Hola a todos genteeeeee! :D Ah re. Jjaa, bueno vuelvo a escribir otra vez.. (re que hace un rato terminé el primer fic) xD Bueno, pero este es de BRUTACIO *.* Se ambienta en los años '70 en INGLATERRA :O allí donde el movimiento PUNK comenzaba. Bueno, como todos dicen.. HTTYD no me pertenece, le pertenece a DreamWorks.. yo solo hago fics nada mas -.-
Okey, espero qe les guste el primer capitulo, y espero poder teerminarlo en una semana y algo.. (no creo, recen por mi) u.u
Alta, Noruega. Septiembre de 1970.
Por un bosque, lleno de árboles pintados por un dorado otoño, caminaba un joven vikingo. Era alto, blanco de piel. Llevaba el pelo largo hasta la cintura, era rubio y de ojos azules. Llevaba la mirada hacia un punto, siempre hacia adelante. Parecía serio al ir caminando solo.
Llegó al pueblo, allí lo esperaba su hermana gemela y su mejor amigo, parados viéndolo llegar, recibido de saludos y algunas bromas, fueron a su casa como cada tarde a tomar algo caliente, ya que allí, sea la estación que sea, el frío no faltaba. Al llegar a su casa, entre charlas y charlas, sienten el ruido de alguien tocando a su puerta.
- Patán, ya sabes que hacer. - El rubio con un gesto incitó a que su mejor amigo abriera la puerta.
- Cállate rubia. - El joven "Patán" abrió la puerta y se encontró con un corpulento chico. - A eres tú. Mira Acio, quien se decidió en aparecer.
- Bueno chicos, saben.. Esta mañana llegue de la casa de mi abuela en Escandinava y ustedes me avisan de venir aquí hoy mismo, era obvio de que llegaría algo tarde.
- Mira Patapez, te hubiéramos dejado dormir mas pero nos dijiste que traías nuevas noticias, - Dijo Acio - Haber suéltalo.
- Muy bien..
- Espera, espera, espera un momento. - Ilda, la hermana de Acio, lo interrumpió. - ¿Por que rayos le dicen "Patapez"?
- Sabes Ilda, le decimos así porque una vez.. En nuestras aventuras infantiles.. - Patán contaba con aire melancólico - Nuestro amigo, Patapez se metió al río y cuando salió tenía dos gigantescos peces comiendo de sus dos pies. - Patán comenzó a reír.
- Ilda, sin ver la gracia, preguntó. - Ajam.. Y.. ¿Cual es su nombre verdadero?
- Bueno, mi nombre verdadero es..
- PATAPEZ! ¿Puedes decirnos que era lo que nos tenías que decir? - Acio le gritó, estaba muy ansioso.
- Ah si, claro! Bueno, cuando estaba en lo de mi abuelo, recibí una gran noticia de Hipo.
- Ah mi primo.. Si hace mucho que no lo veo, desde que se fue a vivir a Inglaterra hace unos dos años, claro. - Dijo Patán apoyando su mentón en la mesa.
- Si, bueno. Me mandó una carta con cuatro pasajes, porque dice que su padre se fue de la gran mansión que tienen y que nos consiguió.. - Patapez hizo un espacio de suspenso. - Y nos consiguió..
- ¿Que nos consiguió? - Dijo Ilda algo aburrida.
- A ti no, pero igual estás invitada. - Patapez volvió a sonreír. - Nos consiguió un lugar durante todo el otoño para tocar en el bar de su padre. - Patapez saltó de alegría.
- ¿Que? ¿Estás jodiendo! - Patán no lo podía creer.
- ¿En serio iremos a tocar a un bar Inglés? - Acio estaba igual de emocionado.
- Pues claro, aquí están los pasajes. Debemos ir. - Patapez tenía los cuatro pasajes.
- Eso es genial, conoceremos Inglaterra! - Ilda estaba muy feliz.
- Y bueno, ¿Cuando iremos? - Preguntó Patán.
- Cuando nosotros queramos, ya tengo las direcciones y está todo pago. Hipo nos hospedara en su gigante mansión.
- ¿Que tal este fin de semana? - Preguntó Acio.
- Pues claro, ya quiero conocer Londres. - Ilda estaba muy emocionada por ese viaje.
- Entonces el fin de semana será. - Afirmó Patán.
Entonces fue así como comenzó su nueva aventura. Ese mismo fin de semana tomaron un tren hacia la ciudad de Berjen, que tenía el aeropuerto mas cercano y partieron. Fue un bastante aburrido, pero como ellos iban allí comenzaron a hacer de sus bobadas. Si no fuera porque van a kilómetros del suelo, ya los abrían echado del avión. Ilda iba escuchando música con los auriculares y leyendo una revista inglesa. Patapez estaba sentado junto a ella, tratando de hablar pero sin que la rubia le prestara mucha atención. Patán y Acio estaban sentados juntos molestando a todos y a ellos mismos.
- ¿Sabes? Ya quiero llegar a Londres, tal vez consiga a una linda fan con quien pasar el rato.
- Seguro, eres tan guapo.
- Yo si, Acio. Vamos a ver que haces tú. Con la única niña que te he visto es.. Con Ilda, y ella es tu hermana.
Acio golpeó el brazo de su amigo.
- Auch, se que eres una bruta, Acio. - Patán dijo esto con tono femenino.
- ¿Que dijiste? - El rubio paró la oreja.
- Que eres una bruta ACIO. ¿Que estás sordo?
- Eso es! Me gusta ese nombre. Brutacio. - El rubio vikingo parecía estar muy contento con ese sobrenombre.
- Si, estaría bien para ti, además.. Si, si me gusta. No hay mas nada que decir.. Bueno, todos tenemos sobrenombres, menos tú e Ilda. - Dijo Patán mientras se agarraba el mentón con la mano derecha.
- Bueno, ya sabes como decirme ahora y como me dirán las fans y.. Brutilda también es buen sobrenombre.
- Si la verdad. Bueno, quedamos así Brutacio. - Patán sonrió y guiñó un ojo a su mejor amigo.
Pasaron las horas y al fin llegaron a Inglaterra. Cuando bajaron del avión y fueron al aeropuerto, un señor los esperaba allí con sus nombres. Era el supuesto mayordomo de la familia de Hipo, y en una lujosa limusina llegaron al gran barrio. Allí donde solo existía el lujo y la grandeza.
Llegaron a la gran mansión de su viejo amigo. Al entrar a la enorme casa, que estaba muy oscura por cierto, visualizaron en la oscuridad una sombra negra, pero no era humana. Al acercarse, pudieron ver a la bestia y oírla rugir.
- ¿Que rayos es eso? - Gritó Patapez asustado.
- No tengo la menor idea. - Dijo Brutilda.
- Chimuelo tranquilo, son amigos.
Esa voz tan conocida, tranquilizó a la bestia.
- Hipo.. ¿Eres tú? - Preguntó Brutacio.
- Claro. - Hipo abrió las cortinas para dejar entrar algo de luz. - Por fin llegaron, estoy muy contento. Vengan, siéntense.
Al abrir las cortinas, los cuatro chicos pudieron ver a la gran bestia, y si era una bestia, era un dragón.
- Hipo, ¿Que es esa bestia? - Preguntó Patán al verlo a la luz.
- A él.. Es mi gran amigo.. Chimuelo. Se asustó al verlos, no está muy acostumbrado a ver mucha gente, porque siempre lo tengo escondido.
- Si, eso está bien.. Pero ¿Que es? - Preguntó Brutacio.
- Es un Dragón de Comodo. Me lo traje desde Australia.
- Ajam.. Bueno Hipo, yo quería recorrer Londres, y se que tú eres un gran amigo y me llevaras en tu larga limusina ¿No? - Preguntó Brutilda.
- Pues claro, y los llevaré al bar de mi padre así lo conocen y saben bien como preparar el escenario; pero antes de enseñarles Londres, les mostraré mi humilde hogar. - Dijo, mientra subía las escaleras a la par de su dragón.
- Lo de hogar te lo creo, pero eso de humilde.. Jah, no me hagas reír Hipo. - Dijo Patapez muy irónico mientras subía las grandes escaleras junto a sus amigos. - Esto es un lujo.
- Por favor chicos, no es nada. - Decía Hipo, mientras les mostraba las habitaciones. - Bueno aquí tenemos la sala de juego, por aquí la sala de invitados, la oficina de mi padre, un baño, un armario, la habitación de Bocón, otro armario, otro baño, la habitación de Chimuelo...
- No puede ser, ¿Tu dragón tiene habitación propia? - Preguntó Patán muy asombrado al ver todos los lujos de esa mascota.
- Pues claro, no lo íbamos a dejar atado con una correa en el patio. Pff que te creías. - Hipo siguió caminando.
- No, claro que no ¿Quien sería el animal de dejar a su mascota en el patio? - Dijo Patán muy sarcástico, mientras Brutacio reía ante la broma de su mejor amigo.
- Están dementes. - Dijo Brutilda.
- Y está es mi habitación, espero que les guste. Ups, está muy oscura, voy a abrir las cortinas. - Dijo Hipo mientras corría las cortinas y se quedó inmóvil viendo a través de la ventana.
- Ya se inventó la electricidad. - Dijo Patán, otra vez haciendo broma de lo que su primo hacía o decía.
- Guau que hermosa pieza, está genial Hipo. - Brutilda miraba la gigantesca habitación del castaño, y aún el se quedó sin prestar atención.
- Si, la verdad, está buena. - Dijo Brutacio mientras miraba algunos vinilos que estaban pegados en la pared.
- ¿Eres fan de los Sex Pistols? - Preguntó Patán cuando algunas fotos en la pared.
- Si, es hermosa. - Dijo Hipo incoherentemente.
- ¿De que hablas? ¿Que estás viendo por la ventana? - Dijo Patán mientras se asomaba con él.
- ¡Nada, nada! El sol, el pasto, las nubes.. Nada interesante. - Hipo corrió las cortinas, pero aún así, sabían que algo ocultaba.
- ¿Estabas mirando a la vecina? - Preguntó Patapez.
- Que pervertido Hipo. - Dijo Brutacio con tono de broma.
- NO! Claro que no.
- Ah pero si está muy linda, eh. - Dijo Patán mientras veía a una joven en la otra casa. - ¿Cómo se llama?
- No importa, y no la estaba viendo. - Dijo Hipo sonrojado y enojado.
- A nosotros no nos engañas, niño. - Dijo Brutacio mientras reía con malicia.
Hipo suspiró y se resignó.
- Se llama.. Astrid Hofferson y estoy enamorado de ella desde que me mudé aquí.
- Claro, enamorado y la miras desde tu habitación. - Dijo Brutilda quien se cruzaba de brazos y lo miraba de reojo. - ¿Haz hablado con ella alguna vez?
- Bueno.. Si, algunas veces pero no creo caerle muy bien porque siempre me ignora. - Dijo Hipo mientras dejaba caer su cabeza en forma de decepción.
- Claro.. "Hablar" - Decía Patán mientras bromeaba con Brutacio. - "Eh Astrid, corré bien las cortinas que veo bien si llevas una tanga o un hilo dental" - Dijo Patán haciendo burla a su primo.
- Ajajajaja estuvo genial. Eres un tarado Jajajaaja. - Brutacio reía sin parar y el pobre Hipo cada vez se sonrojaba mas y mas.
- Son unos tontos. Pero esa estuvo buena. - Dijo Brutilda mientras soltaba una carcajada. - Yo te ayudaré a conquistarla.
- Si, bueno.. No te molestes. - Decía Hipo algo avergonzado.
- No pasa nada, ya verás que todo saldrá bien. - Dijo Brutilda con pura calma.
- Bueno, que tal si vamos a ver el bar. Ya quiero saber donde vamos a tocar. - dijo Patapez.
- Si es buena idea, vamos Hipo. - Dijo Brutacio
- Seguro, enseguida llamo al mayordomo para que nos lleves.
- Genial. Espero que tengas buenos licores en esa limusina. - Dijo Patán.
- ¿Buenos? - Preguntó Hipo mientras reía incrédulo. - Los mejores licores, vinos, cervezas, lo que sea.. Los tiene mi padre allí.
- ¿Y que estamos esperando? Vamos. - Exclamó Brutilda.
- Vamos entonces. - Dijo Hipo mientras tomaba un abrigo y salía de su casa.
Los cuatro amigos subieron a la limusina, Hipo se detuvo y pudo ver que su vecina justo salía de su casa y antes de irse en su moto, ella lo miró y luego se fue.
- Vamos Hipo! No te quedes allí! - Gritó Brutacio.
- Eh si ya voy!
Los cinco jóvenes vikingos salieron a divertirse por toda la ciudad, buscando locuras y aventuras, se metieron en la gran ciudad a disfrutar de sus temporales vacaciones inglesas.
Uyyyyyyyyy espero qe les guste, este es el primer capitulo :D Jjaja.. Buueno, ya pronto subo el siguiente. Nos leemos, PEOPLE. ;)
