Mai Hime © Sunrise
I
"¡Natsuki, es el primer día de clases! ¿Por qué tan desanimada?"
"Exactamente por eso Mai, es el primer día de clases." Le dijo con pesadez en su voz.
Mai a veces no la entendía. Y es que Natsuki Kuga parecía ser de todo menos una persona social, y podía entender su postura en cierto punto. Pero a veces se lleva las cosas demasiado enserio. "... ¿Acaso no disfrutaste tus vacaciones como tanto querías?" Intentó sacar algún buen recuerdo de los meses libres que tuvieron, aunque Mai no estuvo presente debido a que pasó con su familia fuera de la ciudad. La había invitado a que la acompañara, pero Natsuki la rechazó cordialmente. "Hm, te ves bastante en forma." Añadió después de verla por completo, solo por curiosidad de saber cuál sería su reacción.
"Aproveché las mañanas en el campus." Natsuki la miró de reojo, algo sorprendida, pero no le dio más vuelta al tema. "Mai, odio las clases de este semestre. Recuerda que tenemos de profesor a tú sabes quién." Ante esto, Mai palideció un poco. "Eso mismo pensé. Justo en dos horas más." Se tomó con humor las muecas de Mai al escucharla, y de alguna forma, su sonrisa se contagió.
"Ugh… ¡Oh, es cierto! ¡Natsuki, vamos por Karaoke para celebrar este nuevo año!" Instantáneamente el sombrío semblante volvió en Natsuki, quien comenzaba a pensar en excusas para evadir la ida. Si había una cosa que odiaba de Mai y que pudiese cambiar de inmediato en ella, es su alocado gusto por esta tortura. "No empieces con pretextos, irás conmigo."
Ahora ya la estaba viendo con odio.
"Tienes un serio problema con el Karaoke."
"No. Tú no comprendes lo que es realmente bueno."
"Mai, cantas horrible."
"…No te atrevas—"
Caminaron en una batalla de argumentos hasta llegar al Auditorio, donde eventualmente tuvieron que separarse por elección de asignaturas. Quedaron de juntarse en algún momento durante el día para celebrar, Natsuki ya comenzaba a resignarse.
Observó su entorno. La cantidad de alumnos era demasiada, y su criterio sobre el espacio personal ya había sobrepasado lo absurdo. La sensación amarga en su estómago comenzó a aumentar con los repentinos empujones y gritos que iban y venían de ciertos rincones. Solo cuando divisó un espacio disponible cerca de las afueras del Auditorio fue que sintió algo de alivio. No tenía problemas en esperar a los demás, incluso si eso significaba fallar su siguiente clase, la cual estaba dispuesta a hacerlo con bastante disposición. Se apoyó sobre el muro y solo pasaron unos cuantos segundos antes de escuchar una firme voz proveniente de su costado.
"¿Qué clase de organización es esta? Te dije que debíamos llegar más temprano." Definitivamente era la voz de una mujer, aunque Natsuki seguía con la vista en frente viendo la masa de cuerpos sacudirse entre ellos, intentando anotarse en los limitados cupos más populares de los extracurriculares. "Hasta yo podría hacerlo mejor." Siguió más cerca el volumen de voz.
"Suzushiro-san, deberíamos esperar." '… Qué acento tan, tan—' Tuvo curiosidad por mirar de quién se trataba, pero su visión fue bloqueada por la silueta de una rubia con prominente forma.
"Tú espera aquí, es obvio que te aplastarán en la multitud." Natsuki sintió de inmediato un ligero escalofrío recorrer su espalda. Una sensación tan ajena en ella, que la dejó inmóvil unos segundos. "O acosarán, eso te pasa por falta de carácter, Fujino. Un buen líder siempre—" Natsuki desvió su atención de inmediato a su costado.
La vio cargando un ligero bolso entre sus pálidas manos, mientras fijaba su atención en su acompañante. Su vestido era bastante casual sobre sí, junto a un ligero chaleco que cubría su torso; Los castaños cabellos rozaban libres a la altura de sus hombros, aunque la sonrisa presente no había cambiado en nada. Natsuki no había visto a Shizuru en un par de meses, aunque pareciera que hubiese pasado mucho más tiempo en este momento, y al percatarse que su presencia no había sido notada aún, decidió por mantener la vista fija en algún punto del suelo y en silencio.
Comenzó a pensar en las listas que podría tomar cuando el salón esté disponible y anotarse. Si bien la distracción servía por el momento, la repentina aparición de la rubia que se hacía camino entre la multitud la sacó de su letargo al instante. Haruka Suzushiro es alguien difícil de ignorar. Sonrió ligeramente por lo bajo al ver como forzaba con los demás, incluso se codeaba con hombres de mediana forma que, de alguna increíble manera, Natsuki admiró. No fue hasta que perdió de vista su rubia cabellera que comenzó a enfocarse en su entorno nuevamente, y solo pasaron unos segundos hasta sentir un aroma familiar. Se rehusó a cerrar sus ojos, pero podía recordar el silencio y la armonía en su sitio; los suaves rayos del sol sobre su rostro y la ligera brisa del atardecer.
"Fujino." Dijo sin pensar. Y solo al darse cuenta del sonido de su propia voz fue que volteó su cabeza. Natsuki vio el perfil cercano que giró hacia ella, la cálida mirada que se transformó al verla casi al instante siempre la dejaba con duda.
"Kuga-san. Que grata sorpresa." Estaba a unos pasos de ella, pero redujo el espacio a una distancia prudente. Natsuki vio la alegría genuina en Shizuru antes de asentir ligeramente con su cabeza en silencio. La monotonía de su gesto la tomó algo por sorpresa, pero Natsuki agradeció el no haber dicho nada al respecto. Aún se sentía algo distraída por el ligero cambio de imagen de Shizuru.
"Veo que las vacaciones le sentaron bien."
La miró fijo un par de segundos antes de parpadear, su rostro estoico. Natsuki no acostumbraba a recibir con normalidad opiniones sobre su persona, y no pudo evitar recordar el comentario anterior de Mai al respecto. "Ah—" Desvió la mirada nuevamente a su cabello, sabiendo que Shizuru la veía en el transcurso. "Te cortaste el cabello." Pasó el comentario por alto con alivio en su intento exitoso de desviar la conversación en torno a la otra persona.
Esta persona en particular.
La sonrisa se extendió por un instante, y Shizuru sintió la inminente necesidad de rozar con sus dedos las puntas de sus hebras. Solo se contuvo al ver la mirada fija de los verdes iris en ellas. Por lo general, Natsuki no suele mantener demasiado contacto visual directo, y aunque supone que su no muy cercana relación es un factor en ello, no desperdiciaría este momento de relajo por parte de Natsuki en los pocos, pero intensos, segundos que duró la inspección. "Hubo un calor sofocante este verano." Esperó a que la atención se posara en su rostro nuevamente. Quería tentar las aguas. "Aunque si Kuga-san lo prefiere largo, estará a la altura media a fi—"
"Nah, está bien así." Escuchó la rápida respuesta, casi instantánea. Shizuru no supo que contestar, por primera vez, y agradeció el cambio de enfoque de Natsuki al ver a la multitud nuevamente que comenzaba a disiparse sino un tanto. Shizuru observó su reloj en vista de sus próximas clases, solo para recordarse que tenía libre el resto de la mañana. Si era señal de nerviosismo en ella, no pretendía indagar por el momento.
"¡Fujino!" La voz de Haruka la trajo de vuelta, en donde la vio venir por un camino algo más despejado y con una gran sonrisa triunfante en su rostro. "Problema resuelto. Tuve que insistir en la categoría A, pero de todas maneras ma..." Calló lentamente lo que iba a decir al ver a la persona al lado, quien tenía sus cejas ligeramente arqueadas mientras la miraba algo desafiante. "Ah. Eres tú." Si bien, la rubia no pretendía hacer el mal al resto con su personalidad, el relacionarse con alguien que posea, en cierto nivel, parte de su mismo temperamento la sacaba un poco de su zona de comodidad. "La oficina aún no abre. Ni siquiera sabemos dónde estará esta vez, Kuga." Vio como el ceño algo fruncido comenzaba a acentuarse de a poco en Natsuki. "...No me digas que de verdad te interesa un extracurricular." Vociferó con algo de incredulidad.
"Sí, Suzushiro, vengo por los extra." Un brillo de entusiasmo poco visto se reflejó en los ojos de Haruka. Y es que cualquier utilidad para la Universidad era bienvenida a su juicio. "Estaba pensando en un deportivo." Natsuki cruzó sus brazos y levantó ligeramente su mentón, inclinando su cabeza para dar énfasis. Había pensado en callarla abruptamente, pero algo completamente distinto salió de su boca. "Y no me interesa donde estén ustedes ahora."
"Sí claro. Todo es culpa de esta mujer por dejarte dormir donde se te plazca." Hasta casi había olvidado la presencia de Shizuru, quien se mantuvo en completo silencio durante el intercambio de palabras. Natsuki la miró de reojo antes de que Haruka continuara. "En fin. Vi que la lista en básquetbol está casi vacía. Deberías considerar arrastrar tu pequeño y somnoliento trasero y—"
"Sabes qué, creo que iré a anotarme de inmediato." Ahora sentía algo de fervor en su rostro, la ira lentamente subiendo por sus poros hasta el pequeño tic que se formaba en uno de sus párpados. Natsuki logró escuchar la ligera risa a su lado intentando ser disimulada sin esfuerzo. Giró los ojos y comenzó a alejarse del pequeño trío que se había formado.
"¡A ver cuánto duras, Kuga!" El elevado tono de Haruka la alcanzó con facilidad, lo que hizo que instantáneamente apresurara los pasos. "¡Te veo en la oficina!"
'Hija de...'
Increíblemente el stand para inscripciones que le correspondía estaba literalmente vacío de postulantes. Natsuki tomó rápidamente el lápiz más cercano y anotó sus datos debajo de una tal Yuuki. No fue hasta que le dieron un instructivo con las bases y requerimientos para acceder que cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, su mente divagó en un espacio en blanco por unos instantes. Aunque de todas formas estaba obligada a tomar a lo menos un extracurricular, básquetbol no parecía ser tan mala opción; después de todo, no significaba un estudio más. Pasó su mano sacudiendo su oscuro cabello intentando disuadir el arrepentimiento de lo que hizo hasta que tomó sus papeles y se dirigió hacia la primera salida mientras los ojeaba.
En el transcurso volvió a escuchar unas fuertes risas, sabiendo a quien pertenecía, por lo que se quedó estoica mirando las hojas en espera de que se vayan del sitio antes de salir. Solo levantó la mirada por un instante para corroborar a la rubia junto a una mujer de frágil y baja estatura que se les había unido. Hablaban con demasiado entusiasmo mientras reían al unísono. Natsuki no supo en ese entonces que Haruka Suzushiro en verdad podía hacer reír a los demás... O entablar una conversación como tal.
"¿Cómo estuvo?"
Escuchó lo que casi fue un susurro tras de sí. Natsuki dio un ligero salto antes de voltear. "¡F-Fujino…! Me asustaste." La divertida expresión en Shizuru no la ayudaba en su vergonzoso estado, ni siquiera le dio tiempo al enojo, solo para no aumentar el calor que se acumulaba en sus mejillas. "...Ya estoy dentro. Según esto, creo que comienzo mañana." La miró de nuevo, y Natsuki no pudo evitar reprimirla al ver la sonrisa infantil a costa propia. "¡Y no vuelvas a hacer eso!"
"Eso es bueno." E ignorando por completo su último comentario, Shizuru prosiguió como si nada. "Ayudará a Kuga-san a mantenerse en forma, y a la Universidad en conseguir logros si es posible."
"Ah, estás poniendo demasiadas esperanzas en mí. Podría decepcionarte." Al darse cuenta que retomaba la compostura—y el orgullo de paso, Natsuki dejó pasar la situación por enésima vez. A fin de cuentas, Shizuru parecía encontrar una manera de incomodarla y aun así salir airosa del problema. Suponía que era una de las razones por la cual siempre mantenía una barrera entre ellas. Aunque por otro lado, Natsuki no se ha dado un interés real en conocerse. "Debo irme. Tengo clases ahora."
Comenzó a caminar de inmediato, el hecho de que pueda caer en otro evento vergonzoso hacía más rápida su partida. Aunque se detuvo al instante al escuchar las palabras por detrás, a una distancia más discreta.
"Por cierto."
Con un tono de voz más elevado de lo normal—lo suficiente para captar la atención de esa cabellera oscura, Shizuru solo continuó al ver que Natsuki había parado en seco y giró su cabeza al prestarle atención. La curiosidad visible en su rostro. "Suzushiro-san mintió. La oficina sigue intacta." El énfasis en esto último dio resultado al guiñarle uno de sus ojos a Natsuki, quien solo atinó a levantar la vista hacia el cielo tratando desesperadamente de borrar la imagen en su mente mientras retomaba su caminar.
"…Adiós Fujino."
Solo cuando perdió de vista su persona, Shizuru decidió que era tiempo de unirse a los demás con calma. El arrepentimiento total sobre su corte ya desvanecido por completo a estas alturas.
Nos vemos, Natsuki.
