(Esto fue algo que se me ocurrió en un día de aburrimiento. No sé si resultará interesante de leer, pero ojalá les agrade. Tendrá unos 5 capítulos, aún no lo sé a ciencia cierta. Espero no decepcionar ni cambiar mucho las personalidades de los personajes. Y sí, es un AxI...nuevamente jejeje ¿Se notará mucho que son mi pareja preferida? *No, no creo* (sarcasmo infinito) xD Bueno, eso..a escribir...saludos! :D )


*Historia situada posteriormente del manga, los principales cambios introducidos son: para empezar, Integra no perderá un ojo producto de una bala; también aparece Dark Walter, quién no muere y está al servicio de Hellsing; por último, Alucard demora sólo 1 año en regresar a Inglaterra.


"Una mansión reconstruida, una Seras madura, un Walter rescatado, una Integra pensativa y un vampiro que regresa a encontrarse con su ama, pero con ciertas condiciones. Ya nada es como antes. De una decisión dependerá el destino de Inglaterra y quizás del mundo entero."

Perdiendo el control

.o.o.

—Ya no tienes control sobre mí, Integra. Este se acabo al liberar el último sello, y como el objetivo no fue cumplido, aun sigo siendo libre—. Explicó el vampiro mientras esbozaba una sonrisa cínica y placentera, mostrando sus blancos colmillos.

Los ojos de la rubia se desorbitaron y los labios se separaron temblorosos. Pero ella disimulo inmediatamente su reacción, encendió un cigarrillo, lo puso entre sus labios dándole una calada lenta, exhaló y pregunto, mirándole directamente a través de los anteojos:

—¿Qué es lo que te retiene aquí entonces?

Tú –dijo tranquilamente el interpelado. Integra levanto una ceja en demanda de una mayor explicación. —Verás, Integra. Es necesario que vuelvas a tener tu control sobre mí, sin mi lealtad hacia Hellsing puedo hacer lo que se me antoje, y no te gustaría saber en qué se convertiría tu amada Inglaterra entonces.

Ella palideció: "Sería el mismo infierno", pensó para sus adentros.

Exactamente respondió él, acusándose de haber leído su mente. —Pero te tengo opciones, mi querida Ama. Existe una manera para que vuelvas a tener el control y asegurar por siempre mi lealtad…tres a decir verdad.

La joven lo miró por sobre el marco de los lentes, su mirada de un azul frío penetrando directamente en los orbes rojos:

—Habla ya de una vez, Alucard. A que te refieres con todo esto.

Te voy a dar tres opciones, Integra. Tres opciones para salvar a Inglaterra del infierno en que se convertiría y salvar a su vez a tu amada humanidad, sellándome bajo el servicio de Hellsing nuevamente. Tú verás cuál de ellas escogerás—. Dijo mientras se quitaba el sombrero y los guantes, y se acomodaba holgadamente en el sillón para observar sus reacciones: —La primera es la eliminación de mi objetivo, así el sello se cerraría nuevamente y todo volvería a la normalidad.

Pero Millenium ya ah sido destruido respondió la mujer.

No todos ¿Recuerdas por QUIÉN liberaste el nivel 0?

A Integra se le congeló la sangre; no, no podía ser así. Ella no lo permitiría, simplemente no lo haría. —¡No, no dejaré que elimines a Walter!dijo mientras apagaba el pucho con fuerza contra el cenicero de plata.

Alucard se rió: —Sabía que dirías eso, pero debes recordar que él era el enemigo.

Sí, pero ahora lo recuperé. A pesar de haber sido contaminado con el virus vampírico, Walter volvió a ser el de antes…no físicamente, claro- añadió recordando al ahora joven y apuesto mayordomo que bordeaba apenas los 30 años. —Lo importante es que está de vuelta, y por nada en el mundo permitiré que lo elimines, Alucard—.Espetó secamente mientras se llevaba a la boca una taza a fin de tomar un sorbo de té.

El suave sabor del líquido hizo que se acordara una vez más de su mayordomo, ella no podía permitir su muerte, no después de haberlo perdido y de lo que le había costado recuperarlo; bien podía perdonar la traición de éste en su momento, pero lo quería como a su familiar más cercano y ahora podía estar segura de su lealtad. No, jamás dejaría que Alucard lo eliminara, después de todo este tiempo en donde él junto a Seras habían sido su única compañía, después de todos los años que había estado cuidándola y protegiéndola, sentía como si el vampiro le estuviera pidiendo que entregase a su propio padre. No, esa opción simplemente no contaba.

—Bueno, aún quedan dos opciones más. Aunque la idea de matar me agrada, personalmente me inclino por éstas últimas. Son situaciones mucho más…placenteras.

Respondió el vampiro mientras le dirigía una mirada provocativa y dejando entrever sus colmillos nuevamente. Integra simplemente no se dio por aludida y fingió no notar los ojos encendidos; optó por evitar su mirada clavando la suya en la caja de madera donde guardaba los habanos. Levantó la tapa, acarició con sus largos dedos los cigarrillos importados, sacó uno y buscó entre los cajones de su escritorio el encendedor; descubrió el pequeño objeto metálico de luz y se dispuso a encender el puro con toda la calma del mundo.

El vampiro no apartaba la mirada de cada uno de sus movimientos.

Ella se llevó el habano a la boca y exhaló una delgada columna de humo que serpenteó coqueta hacia el techo de la habitación. Los ojos azules fijos en el recorrido del humo; sea lo que fuese que planeaba hacer el vampiro, ella debía obtener nuevamente el control sobre él, por el bien de la Organización, de Inglaterra y del mundo entero. Solo quedaba esperar su próxima jugada. Giró la cabeza de medio lado y lo miró:

—Habla ya de una vez, vampiro. Dime cuáles son tus otras opciones. Ordenó con un tono frío e imparcial.

Alucard separó las piernas, inclinándose hacia adelante y poniendo los codos sobre sus rodillas:

—Bien -dijo– la segunda opción es que accedas a ser mi condesa y me permitas convertirte en mí igual.

Mantuvo la mirada fija en el rostro de la joven mientras las facciones de ésta se tensaron visiblemente:

—¿En un vampiro? ¡¿Quieres convertirme en un maldito monstruo?!- chilló furiosa, golpeando la mesa con el puño.

Alucard soltó una carcajada.

—Jamás ¿me oíste? jamás dejare que me conviertas en un vampiro, Integra Hellsing no terminará uniéndose a la misma especie que elimina, mi destino es combatirlos y exterminarlos, no unirme a ellos. ¡Prefiero morir antes que convertirme en un maldito chupasangre!

Su figura se había alzado por sobre el escritorio, apoyando las palmas sobre la mesa e inclinado la rubia cabeza hacia adelante, con el ceño fruncido y el cigarrillo apretado entre sus dientes con furia. La corbata meciéndose por la agitación de su pecho, la frente perlada por finas gotas de sudor y los orbes azules relampagueando furia tras los cristales descolocados. Era una imagen que sobrecogería a muchos, pero pocos eran los que se atreverían a hacer enojar a la joven Hellsing, pocos salvo ese vampiro impertinente y egocéntrico que tenía a su cargo…o que tuvo, ya que ahora el muy desgraciado venia exigiéndole condiciones para asegurar su lealtad hacia la Organización. Convertirla en un vampiro, sinceramente era una opción esperable de su parte, ¿Pero es que acaso creía que ella aceptaría esta vez? Por supuesto que no, sólo era una pérdida de tiempo.

Primero lo de Walter y ahora esto, no se la estaba poniendo fácil el maldito. Claro, nada bueno puede esperarse de un ser como él, sobre todo tratándose de Alucard ¡Estúpido chupasangre! Ya solo le restaba una opción ¿Es que acaso puede ser peor que las anteriores? Solo le queda esperar y ver cuál será la última carta, para así ella escoger las suyas.

Larga de una vez tu última opción y borra esa sonrisa socarrona de tu cara. Seguramente estabas leyendo mis pensamientos nuevamente y deleitándote con mi furia, maldito. Dijo ella con enojo mientras se acomodaba los lentes y volvía a sentarse.

Ok, okrespondió el vampiro con una sonrisa cínica —Pero considera, Integra, todo lo que está en juego y que ésta es mi última opción, ya que has rechazado las dos primeras. No es que no me guste, al contrariosu sonrisa se amplió y los colmillos brillaron con malicia —Considero que es un trato justo para ambos. Tú consigues conservar intacta tu amada Inglaterra y salvar a tu tan apreciada humanidad, y yo por mi parte obtengo lo que deseo. ¿No te parece algo justo?

—De una vez por todas, escupe ya de que se trata.

—La última opción es, Integra…que te cases conmigo y te conviertas en mi esposa.

La taza de té hizo un sonido agudo al chocar contra el suelo, los pedazos de loza saltaron en astillas por el embaldosado, salpicando su contenido por el piso de la habitación y los pantalones de la mujer. Los ojos de ésta abiertos de par en par, con la mandíbula caída y la mano aún en el aire sosteniendo una taza imaginaria:

—¡¿Q…Qué?!

—Lo que oíste. Quiero que te cases conmigo.

Mierda. ¿Pero qué es lo que acababa de decirle el vampiro? Nunca, jamás se habría esperado tal propuesta. ¡El muy desgraciado! ¿Qué se supone que debe hacer ahora? A Integra le nacieron ganas de soltarle un discurso de palabras muy bonitas de esas que espantarían a su abuela –si tuviese una- y que harían sonrojar a su viejo y educado mayordomo, aunque de seguro el nuevo Walter estallaría en risas. ¡Estúpido, estúpido! Que ganas de tener la fuerza sobrehumana de la draculina para estrangularlo ahí mismo y borrarle esa sonrisa de imbécil de la cara. Si hubiese estado más cerca, de seguro le hubiera quebrado la nariz de un puñetazo por su impertinencia.

—¡Que puta idea es esa! ¿Acaso te has vuelto loco con los años? ¡Cómo se te ocurre que yo me pueda casar contigo! Tus opciones son estúpidas y horribles, no aceptaré ninguna de ellas. Te exijo que las replantees.

Alucard se incorporó y caminó hacia ella, puso las manos sobre la mesa de su escritorio y bajó su cuerpo hasta dar con su cabeza frente a frente a la rubia:

—Mis opciones ya están planteadas, Integra. Ahora está en tus manos el tomar una decisión—. Dijo mientras enrollaba un mechón de su cabello rubio entre los dedos.

La joven lo separó con enfado, entonces él la tomó por la barbilla y le sostuvo la cabeza en alto, obligándola a mirarlo:

—Te doy una semana para que me respondas, sino, ya sabes a qué atenerte.

Integra estaba a punto de golpearlo cuando él se desvaneció de la habitación, dejándola sola y sumida en su ira y frustración.


...¿Qué es lo que vas a hacer, Integra? ...