Oneshot AkaMidoAka para la convocatoria "Mes AkaMido Hispano".

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Llámalo aún si no contesta.

Era el nombre que más le gustaba, el que anheló por tanto tiempo. Y ahora; ahora simplemente nunca lo tendría.

Curveó la sonrisa en los labios, como si estuviera presumiéndola, impecable era el trazo dibujado y la absurda serenidad que se mantenía a pesar de las circunstancias.

Midorima.

Llamó, el apellido con dueño que no contestaba, no perder los estribos y reaccionar de acuerdo al momento es lo que en la familia Akashi se predicaba; y sin embargo estaba ahí, a punto de perder toda razón de cordura.

Fue desesperante ver el cuarto cubierto de rojo, tapizado en el color del que la familia era acreedor, y habría estado a gusto si esa fuera su habitación, su casa.

Irremediable la realidad como la misma visión, aferrándose a las manos que eran más grandes que las propias. Sin querer la risa brotó de los labios.

Elevó la palma hasta la boca, cubriéndola, cubriendo el cinismo que se apoderaba lentamente del cuerpo para dejar paso a la impotencia, rabia, frustración.

Shintaro.

Y de nuevo el llamado que no se contestaba, que no se contestaría.

La voz retumbaba y al fin las lágrimas hacían acto de presencia, surcando las mejillas, precipitándose y caer al suelo. Un sueño, una predicción, una maldita suerte.

Los enemigos de ambas familias eran de lo peor, más no esperó que en esos instantes actuaran, donde al cerrar un trato con el sucesor de los Midorima apresuraran los planes para la matanza, no solo de la cabecilla, sino del mismo hijo y encima tallaran el nombre de los Akashi, quienes no habrían podido proteger el lazo que más amaban.

Un sollozo y la voz que pareció lejana.

"Es imposible salvarlo"

Y por más que rogara al cielo y el infierno, él no volvería.

Él no jugaría de nuevo.

Él ya estaba muerto.


Lo prometido es deuda, demasiado corto.

Si hay algún error ortográfico, perdonen, hoy no puedo hacer más, por más que quiera; y espero lo hayan disfrutado