Venganzas y tomates

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

A/N: Este fic lo hice aproximadamente hace un año para el concurso del foro NaruSasu Paradise. Lo he arreglado un poquito, para que si gustan lo lean. NARUSASU por siempre.

OoOoOoOoO

Era una tranquila mañana en la Aldea Oculta de la Hoja.

- ¡Voy a matar a ese mocoso!

Bueno, tal vez no tan tranquila.

La mesa de la oficina del Hokage sufrió la furia de Tsunade, partiéndose dolorosamente a la mitad. Montones de papeles y documentos – no tan importantes en ese momento – cayeron al suelo precipitadamente.

- ¡Tsunade-sama! ¡Tranquilícese! – rogó Shizune, preocupada.

Alguien llamó a la puerta con un suave knock knock. Después de lanzar una mirada furtiva a la Hokage, Shizune se apresuró a abrir

- ¿Shikamaru-san? – la pelinegra saludó, confusa.

- Buenos días, Shizune-san. – dijo el ninja, y por su expresión se notaba que se había levantado con el pie equivocado, y que, peor aún, no había tenido intención alguna de levantarse. – Traigo un mensaje para Hokage-sama.

- No creo que sea un buen momento, Shikamaru-san. Tsunade-sama está…

- Se trata de Naruto. – interrumpió flojamente.

- ¿Naruto, dices? – gruñó la Hokage acercándose de tal manera, que al genio Nara le recordó a una avalancha.

Qué problemático.

OoOoOoOoO

Horas antes…

- En serio, ¿Ese es tu plan?

- ¡Sí! ¿Es bueno, verdad?

- No sé qué tienes en la cabeza…Dobe.

- ¡Hey, teme, no me ofendas! ¡Es un buen plan-ttebayo!

- Hn.

- … ¿Entonces? ¿Vienes o no?

- ¿Necesitas que escriba la carta por ti?

- ¡Teme! ¡Sé escribir!... ¡Y ya deja de burlarte de mí!... ¡No te rías!

OoOoOoOoO

Dos días antes…

Sasuke despertó, pero nada había cambiado. Seguía en aquella mazmorra oscura, donde el eco de las gotas de agua que se filtraban del techo era el único sonido perceptible. Aun estaba en aquella cama de piedra dura, con los barrotes que se cernían a su izquierda casi imperceptibles de ver por la falta de iluminación.

Ya había pasado casi un mes desde que había sido "encarcelado". La inquebrantable oscuridad y el silencio se habían vuelto constantes para él, pero el Uchiha se ocupaba de llevar una cuenta mental de los días que pasaban. Se sentía algo débil por los sellos supresores de chakra sobre su cuerpo, y el hambre poco a poco se apoderaba de él. Debía esperar más de un par de horas para que le trajeran algo medianamente comestible.

Todo lo que le quedaba era dormir, o encerrarse en los recuerdos de su mente. Se preguntaba si estaría soñando despierto para siempre, atrapado en el pasado. No, pensó.

Debo avanzar.

Pero, ¿hacia dónde?

Él era Uchiha Sasuke: él último de su clan, el vengador, ninja renegado, poseedor del Mangekyou Sharingan Eterno,… el hermano menor de Itachi, el… el…

El mejor amigo de Naruto.

Naruto…

Suspiro entre dientes.

Nada de lo que era parecía tener valor. Después de descubrir la verdad, que había estado revestida en capas de ilusiones y mentiras desde el principio, su intención de vengarse de su aldea natal se había extinguido. Al final de la guerra, con la Alianza Shinobi gritando victoriosa, y sus predecesores derrotados, ahí delante frente a todos, brillando como un sol un cielo despejado, el héroe sonreía. Hasta que lo vio a él.

Sasuke, enmascarado en esa impasible expresión, no dejaba ver su impresión. Podía sentir ese poder, ese chakra...fascinado.

¿Cómo se sentiría tocar a Naruto en ese momento, con esa luz emanando de él? ¿Quemaría? ¿O sería solo cálido? …Puede que hasta agradable.

- ¡SASUKE!

Oh, cierto. Tenían que solucionar las cosas, no existía otra alternativa. Todo se decidiría en ese última batalla. Decidiría el rumbo de su vida…

Y así estaba ahora, mirando a la nada, pensando en esa razón para seguir adelante.

Naruto…

¿Sería eso suficiente? ¿Sería él suficiente?

La pelea final. El momento que ambos habían esperado. Tanto poder liberado, dejando el lugar donde se encontraban casi destruido. Naruto en su luminosa gloria, atacaba a una velocidad que sorprendió bastante a Sasuke.

Pero el pelinegro no se quedaba atrás. Y entre todo el caos que les rodeaba, las explosiones de chakra y las técnicas mortales que se lanzaban y esquivaban igualmente, un sentimiento se apoderaba de sus cuerpos, de sus corazones.

Ha pasado mucho tiempo…mucho tiempo…

Puñetazos, patadas; sus cuerpos intercambiaron golpes hasta que, como si se movieran en un baile sincronizado, el choque definitivo llegó.

- ¡CHIDORI!

- ¡RASENGAN!

Y ahí estaban otra vez, en ese espacio que solo ellos compartían, uno frente al otro, a menos de dos pasos de cada uno. Naruto sonreía con ese brillo en los ojos que solo el poseía, extendiendo sus manos hacia Sasuke cuya mirada no dejaba aquellos resplandecientes zafiros.

- Ya todo está bien, Sasuke.

El pelinegro abrió mucho los ojos cuando esos brazos cálidos y fuertes lo rodearon. "Ya todo está bien, Sasuke. No estás solo. Yo estoy aquí."

Un sentimiento extraño e intenso les inundó. Calidez se apoderó de ese vulnerable corazón, palpitando tranquilamente. Cerró sus ojos, disfrutando la sensación.

Se sentía entero.

Ya nada más importa.

- Sasuke, yo…

Luz.

Y luego, oscuridad.

Volvió a suspirar. Esta sería una decisión difícil.

OoOoOoOoOoO

Mejor los escojo yo; el teme es muy caprichoso sobre esto.

- Hace años que nadie se tarda tanto en comprar tomates. – comentó la vendedora observando como el rubio seleccionaba meticulosamente cada fruto del jugoso vegetal.

Seh, me imagino, pensó Naruto con una pequeña sonrisa en los labios.

-¿Oh? ¿Ya vas a verlo?

-¡Claro que sí! Tardé un poco en encontrar el lugar. Debería haberlo hecho mucho antes.

-Heh, eso es porque eres idiota.

-¡Hey!

- Si estás pensando lo que sé que estás pensando...

- Sí, sí, lo que digas, Kurama-chan. – el zorro gruñó ante el apelativo.

- No es que me importe, pero te vas a meter en un gran lío.

Naruto terminó su compra y se dirigió al Ichiraku.

OoOoOoOoO

- ¿Qué haces aquí?

¿Qué planea este dobe?

- Sshhh! ¡Después te explico! – apresuró Naruto, halándole del brazo – Déjame quitar estás cosas…

Sasuke paró sus manos cuando intentó quitarle los supresores de chakra.

- Baka, no es tan simple. – le reprendió haciendo –no sin esfuerzo- sellos con las manos – Si lo haces sin cuidado, alertarás a quién los puso.

El rubio frunció el ceño, contemplando como el chico frente a él se deshacía de esas sanguijuelas de papel con bastante facilidad. Si es tan sencillo, ¿por qué no se los ha quitado antes?

El pelinegro terminó, y colocó el último junto a los demás en la cama de piedra. Se enderezó, mirando fijamente. Naruto sostenía una linterna de aceite en una mano, y con la otra, se rascaba nerviosamente su enmarañado cabello. Un solo pensamiento en su cabeza, un recordatorio que le hacía sonreír cada vez que veía ese rostro perfecto, esa piel pálida, y esos ojos.

Finalmente…

- ¡Vamos, teme! Tengo algo que te va a encantar. – le susurró alegremente mientras lo tomaba del brazo.

Finalmente volviste.

Finalmente estamos juntos…Sasuke.

OoOoOoOoO

Naruto lo había guiado por un pasadizo que llevaba a una pequeña caverna, la cual estaba iluminada por lamparitas de papel. En el centro, una cesta y una bolsa yacían. El rubio le hizo sentarse frente a él, y empezó a rebuscar en la en la bolsa.

- ¿Por qué tenías prisa?

- Huh? – Naruto le miró – Hehe, es que no quería que se enfriara el ramen.

Sasuke rodó los ojos.

- Dobe.

Algo faltaba, notó Sasuke. Vio como Naruto destapaba uno de los tazones de ramen para llevar, y luego metía una mano en la cesta para sacar- Oh, Kami.

Naruto estaba a punto de llevárselo a la boca, cuando sus ojos se dirigieron al pelinegro.

- ¿Quieres? – le dijo sonriendo de forma pícara.

Hacía ya mucho tiempo que no comía uno de esos jugosos frutos que tanto le gustaban.

- Tú no comes vegetales. – eso era un claro para el rubio.

- Kakashi-sensei dice que tengo que alimentarme bien. – dijo aun sonriendo, y Sasuke sabía lo que eso significaba: "O me los pides como se debe, o me los como delante de ti lentamente, haciéndote sufrir a base de tortura psicológica, WUAHAHAHAHAHAHAHA!"

Hmm, tal vez he pasado demasiado tiempo metido en mi cabeza, razonó el pelinegro, una gotaza resbalándole en la sien.

Naruto estaba a punto de morder su preciado tomate, a punto de rasgar con sus dientes la tierna piel de esa fruta, sin despegar los ojos de su mejor amigo, mientras le miraba con marcada diversión. Sus pupilas brillaban exquisitamente, el color de su iris trastornado por la luz de las lámparas.

¿Qué esperas, Sasuke? ¡Reacciona-ttebayo!

Sasuke le miró.

Naruto le miró.

Ambos se miraron.

Te lo buscaste…

Sasuke se le lanzó cual leopardo a la caza – rugiendo y todo – con el fin de alcanzar a su presa – dígase Naruto – y rescatar su tesoro – dígase el tomate. Y no que la presa se lo pusiera fácil, alejando el tesoro de su alcance, empujándole y evitando que el hambriento depredador obtuviera el tesoro. ¿Era cruel la presa por ser así? ¿O más cruel el depredador por no ser amable y pedir el tesoro como un felino decente?

Oh, la cadena alimenticia.

-(Volviendo a nuestros protagonistas)-

Naruto y Sasuke rodaron por el suelo de la cueva como animales, milagrosamente esquivando los tazones de ramen, la cesta con los tomates, teniendo mucho cuidado de no aplastar el que el rubio sostenía como si su vida dependiera de ello.

- ¡Qué me sueltes, BASTARDO!

- ¡Te dejaré cuando me lo des, DOBE!

- ¡No tengo que darte lo que no es tuyo, baka!

- ¡Ugh, USURATONKASHI!

- ¡TEMEEeee-AAAAAAHH!

Naruto gritó agónicament- ¿Fue eso un grito agónico? Oh bueno. Sasuke, Uchiha Sasuke, había hecho lo imprevisible.

Le había mordido.

Y en el cuello.

- ¡Me mordiste-ttebayo! ¡Teme, tramposo!

- Hmm.

A Naruto le explotaron varias venas en la cabeza. El pelinegro se había retirado a su posición inicial, y había empezado a comerse con deliciosa calma el fruto de la victoria, los ojos cerrados, como si hace un momento no se hubieran estado revolcando en el suelo.

¡Ejem!, pensó Naruto, cuando la palabra revolcar y el nombre Sasuke se asociaron a unas imágenes muy poco inocentes. ¡Ya verá ese teme! ¡Me voy a vengar! Ahora que está distraído…

Con una sonrisa zorruna que prometía irracional sufrimiento, se fue acercando sigilosamente a la espalda del pelinegro.

Sasuke, ajeno al peligro que se cernía sobre él, masticaba felizmente. Trató de ignorar que recién había mordido al rubio y lo extraño que se había sentido, mientras en silencio aplacaba el retumbar acelerado de su corazón.

- Sasuke~…- cantó Naruto, y Sasuke podía sentir que estaba sonriendo. Y también podía sentir que no era nada bueno…

- ¿Qué quieres, dob-HAHAHAHAHAHAHAHA! ¡Naruto! ¡SUELT-HAHAHAH! ¡PARA! ¡NA-NA-NARUTO! – Aspiró una bocanada de aire, soltándola en un sonoro bufido - ¡PARA, DOBE! HAHAHAHAHA! ¡Aah! ¡NARUTO!

Sasuke se revolvía sin parar, pero no lograba apartar las manos de Naruto. Trató desesperadamente de alejar al rubio jalándole el pelo con fuerza en un intento de parar esa tortura, pero lo único que conseguía era que su boca soltara jadeos de sorpresa y bufara risas que no era capaz de contener.

Naruto, ignorando el hecho de que si Sasuke jalara más fuerte lo podría dejar con una calvicie periódica, sonrió diabólica y placenteramente. Estaba disfrutando de esa situación como nunca porque: Tenía a Sasuke a su merced, y había descubierto una debilidad que le sería muy útil en tiempos posteriores.

Y porque hacer reír a ese bastardo frío y orgulloso, y actualmente escuchar su risa – ¡Oh, su risa! – era una de las mejores cosas que habían sucedido en su corta vida de dieciséis años.

Bueno, no me detendré hasta que me suplique, pensó triunfalmente.

- Eres cruel.

-Ya quisieras, zorro.

- Heh, solo ten cuidado de no matarlo de un paro cardíaco; dudo que haya vivido algo tan intenso en años.

- ¿…se puede morir de la risa?

- ¿Quieres hacer la prueba? – le dijo divertido el zorro.

- Lo probaría contigo, pero no quiero que asesinarte de una manera tan ridícula. – pensó el rubio internamente, dirigiéndole una sonrisa burlona al zorro.

- Tch, mocoso.

Con algunas lágrimas en sus ojos debido a su histérica risa, Sasuke se debatía frenéticamente con su soberbia: Rogar o no rogar, he ahí el problema.

Pero lo cierto era que esas cosquillas lo estaban matando, y – ¡maldito su sensible cuerpo!- se estaba haciendo tremendamente insoportable aguantar a que el dobe se aburriera. Aunque una parte de su mente sabía que Naruto estaba teniendo tanta diversión, que era posible que no le dejara hasta que él… se lo pidiera.

Sus carcajadas disminuían y daban paso a jadeos ahogados y bufidos.

Oh, Dios, voy a morir.

- ¡Naruto! ¡Dobe! ¡Baka! – Resopló una risa - ¡Para ya! ¡Hah, que pares!– por un momento, las manos de Naruto se detuvieron sobre sus costados, y pelinegro se permitió un suspiro de alivio. En ese instante fue consciente de que el rubio le había levantado la camisa y había dejado al descubierto la –ahora sabía – sensible piel de su estómago. Consciente de las extrañas sensaciones y pensamientos que esa conclusión le provocaba, decidió apartarlos de su mente. – D-dobe…sal de- ¡YA! ¡PARA! ¡YA! ¡DOBE! – Sasuke resumió sus gritos y pataleos, pero lo cierto era que se estaba agotando.

No sabía que las cosquillas cansaban.

- Solo dilo, Sasuke – rió descaradamente.

- ¡Maldito dobe!- tomó aire con dificultad - ¡Me las vas a pagar!

- Oh, no me digas…- cantó Naruto con fingida consideración. Mientras llevaba su rostro al nivel del estómago de Sasuke, se dejó llevar por las maquinaciones de su perversa mente, y empezó a plantar pequeñas mordidas alrededor del ombligo, enrojeciendo la pálida piel.

Y sin parar de hacer cosquillas.

Ahora el Uchiha se dividía entre carcajadas histéricas, y sonidos poco decentes – según el mismo. Su vientre se contraía involuntariamente cada vez que los dientes de Naruto rozaban su piel.

- ¡Aah! ¿Qué haces?! – exclamó atónito - ¡Detente! – sintió como la energía se escapaba de su cuerpo, su agarre en el cabello del rubio aflojándose - … ¡Ah! ¡Ya para, idiota, por favor!

Al fin, después de oír lo que quería, el rubio se detuvo. Se cernió nuevamente sobre el pelinegro, y colocó sus manos a cada lado de su cabeza, mirándole fijamente, una brillante sonrisa en su cara. Sasuke respiraba agitadamente, sus ojos cerrados, en vías de recuperar su compostura y la respiración.

- ¿Tan difícil era? – rió el Uzumaki – Si lo hubieras dicho ant-ITAI!

Sasuke, ya más calmado, y por consecuencia, cabreado, tironeó de las orejas del rubio sin compasión, una sonrisa torcida en su cara.

- ¡Itai! ¡ITAIIIII! ¡TEME! – se quejó Naruto. ¿Qué le veía la gente a sus orejas?

Satisfecho con su pequeña venganza, Sasuke le soltó. Trato de apartarlo y levantarse – Naruto estaba sobre él, y, en las circunstancias en las que se encontraban, eso le ponía un poco nervioso – pero descubrió que su cuerpo estaba muy débil para tal acción. El hecho de que no hacía ni una hora que se había quitado los supresores de chakra, la pequeña pelea, y la terrible tortura por parte de Naruto – dígase cosquillas – lo habían dejado literalmente drenado.

- ¡Teme! ¡No me ignores!

Sasuke abrió los ojos y contempló. Sin poder evitarlo, sus labios se movieron para formar una sonrisa sincera. Los ojos de ambos conectaron en un intercambio tan íntimo, tan propio de ellos, que no eran necesarias las palabras.

Naruto.

Sasuke…

- Sasuke… - pronunció el rubio, en un tono bajo, tan profundo, sus voz expresando un sinfín de sentimientos que le hizo al pelinegro perder el aliento. Naruto bajó su cuerpo y, escondiendo su rostro en el pálido cuello, lo envolvió con sus brazos en un abrazo. Y suspiró.

Suspiró como si todo el peso, la tensión, y todos los nudos de su cuerpo y mente se deshicieran, dejándolo en un estado de relajación infinita.

Se sentía feliz. Muy feliz.

- Nunca te vayas. – pronunció, su voz baja amortiguada en el cuello de su mejor amigo. Nunca me dejes.

Sasuke parpadeó perplejo. Su corazón batió indomable contra su pecho. ¿A dónde más iría?

Es aquí donde pertenezco.

Y no se refería precisamente a la Aldea Oculta de la Hoja.

- …No tengo otro lugar al que ir, así que podría quedarme aquí…Dobe. – le dijo en un tono cálido, y rodeó con sus brazos al otro.

Naruto conocía su respuesta.

- Hmm… - Naruto sonrió apretando más sus brazos. - ¿Sasuke?

- ¿Qué? – contestó el pelinegro, expectante. - … ¿Dobe? ¡Aaaaaaaaaaah! –gimió.

El Uchiha le empujó, sacando fuerzas de quien sabe dónde.

- ¡Me mordiste! – le gruñó al rubio, su mano rápidamente tapando su – según su mente - violado cuello, quien ahora le mostraba una sonrisa zorruna, satisfecho como zorro que acababa de cenar y se disponía a echarse una siesta.

- ¡Tú me mordiste primero! – le señaló acusatoriamente, mientras se reía interiormente.

- Tch. – Sasuke volteó el rostro, molesto, escondiendo exitosamente su rostro sonrojado, y agradeciendo que la luz de las lámparas de aceite no era suficiente como para que Naruto lo notara.

Unos segundos después, sonrió de lado, de esa forma tan arrogantemente bastarda que ponía de los nervios al rubio.

- Naruto. – dijo, y le miró con un brillo divertido en sus oscuros ojos.

- ¿Qué?

- … se te enfrió el ramen.

Poco a poco, su cerebro entendió y el rubio abrió los ojos como platos.

- ¡¿QUÉ!? – gritó incrédulamente.

-Heheheheh. – rió con descaro cierto zorro – Para que veas que la venganza se come fría, mocoso.

-¡Oh, cállate!

Un furioso y destrozado Naruto observó como un Sasuke tranquilo y satisfecho devoraba tranquilamente un tomate.

- ¡Ni pienses que te saldrás con la tuya, teme!

- Hmmm… ¿qué? ¡D-dobe! ¡OYE! ¡Ni se te ocurra-!

Splash.

- …Ahora sí estas muerto.

OoOoOoOoO

Más tarde en ese domingo, cierto joven Nara había recibido una carta que le había obligado a dejar la comodidad de su cama y arrastrar sus pies a la Torre Hokage.

"Te he dejado esto a ti, porque como eres tan vago, sé que no iras tras nosotros, Shikamaru.

Siento que debería explicarles el porqué, pero la mayoría ya lo sabe, ¿no?

Soy el único que puede entenderlo. Y él…es el único que puede entenderme completamente.

Konoha es nuestro hogar, pero creo que sería mejor estar fuera por un tiempo.

Diles a todos que volveré. Junto a Sasuke, ¡por supuesto!

Tsunade- bachan se enojará, lo sé…pero pídele por favor, que no nos ponga en el libro Bingo. Te imaginas yo, ¿ninja renegado? ¡Hahahah!

Diles a Kakashi-sensei y a Iruka-sensei que no se preocupen, y a Sakura-chan…que me perdone, porque soy yo quien se lleva a Sasuke ahora. Hehe, pero ¡volveremos! Mientras, ¡seremos ninjas nómadas viajando por todo el mundo!

¡Volveremos, lo prometo! Así que… esperen por nosotros.

El Gran Uzumaki Naruto.

PD: ¡Iremos Suna!"

- Sí, claro…como si me fueran a decir a donde van. Qué problemáticos.

Aun así, mientras observaba las nubes en el patio de su casa, en el rostro de Shikamaru había una sonrisa.

OoOoOoOoO

Presente

- ¡Ne, ne, Sasuke! ¿A dónde vamos primero?

- Hn… - caviló el pelinegro – Me da igual. Tenemos que alejarnos de Konoha… Vayamos a donde más cerca quede.

- ¡¿Qué!? ¡Vamos, ayúdame a escoger! – le dijo alegremente, pasándole un brazo sobre los hombros. - ¡El mundo es demasiado grande!

- Y tu cerebro muy pequeño. – se mofó con una sonrisa torcida.

- ¡Hey teme! ¡Deja a mi cerebro en paz y escoge un maldito lugar!

Sasuke sonrío de lado, divertido con la cara enfurruñada de Naruto. Al parecer, ambos disfrutaban de fastidiarse mutuamente.

- Sasssss'ke~… - el susurro cálido en su oído hizo que el pelinegro se tensara y su cuerpo se estremeciera. – No me hagas empezar~… - apegándolo de espaldas a su cuerpo y con su boca jugueteando con la oreja de Sasuke, Naruto rozó con sus dedos sus costados en una clara advertencia.

Sasuke aguantó la respiración, algo confundido porque no sabía si Naruto se refería lo peor o lo mejor…

Para no quedarse con la duda, le dio un codazo en el abdomen y se alejó de él nervioso y sonrojado.

- ¡Ouch!

- El País de la Ola.

Naruto parpadeó.

- ¿Eh?

- El País de La Ola. – dijo Sasuke sin voltearse y retomo su caminar, dejando al ensimismado rubio detrás.

- ¡Sí! ¡Gran idea-ttebayo! – exclamó Naruto y corrió a alcanzarlo. Una sonrisa que mostraba todos sus dientes se desplegó en su rostro. Sasuke sonrió, de esa forma suya que era única u hermosa; el rostro iluminado de Naruto llenaba de calidez su corazón.

Y siguieron juntos, uno al lado del otro, inseparables, para siempre.

The End.

OoOoOoOoO

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