Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen.

Los he usado aquí de forma clandestina, no pedí permiso, así que por favor, guardarán el secreto.


Capítulo 1: Me regreso a Nerima, me regreso a casa... para estar de floja todos los días.

ÉPOCA ACTUAL, es decir hoy, no mañana ni pasado, ahora, en este momento, ahorita, now, wow... ¿wow? Bueno... esta última no.

— ¿En serio? ¿Tengo que hacerlo?

—¡Sí! ¡Sí! ¿Cuántas veces debo decírtelo, Akane? Sí, debes hacerlo... es la décima vez que preguntas lo mismo, ya pues, Akane. ¡Sólo sigue el libreto y sanseacabó!

— ¡Es lo que trato de hacer, PFernando! ¡Pero tú me interrumpes una y otra y otra vez! ¡Es la décima vez que lo haces!

— ¿Te interrumpo, dices? ¿Pero si solo te la has pasado preguntando ¿Enserio? ¿Tengo que hacerlo?

— ¡Si serás idiota, PFernando! ¡Lo digo porque así es como inician mis diálogos!

—¿En serio? A ver, déjame ver tus diálogos… — tomó las hojas entre sus manos y luego de leer varias veces las primeras líneas, terriblemente apenado y al borde de las lágrimas, muy lentamente se colocó en la posición del tigre caído y con la voz a punto de quebrársele, manifestó — veo que tienes toda la razón, perdóname... perdóname por favor... lo siento mucho, Akane, de veras lo siento.

— Hmph... este es peor que mi padre, es el colmo de dramático — comentó con fastidio la joven y luego, de la nada, así como suele sacar su mazo, esta vez sacó una fotografía de su autora favorita y mirándola fijamente, con lágrimas en los ojos, murmuró sollozante:

—¡Ay! Maryviza... contigo estas cosas nunca pasaban, todo era perfecto, siempre salían las cosas bien a la primera…

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1

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¡Acción!

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Capítulo 1: Me regreso a Nerima… etc, etc (toma 11)

—¿En serio? ¿Tengo que hacerlo? — hablaba en voz alta — si es necesario, que así sea, pero... es solo que, después de tanto tiempo, no sé si sea correcto o prudente… y además... por qué estoy diciendo todo esto en voz alta?... ¡Nah! ¡Como sea!

Agitó la cabeza de un lado a otro, luego empezó a mover las caderas de izquierda a derecha, de derecha a izquierda y se puso a bailar una canción que le encantaba y hasta le abría el apetito. Bailaba y tarareaba:

Yo yo me como tres platos yo yo yo yo de okonomiyakis…

Los tragó de un bocado, los tragó que yo lo vi

Ella come de todo to to to to to

Ella come de todo de todo de todo

Ella come ¡ya tu sabe!...

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Varios bailes y tarareadas después…

— ¡Bien! ¡Ya! Basta de mover el bote, debo concentrarme, entre más rápido termine con esto, será mejor— dijo decidida la mujer de ojos terracota, dejando de mirar la página web que tanto gustaba visitar "jovencitos asiáticos . com ", para prestarle atención a un papel en el cual había escrito un montón de palabras supuestamente con el simple propósito de desahogarse, pero que en realidad era para hacer sentir miserable al pobre desdichado que lo leyera.

—Aquí voy… — en ese momento la valentía que sentía se estaba esfumando, en su interior tenía que estar decidida, pero más bien estaba apretada. Sí, el interior le estaba apretando la cintura. Parecía que la dieta estricta de comer una docena diaria de okonomiyakis, no le estaba funcionando.
¿Por qué? ¿Por qué? Se preguntó la chica con desolación. No lo comprendía, pero no se preocupó mucho por ello, ya que aún le quedaban muchas otras opciones; la dieta de los tres kilos de sushi y sashimi, la de los siete tazones de arroz, la de los siete porciones de ramen, en fin, seguro alguna de esas le funcionaba, por lo que casi de inmediato volvió a su pensamiento anterior.

Estaba decidida, tenía que estarlo, tenía que pasar página ya había llegado muy lejos como para claudicar a estas alturas, debería dejar de lado a los dos hombres por los que su corazón había palpitado fuertemente, gracias a lo cual había terminado por adquirir taquicardia y estaba obligada a tomar diario un coctel de pastillas. Sin embargo, debía admitir que había corrido con suerte, ya que eran pastillas las que debía tomar. Mala suerte habría sido si en lugar de ellas, tuviese que suministrarse ¡supositorios! ¡No! ¡Eso sí que hubiese sido mala suerte!

La joven agitó negativamente la cabeza, apartando estos dolorosos y muy incómodos episodios que hubiese tenido que soportar diariamente y todo por culpa de aquellos hombres. Con el primero, amor prácticamente platónico, pero su recuerdo aún le atormenta como una espina en el trasero, pero no era tanta molestia como le hubiesen ocasionado los supositorios. El segundo, con él había vivido un hermoso lapso en su vida o eso había pensado, hasta que se había dado cuenta de que el infeliz en realidad ni la miraba siquiera, le hablaba a todos, menos a ella, hablaba con los árboles, las plantas y hasta con los animales, pero a ella, ni la volteaba a ver. Y así, aquel hombre se había ido. El tercero, había sido cariño, mucho cariño pero de ninguna forma había sido amor y por eso, cuando él se le había declarado, amablemente le había obsequiado un pase directo a la mundialmente conocida y temida friendzone.


Santa:

No sé en qué momento leas estas líneas, o donde te encuentres cuando lo hagas, quizá en el polo norte, no sé, espero me recuerdes, yo estoy segura que sí, han pasado 7 años, desde la última vez, siete años desde que te pedí una muñeca Marbie, aquella que salía en el comercial de tv: Marbie, canta, baila y se baña sola. No incluye baterías. Marbie...

— ¿Marbie? — repitió Akane e hizo una mueca de disgusto, para luego exclamar — ¡rayos! ¡Esta carta no es!

Un tanto molesta se puso a buscar entre las muchas, muchísimas hojas que estaban dispersas a lo largo y ancho de su escritorio.

— A ver... dónde estará la carta para Ranma... cuál será? ¿Carta a los reyes magos? No... ¿A los enanitos de la fábrica de Santa? Tampoco... ¿A Willy Wonka? Menos... ¿A Kenji? ¡No! No debo enviársela todavía, pues no han pasado siete años desde que terminamos. A ver... ¿será ésta?

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Muchas cartas después...

— Uuuuu... parece que va a tardar bastante en encontrar la carta correcta. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos PFernando?

—Tranquilo, único asistente, si se demora mucho, en el siguiente ponemos un capítulo flashback y listo!

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FIN


¿Fin? Sí, parece que es el fin, pero como no todo es lo que parece, lo más seguro es que quién sabe.

Att.

odnanreFP ó reverse PFernando... no sé, como menos gusten.