Aprovecho para decir que los personajes de Inuyasha no son míos, si no de Rumiko Takashi, lo pongo aquí para no arruinar la estetica del resto de capítulos UwU Espero disfruten c:
ÍNDICE
1.- Mi querida alumna.
El aliento se me atascó en la garganta y sentí como mi corazón dejaba de funcionar. Comencé a sudar y me preguntaba por qué yo. No me molestaría perder la virginidad con la chica que atormenta mis sueños pero ¿Por qué yo?
-¿Por qué yo...?-
Kagome sólo se sonrojó aún más. -Me gustas, Profesor...-
Demasiadas emociones por un día. Con una mano retiré el escritorio y la abrasé contra mí.
-Si es así, lo haré.- dije seguro. -Pero no aquí.- miré el salón y solté una carcajada. Kagome no río conmigo y eso me extraño. Me asusté al ver como sus ojos se volvían cristalinos y se separaba de mi pecho.
-¡P-Por favor Profesor!- lágrimas comenzaron a caer de sus hermoso ojos. Me sentí mal al saber que yo las creé. -¡N-No sabe tódo lo que sufría cada noche añorando que al fin me tocara y ahora me niegas! ¡Onegai!- se abrazó a mi pecho mientras yo seguía en shock.
Me desea...
No... Ella tampoco sabía cómo debía de controlarme todas las veces que ella pasaba al frente de la pizarra y resolvía un problema; miraba su cuerpo de perfil. En las noche tenía que complacerme yo mismo... Siempre soñé con un sólo beso con ella y ahora que tenía más que eso no lo podía dejar ir.
Salí de mis pensamientos al escuchar un sollozo y como se separaba de mi pecho. La abrasé rudamente contra mí otra vez y con una de mis manos subí su mentón. La besé con la pasión que guardaba desde cuando nos conocimos. Ella correspondía el beso y fue allí donde perdí el control.
2.- Vampíro.
Después de algunos minutos llegé a una mansión grande. No me dirijí a la puerta principal. Busqué con mi vista mi cuarto que hacía algunas semanas no utilizaba y rompí la ventana para después entrar y correr directo al gran baño. Miré mi reflejo y una sonrisa triste adornó mi rostro. En el espejo sólamente pude ver a un hombre que antes era imponente ante todo y todos; ahora en sus ojos miraba una gran tristeza y sus rasgos ahora totálmente serio. Solté un pesado suspiro y me dirijí a mi gran cama que ahora aborrecía para echarme pesadamente en el colchón. Mi celular sonó. Con pesadez lo saqué de mi bolso y leí el nombre de mi hermano; seguramente me reprocharía por no asistir a la estúpida fiesta donde seguramente estuviese felíz con...
Kagome...
Con amargura y furia arrojé el aparato por la ventana rota y con mi mano tapé mi rostro. Y por primera vez... Dejé que una lágrima salvaje bajara por mi ojo dorado. Acompañada de un leve sollozo de mi boca.
3.- Mi querida Kagome.
21/11/2006
Mi chico de ojos dorados.
Tres años y unos cuantos meses ya habían pasado desde la muerte de mis padres y desde mi violación. Me e valido por mí misma y estudió actualmente medicina; desde el incidente de mi virginidad quise ayudar a toda persona que se me ponga enfrente. La directora me a dejado ayudar a la enfermera en la enfermería.
Me sentí tan emocionada por ese hecho pero no podía dejar de ocultar mis emociones en una fría máscara.
Cuando caminaba por los pasillos comencé a escuchar quejidos y después el sonido del metal al impactar contra algo. Corrí por el largo pasillo y no esperaba ver de nuevo a ese chico... ese albino de extraños y exóticos ojos dorados. Me asusté mucho al ver cómo era golpeado per me quedé en shock mirando toda la pelea... Golpes por aquí y algunas patadas pero todo resultó bien para mi amor imposible. Lo miré y me asusté al ver sangre por su boca y como se agarraba el abdomen con la pierna flexionada.
Corrí a su lado sintiendo mis molestos senos rebotar ya que no había una buena copa para mi exagerada medida. Al principio él se resistió pero literalmente lo arrastré a la enfermería. Sentir entre mis manos su fuerte brazo se sentía tan bien... seguramente ese brazo tendría un enorme confort como alguna almohada en la que yo me quería recostar.
Hoy tuve el placer de dormir sobre él y al despertar me emocioné al verlo descansar con una mano en mi cabeza. Se sentía tan bien tenerlo debajo de mí... Ese chico al que venía persiguiendo desde hace 3 años y medio en el pasado ahora se encontraba relajado debajo de mi cuerpo. Me levanté a duras penas de ese bello cuerpo y comencé a curar las heridas de ese musculoso pecho y tardé un poco con la de la pierna pero logré colocarle una pomada anti infamante.
04/12/2006
Mi primer beso.
¡Sí! Me sentía tan emocionada. Porfían Inuyasha me había invitado por un café después de clases. Obviamente acepté con mucho gusto y rápido corrí a mi casa para seleccionar un buen abrigo blanco junto a unas lindas botas blancas y unos vaqueros de mezclilla negros. En estos momentos él me está esperando abajo así que después escribiré lo que paso =)
...
¡Woooow! ¡Wow! Me sentí súper súper genial. Después de tomar un rico chocolate ya que se había agotado el café caminamos por un parque muy hermoso y grande. Era un verdadero espectáculo mirar como el manto blanco cubría las copas de los árboles. Tardamos en encontrar uno donde el suelo se encontrara libre de nieve y nos sentamos muy juntos. Eso me gustó mucho... Comenzaba a notar que Inuyasha comenzaba a cambiar y creo que yo le agradaba ya que tomó mi mano con una gran dulzura.
De mi pequeña mochila de mezclilla saqué unos café en lata y le ofrecí uno el cuál aceptó y estoy segura que una sonrisa se dejó ver. ¡Kawaii! Me sentía como una niña emocionándome cuando de repente... ¡Él coloca su cabeza sobre mi regazo! ¡Sentía en ese momento que tendría una hemorragia nasal! Ese chico frío se había recostado sobre mi regazo y yo me sentí en shock con las mejillas supero calientes. Sentí como mi corazón quería salirse de mi pecho al sentir una de sus tibias manos sobre mi mejilla y rápidamente bajé la mirada. Y... ¡Oh, por dios! Él levantó su cabeza y tomó delicadamente mis labios con los suyos. ¡Kawaiii! Me sentí morir y correspondí su suave beso. ¡Había perdido la virginidad de mis labios con el chico de mis sueños!***
Mis mejillas ardieron al saber que era lo que Kagome sentía en ese momento pero no podía quejarme. También había sido mi primer beso y no me arrepentía de nada. No quise leer más o explotaría del calor que siento en mis mejillas y me encaminé nuevamente a la cama. Abrasé a Kagome con fuerza y solté un suspiro cuando ella colocó una de sus blancas manos sobre mi pecho desnudo. Nos cubrí a ambos con la frazada que se encontraba a mis pies y comencé a dormir.
Pero antes de caer al sueño hice una promesa silenciosa.
-Prometo no dejarte sola nunca más, Kagome... Nunca más.-
Y ella como si me escuchara susurró una palabra que logró que mi corazón se tranquilizara logrando hacerme dormir.
-Te amo... Inuyasha.-
Y yo más.
4- De depredador a presa.
Finalmente nos instalamos en un templo de un pueblo realmente pobre en exceso. Miraba a cada youkai, hanyou y humano en apenas ropa y los niños pequeños demasiado delgados. Algunas de las chozas comenzaba a caerse en picada y otras ya no merecían el nombre de chozas, esto parecía un pueblo fantasma. Miraban a Kagome con admiración y a mí me miraban con mucha curiosidad y algo parecido al odio. No le dí mucha importancia y continué mi pequeño recorrido junto a Kagome a ver los daños que eran más que notorios.
-Iré a por animales y frutos.- dijo ella. Asentí y no tardo más de un minuto para lanzarse a correr rumbo al bosque. Miré a mí alrededor, estaba aburrido, quería hacer algo. Miré una pila de madera bien cortada y me encaminé a ella. Las miré con atención midiéndolas con la mente y una idea cruzó mi mente. Tomé unas cuantas y comencé a construir y a reparar algunas de las chozas.
-¿Qué haces?- me sorprendió Kagome después de que ya llevaba una buena choza construida.
-Ayudo.-
-¿Ayudas?- ella sonrió.
La miré ofendido. –Sí, ayudo.- dije bruscamente.
La gente de nuestro alrededor nos miró.
-¡Perdón por querer ayudar!- grité y, soltando el martillo, salté a un árbol para posarme sobre la copa de este. Kagome saltó a mi lado y yo no le dirigí una mirada, me sentía extrañamente enojado pero más bien era algo así como un sentimiento de vergüenza.
-Vamos, Inuyasha. No estoy enojada.- ella sonrió. –Al contrario, me encuentro aliviada.- suspiró ella.
La miré curioso. -¿Aliviada?-
-Sí, ya no eres como antes. Ahora tratas de ayudar sin que alguíen te lo diga. Me siento feliz por eso. Serás un buen rey.- curiosamente los ojos de ella se humedecieron al decir la palabra "Rey"
Con mi mano levante el mentón de ella y miré sus ojos. Una lágrima salió de uno de sus bellos ojos e hice lo que mi instinto me dictaba. Saqué mi lengua y lamí el recorrido de la solitaria lágrima de ella. El sabor a agua salada se instaló en mi paladar, y, aunque era algo desagradable ya que tenía tintes de tristeza, sabía curiosamente bien en mi paladar. Ella me sonrió y me abrazó de modo que mi cabeza quedase entre sus dos pechos cubiertos por un hermoso Kimono naranja. Lidié mi cabeza tratando de entender a la hembra que me abrazaba ahora con fuerza. ¿Tendría la sangre?
5.- Lemon especial 1
Junté esos labios con los míos al ser empujado por detrás y abrí mis ojos como platos. Esos labios eran tan suaves, esponjosos, tibios, tan…. Tan perfectos. Ella comenzaba a quitarse pero no podía dejar eso así, esos labios eran los mejores que había probado, si pensaba que los de Kikyo eran los mejores ¡me retracto! Los de Kikyo sabían a alcohol pero los de Higurashi-san sabían a dulce, un dulce del que no me quería separar. Cerré mis ojos y tomé la nuca de ella que parecía sorprendida. Moví mis labios sobre estos sintiendo más de su dulce sabor en mi paladar, me sentía tan extraño…. Mi calor corporal subía a cada momento que pasaba pegado a los labios de ella aunque solo yo me moviera ya que ella parecía en un estado de shock. Me separé con lentitud de esos labios y miré a mis lados, por fortuna nadie nos miró ya que era la hora de cerrar y la poca gente que había ya se había retirado. Y entonces caí en cuenta al mirar la cara de Higurashi-san… ¡La había besado! Había prometido nunca jamás volver a tener contacto con una mujer y al sentir el primer toque de una hembra perdí el control pero sentía que esa no era la verdadera razón.
-Lo siento, Higurashi-san.-
Ella asintió sonrojada y evitó mi mirada, la miré curioso. ¿Acaso ella también evitaba contacto con los hombres? Me comía la cabeza pensando en esas cosas que no deberían de importarte pero allí estaba, pensando y pensando en que le pasaba cuando recordé.
-Tienes 1 semana libre, recupérate y si en esa semana no está de vuelta te despediré, no puedes faltar más que eso. ¿Entendido?- pregunté serio.
Ella me miró intimidada y sentí que debía de retractarme de todas las palabras, abrazarla y decirle que todo estaría bien, tal como una chiquilla de apenas 5 años. Mi fría máscara de frialdad nunca se fue de mi rostro y agradecía eso.
-S-Si, señor Taisho.-
-Bien y, pídele a alguien que te lleve a casa, no podrás caminar así.- miré la parte de su tobillo por encima del calcetín y la zona se veía algo hinchada.
-¡Kagome, los pasteles están listos. Hora de irnos!-
Una voz masculina salió de la zona donde creábamos los pasteles de gran tamaño. Miré la cara de Higurashi y me sentía tan extraño al ver como sus ojos brillaban y una sonrisa se formaba en su boca que antes estaba pegada con la mía.
-Miroku, está bien pero… ¿Podrías cargarme a casa?-Miroku Houshi-san se acercó a la mesa en la que Higurashi-san estaba sentada, gracias a mí. Miré serio a ese tipo que me ayudaba con la furgoneta a entregar los pedidos a domicilio, no sabía por qué pero una creciente furia nació en mi interior y apreté los puños tratando de contener algo de lo que ni yo mismo sabía a qué se debía.
-Sí, no pesas nada pero… ¿Pasa algo?-
Ella asintió con las mejillas sonrojadas.
-Tropecé con el señor Taisho y me disloque el tobillo…-
Houshi-san miró a mi dirección como notando apenas que me encontraba allí, junto a ellos. Mis puños se apretaron aún más.
-Disculpe a mi compañera, y si nos permite, señor Taisho, me retiro junto a ella.-
Asentí y les di la espalda, no quería ver nada de amor en mis narices de ningún tipo justo una semana después de terminar una relación amorosa, realmente ahora me asqueaba pero…. Ese beso… fue distinto a todos los anteriores y contradictoriamente a mis pensamientos, quería volver a hacerlo. ¡Patrañas! Se pasaría mañana, solo eran las ganas de sentir el calor de una mujer y sentirme amado, nada más… ¿Verdad?
6.- Lemon especial 2Un Youkai atado. Un Youkai alocado.
Escuche un gruñido de él en respuesta y sentí como trataba de mover sus piernas sin mucho éxito gracias a mis pergaminos sobre él. Solté lentamente mi mordida y me subí sobre él pero sin tocarlo siquiera. Él me miró con ojos fieros y desafiantes directo a los míos que expresaban lujuria pura. Él volvió a gruñir pero escuché con satisfacción como este no se escuchaba como los anteriores. Me acerqué con lentitud a su boca hasta que sentía su aliento en la mía propia, embriagándome… Lamentablemente él alzó la cabeza para morderme con fuerza mi labio inferior y estirarlo dolorosamente mandándome una mirada retadora arqueando una de sus gruesas y masculinas cejas negras. Solté un gemido cuando sentí su lengua juguetona lamer la sangre de mi labio inferior que había sido rasguñado por sus grandes colmillos que ahora me daba cuenta, podían hasta matarme. Pero no podía evitar mirar sus labios ahora algo manchados con mi sangre. Esos labios tan sensuales, finos, suaves…
-Si te doy un beso, ¿Intentarás no morderme?-
La sonrisa de él mostrando sus grandes colmillos fue suficiente para que descartara esa idea rápidamente. Me senté sobre su miembro escuchando su gruñido y como trataba de soltarse de los agarres con más fuerza. Acerqué mis labios a los suyos de él, que me esperaban pacientes aún con su sonrisa plasmada sobre ellos. Pero escuché su gruñido al pasar de largo por esos deliciosos labios para comenzar a morder su cuello, quería hacerle una marca similar a la que él dejo en nuestro primer encuentro en mi cuello que curiosamente no me dolía para nada al apretarla pero extrañamente sentía que no era el momento para hacerlo, pero igualmente mordí y lamí su deliciosos cuello con un sabor ligeramente salado
7- Cambiando.
-¿Qué haces?- me tensé pero una extraña emoción estalló en mi pecho al reconocer a la portadora de esa bella voz.
Miré detrás de mi y una sonrisa adornó mi rostro y mi corazón latió más rapido al confirmar a la portadora de esa voz. La rama que tenía en mi mano se apretó hasta que se rompió en dos pero no me dí cuenta de eso. Aún sin poder creérmelo la abrazé contra mi pecho murmurando ese hermoso nombre que me perseguía en mis sueños.
-Kagome...-
Sentí como ella colocaba su rostro en mi hombro y esa extraña emoción explotó en mí al sentirla como hace meses no lo hacía, como tanto añoraba tenerla a mi lado. Me sentía totálmente fuera de este mundo con un solo toque de ella ya sea en mi mejilla o en mi mano y ahora mismo, con ese hermoso abrazo, sentía como si volara por todo el cielo.
-Tu agenda...Inuyasha...-
La separé de mí y miré como ella estaba con la mirada curiosa y enternecida a la gran fila de tangas con diferentes formas y nombres de chicas con números telefónicos en ellas. Ella apretó más sus brazos en mi cuello y yo mismo coloqué mi mentón con la coronilla de ella. Cmabiaría por ella, no neceitaba a ninguna otra mujer que no sea MI Kagome en este momento y me aseguraría que en el futuro sea iguál. Miré como la rama ahora se perdía en el fuego que quemaba ardiente mente cada tanga en esa gran fila y, gracias a los colorantes en los hilos, el fuego se miraba de hermosos y diferentes colores también gracias a la sal que hacía que el fuego se mirase como un azul o morado.
-Estoy cambiando...- susurré.
-Inuyasha...- ella soltó ese nombre que me pertenecía de esos hermosos y carnosos labios que añoraba volver a besar y algunas otras cosas más.
Me estremecí al imaginarmela debajo de mí como imaginé desde el principio, desde que la encontré acostada en mi cama, desde que fuímos esposos por una símple broma de una de las amigas de Kagome. Esa mujer que ignoré y que, gracias a ella, ahora tenía a mi bello ámgel junto a mí.
La separé de mi pecho dispuesto a cumplir cada fantasía en mi mente.
8- Lemon especial 3.
En espera.
