CAPÍTULO 1


(Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto que no sabe cómo escribir historias coherentes)


Claro que estaba nerviosa, no pudo pegar un ojo en toda la noche, y no era para menos, el gran día había llegado, hoy había llegado el día de la boda. El simple hecho de imaginar a Sasuke vistiendo un smocking negro, esperando al final del camino, eso le quitaba el sueño.

Salió de la habitación y la casa entera era un remolino de personas, todos corriendo en diferentes direcciones, los floristas estaban en el patio, donde se llevaría a cabo la recepción, toda la comida siendo acomodada en las respectivas mesas, claro que su familia se había lucido en la celebración. Aún vestía su pequeña pijama de algodón, recordaba lo nervioso que se ponía al verla con esa prenda.

"Vaya, nacimos indecentes ¿verdad?" había dicho después de casi escupir toda el agua al ver unas largas piernas caminar dentro de la cocina.

"Oh vamos, estoy en mi casa" caminó rodeando la mesa "¿quién podría verme?" dijo sonriendo.

"Los guardaespaldas tal vez, eso claramente te complace" ella se acercó más y más.

"No seas celoso, solo dejo que tú me veas así" guiñó un ojo y pasó su mano por encima del hombro masculino,

"¿Qué haces?"

"No seas tan presumido, Sasuke, solo quiero un poco de agua y tú estás justo frente al refrigerador" se dio cuenta que así era, casi había pensado que intentaba acercarse-

"Aunque, si tengo que pasar por encima de ti para conseguir mi vaso de agua-" movió su mano para tocar los labios de él, "no me importaría" una mano se movió rápidamente y ella saltó.

"Deja de jugar" dijo mientras la arrinconaba contra la pared, cuando la vio sonreír y se dio cuenta de la posición en que se encontraban susurró algo que Karin no entendió y se marchó.

Parecía que todo había sido ayer, sonrió para sus adentros y siguió caminando hasta que se topó con Ino.

"¡Karin!" dijo, "aún no estás lista, ya casi son las tres, corre, ¡arréglate!" fue llevada a empujones a su habitación por su amiga. "Regreso en un rato, ya todos están esperando y no puedes llegar tarde."

Caminó a su armario, sacó su hermoso vestido y lo colocó en su cama, se maquilló y recogió su rebelde cabellera rojiza, adornándola con una corona de flores que no era muy de su estilo. Tomó el vestido, y una vez puesto, se contempló en el espejo.

Mientras bajaba la escalera sus nerviosos crecieron cada vez más, era cierto, ya todos se encontraban ahí y de pronto lo vio, de pie, al lado del juez, esperando con su traje negro que calzaba a la perfección, tan tranquilo como siempre, ella caminó en esa dirección y sus ojos la siguieron a cada paso, cuando terminó el recorrido la música sonó, Karin tomó asiento. La novia estaba a punto de entrar.


Hola nuevamente, espero que les guste y quieran leer más de esta historia y de las otras que estaré publicando. De antemano les agradezco que les den una oportunidad.