Hola! Bueno, tengo 7 one-short publicados, y escribí uno más, pero lo tiene mi amiga en su computadora, así que hasta que no me lo de, no voy a avanzar con los demás… pero… como no puedo controlarme, decidí hacerle caso a "Thegirlwithoutname" de hacer algo con capítulos, solo que esto va a tener pocos, tal ves 3 o 4 y nada mas. Bueno espero que les guste.
.-. No se ama a una mujer porque sea bella… es bella porque se la ama .-.
Capitulo 1: Diferente.
Era típico de los Odair hacer una fiesta cada domingo. La idea había salido de Finnick. Hacer una fiesta e invitar a gente del pueblo para que se divierta un poco, coman algo rico y la pasen bien. Siempre el grupo de invitados iba variando. Pero unos pocos afortunados eran constantemente invitados a las fiestas de los Odair en su magnifica casa de La Aldea de los Vencedores, entre ellos, la familia Cresta.
Los Odair se llevaban muy bien con ellos. Eran amigos de hace años. Y por eso Finnick y Annie, los hijos del matrimonio, se conocían desde pequeños. Habrían podido considerarse hermanos.
- Hola Annie – Exclamo entusiasmada la mamá de Finnick, Karol.
- Hola Karol, ¿Cómo has estado? – Pregunto amablemente Annie.
- Muy bien, tesoro… ¡Hola Fler! – La saludo a la madre de Annie
- ¡Karol!
- Nick, ¿Cómo has estado? ¿Viste cuantos peses hay en esta época del año? Son unas condiciones favorables para pescar – Dijo Henrik al saludar a su amigo y padre de Annie, Nick.
- ¡Finnick! – Gritó Annie emocionada
- ¡Hola Annie! – La saludó abrazándola. - ¿Cómo estas?
- Muy bien, y vos Finn?
- Bien, bien… encantado de que vinieran!
Annie se encontró con algunas amigas del colegio. Para ser exactos, en este momento, Finnick tenía 17 años. Por lo que ya habían pasado tres años de sus Juegos. Annie por su parte, tenía 15 años.
La casa de la Aldea de los Vencedores, era grande y con un jardín amplio. Afuera, estaba decorado con unas mesas para que la gente se siente a charlar y a comer.
También había una hamaca, decorada con una enredadera. Annie siempre iba ahí cuando era niña. Sus amigas estaban allí, así que se acerco a ellas.
- Hola
- ¡Hola Annie! – Contestaron a coro. Annie se sentó y empezó a mecerse despacio, luego con más confianza de que la hamaca la resistiría, se impulso más. Pero esos juegos era viejos, y nadie los había tocado desde que era una niña. La estructura era vieja, y nade se molestó en repararla, porque nadie la usaba. Annie ya estaba hamacándose bastante alto cuando sintió como una de las cadenas que la sostenía de desganchaba, quiso frenar, pero iba muy rápido, la cadena se desengancho y Annie salió volando. Cuando se iba a estrellar en el piso, alguien la sostuvo, o bueno… intentó hacerlo, porque ambos cayeron debido a la fuerza con la que Annie caía.
- Lo siento. – Murmuró Annie frotándose un brazo que se golpeó.
Annie… no usabas esa hamaca desde niña… ¿Creías que soportaría tu peso ahora que ya estas mas grande? – Annie miró a su interlocutor y salvador. Finnick.
Oh Finn, lo siento – Dijo ella avergonzada.
No es nada… pase cosas peores, créeme. – Annie se levanto y ayudo a Finnick a hacerlo también.
- ¿Te duele algo?
- No estoy bien. ¿Tu?
- No, solo me golpeé el brazo, pero estoy bien.
- Déjame verte. – Le dijo tomándole el brazo. – Solo es un raspón.
- Si, lo siento.
- No hay problemas Annie, de verdad.
-Hola chicas. – Saludo Finnick a las amigas de Annie, tres horas después.
- Hola – Respondieron en un coro de suspiros.
- ¿Por casualidad vieron a Annie? No la vi desde hace como dos horas…
- Ella nos dijo que tenia mucho sueño… no pudo dormir en toda la noche porque creo que una pesadilla la mantuvo despierta. Fue a dormir.
- Ah… gracias. – Contestó y se dirigió hacia su casa. – ¡Mamá!
- ¿Si, cariño?
- Annie… ¿Dónde esta?
- Durmiendo, pobre, parece que no pudo dormir. No la molestes.
- No solo quería saber… ¿Esta en mi habitación?
- Si. Tengo que ir para allá, nos vemos cariño. – Finnick marcho por las escaleras y el largo pasillo. Se paro en la puerta de su habitación.
Un momento… ¿Qué hacía el ahí? ¿Acaso no le dijo a su madre que no molestaría a Annie? Es que, necesitaba verla. ¿Por qué? no lo sabía, pero quería verla. Verla dormir.
Abrió la puerta.
Annie dormía apaciblemente sobre su cama, mechones de su cabello caían en su cara. Su rostro de niña inocente era mucho más naif y angelical que antes.
Era hermosa.
Esperen… ¿hermosa? Si, bueno, lo era, pero, no lo pensó como un halago verdadero… sino como una palabra que se le dice a quien amas. Y el no estaba enamorado.
¿Qué rayos hacia ahí?
Estaba por salir de la habitación cuando vio que una mano de Annie se caía y quedaba colgando de la cama.
"Demonios"
Se acercó y la tomó con delicadeza para depositarla mas adentro de su cama. Pero… bueno, seguro que se imaginan lo que pasara…
Annie agarro el brazo de Finnick dormida y tiró de el.
No sabía que hacer, un paso en falso la despertaría, y no quería que supiera que la había estado observando. Tiro despacio para salir de su agarre, pero Annie no lo soltaba, lo retenía con más fuerza. De pronto, ella se movió bruscamente y tiró del brazo de Finnick, quien cayó en la cama a su lado.
"¿Por qué estoy aquí?"
Finnick se había empezado a poner nervioso, su corazón latía deprisa, y no sabia porque.
"¿Qué me pasa?"
Sintió como le constaba tragar, y se sentía incomodo con ella ahí, en esa situación.
Definitivamente Finnick… había crecido, había madurado, había cambiado, y Annie también, no eran los mismos de antes, los mismos niños que jugaban sin influencia del Capitolio. Definitivamente estaban… diferentes.
