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De secretos y ofensas
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Salió corriendo de ese lugar, sintiendo como las lágrimas querían escapar de sus ojos, pero no las dejo, ella no era tan débil como para mostrarse de esa manera frente a los demás, mucho menos frente a ese chico.
Él sólo se quedó ahí, quieto, sin mirarla salir de la biblioteca, mucho menos con la intención de detenerla. Agradecía internamente que no hubiera nadie en ese lugar, así aquel encuentro seguiría siendo secreto.
Se llevó una mano a su mejilla, sintiendo un ardor en la misma.
- Pega fuerte –murmuró sin emoción alguna.
Regresaría a su sala común sólo para poner en su lugar a esos chicos de grado inferior. Nadie. Absolutamente nade se metía con lo que era de su propiedad, menos cuando le había costado tanto trabajo adueñarse de ella. Aunque tenía que ver el lado bueno de todo aquel asunto, los sentimientos que le profesaba eran más fuertes de lo que ella se permitía admitir, sino no se hubiera molestado tanto por algo tan... estúpido.
- Los Gryffindors son muy susceptibles e inocente, al parecer se creen todo lo que les dicen.
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Había llegado a su propia sala común, encerrándose en la habitación de las chicas de quinto sin hacerle caso a nadie, agradeciendo la soledad en aquel lugar, pues no se sentía con ánimos de lidiar con sus compañeras de curso.
¡Lo odiaba! Lamentaba que no fuera con toda su alma, pero él se había ganado su desprecio. ¿En qué momento había sucumbido ante su... encanto? No lo sabía, pero de algo estaba segura. Tenía que empezar a olvidar a Theodore Nott. Sólo fue un mes el que estuvieron juntos y en secreto, pero había sido suficiente para entenderlo, para llegar a quererlo. Y aún así se dio cuenta de la realidad que les rodeaba. Un Gryffindor y un Slytherin nunca podrían estar juntos, no por ellos mismos, sino por las personas que los rodeaban.
Además, sabía muy bien que si Harry o Ron se llegaban a enterar se enojarían mucho con ella.
Lo único que lamentaba era haberse enterado de esa manera. ¿Cómo iba a sospechar ella que Nott estaba saliendo con Greengrass a la vez que lo hacía con ella? Nunca le pareció alguien de ese estilo y aquello le había ofendido mucho –por no decir la herida que le causó en el corazón-.
Aunque, era una lastima. Él había sido el único chico que le había parecido lo suficiente inteligente como para conquistarla con pocas palabras.
Hermione suspiró deprimida, esperando poder sacarse pronto aquella espina que tenía en el corazón y que llevaba el nombre del Slytherin más reservado de su curso.
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Fin de la historia.Palabras: 440.
