1 CapÃtulo II, la mirada penetrante
La luz se encendió. Ran junto a Minami se quedaron plasmadas al ver aquella imagen. Aquel pobre ser. Que hacÃa que esa pobre rata de cloaca estampada con un dardo en la pared.
Todos estaban en silencio. Nadie sé movÃa. Todo el mundo estaba demasiado impacatdo para murmurar una sola palabra. De repente, Conan se fijó que en la rata colgaba una nota. . saltó de la silla y se dirigió rápidamente a la rata:
-No Conan, ¡no toques esa rata!
-Tranquila Ran, a mi no me dan miedo las ratas, cosa que a ti sÃ.
-Calla Conan que me dejas en ridÃculo delante todo el mundo.
De repente pararon su discusión. Conan cogió la nota. Esta estaba llena de sangre a causa del dardo, pero, ¿ Qué son esas gotas?, no sangre no son, no parecen agua, y si fuera......
-¡ Trae aquà niño, déjame ver lo que pone- respondió Rachel
-No, ¡no la toques!
Pero ya era demasiado tarde. En el momento que Rachel abrió el sobre para ver que contenÃa ese escrito, se desmayó. Fue a parar al suelo, frÃo y húmedo. TenÃa los labios morados y los ojos saldos, sus pupilas estaban dilatadas hasta tal punto, que se podÃa admirar los nervios interiores de la córnea.
Yosh estaba muy asustado. Su tez estaba blanca como las perlas y su mano temblaba mucho, más bien dicho demasiado. No se podÃa aguantar la respiración. Rápidamente sacó su aerosol, ya que el padecÃa de asma. Todos le tranquilizaron y cerraron los ojos a Rachel. Kat subió al tercer piso para coger una manta para poder tapar el cadáver de Rachel. Ran no podÃa aguantar la angustia, y Minami sollozaba en la silla de mimbre que construyó su abuelo cuando era pequeña. Rápidamente, Ran se levantó de su sitió y se dirigió hacia el teléfono que estaba al lado de la chimenea.
Justo cuando cogió el teléfono, pegó un grito.
-¡Ran que té pasa!- exclamó su padre
- ¡No tenemos lÃnea!
- Entonces no podremos llamar a la policÃa- respondió Mouri- pero no os preocupes ya que aquà delante tenéis al gran, súper, fantástico, admirable, inconfundible, ¡Detective Mouri!
- Por favor, ¡ padre!
- Escuchad por favor- respondió Conan- Rachel está muerta a causa de un veneno que contenÃa el sobre.
- ¡Un veneno!- exclamaron todos
- Si un veneno
- Pero Conan, ¿cómo sabes eso? ¿ Cómo lo has descubierto?
- Muy Fácil. Justamente cuando me he acercado a la rata, he podido visualizar una pequeñas gotas que caÃan del animal al principio he dudado ya que no estaba seguro si era sangre, o algún producto quÃmico como los mata ratas, entonces, justo cuando yo he tenido tiempo de coger el sobre, me he percatado que dentro del sobre, habÃa unas pequeñas bolitas con una calavera, se podÃan ver a simple vista, entonces Rachel ha venido y me lo ha cogido, entonces es cuando yo he empezado a gritar como un loco.
- Haber hagamos un repaso de todo lo sucedido- dijo Mouri- primero se fue a luz a causa de un ruido estraño, después vuelve la luz y encontramos a una rata muerta en la pared con una pequeña nota. Rachel a cogido esa nota y se ha envenenado. Si mis cálculos no me fallan, esto desde fuera no podrÃa haber sido posible, pero, hey, mirad a la ventana.
Todos dirigieron sus miradas a la ventana de detrás, la que estaba al lado del teléfono. Los cristales estaban por el suelo. Alguien seguramente desde fuera hubiera roto la ventana y hubiera tirado ese dardo junto a la rata y la nota.
Y si fuera, y si fuera, y si fuera ¡el hombre enmascarado! PodrÃa ser posible, pero algo fallaba en la mente de Conan. Tim, aún no habÃa llegado, sà el amigo. La lluvia a parte cada vez era más fuerte, y es demasiado difÃcil que un hombre aguante hay fuera con esa lluvia.
Todo estaba demasiado dudoso para nuestro amigo, ¿ quien y por que?.
Sus preguntas no encontraban respuesta alguna. No habÃa lÃnea telefónica, no podÃan salir a causa de la lluvia, no tenÃan escapatoria. Pero quien serÃa la siguiente vÃctima de este suceso, quien morirÃa otra vez.
Justamente, mientras Conan estaba mirando la ventana, vio unos ojos, unos ojos de color marrón, no sabÃa de quien era pero eran muy penetrantes.
El se quedó imnotizado al ver aquella mirada. Se quedaron los dos mirándose fijamente, seguramente preguntándose quien eres tu.
No habÃa palabras, no habÃa respuesta. De repente, se fue en la oscura noche. Desapareció rápidamente.
Conan se quedó en el sitio. No podÃa murmurar nada. Solo tenÃa en su mente aquella mirada frÃa y distante.
Rápidamente se giró y el panorama seguÃa igual que antes. Rachel envenenada, Ran y Minami llorando, Kat y Yosh de los nervios y los más extraño de todo es que Bill ni se inmutó. Eso si, estaba en silencio. No se movÃa, ni un gesto. Estaba sentado en aquel sofá de terciopelo contemplando las formas de las llamas de fuego.
-Crack!!!!!!- se oyó en todo el castillo.
ParecÃa que venÃa del cuarto piso. Nadie se movÃa. Todos estaban demasiados asustados con todo lo que estaba sucediendo. De repente Minami dijo:
-Madre, me parece que ese ruido proviene del cuarto piso.
- ¡Vayamos!- respondió Cogoro.
-¡No!- gritó ella- os he dicho antes que estaba totalmente prohibido cualquier visita al cuarto piso, ya os lo contó Bill lo que pasó y encima, el castillo se está derrumbando, es muy peligroso que se suba allá arriba.
-Kat, dejando este tema, dejadme la carta, yo tengo guantes y me puedo proteger las manos y también tengo una mascarilla, dejádmela leer- respondió Conan.
Conan se dirigió rápidamente hacÃa la carta que estaba en el suelo junto a la rata. Se sacó sus guantes y su mascarilla que siempre llevaba para casos de emergencia.
Cogió el sobre con mucho cuidado. Empezó a abrirlo y de repente, Cogoro le cogió por la espalda y le dijo:
-Niño, tu siempre mirando las cosas que no te interesan. Por que no me dejas a mi que lea que pone en esta misteriosa carta o que?, ya te avisé el otro dÃa que si volvÃas a tocar algo que nos puede dar pistas etc no te dejarÃa venir conmigo y con Ran al balneario de Kitsuke, me ¿entiendes?
Pero rápidamente Conan cogió el sobre, lo abrió y empezó a leer muy bajito, tan bajito que ni el se podÃa escuchar.
En la carta ponÃa......
La luz se encendió. Ran junto a Minami se quedaron plasmadas al ver aquella imagen. Aquel pobre ser. Que hacÃa que esa pobre rata de cloaca estampada con un dardo en la pared.
Todos estaban en silencio. Nadie sé movÃa. Todo el mundo estaba demasiado impacatdo para murmurar una sola palabra. De repente, Conan se fijó que en la rata colgaba una nota. . saltó de la silla y se dirigió rápidamente a la rata:
-No Conan, ¡no toques esa rata!
-Tranquila Ran, a mi no me dan miedo las ratas, cosa que a ti sÃ.
-Calla Conan que me dejas en ridÃculo delante todo el mundo.
De repente pararon su discusión. Conan cogió la nota. Esta estaba llena de sangre a causa del dardo, pero, ¿ Qué son esas gotas?, no sangre no son, no parecen agua, y si fuera......
-¡ Trae aquà niño, déjame ver lo que pone- respondió Rachel
-No, ¡no la toques!
Pero ya era demasiado tarde. En el momento que Rachel abrió el sobre para ver que contenÃa ese escrito, se desmayó. Fue a parar al suelo, frÃo y húmedo. TenÃa los labios morados y los ojos saldos, sus pupilas estaban dilatadas hasta tal punto, que se podÃa admirar los nervios interiores de la córnea.
Yosh estaba muy asustado. Su tez estaba blanca como las perlas y su mano temblaba mucho, más bien dicho demasiado. No se podÃa aguantar la respiración. Rápidamente sacó su aerosol, ya que el padecÃa de asma. Todos le tranquilizaron y cerraron los ojos a Rachel. Kat subió al tercer piso para coger una manta para poder tapar el cadáver de Rachel. Ran no podÃa aguantar la angustia, y Minami sollozaba en la silla de mimbre que construyó su abuelo cuando era pequeña. Rápidamente, Ran se levantó de su sitió y se dirigió hacia el teléfono que estaba al lado de la chimenea.
Justo cuando cogió el teléfono, pegó un grito.
-¡Ran que té pasa!- exclamó su padre
- ¡No tenemos lÃnea!
- Entonces no podremos llamar a la policÃa- respondió Mouri- pero no os preocupes ya que aquà delante tenéis al gran, súper, fantástico, admirable, inconfundible, ¡Detective Mouri!
- Por favor, ¡ padre!
- Escuchad por favor- respondió Conan- Rachel está muerta a causa de un veneno que contenÃa el sobre.
- ¡Un veneno!- exclamaron todos
- Si un veneno
- Pero Conan, ¿cómo sabes eso? ¿ Cómo lo has descubierto?
- Muy Fácil. Justamente cuando me he acercado a la rata, he podido visualizar una pequeñas gotas que caÃan del animal al principio he dudado ya que no estaba seguro si era sangre, o algún producto quÃmico como los mata ratas, entonces, justo cuando yo he tenido tiempo de coger el sobre, me he percatado que dentro del sobre, habÃa unas pequeñas bolitas con una calavera, se podÃan ver a simple vista, entonces Rachel ha venido y me lo ha cogido, entonces es cuando yo he empezado a gritar como un loco.
- Haber hagamos un repaso de todo lo sucedido- dijo Mouri- primero se fue a luz a causa de un ruido estraño, después vuelve la luz y encontramos a una rata muerta en la pared con una pequeña nota. Rachel a cogido esa nota y se ha envenenado. Si mis cálculos no me fallan, esto desde fuera no podrÃa haber sido posible, pero, hey, mirad a la ventana.
Todos dirigieron sus miradas a la ventana de detrás, la que estaba al lado del teléfono. Los cristales estaban por el suelo. Alguien seguramente desde fuera hubiera roto la ventana y hubiera tirado ese dardo junto a la rata y la nota.
Y si fuera, y si fuera, y si fuera ¡el hombre enmascarado! PodrÃa ser posible, pero algo fallaba en la mente de Conan. Tim, aún no habÃa llegado, sà el amigo. La lluvia a parte cada vez era más fuerte, y es demasiado difÃcil que un hombre aguante hay fuera con esa lluvia.
Todo estaba demasiado dudoso para nuestro amigo, ¿ quien y por que?.
Sus preguntas no encontraban respuesta alguna. No habÃa lÃnea telefónica, no podÃan salir a causa de la lluvia, no tenÃan escapatoria. Pero quien serÃa la siguiente vÃctima de este suceso, quien morirÃa otra vez.
Justamente, mientras Conan estaba mirando la ventana, vio unos ojos, unos ojos de color marrón, no sabÃa de quien era pero eran muy penetrantes.
El se quedó imnotizado al ver aquella mirada. Se quedaron los dos mirándose fijamente, seguramente preguntándose quien eres tu.
No habÃa palabras, no habÃa respuesta. De repente, se fue en la oscura noche. Desapareció rápidamente.
Conan se quedó en el sitio. No podÃa murmurar nada. Solo tenÃa en su mente aquella mirada frÃa y distante.
Rápidamente se giró y el panorama seguÃa igual que antes. Rachel envenenada, Ran y Minami llorando, Kat y Yosh de los nervios y los más extraño de todo es que Bill ni se inmutó. Eso si, estaba en silencio. No se movÃa, ni un gesto. Estaba sentado en aquel sofá de terciopelo contemplando las formas de las llamas de fuego.
-Crack!!!!!!- se oyó en todo el castillo.
ParecÃa que venÃa del cuarto piso. Nadie se movÃa. Todos estaban demasiados asustados con todo lo que estaba sucediendo. De repente Minami dijo:
-Madre, me parece que ese ruido proviene del cuarto piso.
- ¡Vayamos!- respondió Cogoro.
-¡No!- gritó ella- os he dicho antes que estaba totalmente prohibido cualquier visita al cuarto piso, ya os lo contó Bill lo que pasó y encima, el castillo se está derrumbando, es muy peligroso que se suba allá arriba.
-Kat, dejando este tema, dejadme la carta, yo tengo guantes y me puedo proteger las manos y también tengo una mascarilla, dejádmela leer- respondió Conan.
Conan se dirigió rápidamente hacÃa la carta que estaba en el suelo junto a la rata. Se sacó sus guantes y su mascarilla que siempre llevaba para casos de emergencia.
Cogió el sobre con mucho cuidado. Empezó a abrirlo y de repente, Cogoro le cogió por la espalda y le dijo:
-Niño, tu siempre mirando las cosas que no te interesan. Por que no me dejas a mi que lea que pone en esta misteriosa carta o que?, ya te avisé el otro dÃa que si volvÃas a tocar algo que nos puede dar pistas etc no te dejarÃa venir conmigo y con Ran al balneario de Kitsuke, me ¿entiendes?
Pero rápidamente Conan cogió el sobre, lo abrió y empezó a leer muy bajito, tan bajito que ni el se podÃa escuchar.
En la carta ponÃa......
