En la Madriguera

Los primeros rayos de sol de la mañana entraban por la ventana en el preciso momento en que la chica que dormitaba en la cama de aquella luminosa habitación abría por primera vez los ojos , los cuales, resentidos, obligaron a la chica a frotárselos. Llevaba varios días durmiendo mal, daba vueltas sin parar hacia un lado o hacia el otro inquieta y lo peor de todo es que no acababa de llegar a una conclusión concreta de porqué no conseguía conciliar el sueño.

- Debería empezar a vestirme... - Se dijo a si misma.

Mientras buscaba en el armario, volvió a decirse que tal vez se debía a su nueva relación amorosa con ese chico, Dean Thomas, tan simpático y amable, que la había tratado bien desde el primer momento.

- Hoy no me apetecen colores claros - Se dijo al fin, poniéndose camiseta y pantalón negros a juego, los cuales hacían resaltar mas aún su cabellera roja.

Aguzó el oído y escuchó unos ruidos provenientes de abajo y entonces recordó que hoy la madriguera tendría un nuevo inquilino. Le parecía poco probable que pudiese haber llegado ya, no eran ni las 9 de la mañana pero ese jaleo tan temprano no era usual.

-A no ser que se trate de Flegggrrr – Susurró con fastidio.

Dudosa, abrió la puerta de su habitación para escuchar mejor, y entonces escuchó a Fleur subiendo desde la cocina.

- Que ganas de veg a hagy al fin! – Cantaba la esbelta rubia, mientras se aproximaba con una bandeja a rebosar de comida.

Ginny contrariada la vio pasar delante de sus narices. Fleur por su parte, ni siquiera se fijó en la cara de Ginny asomada al pasillo. La pelirroja bajó las escaleras corriendo para interrogar a su madre.

- Mamá !

- ¿Qué pasa Ginny? - Dijo su madre mientras agitaba la varita sobre unas cacerolas.

- ¿Por qué acaba de subir Fleur con una bandeja de comida hacia la habitación de Fred y George?

- Oh ! ¿No te has enterado?, Harry llego ayer por la noche, si quieres ve a verle ahora que Ron y Hermione están con el.

Ginny asintió, pero se quedo quieta. Estaba manteniendo una lucha interna consigo misma, ¿Ir o no ir?... Sabía la respuesta desde el principio.

Subió las escaleras a toda prisa, preparó la mascara que ella misma se imponía al estar con Harry, contó hasta tres y entró.

Todo transcurrió con normalidad, con una perfecta actuación por parte de Ginny que, acostumbrada después de los últimos años, casi ya no se quedaba embobada mirando los ojos verdes del chico.

Los días transcurrían en lo que para Ginny parecía un pequeño paraíso: Jugaba con Harry, comía al lado de Harry, charlaba con Harry... y lo que a ella más le entusiasmaba: Reía junto a Harry.

La noche antes de la partida a hogwarts, las chicas se encontraban en su habitación acabando de hacer sus maletas. Ginny guardaba sus últimas prendas de ropa mientras rememoraba la última tarde. Imaginó un segundo como revolvía su revoltoso cabello negro, y un leve rubor apareció en sus mejillas, rubor que a Hermione no le pasó inadvertido.

- Veo que tus mejillas decidieron hacerle la competencia a los mechones de tu cabello – Comentó graciosa.

- No sé a que te refieres – Respondió alarmada.

- He visto perfectamente el rubor en tus mejillas, confiesa pequeña, ¿pensando en Dean? - Aventuró.

Aliviada y al mismo tiempo un poco triste, Ginny se sintió libre del aprieto.

- Solo meditaba... ya sabes, si ir mañana a su compartimento en el tren – Mintió.

- Pues claro tonta, como no vas a ir.

- Ya, tienes razón supongo.. - Dijo Ginny intentando cambiar de tema.

- ¿Pero por eso te ponías roja ? - Dudó

- Si, como tu cuando piensas en Ron – Sonrió triunfante, sabía claramente que ahora la batalla estaba ganada.

- ¡No digas tonterías! - Se giró bruscamente fingiendo guardar dos libros.

Hacía ya varios años que Hermione le había recomendado a Ginny salir con otros chicos con el fin de poder empezar a olvidar a Harry y se prometió a si misma no hablarle de el, pero fue especialmente incomodo, cuando el año pasado, Harry había empezado a salir con Cho Chang, y aun así, para sorpresa de Hermione, Ginny no mostró el menor signo de celos. Por lo tanto Hermione llegó a la conclusión de que al fin Ginny había olvidado por completo a su amigo y se sentía muy feliz por ella.

Por su parte, Ginny se dejó caer en la cama y cerró los ojos intentando bloquear sus pensamientos y dormir.

A la mañana siguiente estaban todos preparados con sus respectivos baúles y animales encerrados en sus jaulas esperando por la protección enviada por el ministerio.

- Au revoir Hagy – Dijo Fleur dándole un beso en la mejilla.

Ginny desvió la vista al instante casi inconscientemente, estaba demasiado acostumbrada a evadir sus sentimientos así que se limitó a mirar a su hermano Ron, el cual se preparaba para la despedida de Fleur y entonces una idea brillante asomó por su cabeza, deslizó suavemente su pie y se preparó para ver como su hermano caía sobre el barro.

- ¡¿Pero que ...?! - Farfulló.

- Vaya Gon... egstas hecho un agsco – Digo Fleur – Tienes que andag con más cuidago.

Rojo como un tomate Ron entró a toda prisa en el coche del ministerio. Harry desde el otro lado lo había visto todo y le sonreía a Ginny con rebeldía, sonrisa a la cual ella respondió con normalidad.

- Todo bajo control ... - Pensó.

Llegaron a King Cross sin incidencias y entraron con rapidez en el anden por la seguridad de Harry, era la primera vez, según creía recordar Ginny, que llegaban tan pronto y sin incidencias.

- Harry, yo y Ron debemos ir al compartimento de los prefectos – Dijo Hermione sacándola de sus pensamientos.

Se giró y vio acercarse a unas amigas de su curso.

- ¡Ginny tengo un montón de cosas que contarte! - Dijo una a modo de saludo – Y tu más todavía, ¿Cuando pensabas contarnos lo de Dean?

Ginny se había olvidado por completo de ello, avergonzada intentó buscar una escusa cuando escuchó una voz a sus espaldas.

- Ginny, ¿Vienes a buscar sitio conmigo? - Preguntó el moreno de la cicatriz.

Sus amigas lo miraron con curiosidad, mientras ella contestaba de mala gana.

- Lo siento Harry, he quedado con Dean

- Oh.. Vale, no pasa nada - Dijo el despidiéndose con la mano y sonriendo.

¡No podía ser posible que se lo estuviese pidiendo!, y justo tenía que ser cuando había quedado con Dean. Pero una burbuja de felicidad estaba creciendo dentro de Ginny.

- Al menos me lo ha pedido... - Pensó.

- Y bien, ¿Vas a contarnos lo de Dean? - Insistió su amiga.

- ¡No hay nada que contar!, el me pidió salir al final del curso pasado y no os conté nada porque no decidí nada hasta mediados del verano, cuando le envíe una carta respondiendole afirmativamente. - Aclaró.

- ¡Vaya foma de hablar Ginny!, no pareces ni animada.

La perspicacia de su amiga como siempre poniéndola en apuros, pero para sorpresa de Ginny ella cambió de tema.

- ¿Ese era Harry Potter verdad? - Preguntó con una sonrisita.

- Eh...Si.

- ¡Claro! Se me olvidaba que era el mejor amigo de tu hermano Ron, vaya suerte tienes de conocerle, dicen que es el elegido..

- No solo es amigo de mi hermano, también es amigo mío - Le espetó.

- Ya ya... el año pasado le acompañaste al ministerio.. - Dijo con recelo.

- Pues sí.

- Me estaba preguntando si...

- No voy a contarte nada de lo que paso allí Marie – le cortó - Y ahora si me disculpáis iré a buscar a Dean.

Se fue antes de que su amiga pudiese responder, dejándola con la palabra en la boca. Empezó a buscar a Dean entre la multitud poco convencida. Lo encontró rápidamente sentado junto a Seamus, Parvati y su mejor amiga Lavender Brown.

- Hola chicos – Saludó Ginny intentando sonreír.

- ¡Ginny! - Dean se levantó al instante y sin pensarlo dos veces la besó.

Ginny correspondió el beso, se dejó llevar y al separarse le pareció que el beso no estuvo del todo mal.

-Tal vez acabe sintiendo algo por el... - Pensó.

- ¿ Quieres que vayamos a buscar otro sitio para nosotros solos ? - Le propuso.

- ¡No! - Gritó – Es decir.. aquí estamos bien.

Le dedicó una bonita sonrisa intentando arreglarlo y el chico pareció complacido. Se sentó al lado de Dean y Lavender Brown le lanzó una mirada llena de curiosidad.

- Me estaba preguntando como está tu hermano.. - Preguntó al fin.

- ¿Mi hermano?, ¿Te refieres a Ron? - Dijo extrañada.

- ¡Pues claro!

- Si como no.. Solo sabe hablar de Ronald Weasley últimamente – Soltó Parvati y su amiga le dio un empujón.

- ¡Eso no es verdad! - aseguró

Ginny no comprendía nada.

- Ron se encuentra bien, gracias por preguntar, imagino que estará vigilando por los pasillos al ser prefecto.

- Cierto.. es... es prefecto – Un rosa intenso apareció en las mejillas de Lavender.

Estaba empezando a sentirse realmente incomoda cuando apareció por la puerta ni mas ni menos que Zacharias Smith, el odioso de Zacharias Smith.

- ¿Puedo sentarme con v...?, ¡Anda pero que tenemos aquí!, una weasley – Dijo.

- ¿Que quieres Smith? - Dijo con cara de pocos amigos.

- ¡Nada, Nada! Es solo que.. como comprenderás, muchos nos preguntamos que pasó en el ministerio, cuando tu y tus amiguitos acompañasteis a Potter.

No te voy a contar nada – Empezaba a estar harta de ese tema.

- ¿Estás segura? - Dijo mostrando una sonrisa de chulería

- Completamente – Contestó Ginny presionando su varita dentro de la chaqueta.

Zacharias siguió insistiendo un buen rato, mientras Ginny hacía como que no le escuchaba e intentaba entretenerse con su nuevo micropuff Arnold hasta que no pudo más y le lanzó su famosa maldición de mocomurciélago.

Zacharias cayó al suelo manchandolo todo de un moco asqueroso que no paraba de salir por todas partes mientras se abría la puerta del compartimento y hacía acto de presencia un señor desconocido.

- ¡Vaya muchacha!, eso ha sido un mas que efectivo maleficio de mocomurciélago – Dijo con gran alegría – Soy el profesor Horace Slughorn y pesaba montar una pequeña fiesta en mi compartimento, me haría muy feliz que te unieras a nosotros jovencita.

Ginny no daba crédito a lo que acababa de oir. Un profesor pasando por alto una agresión.

- Si..¡Claro! - Dijo sin dudarlo.

- ¡Oh fantástico querida! La espero en el compartimento C.

Dicho esto se retiró cerrando la puerta. Zacharias se había levantado, parvati y lavender le habían ayudado a sentarse y a parar el torrente de mocos que salían de su cara.

- Maldita... - Farfulló

- Espero que hayas aprendido la lección Smith – Dijo con una sonrisa – No te metas con una Weasley.

Dean corroboró sus palabras, y la abrazó en señal de afecto.

- Eres la mejor – le susurró al oído – Soy afortunado de tenerte a mi lado.

- Ojalá yo pudiese pensar igual - Pensó ella.

Correspondió al abrazo y se quedaron así un buen rato, hasta que Ginny recordó la fiesta del profesor Slughorn.

- He de ir a esa fiesta – Le dijo separándose - Nos vemos mas tarde.

Se dieron un corto beso y se fue del compartimento.