Dragon Ball y sus personajes son propiedad del gran Akira Toriyama.
Fanfiction para el reto semanal de mascotas en 400 palabras, de la página de Facebook "Por los que leemos Fanfic de Dragon Ball".
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La Princesa y el Gato
Lo que parecía ser una visita como las de siempre a degustar las delicatesen que servían en C. Corp., terminó con un inesperado desenlace, que ni él se podría haber imaginado.
Y es que no esperaba que la pequeña princesa Saiyajin llegara a su encuentro con una peculiar proposición:
¿Sr. Bills, le gustaría ser mi mascota? – Le preguntó directamente, con ilusión. - Mi abuelito siempre me deja jugar con Tama, su gato. ¡Pero yo quiero tener mi propia mascota y cuidar de ella! ¡Por favor, Sr. Bills!
¿Qué clase de propuesta era esa? Pensó furibundo. Él era una deidad y no un simple gato de tejado ¡Él era el Dios de la destrucción y no iba a ser "esclavo" de una mocosa!
Pero a pesar del evidente enojo, Bra no se dejó intimidar e insistió con que él era un gato. Y ya para ese entonces, se había ganado un aliado:
En estricto rigor, ella tiene razón: Usted tiene todas las características físicas que lo llevarían a clasificar dentro de un grupo de especies terrestres denominados: "Felinos domésticos "– Aportó Whis desde su vereda, divertido con lo que estaba ocurriendo.
No me ayudes tanto, Whis – Le gruño a su asistente, sintiéndose un poco traicionado. Entonces, posó sus ojos gatunos en la niña y la miró con curiosidad – A ver, dime ¿Y qué significa eso de ser mascota? ¿Es como ser un esclavo?
La pequeña negó energéticamente con su cabeza – No. Ser mi mascota es que yo cuide de usted: Podemos jugar, cepillar su pelaje, darle mucha comida y…
¿Comida, dijiste? – La interrumpió, entusiasmado repentinamente. – ¿Cómo pizza y pudín de chocolate?
La princesa volvió a asentir y entonces Bills sonrió. No sonaba tan terrible, al contrario, sonaba genial: Aquella chiquilla lo agasajaría como el Dios que es y él a cambio, le brindaría su grata compañía. ¡Era simplemente perfecto!
-De acuerdo, seré tu mascota. – Le anunció finalmente y antes de que se diera cuenta, Bra corrió a abrazarlo, feliz – Pero sólo por hoy, ¿De acuerdo?
¡Si, Sr. Bills! – Contestó ella dichosa. – ¡Gracias!
Si, cómo sea – Se encogió de hombros, sin entender mucho. Entonces, giró hacia su asistente – Que ni se entere de esto, Champa ¿De acuerdo, Whis?
Prometido, Bills Sama – Le contestó el ángel, sonriendo.
Intuía que ser una mascota era más que juegos y cuidados, era dejar una huella imborrable en el alma de otro.
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Es verdad que Bills no es una mascota en la serie propiamente tal, pero leí por ahí que Toriyama se inspiró en su gata para crear a este personaje y a mí me inspiró esta historia un gatito que vivía en mi antiguo trabajo y que de vez en cuando me dejaba ser su dueña y me alegraba los días.
Gracias por leer! :D
