Publicaba esto para pedir mil disculpas por no haber publicado a tiempo mi historia, se que no tengo excusa para estos dos meses de abandono, pero espero que me perdonen. ¡Lo siento!
También quería avisar que borré la anterior historia de fanfiction por que no me había quedado conforme con el resultado. Debido a que esta historia la hice hace mucho tiempo, años, y mi forma de escribir ha cambiado, pero simplemente por "pereza" no quise modificarla y ver como le iba, pero ya casi termino de modificar el primer capítulo. Y espero modificar todo el fic.
La forma de escribir, la narración, algunos diálogos y muchas cosas han cambiado, pero la esencia del fic sigue siendo la misma.
Hasta ahora tengo diez capítulos escritos y seguiré publicando la historia a medida que modifique cada capítulo.
Quiero dar gracias a las personas que leyeron mi fic, y a las personas que dejaron review: setsuna17, meliizah y Lady Yukiiko.
Gracias por su tiempo y espero que me entiendan. ¡Gracias en serio y mil disculpas otra vez!
¡Sean compasivos y denle una nueva oportunidad a la historia!
Ya no los sigo aburriendo y aquí les dejo el fic.
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece, aun que una vez soñé que sí x)
Mi otro yo
Capi 1¿Discusión?
En la época de Sengoku, una chica de dieciséis, que resaltaba entre los demás por poseer extraños ropajes de otra época, se dirigía al pozo devora huesos que conectaba el mundo actual con la época feudal.
Se paró enfrente del pozo y sus compañeros de equipo lo hicieron igual. Un pequeño Kitzune que no aparentaba más de unos 9 años, un monje que no dejaba de mirar la retaguardia de su compañera de adelante, una exterminadora de monstruos que tenía su arma en la espalda, impidiendo así al monje tocarla, una pequeña gatita de dos colas en el hombro de la exterminadora y un hanyou con cara de pocos amigos que miraba receloso a la sacerdotisa.
- Bueno, ya me voy – dijo la sacerdotisa acomodando su mochila, luego volteó hacia el hanyou - recuerda no venir Inuyasha, estaré muy ocupada. – Dijo la chica, el hanyou solo bufó enojado.
- ¡Kagome¡No te olvides traer mis dulces! – Chilló el pequeño
- No lo haré Shippo – Respondió con una sonrisa
- ¡Bha¡Yo no se porque pierdes el tiempo en esas cosas! – Dijo el albino mirando a la pelinegra - ¡Solo retrasas la búsqueda de los fragmentos! – Se quejó
- Tranquilo, solo serán 3 días – Intentó disuadir la sacerdotisa
- ¡Exacto! – Chilló el albino - ¡Tres días sin buscar los fragmentos¿Sabes cuanto nos puede perjudicar eso¡Naraku podría encontrarlos antes que nosotros! – Gritó y se giró molesto
- Si sigue así se ganara el odio de Kagome – Habló por primera vez la castaña, mirando con recelo al hanyou
- Te apoyo – Dijo el monje, también mirando con recelo al hanyou, pero con una gotita en la cabeza
- Son solo 3 días – Dijo la pelinegra, tratando de calmar su ira, a pesar que una venita en su frente decía lo contrario.
- ¡Si! Y tú como si nada diciendo "¡Hay! Tengo exámenes me voy por 3 días" "Pueden adelantarse si quieren" – Dijo en un intento de imitarla - ¡Claro¡Como si nos llevara la mitad de tiempo ir solos sin ti¡Naraku se nos adelantará! – Gritó y luego la señaló -¡Tú puedes ver los fragmentos yo no¡Y ellos tampoco¡Pero tú¡NOOO! Porque ella tiene que ir a dar sus "exámenes" – Dijo con voz burlona - ¡Fhe! como si fueran tan importantes – Terminó cruzado de brazos.
- ¡Hay, Inuyasha!... Los idiotas siempre serán idiotas – Dijo el zorrito mirándolo con pena.
-¡¿Cómo que idiota, enano?! – Chilló el albino, a lo que el kitzune le señaló hacia atrás. Se volteó y se quedó paralizado al ver a la pelinegra en un fondo extrañamente negro, rodeada de llamas, sus ojos rojos y su puño alzado. También se podría apreciar unas cuantas venitas en su frente. El albino tragó saliva y empezó a rezar mentalmente por su espalda.
- ¡Inuyasha! – Chilló la pelinegra con voz de ultratumba
El albino analizó la situación y empezó a hacer lo que cualquiera haría en esa situación: Rogar por tu espalda
- ¡Por favor¡Apiádate de mí¡No me pegues! - Se escondió detrás de Sango – ¿Kagome? – Preguntó nervioso, y sólo escuchó su risa diabólica - ¡¡Onegaii!!
La pelinegra tomó aire y empezó a recitar el conjuro – A… - Inuyasha tomó el collar en un vano intento desesperado por quitárselo.
- BA… - Sango reaccionó. Tomó del aori de Inuyasha y lo lanzó lejos de ella, procurando que así, ella no saliera afectada por el conjuro
- ¡¡Quítate!! – Gritó la castaña con fuerza
- ¡JO! – Gritó expulsando así todo el aire que tenía
Inuyasha chocó contra un árbol por la fuerza de la exterminadora y por si fuera poco, segundos después es violentamente golpeado por la fuerza del conjuro.
- ¡No te me vuelvas a pegar! – Gritó la exterminadora, recordando así las veces donde ella también era afectada por el conjuro. Dolía.
Miroku cerró un ojo en señal de dolor ajeno - Auch, debió doler
Kagome tomó aire y seguidamente gritó – ¡¡TONTOOOOO!!
- Que le vaya bien señorita Kagome – Dijo nervioso el monje – Que buenos pulmones – Pensó con una gotita
- ¡Me voy! – Gritó fúrica la pelinegra - ¡Y mis exámenes Sí son importantes! – Dijo antes de tirarse por el pozo, pero antes de que cruzara por los mundos, gritó una última cosa - ¡Y algo más¡No sabes imitar! – Dijo antes de que apareciera la luz, señal que cruzó el pozo.
- ¡Eres un tonto¡Siempre haces enojar a Kagome! – Reclamó el pequeño.
- ¡Bha! Ella es la que se molesta por nada y siempre me dice "Abajo" – Dijo tratando de imitar la palabra Abajo, con la voz de Kagome.
- Kagome tiene razón, no sabes imitar – Finalizó la exterminadora
- ¡Fhe! – Soltó el albino
- Inuyasha, necesitas clases – Dijo con voz recriminadora - ¡Deberías aprender a controlarte como yo! – Dijo con mirada pervertida, mientras tocaba la parte trasera de Sango. A lo que la chica lo golpeó con su boomerang.
- ¡Pues yo creo q el q necesita clases es usted¡Monje Hentai!
- Estos dos nunca aprenderán – Dijo resignación el kitzune
- ¡Hombres! – Soltó con voz cansada la castaña.
- ¡Adultos! – Dijo el kitzune, alejándose del lugar junto a Sango
Miroku estaba en el piso con un chichón en su cabeza, e Inuyasha, Inuyasha estaba cruzado de brazos y sólo se dignó a soltar un "Fhe"
- - - En la dichosa época actual - - -
La familia de la pelinegra estaba reunida en la mesa, todos con semblantes tranquilos, o al menos eso parecía. La cena se veía deliciosa y los integrantes de aquella familia la estaban disfrutando. Todo parecía bastante normal hasta que…
- Hermana¿Me pasas la sal? – Preguntó con voz inocente el pequeño.
Kagome, que estaba pensando en lo pasado en la era feudal, pues, reaccionó extraño.
- ¡Inuyasha eres un…! Eres un tonto, tonto, Tonto¡Tonto¡TONTO! – Gritó fúrica parándose de la silla.
- ¡Pero yo que hice! – Gritó inocente Souta
- Kagome¿te sientes bien? – Preguntó un poco asustado el abuelo
- ¿Eh? – Preguntó la pelinegra y se dio cuenta de donde estaba - Se me quito el hambre, iré a tomar una ducha y espero que nadie me moleste – Dijo mirando a su hermano y a su abuelo.
- Por un momento sentí que nos dirigió una mirada fría – Dijo el abuelo
- Si que da miedo – Dijo acongojado Sota
- ¿Alguien quiere más pastel¡Está muy bueno! – Dijo la madre de Kagome, tratando de calmar el ambiente
- - -
Kagome se encontraba ya en la sala de baño, con la ducha preparada. Se metió, la temperatura perfecta, se estaba dando un relajante baño, pero no pudo evitar que su furia volviera.
- ¡Huy¡Ese tonto de Inuyasha¡Tranquila Kagome! – Dijo tratando de tranquilizarse – ¡Tranquilízate! Ahora estas aquí, sin ese tonto que malentiende las cosas, sin ese tonto que te fastidie, sin ese tonto que te molesta, sin ese tonto que te protege, sin ese… ¿Proteja? – Se preguntó roja, por sus pensamientos – Si, me protege pero, - Recordó lo que momentos antes había vivido. Cerró los ojos - Inuyasha… - Y los abrió fuertemente, con una vena en su sien - ¡¡¡¡¡¡¡Eres un TONTO!!!!!!!
El agua empezó a hervir por culpa de la furia de Kagome.
- - -
Inuyasha y Miroku estaban sentados en la cabaña mientras tomaban un te o mejor dicho, Miroku tomaba te, mientras Inuyasha miraba la fogata. Pasó un rato e Inuyasha sintió un repentino escalofrío en su espalda.
- Kagome – Pensó el albino, nervioso por su salud.
- Inuyasha¿Sucede algo malo? – Preguntó curioso el monje
- No es nada – Respondió el hanyou - ¿Seguirá molesta conmigo?
- - - Ya en la noche - - -
- Tengo mucho sueño – Dijo restregándose los ojos la pelinegra - Será mejor que me duerma, mañana será un laaargo día… - Se recostó en la cama y otra vez recordó lo ocurrido esa mañana.
Su furia estaba volviendo y para mala suerte de Souta, entró justo en ese momento.
- Hermana¿has visto mi mochila? es que creo que la deje por acá y… - Es cortado por Kagome que se levantó estrepitosamente de la cama.
- ¡ERES UN TONTO! – Gritó sin poder contener la furia.
- Mi hermana cada día esta más loca – Dijo asustado Sota, que estaba detrás de la puerta.
- - -
Todos se encontraban durmiendo placidamente en una pequeña cabaña, mientras los rayos de la luna y la luz de las estrellas acariciaban sus cuerpos, pero había alguien que no conciliaba el sueño, era un hanyou.
- ¿Seguirá molesta conmigo? - Esa pregunta rondaba en su cabeza una y otra ves - Será mejor ir a verla - Fue así que el joven hanyou salió corriendo sin hacer ruido. Llegó al bosque y cruzó el pozo. Seguidamente se dirigió a la casa de la chica.
Miró la ventana de su habitación, estaba cerrada y con las cortinas puestas. Tendría que entrar por otro lado. Buscó y encontró la ventana de la cocina abierta.
Entro por la cocina sin hacer ruido alguno, abrió la puerta que dirigía al comedor y la cruzó, desde allí se veían las escaleras. Luego miro fijamente las escaleras, si las escaleras, cada peldaño hacía un ligero pero agudo chirrido, eso lo sabía. Empezó a subir las escaleras y de la nada un bulto se apareció en frente de él. Se asustó, si se asusto y tomó al bulto y lo sacó de la casa, pensando que era un monstruo.
El bulto que estaba adormecido, se medio levanto y sólo atinó a pensar lo que cualquiera en su lugar pensaría. "¿Estoy volando?"
Aún ajeno a su alrededor, fue violentamente acorralado contra la pared de afuera de su casa. Eso lo despertó por completo y pensó que fue secuestrado por un ladrón.
- ¡Maldito engendro¡Ahora verás! – Gritó el albino alzando el puño.
- ¡¡Aaaahh!! – Gritó el pequeño bulto cerrando los ojos - ¡No me pegues¡No me hagas daño¡Policía¡Mal día, mal día¡Todos me gritan¡¿Que tienen en contra de mi?! T-T
El albino parpadeó y reconoció al bulto. Solo es Souta
– ¡Souta! No seas tan dramático - Dijo a la vez que le tapaba la boca para que dejara de gritar –
El bulto, digo, Souta abrió los ojos.
- ¡O-orejas de perro¡¿Que haces aquí?! – Preguntó un poco sorprendido
- ¡Fhe¡Que te importa! – Dijo altanero
- ¡Claro que sí¡Tratabas de matarme! – Dijo frunciendo el ceño. Parecía Kagome cuando se mosqueaba.
- Eh… ¡Claro que no¡Era una broma! – Dijo lo primero que se le ocurrió algo nervioso.
- Ya, enserio – Dijo frunciendo más el ceño.
- Aish, enano molesto, está bien, te confundí con un monstruo ¿contento? - Pregunto sarcástico avergonzado por la confesión
- ¡Si! – Dijo sonriendo - Hay q volver adentro, esta empezando a llover, dijo mirando las nubes.
- Tienes razón – Dijo mirando al cielo también.
- Por cierto… ¿Me bajas?
- - -
Pronto se volvió a ver al extraño par que caminaban muy sigilosos, y ahora se encontraban al frente de las escaleras.
- No debemos hacer mucho ruido – Dijo el pequeño que iba atrás del albino, por mitad de las escaleras.
- Si – Dijo el albino, que al pisar el penúltimo peldaño, se encontró con que no estaba vacío, en el un pequeño juguete de goma yacía muy quietecito y silencioso, pero al ser pisado emitió un chirrido demasiado agudo y muy fuerte, cosa que alarmó a ambos. El albino sacó el pie rápidamente hacia atrás, sin contar que el peldaño anterior estaría ocupado por el pie de Souta.
- ¡¡Kiaaa¡¡Mi piecito!! – Gritó el pequeño, pero la mano del hanyou hizo que se callara.
- ¡¡Shhh!! – Dijo poniéndose el dedo enfrente de la boca, en señal de silencio.
Segundos más tardes se escuchó el chirrido de una puerta. Eso alarmó aún más al par, que empezaba a sudar frío por el monstruo que podría salir de aquella puerta.
La puerta se abre rápidamente de un momento a otro, asustando a más de uno. De ella sale una persona que pronto fue iluminada por la luz de luna, que pasaba por una pequeña ventana.
Era el abuelo de Kagome.
Pensaban que ya los había descubiertos y esperaban un gran sermón, pero al parecer, el abuelo de Kagome sólo se enfocaba en su destino "El baño".
Al entrar cerro la puerta tras de si y pronto se prendió la luz. Ambos se quedaron en shock, sudando frío y rezando para que no les viera al salir, o en su defecto, que no les dieran un sermón muy largo.
Después de un rato se escucho como que agua corriendo, sí, era el inodoro.
La puerta del baño se volvió a abrir, dejando ver al ser que salía de él. De la nada, giró la cabeza, y los miró, como si estuviera poseído o algo. El par que miraba asustado sólo atinaron a pasar saliva, abrazados por el miedo.
Pero el anciano bostezó, y siguió de largo su camino a su habitación.
- Pero que anciano mas descuidado – Dijo el albino mirándolo con una gotita.
- ¡Doce años viviendo en esta casa y hasta ahora me entero que mi abuelo es sonámbulo! – Dijo Souta frustrado.
- Oye enano… - Souta lo miró esperando la pregunta - ¿Qué hacías fuera de la cama a esta hora?
- Psss, nada. – Puso sus brazos atrás de su cuello - Es que me dio sed, pero ya se me fue. – Bostezó – Bueno, ya me entró sueñito otra vez¡Buenas noches orejas de perro! – Dijo entrando a su habitación.
- Si, eh adiós… supongo – Dijo viéndolo con cara rara
El hanyou se quedó parado en medio del pasillo y recordó el por qué estaba allí. Miró la habitación de Kagome. Esa era la razón de su visita.
Tenía que comprobar si seguía molesta con él, pero como que ya era un poco tarde. Tal vez estaba durmiendo.
Se acercó al marco de a puerta y algo nervioso empezó a abrirla despacio.
Entró y cerró la puerta tras de si con mucho cuidado.
Miró a la chica que era bañada por los rayos lunares.
Hermosa
…
¿Hermosa¿Acababa de pensar que Kagome era hermosa¿En qué estaba pensando su retorcida cabeza¿Siquiera estaba pensando?
Bufó molesto por el comentario inconciente de sus pensamientos. Se cruzó de brazos con los ojos cerrados.
La miró de reojo. La sacerdotisa dormía placidamente boca abajo, con las sabanas removidas por encima de sus piernas. Tenía un brazo colgando fuera de la cama y el rostro contra la almohada del lado contrario de la pared.
La volvió a mirar, pero esta vez cara a cara y empezó a acercarse.
Solo curiosidad
Se repetía una y otra vez.
Solo curiosidad, solo curiosidad
Observó su rostro, sus rasgos y empezó a acercarse más inconcientemente.
¡Solo curiosidad!
Sin darse cuenta se perdió en su rostro. Tenía su rostro a unos centímetros del suyo, mientras lo examinaba.
Una mueca en su rostro lo alertó y lo obligó a alejarse completamente sonrojado.
¡Solo curiosidad maldición!
Se recriminó con los ojos cerrados.
La chica empezó a mover un poco su rostro y el hanyou saltó por la ventana asustado de que lo descubriera.
Se quedó un rato en el techo, luego bajó y caminó hasta el pozo, cruzando por este.
Sólo serán tres días
Quiero agradecer a las personas que han llegado hasta acá¡gracias encerio! y ¡mil disculpas de nuevo! Seguiré mi fic, y mejoraré lo prometo.
¿Me dejaráin un review?
