Lujuria
Bella & Felix
Nota de la Autora: Este fic responde al pedido de Laplace en "Quiero un Fic sobre..." del foro LOL (el lobo, la oveja y el león)
Bella lo vio entrar en su habitación y lo siguió. Desde que se había unido a los Volturi todo había sido muy diferente. Lo había hecho para salvar a su familia, pero ahora el estar con ellos tenía un propósito diferente. Felix. Él había despertado algo en ella que Edward no había podido. La hacía sentir importante y le entregaba todo el placer que ella quería. Por más que Felix fuera un poco más... bruto, o menos romántico, así era como le gustaba a ella... muy salvaje.
Lo encontró recostado en su cama, con todo el pelo revuelto y sus ojos carmesí con un tono bastante oscuro. Ella se recostó de lado, con su peso apoyado en su codo. Felix se limitó a mirarla, escanearla, como si pudiera ver más allá de la fina tela de su ropa. Ella miró hacia abajo, y si pudiera sonrojarse lo haría, pero él la obligó a mirarlo levantando su mentón.
-No deberías tener vergüenza de mostrar tu cuerpo.
Bella no esperó más y lo besó. Sintió sus perfectos labios sobre los de ella. Pero no suaves y gentiles como los de Edward, los besos del Volturi eran llenos de lujuria y necesidad, dominantes y posesivos. Pero eso era lo que la atraía tanto. Unos brazos fuertes la envolvieron, tocando lo ahora prohibido para todos menos para él. Sus dedos se deslizaron hacia el cierre de su pantalón y lo bajaron de un tirón.
Ella desprendió su camisa (o mejor dicho: la rompió en dos), y la tiró lejos. Pasó sus manos por el pecho de él, sintiendo bajo su piel la musculatura de su perfecto cuerpo. Quería sentirlo más cerca de ella, dentro de ella. Mientras tanto el se deshizo de su pantalón, dejándola tan solo en bragas. Metió su cara entre las piernas de ella y absorbió su dulce aroma, era como una droga para él. Ella suspiró y él se quitó el pantalón frente a los "inocentes" ojos de Bella.
La noche fue larga y dura, para ambos. Pero estuvo llena de pasión. Un par de mordidas fueron el resultado de esa noche. Pero podría haber sido peor, varias veces habían terminado con la habitación, sin dejar nada en pie.
La ex-Cullen miró desde debajo de las sábanas hacia la puerta del baño, de donde Felix salió solo con una toalla en la cintura. Él le sonrió y le hizo una guiñada, vistiéndose delante de ella y saliendo del cuarto. Pero eso era todo lo que ella necesitaba saber, que esa noche se repetiría pronto. Porque un gran sentimiento ocupaba su mente y su cuerpo, la lujuria. Quería sentir sus gemidos, quería sentirlo decir su nombre una y otra vez. Porque por más que él no susurrara cosas bonitas en su oído como lo hacía Edward, ella estaba satisfecha con el placer de poder hacer lo que quisiera con Felix. Era como un trato silencioso, ella le entregaba su cuerpo por completo y el la hacía sentir lo que nadie había podido brindarle.
