ADVERTENCIA: SPOILERS DEL EP7. Also, publicado en mi LJ como respuesta a un reto de la comunidad de histeria fandom.
Avaricia.
Rudolf suerta una carcajada irónica, dejando caer en el acto el cigarrillo que acaba de prender, que va a estrellarse directamente en el suelo, donde largos charcos de agua rojiza le empapan los zapatos. Es sangre. Sangre que emana de sus ropas manchadas, que resbala por su pecho sin estar herido y que a su sola visión le causa arcadas mezcladas con risas.
Kirye siempre logra sacar un lado de él que ha permanecido oculto, tranquilo y temeroso. Su peor rostro, sus más bajos instintos, la avaricia, la lujuria, la envidia... Cuando está con ella puede sacarse la careta y dejarse llevar por dichas emociones pecaminosas, siempre sabiendo que ella no le reprochará y hasta se unirá con él para planear extorsiones, jugadas sucias y mucha traición.
Así pues, no le sorprende en absoluto a dónde ha ido a parar al final. Eventualmente sucedería, eventualmente... Si ya había extorsionado, chantajeado y lastimado... Matar sería sólo un eslabón más en su carrera hacia el infierno. ¡Y es tan fácil...! Kirye lo ha entrenado con perfección, porque le es fácil deshacerse de sus hermanos, de sus sobrinos y hasta de los sirvientes, incluso si se lo pidiera, se desharía de Battler... Pues no le vale súplica alguna, razonamiento ni mucho menos maldición para detener la masacre, misma en la cual planea hacerse con todo el oro de los Ushiromiya.
George es el siguiente. Rudolf le apunta con una sonrisa en los labios, siempre remontándose a las épocas en las cuales Battler sólo le trajo humillación, mientras el siempre correcto George daba alegrías a sus padres... ¡Qué bien se sentiría arrebatarle toda esa gloria, ese honor y ese dinero!
Levanta el arma y acciona el gatillo.
Vivir en el pecado es cosa fácil, sobretodo si tienes a alguien que te lleve por el mal camino de la mano y te comprenda, como lo hace Kirye con sus deseos tan retorcidos como los suyos.
