¡Saludos! Ayer vi Stakes y escuché también 'Soy tu problema' en español… y así surgió este fanfic xD. No sé cuánto durará, pero espero que lo disfruten tanto como yo lo escribí (:. ¡Disfruten de la lectura!

Disclaimer: 'Hora de Aventura' NO me pertenece a mí, sino que a Pendleton Ward y sus asociados.

Chicle sin azúcar

Capítulo I

Por E. Waters

Bonnibel Bubblegum era, en pocas palabras, la chica perfecta. No sólo destacaba por sus enormes y hermosos ojos azules, o por su indiscutible belleza física, sino que a la vez era una brillante científica y tenía claros dotes de líder.

Sin embargo, no todos en el instituto superior de Ooo, creían que ella, la llamada 'princesa', debido a su cargo dentro del centro de alumnos, era tan genial como aparentaba ser.

Y una de esas personas era ciertamente Marceline Abadeer.

Sencillamente, a ella jamás le agradó la otra joven. Tal vez porque eran muy contrarias, tal vez porque la comparaban con ella, tal vez porque su padre a menudo la ponía como ejemplo.

Porque, en términos simples, la chica de ojos rojos era todo lo opuesto a la 'dulce princesa' del instituto superior de Ooo.

No, ella, Marceline, tenía muy aparte su propio grupo. La muchacha tendía a juntarse con personas mayores, como lo era el buen tipo de Jake, o con Ash… puesto que su relación con el género femenino nunca había sido buena.

A Marceline jamás le gustaron las muñecas, a Marceline jamás le gustaron los vestidos, a Marceline jamás le gustaron esos infantiles juegos, en donde ella simulaba ser la madre.

No, a ella le gustaba más bien tocar la guitarra, la música pesada, lo gótico… más el negro que el rosa.

—Hey, Marcie, debo buscar a mi hermano Finn al casino, ¿me acompañas? —dijo Jake, cuando la chica se juntó cómo siempre lo hacía con sus amigos, a la hora de almuerzo.

—Claro, no hay problema —y ella se encogió de hombros.

Cuando los dos adolescentes ingresar al casino del instituto, de inmediato Jake se encaminó hacia Finn… el cual para pesar de Marceline, se encontraba con la misma Bonnibel.

—¿Qué me tiene que importar, esa empollona? —se dijo la chica a sí misma, como de repente molestándose consigo misma.

—¡Hey, hermano! —exclamó Jake, dándole a Finn los cinco con la mano —, ¿qué pasa? —y una sonrisa algo pícara apareció en el rostro de él, cuando posó su mirada en la muchacha de cabellos rosados —¿ Están saliendo juntos?

—¿¡Qué!? —y Finn se sonrojó mucho.

—Por supuesto que no —respondió Bonnibel, total y absolutamente tranquila, todo lo contrario al hermano de Jake, el cual se veía un tanto alterado —. Finn y yo sólo somos amigos, nada más que eso.

—¿En serio…? —y Jake alzó ambas cejas —, en mi opinión haría una excelente pareja. ¿Qué opinas de eso, Marcie?

—Pues yo creo que Finn no debería estar con una persona tan remilgada —dijo la muchacha, no pudiendo aguantar las ganas de molestar a Bonnibel, casi como si fuese un pasatiempo, o algo por el estilo.

La aludida estrechó sus ojos cuando la otra joven dijo esas palabras, pero siempre sensata y con la cabeza fría, decidió finalmente por obviar aquel molesto comentario.

—Ehh… cómo sea —y Finn, aún algo sonrojado, se rascó la nuca —, ¿y si vamos todos por el almuerzo?

Todos asintieron con la cabeza, y se encaminaron hacia donde se encontraba la zona para conseguir la merienda. Y si bien, la chica de cabellos rosados trató de mantener la compostura en todo momento, Marceline no hallaba en qué momento no provocarla.

—En serio, que no la soporto —fue lo que le dijo la chica a Ash, mientras los dos caminaban hacia el salón de clases de ciencias —. Ella se cree taaaan perfecta, que cree que puede pasar por los otros.

—Pero, Marcie, ¿ella te ha hecho algo a ti? —preguntó el chico, mirando a atento a su amiga.

—Bueno… — la muchacha caviló un poco —, no exactamente, pero es realmente molesto que mi padre siempre me compare con ella.

—¿El señor Abadeer? — Ash pareció algo sorprendido —, ¿por qué lo hace? ¿Él conoce a Bubblegum?

—Amigo… —y Marceline puso los ojos en blanco —, mi padre es él que siempre patrocina la feria de ciencias, y esas bobadas.

—Lo que siempre gana Bubblegum…

—Exacto —la joven suspiró —. ¿Ves ahora cuál es mi problema?

—Pero… — el chico colocó ambas manos en la nuca, y alzó su rostro hacia arriba —, ¿y si tú también participas, y le ganas a ella?

—¿Yo? ¿Ganar el primer lugar en la feria estatal de ciencia? —la muchacha soltó una especie de irónica risotada —. Vamos, Ash, siempre supe que estabas en la luna, pero esto lo confirma… Yo no sé NADA de ciencia.

—Uhm… —y otra el vez el chico miró hacia arriba —. Bueno, tal vez no ganar la feria, pero podrías hacer que Bubblegum no la gane.

La joven de cabello azabache miró expectante a su amigo, con sus ojos muy abiertos, como si de pronto el muchacho hubiese hecho el gran descubrimiento.

—¡Exacto! — los ojos rojizos de ella, se abrieron más aún —, es prácticamente imposible que yo lo gane, pero si esa remilgada lo pierde, mi padre seguramente me dejará de comparar con ella… ¡Eres un genio, Ash!

—Je, je, je… ¿Lo crees? — y el chico se sonrojó un poco —, ¿y qué tal si…?

—¡Qué tal si conjuramos un plan, para sabotear a esa 'princesita'! —dijo Marceline, alzando un puño en alto, con una gran sonrisa en su cara.

—Oh, claro —contestó Ash, pareciendo algo ligeramente decepcionado.

Después de todo, para nadie era un secreto que el chico estaba, no si exactamente enamorado, pero sí que le gustaba mucho a la joven de ojos rojos. Por supuesto, todos lo sabían… menos Marceline misma, la cual estaba interesada en el amor poco y nada.

Y en realidad, jamás se le había conocido novio alguno… aún cuando ya varios chicos estaban interesados en ella, y hasta más que otra joven.

Pero no, la muchacha estaba demasiado ocupada siendo rebelde, yendo todo lo que su padre deseaba, todo originado después que la madre de ella murió hace ya varios años atrás.

Desde ese entonces, el señor Abadeer se había volcado en sus grandes empresas, todas que tenían que ver con la tecnología y esas cosas, y había dejado a su única hija al cuidado de tutores, mas en vez de hacer de ella una chiquilla obediente y sumisa, pasó todo lo contrario.

Finalmente, los dos amigos llegaron a la clase del profesor Simmons, y cómo siempre lo hacían se sentaron en la última fila del aula, muy poco interesados en verdad sobre lo que el maestro enseñaba.

Y claramente, Bonnibel era todo lo contrario, se sentaba justo en la primera fila, justo en el pupitre que se encontraba frente al escritorio del profesor.

A ella, a la muchacha, no le importaba las opiniones que sus compañeros tenían sobre ella, acerca de ser la favorita del maestro, la mascota del profesor. No, a ella sencillamente le interesaban sus objetivos, y nada más.

—Pfff… —soltó Marceline, comenzando a balancearse en su puesto —, esta clase apesta.

—¿Señorita Abadeer, tiene usted alguna opinión sobre mi clase? — dijo de pronto el profesor Simmons, evidentemente molesto —. ¿Por qué no mejor no es cómo la señorita Bubblegum? Ella es un muy buen ejemplo a seguir.

Y si bien, la chica de cabello oscuro no tenía en sus planes tratar mal a la otra estudiante, sencillamente la opinión del profesor, fue una fácil provocación.

—¿Habla en serio, profesor Simmons? — la joven entonces adoptó una maliciosa expresión en su rostro —. ¿Por qué una chica con aires de diosa, cuando sólo es una pobre empollona, sería mi ejemplo a seguir?

—¡No digas eso, Marcie! —fue lo que dijo de inmediato Finn —. ¡Bonnie es lo máximo!

—¿Lo máximo dices, Finn? — la chica alzó sarcástica una ceja —. ¿Cómo alguien que se esconde detrás de un maestro, y detrás de un chico, puede ser lo 'máximo'?

—Señorita Abadeer… — la voz del profesor Simmons comenzó a tornarse más molesta aún.

—Espere, profesor Simmons — las palabras de la misma Bonnibel resonaron por el salón —, si ella tiene razón en algo, es que yo debo pelear mis propias batallas — seguidamente, la muchacha se levantó de su banco, y miró fijamente a Marceline —. Si tienes tantas razón, Abadeer, ¿por qué creo que tu padre le gustaría más tener una hija parecida a mí?

Mas al momento de soltarlo, Bonnibel se dio cuenta del calibre de sus palabras, y se cubrió enseguida la boca.

—Yo…

—¿Suficiente, Bubblegum? — Marceline miró furibunda a la otra muchacha, y tiró un escupitajo en dirección a ella —, al menos yo sí tengo un padre.

Y tras decir esto, la chica simplemente no pudo aguantar más, y se levantó de su banquillo y salió del aula, acompañado obviamente por Ash, a la vez que Bonnibel se mordía el labio inferior, de pura rabia, de pura frustración.

—¡Marcie…! — Ash, corriendo mucho, logró estar justo al lado de su amiga —. ¿Estás bien?

La joven entonces se detuvo, y sin mirar a la cara al chico, lo observó por el rabillo del ojo.

—¿Marcie..? — repitió el muchacho.

—Vengarme.

—¿Ah?

—Me vengaré de Bubblegum, Ash.

Los ojos del joven se abrieron mucho, y es que jamás había escuchando ese tono de voz, en la boca de su amiga. Marceline, por lo general, siempre hablaba en broma, pero ahora mismo sonaba más seria que nunca.

Y cuando un Abadeer hablaba de esa manera, era de temer.

—¿Crees que me pasé con Abadeer, Finn? —fue lo que Bonnibel a su mejor amigo, mientras los dos estaban caminando hacia la casa de la chica, justo después que las clases de aquel día finalizaron.

—Sabes que siempre te apoyo, Bonnie… pero la verdad es que la cosa se puso realmente fea — confesó el chico, rascándose otra vez la nuca.

—¡Lo sé! —y ella suspiró.

Por lo general, la muchacha siempre actuaba de forma cordial y correcta, y obviamente tratando de esa forma a Marceline, ella había roto su 'código de ética', por decirlo de alguna manera,

—Creo que lo mejor será que mañana me disculpe con ella, ¿no lo piensas así, Finn?

—Pienso que es una idea excelente, Bonnie — dijo el muchacho, mirando algo embelesado a la joven.

—Bien, hemos llegado a mi casa — ambos muchachos, se detuvieron frente a una pequeña y sencilla casa —. Nos vemos mañana —y dicho esto, la chica le sonrió amistosamente a Finn, a lo que él otra vez se sonrojó.

—N-nos vemos mañana.

Dicho esto, los dos amigos se separaron, y el chico se dirigió a su casa, la cual se encontraba a unas cuantas calles que el hogar de la llamada 'dulce princesa'.

—¡Hola, hermano! —saludó Jake a Finn, cuando este último entró a la casa—. ¿Qué hay de nuevo?

—¡Bonnie y Marcie, se pelearon en la última clase, en la clase del profesor Simmons! — Finn hizo exagerados movimientos con sus brazos —. Al final, Marcie le escupió a Bonnie, y salió corriendo.

—Vaya… —Jake rió un poco —, esas dos nunca se llevaron bien después de todo.

—Estaba pensando… —y el chico menor pareció algo meditabundo —, que como nosotros dos somos amigos de ambas, debemos de hacer algo para que se hagan amigas… o se soporten al menos, ¿qué piensas, Jake?

—¡Por Glob! ¡Es una excelente idea! —una gran sonrisa apareció en él —. ¿Puede venir también Arcoíris, no?

—¡Por supuesto! — el muchacho golpeó la palma de su mano —. Está decidido, este viernes fiesta en casa, para que Bonnie y Marcie se… 'soporten'.

Al día siguiente, Bonnibel como siempre lo hacía desde su primer año en el instituto superior de Ooo, fue la primera en llegar. Sin embargo, para su gran sorpresa, ella no se encontraba a solas en el recinto.

—Buenos días, 'princesa'.

Los ojos azulados de la muchacha, se abrieron mucho. Cierto, aquel día ella se había propuesto pedirle disculpas a Marceline, pero no se esperaba que fuese la propia Marceline quien diese el primer paso.

—Buenos días, Marceline.

Y cuando Bonnibel estuvo a punto de decir algo más, fue que Finn acompañado por su hermano mayor Jake, entraron de forma precipitada a la entrada del colegio.

—¡Chicas, están aquí! — Finn sonrió de forma amplia —. Jake y yo queremos decirles algo… —añadió el muchacho, con la respiración entrecortada.

—Lo que quiere decir mi hermanos, chicuelas, es que este viernes hay fiesta en casa… y que ustedes son nuestras invitadas de honor, así que no pueden faltar.

La chica de cabellos azabache estuvo a punto de lanzar un ácido comentario contra Bonnibel, pero recordando lo hablado con Ash, todo por esa especie de venganza hacia la otra joven, se mordió la lengua y se contuvo.

—¡Oh, eso es genial! — exclamó la llamada 'dulce princesa', a quien la verdad de las cosas, se le facilitó bastante tener la opción y oportunidad adecuada, como para pedirle disculpas a Marceline —. Yo estaré ahí, sí o sí.

—Cuenten también conmigo —dijo la propia Marceline, conteniéndose de decir otro comentario sarcástico contra la otra muchacha.

Siendo así, las clases comenzaron.

—Entonces… —Ash comentó, cuando él y su amiga se encontraban sentados en un banquilla del patio del instituto, cuando se encontraban en receso —, ¿el plan es sabotear el proyecto de ciencias, de la 'princesita', no?

—Exacto — los ojos rojizos de la chica, parecieron brillar más que nunca

—¿Y ya tienes algo pensado?

—Sí — una irónica mueca se formó en los labios de Marceline —, me acercaré a ella, de tal forma, de tal manera, que ni se dará cuentas cuando no obtenga alguna mención en la feria de ciencias, de este año.

—Vaya, Marcie, escucharte así da hasta casi escalofríos.

—Créeme, Ash, no sabes lo hostigoso es que tu padre te compare a cada rato, con una remilgada como esa Bubblegum.

Y alejada de todo esto, se encontraba la misma Bonnibel, la cual algo compungida, puesto que ella siempre hacía lo correcto, lo más maduro, esperaba ansiosa la fiesta, para así disculparse con Marceline, y en el acto quedarse en paz.

En paz, aún cuando ella no sabía que lo que menos obtendría sería precisamente eso.

IMPORTANTE

Cómic yuri original, dibujos hechos por Elsa Ookami

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Viejos Conocidos.

Si dejasen un review me haría MUY feliz. Eso… ya saben esa frase que siempre ocupo, 'un fic feliz, es un fic con reviews'.