Un día corriente en la vida normal de una estudiante corriente, así define su rutina la joven Ako Izumi.

Acababa sus actividades como asistente en la enfermería y cuando se disponía a salir se encontró de frente con su amiga y compañera Yuna Akashi que lucía esa sonrisa despreocupada tan típica de ella, la peliblanca al verla le dedicó una tímida sonrisa, eso hizo que Yuna se acercara un poco más a la chica para ver como reaccionaría ella y como cabría de esperar Ako retrocedió unos pasos con la invasión de su espacio personal.

-Yuna, puedo hacer algo por ti? Aunque si quieres puedes esperar a que vuelva Shizuna...

- No, no, de seguro tú misma podrás ayudarme

Yuna viendo el nerviosismo de su amiga decidió respoderle con una sonrisa mas relajada.

- Eso si quieres.

Ako por un momento se sintió un poco tonta por ponerse tan nerviosa.

- Veo que tu muñeca esta inflamada.

Izumi sin mirarle a los ojos procedió a hacerle un chequeo.

-Ay! Eso duele!

- Lo siento! Parece que solo es una torcedura.

Yuna se quedó observando cada movimiento de Ako, desde como la trataba hasta ponerle la venda, por otra parte Ako trataba de hacer su labor sin mirarla a los ojos, por alguna extraña razón estaba demasiado nerviosa sintiendo la mirada de Yuna.

- Gracias, se siente mucho mejor.

- No, no hay de que

Al levantar la vista se encontró con los ojos marrones de Yuna, siempre le ha parecido que esos ojos reflejan fuerza, porque su amiga era una joven fuerte y decidida, no solo por sus ojos sino que su mirada también lo decía. Y Ako la admiraba, ella era una apasionada de los deportes, sobre todo baloncesto y siempre lo da todo en cada partido, por eso gane o pierda su equipo, ella siempre brilla sobre la cancha haciendola una, sino la mejor, jugadora de su categoría.

- Tienes unas manos muy suaves.

- Eh?

Ako salió de su ensimismamiento y se sonrojó, Yuna sonrió ante el gesto de ella.

- Es decir, tú tocas el bajo y sin embargo no tienes ni un solo callo.

Yuna acariciaba las palmas de las manos de Ako que cada vez se sonrojaba mas y se ponía mas nerviosa.

- E... eso es por las cremas que uso!

- Aaahh ya veo, quizás me puedas recomendar alguna, mis manos están un tanto echas un desastre, sino compruebalo tú misa.

Dicho eso se puso a acariciar las mejillas de Ako y sentía como estas ardían por el sonrojo que tenía.

-Yo... no le veo nada de malo a tus manos...

De hecho se sentía bien con el tacto de ellas, quizás si eran un poco rasposas,pero eso era señal del esfuerzo que puso para llegar a estar donde estaba.

-Si ati te gustan, no hay problema entonces...

Ako no se había dado cuenta de lo cerca que estaba Yuna hasta que abrió los ojos por las palabras de ella, pero de un leve empujón de apartó de Yuna.

- Lo... lo siento! Te...tengo que irme al ensayo!

Ako recogió sus cosas y salió corriendo de la enfermería. Yuna se quedo impresionada con la reacción de su amiga.

-Vaya! Otra vez será.

Y esbozando su despreocupada sonrisa también abandonó la enfermería.