La Apuesta Parte I

Tú fuiste la muñeca que yo compre aquel día, tú fuiste mi mentira pero aun no lo sabías, la apuesta que mantuve con tres o cuatro amigos a que por esa puerta ya saldrías conmigo… de la mano

Las conversaciones con los chicos siempre eran de los mismos temas, mujeres y deportes. Pero a los 17 años no había nada más importante para nosotros. Salvo para Kurt que no entendía porque nos gustaba tanto hablar del futbol, o del básquet o cualquier otro deporte. Nuestras compañeras de club Glee siempre llamaron la atención, hay que admitirlo siempre fueron las más lindas y las que robaban suspiros de todos, aunque estar en Glee no era popular, pero las porristas siempre lo fueron y no dejaban de serlo. Después de salir con Quinn y Santana no estaba en mis planes salir con ninguna otra porrista o chica del club Glee, ese no era el plan.
- las viste – me pregunto Mike señalándome a Santana, Tina y Mercedes que estaban ensayando una coreografía para Glee
- lo hacen bien – dije mirándolas
- como puede ser que salí con Santana? - se pregunto a el mismo Finn

- la pregunta sería como saliste con Santana y ahora estas con Rachel – bromeo Puck
- no tienes remedio Puck, mira a Tina es bellísima – su novio comento

- lo dices porque eres su novio y si decimos algo nos vas a pegar – le retruque en chiste

- No es verdad – se defendió mientras todos nos reíamos

- Mercedes es bonita, y segura de sí misma - dije casi sin pensarlo
- pero nunca se fijaría en ti rubio – me contesto Finn como si fuera obvia su observación

- Solo salió conmigo porque sabe lo que es bueno – fue Puck quien acoto

- eso fue una mentira Puck!, sabes que Mercedes nunca saldría contigo en su sano juicio – intervino por primera vez en la conversación Kurt

- apoyo a Kurt – acoto el asiático

- a veces pienso que me gustaría salir con una niña así – dije en voz alta sin darme cuenta

- con Mercedes no, con ella no se juega – su amigo la defendió

Nunca la había visto salir con ningún chico de la escuela, y era realmente bella, no entendía porque no dejaba que se le acercaran mucho, solo Kurt y las chicas con aire de diva

- a que no te animas a encarar a Mercedes – me desafío Puck sacándome de mis pensamientos

- es un reto? – le pregunte

- con ella no jueguen!, se los advirtió – nos volvió a decir Kurt

- y Sam? Qué hacemos? – Finn intervino

- si logras algo con Mercedes te doy lo que quieras – Puck aposto seguro

- estás jugando con fuego

- pueden no ser tan tarados, Finn ayúdame – le pidió a su medio hermano

- yo no creo que le de ni la hora al niño rubio

- eso vamos a verlo – dije con algo de ilusión sin despegar la vista de Mercedes, era tan bella como se reía, como hablaba, como se movía

- por eso mismo… apuesto lo que quieras boquita

- ok, si gano quiero tu guitarra – le dije seguro, Puck no daría su guitarra por nada del mundo

- la tuya es mejor por que queres la mía? – dijo defendiéndose

- es una apuesta no? Dijiste que pida lo que quiera, quiero tu guitarra

- ok, tenes razón apuesto mi guitarra, se que vas a perder – dijo con seguridad

- son dos tarados – Kurt nos gritaba enojado

- no es para tanto Kurt, si no estarías con Blaine diría que estas celoso

- es un chiste, no?

- no es que a veces es tarado tu medio hermano – Mike intervino

- a veces? – pregunto serio – de verdad con Mercy no!

- kuuuurt! – en ese momento Mercedes Grito acercándose a su mejor amigo

- Diva, que pasa? – le pregunto al llegar

- necesito hablar de algunas cosas – le dijo mirándonos a todos por un segundo

- ahora?

- creo que Mercedes no quiere hablar con nosotros delante – acoto sonriendo

- mira que inteligente que resulto ser Sammy, no? – le dijo a Kurt de manera irónica sin mirarme, nunca lo había hecho ahora que lo empiezo, nunca me había visto, y hasta creo que yo tampoco lo había visto como la veía ahora

- ok, Diva mejor vamos

- adiós Mercy – la salude mientras se alejaba con Kurt pero recibí la misma indiferencia que antes sin siquiera mirarme, se iba riendo con Kurt por los pasillos

- bien fácil lo tienes – se reía en mi cara Finn junto a Mike

- tranquilo Puck, creo que tu guitarra va a seguir en tu poder

- eso lo vamos a ver – dije mirando todavía el pasillo por donde Mercedes y Kurt se habían ido

Tú fuiste para mí el sueño que escondía desde que era una niña hasta que te conocía, abriste tu mi lista de amores el primero, apúntate dos tantos por robarme mis besos, sin saberlo

Es verdad soy una chica difícil, eso me dicen siempre mis amigos, que tampoco son muchos. Soy bastante selectiva con mis afectos, no dejo que cualquier persona entre en mi vida. Pero la persona menos pensada es la que más fácil rompe todos esos prejuicios. Nunca pensé que me iba a interesar en Sam Evans, típico deportista que sale con las porristas, pero los sentimientos nos engañan y nos hacen creer en personas que no deberíamos, este es mi caso. Rachel me insistía en que lo intentara y me diera una oportunidad de conocerlo, pero yo muy en el fondo sabia que algo andaba mal. Siempre me gusto, lo admito, rubio, alto, unos ojos verdes luminosos que cuando te miran caes rendida, por eso sería que nunca hice contacto visual, hasta esa noche que salimos todos los del Club Glee. El lugar estaba lleno y yo como siempre junto a Kurt y las chicas
- me parece que los chicos no le sacan los ojos de encima a Mercedes, que pasa? - le dijo a Kurt, Rachel mientras me codeaba
- que mentirosa – me reía con su comentario pero me gire a mirarlos y pude verlo a Sam que me miraba mientras los demás le hablaban, e instantáneamente algo paso en mi que un color en mis mejillas me delataron
- me parece que boca de trucha esta de suerte, no? – Kurt acoto
- porque? – pregunto como siempre sin darse cuenta de nada Brittany
- ideas de la mini Barbra, amiga – le conteste mientras nos íbamos al medio de la pista a bailar. Siempre que salíamos con Santana, Brittany y Tina nos quedábamos las horas bailando nos divertíamos muchísimo, pero esta vez una mano en mi cintura hizo que me diera vuelta sorprendida y enojada
- que haces tara… - pero me quede a mitad del insulto al ver quién era – do
- perdona, no te quería molestar – me dijo mirándome a los ojos y fue la primera vez que le devolví la mirada a Sam y quede embobada en ella
- paso algo?
- te molesta que baile acá con vos? – me pregunto
- conmigo? – le pregunte confundida y mire a mis amigos y los note que cada uno estaba en su mundo. Kurt había empezado a bailar de una manera algo rara con Blaine, Mientras Santana y Brittany estaban en su pequeña burbuja. Ni hablar de Tina y Rachel que al encontrarse con sus novios nada más les importaba – me quede sola – dije en voz alta aunque esa no había sido la intención
- bueno estoy aquí, Sam Evans -bromeo
- es raro esto Sam – le dije sinceramente - nosotros ni nos conocemos, casi ni hablamos en Glee

- yo te conozco – me dijo demasiado cerca para mi gusto – vas conmigo al Club Glee desde que llegue al McKinley, sos la mejor amiga de Kurt, nunca tuviste un novio seriamente, Quinn es como tu hermana, pero la pasión por la música la compartís con Rachel – hablaba de mi como si de verdad me conociera
- como… sabes… - me había dejado sin habla
- hay vida más allá de las divas, existimos los demás - sonrío
- si lo sé – le conteste tímidamente
- siempre me llamo la atención porque no te unías al resto, siempre tan alejada de todos, lo justo y necesario
- malas experiencias… prefiero ser yo misma con las personas a las que realmente les importo
- y no pensas que le podes importar a otras personas?

- la verdad? – le pregunte sonriendo – ni un poquito… soy la diversión en persona, toda una diva
Sam: puedo? – me pregunto tomando mi mano y yo asentí – acompáñame – tiro de ella para que lo siguiera y salimos del lugar y nos sentamos en una de las mesas al aire libre. Charlamos casi toda la noche, el me contó de sus amigos, de sus entrenamientos, y de su pasión por la música. Por mi parte me abrí bastante a él, no sé por qué razón le contaba casi toda mi vida, mis desamores, mis pasiones, mis alegrías
- no te tenía tan enamoradiza – me dijo sin dejar de mirarme
- nadie me tiene así y es lo mejor
- no lo creo… creo que sería buenísimo que todos conocieran a esta Mercedes y no que inventen cosas
- no me importa lo que inventan, es más me causan gracia

- debo admitir – me dijo hablando más bajo y acercándose – que muchas veces las creí
- yo admito que algunas me hubieran gustado que fueran ciertas - bromee
- sos increíble Mercy – me dijo poniéndose serio y mirándome a los ojos
- no me conoces – baje la mirada instantáneamente y en un segundo lo tenía al lado mío levantándome la cara con su manos y quedando a escasos centímetros de mi labios, sintiendo su respiración muy cerca mío
- no sé quién te lastimo tanto para qué no confíes en vos misma… pero es un tarado – dijo casi rozando mi nariz con la de él y casi por inercia cerré mis ojos para disfrutar de su aroma – perdóname por lo que voy a hacer, pero es más fuerte que yo
- qué? – le pregunte abriendo los ojos confundida, pero fue lo último que pude decir ya que el sabor de sus labios sobre los míos me envolvieron y transportaron a un lugar casi soñado, ya no tenía idea del tiempo, ni del espacio, solo estábamos él y yo, hasta que una voz muy conocida empezó a llamarme
- Mercy!, donde estas? – me llamaba Kurt interrumpiendo la burbuja en la que estaba
- yo… - intente hablar apenas me separe de sus labios
- no digas nada, por favor – me pidió de una manera tan tierna que no me pude resistir
- me voy – me pare sin dejar de mirarlo y enseguida tenia a mi amigo atrás mío
- estabas acá Mercy!, me preocupe – me empezó a retar Kurt – ah Sam – lo miro raro – que hacían?

- nada, ya me iba para adentro…vamos? – le tire de la mano a Kurt que no se movía y no le sacaba los ojos de encima al pobre Sam
- que hacían? – me pregunto una vez que volvimos a entrar
- hablábamos, nada más – le conteste
- tene cuidado Mercedes, yo sé lo que te digo
- tranquilo Kurt, yo sé – le dije intentando parecer creíble, aunque en ese momento ya no sabía nada.

Y yo me fui enamorando sin darme apenas cuenta

Después de ese beso todo cambio, ya no éramos los mismos, ya no sentíamos las mismas cosas. Por mi parte no pude dejar de pensar en ella el resto de la noche y los días que siguieron, lentamente me fui acercando a ella, conociéndola cada día más y embobándome con cada cosa nueva de ella. Creo que me empecé a enamorar, aunque a mis amigos le decía que era todo parte del plan, cada vez que estaba con ella a solas era mágico. Era como un microclima donde ya no existía nadie más que ella y yo. Decidimos que lo íbamos a intentar, nos gustaba pasar el tiempo junto y yo sin darme cuenta estaba locamente enamorado de esa diva morena que se robaba todos mis sueños
- si vamos juntos a la fiesta de Finn se van a dar cuenta todos…tontito – me dijo robándome un pequeño beso
- no me importa… quiero gritarlo, que todos se enteren
- a los chicos no les va a parecer lo mismo – dijo con tristeza

- Amor, no me interesan ellos – le dije tomándola dulcemente de la cintura y atrayéndola hacia mi – cuando vas a entender que me importas vos
- te creo – me dijo mirándome a los ojos – pero es todo muy raro y no me digas que no
- Mercy, yo te amo – le dije sinceramente tomando su rostro con mis manos – sabes lo que es eso? – Ella me sonrió y asintió y pude notar como sus ojos se llenaban de lagrimas – te amo – le volví a repetir antes de besarla por un largo rato
- sabes que aunque me cueste decirlo, lo que vos sentís por mí, yo lo siento de igual manera, no?
- no hace falta que me digas nada, lo se – realmente lo sabía y las palabras sobran
- pero quiero hacerlo, porque lo siento
- pero yo lo sé Mercedes, con eso me basta – la volví a besar tan dulcemente como minutos antes
- al final le voy a tener que dar la razón a Rachel – comento entre risas
- a Rachel?, pero porque? – la abrase y nos sentamos los dos en el sillón de su habitación
- porque era la única que ponía su mirada en ti para mi… siempre!
- la pequeña Barbra sabe lo que es bueno…
- que agrandado que sos – se reía de una manera que me llenaba por completo y podía dejar de mirarla – me pones nerviosa cuando me miras así
- es que no puede no mirarte… sos hermosa
- basta – bajo la mirada avergonzada

- esta noche vamos juntos – le dije seguro de mis palabras mientras levantaba su rostro y la besaba