivoque cuando fui a comprar el producto de siempre para teñirme el cabello, te habras vuelto daltónico, mi cabello no es rosa"

Ese dia iba a ser un infierno en vida.