Nda. Este fic... estoy a 7 de mayo del 2006 y me da verdadero pavor empezar a corregir este fanfic (me limitaré a guiones, faltas y problemas de expresión). Estoy segura de que voy a aborrecerlo hasta la muerte, porque fue el primero que escribí, y porque contiene todos los detalles queahora aborrezco.¡Que Voldy me dé valor!
PODER DE PERSUASIÓN
I. UNA CARTA SORPRENDENTE
Una chica joven, de apenas unos veintitrés años, volvía a su casa, cansada después de un duro día de trabajo en el Ministerio de Magia. Tenía un andar juvenil, ligero, que atraía las miradas de los hombres que estuvieran a su alrededor. Su cabello pelirrojo y sus ojos, de un esmeralda brillante, contribuían a mejorar su atractivo.
Lily Evans, así se llamaba la chica, llevaba varios años en su actual trabajo. Sus esfuerzos por destacar ante su jefe empezaban a dar sus frutos y se sentía orgullosa. Ella esperaba, con el tiempo, llegar a trabajar como jefe de algún departamento del Ministerio, pero por ahora era solo la ayudante de un hombre ya mayor, aunque todavía eficiente en su trabajo. El sueldo no era alto, pero suficiente para permitirse un pequeño piso a las afueras de Hogmeade.
Sacó de su pequeño bolso una llave plateada, pero antes quitó el encantamiento antiladrones que ponía siempre a la cerradura cuando salía. No es que tuviera nada de mucho valor en la casa, pero era precavida. Había que serlo en los tiempos que corrían. Parecía que ese hombre que se hacía llamar Lord Voldemort empezaba a ser verdaderamente preocupante. Lily siempre había pensado que le habían infravalorado.
Lo que necesito es una ducha de agua fría. Eso me despejara.
Antes de entrar en su casa recordó mirar el buzón. Había un puñado de cartas y Lily las cogió, dejándolas encima de una mesita.
Unos minutos después, Lily salía del baño, en un albornoz blanco y con una toalla enrollada a la cabeza. Su cara demostraba menos cansancio que al entrar.
Decididamente la ducha me ha sentado bien. Y ahora a cenar.
Abrió la nevera y vio claramente que necesitaba ir de compras. La comida se acababa. Con unos pocos movimientos de varita la comida que Lily había dejado encima de una encimera empezó a prepararse sola. Ensalada y pollo, acompañado de zumo de calabaza.
Llevó levitando la bandeja hasta una pequeña mesa, que estaba delante de un sillón, sobreel que se dejó caer pesadamente.
Me tengo que tomar unas vacaciones. Trabajar tanto no debe de ser bueno.
Cogió el correo distraídamente mientras se comía la ensalada.
Factura, Factura... Una carta de mamá. Seguro que es para asegurarse de que estoy bien. Tiene que dejar de preocuparse tanto por mí.
Abrió la carta y como siempre, Lily acertó. La madre de Lily sólo quería preguntarle qué tal le iban las cosas y, que si necesitaba algo de dinero, que no dudara en pedirselo. Lily siempre se negaba: si iba a triunfar en la vida, lo haría ella sola. No necesitaba dinero de nadie. Era muy orgullosa y cabezota.
-¿Y esto?
Lily sujetaba un sobre completamente blanco, en el que solo ponía su dirección. No había remitente. ¿Un anónimo? Lo observó curiosa mientras cogía su vaso de zumo de calabaza. Intrigada, lo abrió y comenzó a leer mientras bebía despacio.
Querida Lily:
Estoy segura de que me recuerdas a pesar del tiempo que ha pasado. ¿Podriamos encontrarnos en la plaza de Hogmeade este viernes a las nueve? Por entonces ya abras salido del Ministerio.
Espero que aceptes,
Tu Jamsie
Al leer la firma, Lily dejo caer al suelo el vaso que sujetaba, poniendo todo perdido de zumo de calabaza.
-Oh ¡mierda!
Decidió recogerlo después. Lo que sujetaba entre las manos era mucho mas importante.
Ese Potter... ¿que pretende mandándome esta carta después de tantos años sin vernos?
-Le odio.
James tiene razón en una cosa¿cómo le iba a olvidar? Ese... ese arrogante y engreído Potter. Que me había hecho la vida imposible en Hogwarts. Siempre molestando con sus amigos. Los Merodeadores... ¡bah! Todo el día con sus bromitas. Se creían tan graciosos. No eran más que unos estúpidos. ¿Que querrá? Vuelve a presentarse en mi vida, de improviso, como si le perteneciera. ¿Y óomo sabe que trabajo en el Ministerio?
-Le odio, le odio, le odio...
Un chisporroteo en la chimenea la sacó de sus pensamientos.
-¡Lily! -Una cabeza de una mujer joven estaba en la chimenea. Era morena, con los ojos miel, muy guapa-. ¡Lily!
-Ya voy... Espera un momento, Emi.
Lily corrió hacia la chimenea para encontrase con su mejor amiga desde Hogwarts. Había sido vecinas desde niñas y resultó que las dos fueron aceptadas para Hogwarts.
-¿Te pasa algo, Lils? -La mujer olvido para que había llamado a Lily, al ver a la pelirroja tan afectada por algo.
-No... bueno, sí. Lee esto -dijo, poniéndole la carta de James a la altura de los ojos.
La cara de Emilyn fue cambiando, hasta convertirse en una expresión de autentica incredulidad.
-¿Tu Jamsie? -pregunto levantando una ceja.
-Está loco. Estoy segura de que trama algo, me da muy mala espina.
-Tal vez solo quiera verte -aventuro Emilyn en voz baja.
-¿Verme... a mí? Emi, no hablamos del mismo James Potter ¿verdad?
Emi sonrió pícaramente. Siempre había pensado que a James le gustaba Lily, siempre molestándola son sus chiquilladas, intentando llamar su atención... Pero, en cuanto mencionaba el tema, Lily se ponía a gritar histérica, diciéndola que estaba loca y que eso era imposible.
-Pues si te da mala espina no vayas.
-Eso es lo que haré -contesto firmemente Lily-. Llevo sin verle... ¿cinco años? Y ahora me viene con esa carta, sin ni siquiera decirme para qué quiere verme.¡Y la firma! Tu Jamsie... ¡Se trama algo, estoy segura!
Lily daba vueltas rápidamente por la habitación mientras Emi la observaba divertida. Estaba segura de que Lily acabaría acudiendo a la cita, aunque sólo fuera para ver a James de lejos... pero iría.
-Bien, esta decidido. ¡No iré! Tengo que irme a la cama. Buenas noches, Emi.
La joven pelirroja salió de la habitación, cerrando la puerta, en dirección a su cuarto. La cabeza de Emilyn seguía en la chimenea, pensativa y silenciosa. Al final no la había dejado decirle para lo que la había llamado. Emi movió la cabeza de derecha a izquierda, pensando que James y Lily no tenían solución pero que hacían una pareja perfecta.
-Después de todo del odio al amor solo hay una pequeña línea -murmuro Emi antes de desaparecer.
