Capitulo 1
Aclaraciones: Inuyasha y sus personajes le pertenecen a Rumiko Takahashi, los tomo prestados sin fines de lucro.
Capitulo 1
Era una hermosa mañana de primavera, una sonriente jovencita plantaba flores en el jardín de su amo mientras, la fresca brisa jugaba con su cabello.
Rin ya contaba con 16 años, era alegre y le gustaban mucho las flores como en su infancia, pero ahora tenía modales y aunque lo sociable y parlanchina no había desaparecido, ella trataba de controlarlo para no avergonzar a Sesshomaru, ni a su nana que tanto se había esforzado en su educación.
— Rin, Rin — La llamó una voz muy conocida, era Natzuki, la youkai que había cuidado de ella desde que llegó al castillo con tan solo 10 años.
— Hola Natzuki — Dejó su labor y se levantó sacudiendo la falda de su kimono.
— Es la hora de la comida mi niña, el amo se enojará si no llegas a tiempo.
— Es cierto — Se escandalizó — Tengo que darme prisa — Hizo el ademán de salir corriendo, pero la voz de Natzuki la detuvo.
— ¿Acaso piensas ir al comedor toda llena de tierra? — La miraba con una ceja enarcada.
— Ahhhh estoy hecha un desastre — ¿en que estoy pensando? — Se golpeó suavemente la frente.
— ¿En qué o en quién? — Le dijo burlona la youkai.
— ¿Que, qué cosas dices?… yyoo no — Sus mejillas se tornaron del rojo más brillante.
— Rin, aún se te está haciendo tarde — Le recordó con una risita.
— Rayos, voy a darme un baño, nos vemos luego — Le agitaba la mano, mientras se perdía en uno de los pasillos del palacio.
Natzuki solo rió — Ay mi niña eres tan trasparente que no puedes ocultar lo que sientes por el amo, ojalá no fuera tan orgulloso y aceptara tus sentimientos — Suspiró.
Natzuki tenía la apariencia de una mujer de 40 años, aunque en realidad tenía 500. su cabello era largo y hermoso color miel y sus ojos de un llamativo color violeta. Gozaba de cierto aprecio por parte del Lord, ya que había sido dama de su madre Irasue y luego su nana.
El aprecio era mutuo porque ella quería mucho a Sesshomaru, a pesar de su estoica personalidad. Sabía de los sentimientos de este por Rin, aunque él se empeñara en negarlos. Faltaba solo ver como la cuidaba de todo y de "todos", para darse cuenta que aquello era más que simple cariño de un protector hacia su protegida.
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— El amo va a enojarse, me va a regañar.
Rin corría como loca por los largos pasillos del palacio, saludando con prisa a los youkais que se encontraba en su camino. Era muy querida allí, la conocían desde niña y a pesar del hecho de ser humana, era muy amable y respetuosa con todos ellos. Parecía que siempre tenía una sonrisa en sus labios para regalarles.
— Riiin, ten cuidado te vas a caer — La reprendió una de las sirvientas que limpiaba el piso.
— Lo siento Hana, es que tengo prisa.
Hana solo sonrió, esa niña siempre andaba corriendo y metiéndose en problemas.
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Tomó un baño lo más rápido que pudo y se colocó un lindo kimono amarillo, peinó su largo cabello y salió a paso rápido (por no decir corriendo) hacia el comedor.
— Buenas tardes — Hizo una pequeña reverencia a un Jaken muy enojado y a un Sesshomaru que parecía no haber notado su presencia.
— Tarde como siempre mocosa, eres un caso perdido, ¿Es que crees que puedes hacer esperar al amo? — La reprendió el youkai verde.
— Cállate Jaken — Ordenó en un tono que le hizo helar la sangre.
— Sí amo.
— Discúlpeme amo es que…
— Que no se vuelva a repetir — La miró duramente.
— Sí amo — Bajó la cabeza y tomo su lugar en la mesa, al lado derecho del Lord.
La comida transcurrió con tranquilidad, con peleas esporádicas de Jaken y Rin y con las miradas glaciales de advertencia de parte de Sesshomaru para que se callaran, cuando sus estúpidas peleas colmaban su casi inexistente paciencia.
Se levantó con elegancia de su asiento y se dirigió hacia la salida del comedor — Buenas tardes — Salió, sin mirar a sus acompañantes.
— Buenas tardes amo bonito.
— Buenas tardes señor Sesshomaru. Yo también me retiro señor Jaken.
— ¿Y a dónde vas? ¿a seguir plantando tus tontas flores? — Inquirió fastidiado.
— No sea así, mis flores no son tontas — Hizo un puchero.
— Para mí lo son — Replicó — No tienen utilidad.
— Claro que la tienen, embellecen el castillo.
— Sí, sí lo que digas, ya vete — Masculló.
Rin se encogió de hombros — Bueno, hasta la cena señor Jaken — Le sonrió.
— Bien, bien.
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Rin llego hasta la cocina para buscar a su nana y pedirle que la acompañara al jardín del ala norte. El jardín privado de Sesshomaru.
— Natzuki ¿Puedes ayudarme a hacer un arreglo para la habitación del amo?
— Claro mi niña, ¿Qué flores usaras hoy? ¿Qué te parecen estas rosas?, Son muy lindas, seguro le gustarán.
Rin sonrió, esa era su mayor ilusión, serle de utilidad a Sesshomaru, aunque fuese en algo tan pequeño.
Cortó las rosas para llevarlas a la habitación del Lord y hacer el arreglo, tocó la puerta y un seco, adelante, fue toda su respuesta.
— Permiso amo, he traído rosas para remplazar las de su jarrón, ¿Me permite hacerlo? — Cuestionó sonrojada.
Él solo asintió con la cabeza. Estaba sentado en una mesita repleta de pergaminos, leía uno con aparente desinterés, miro por el rabillo del ojo a su protegida que con manos hábiles arreglaba las flores en el jarrón.
— Es tan hermosa — Se sorprendió admirándola, su rostro de porcelana, su cabello que parecía de seda, cada suave curva de su cuerpo — Basta Sesshomaru es una simple humana — Se reprendió internamente.
— Ya he terminado amo — La joven le sonrió.
— Puedes retirarte — Concedió.
— Permiso amo — Lo reverenció.
— No puedo seguir pensando en ella de esta forma, no voy a caer en el mismo error de mi padre — Apretó los puños — Rebajarme a estar con una humana, pero no es cualquier humana, es Rin, Mi Rin.
Tocaron la puerta de su habitación, nuevamente — ¿Que sucede Jaken?, no necesitaba abrir la puerta para saber que era su sirviente quien estaba allí.
— Amo los soldados que envió a realizar el reconocimiento por la frontera sur han vuelto y solicitan su presencia para rendirle el informe.
Avanzó hacia la puerta y la abrió de golpe — Andando.
Por algún motivo desconocido para el youkai verde, el amo del castillo estaba de peor humor que de costumbre.
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Después de 2 interminables horas donde sus soldados hablaban y hablaban cosas que en verdad no tenían ni el más mínimo interés para él pudo salir de la cámara de guerra para dirigirse a la frontera sur y así poder evaluar él mismo la situación.
— Incompetentes — Hizo una nota mental, hablar con el general Hayato y ordenarle que entrenara mejor a sus soldados.
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— Señorita Rin.
La aludida levantó la mirada del pergamino que estaba leyendo bajo un árbol de cerezo — Sí, dime Yumiko.
— Natzuki le manda a preguntar si desea cenar en el comedor o en su habitación, porque el amo y Jaken no se encuentran.
— ¿Qué? ¿y cuándo se fueron y a dónde?— Se notaba cierta inquietud en su voz.
— Esta tarde, luego de que el amo se reunió con los soldados que se encargaron del reconocimiento de la frontera sur, al parecer hay algunos problemas por allá.
— ¿Problemas? — Se sobresaltó — ¿que tipo de problemas? — Inquirió.
— No sé muy bien señorita, pero según lo que se comenta son invasores, un grupo de desertores de las tierras del sur.
Rin palideció de golpe, para que Sesshomaru saliera del castillo debía ser algo importante.
La youkai al notar el cambio en la muchacha agregó para tranquilizarla — Pero no se preocupe , ninguno es más fuerte que el amo. — Aseguró.
Rin asintió, sabía que era uno de los demonios más fuertes de la época, pero aun así siempre se preocuparía por él — Por favor dile a Natzuki que cenare en mi habitación.
— Sí señorita, permiso.
Rin volvió a asentir — Amo por favor tenga cuidado.
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Estaba sentada en su habitación, con mirada vacía hacia la pared, cuando un golpe en la puerta llamo su atención.
— Adelante.
— Mi niña aquí traigo tu cena — Dejó la charola en una mesita.
— Gracias Natzuki — Su voz había perdido su habitual jovialidad.
— Que te sucede? — La cuestionó.
La joven suspiró pesadamente — Estoy preocupada por el viaje del amo.
— Ay Rin eres tan inocente — Le acarició el cabello — ¿En verdad crees que unos cuantos youkais inútiles le pueden hacer el minino rasguño al amo?
La morena lo pensó por un momento y luego negó con la cabeza — No, claro que no, crees que me preocupo demasiado ¿cierto?
La youkai sonrió — No mi niña, sólo creo que eres una jovencita enamorada, es todo.
Rin se sonrojó ante el comentario — ¿Soy muy obvia no es verdad?
— Algo — Soltó una carcajada ante la expresión de asombro y vergüenza de la muchacha — Estoy jugando Rin, pero yo que te conozco tan bien me doy cuenta.
La menor suspiró — Espero que él no se haya dado cuenta — Susurró.
— Si supieras que lo sabe desde hace mucho tiempo — Pensó — Vamos come, que tu cena se va a enfriar.
Ella asintió, aunque no de muy buena gana.
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El amo del castillo regresó a la mañana siguiente.
La dama Rin estaba feliz de verlo regresar sin ninguna herida aparente — Buenos días amo, bienvenido — Le sonrió.
— Buenos días — La mirada de Sesshomaru era más fría que de costumbre y eso la inquietó, pero lo atribuyó a la reciente molestia por la batalla en la que se había visto "obligado" a intervenir, pasó por su lado y se dirigió a su habitación.
— Buenos días señor Jaken.
— Igual para ti, mocosa fastidiosa — Agitaba sus manos, simulando molestia y se perdió en uno de los pasillos.
— ¿Ya ha vuelto el amo? — La voz de Natzuki le hizo dar un pequeño salto del susto.
— Sí acaba de volver y parece que está algo molesto — Contestó aún nerviosa por el resiente susto.
— ¿Y cuál es la novedad? — Rió la youkai — Ese cachorro no se parece en nada a su padre — Tristeza en su voz.
— ¿Por qué lo dices? — La miró sin comprender.
— Porque Lord Inutaisho tenía buen humor y era amable.
— Ooohh, me hubiese gustado mucho conocerlo.
— Seguro se hubiesen llevado muy bien — Le sonrió — Bueno vamos niña, el desayuno ya está servido.
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Sesshomaru se encontraba en su habitación furioso, sus estúpidos soldados le habían hecho perder el tiempo con unos insectos, a los que el mismo aplastó con un solo movimiento de Bakusaiga. Además, un comentario que escuchó de dos de los guardias del castillo, lo tenía más furioso aún.
Flashback...
Se disponía a partir hacia la frontera sur, cuando escucho la conversación que sostenían dos de sus guardias.
— ¿Estás loco Tora?, Lord Sesshomaru no permitiría que la dama Rin se uniera a un simple humano, si le negó su mano al hijo del Lord del norte.
— Tal vez lo hizo precisamente porque se trata de un youkai y él considera que ella debe pasar su vida tranquila con alguien de su raza — Replicó.
— No lo sé, el Lord desprecia a los humanos — Le recordó.
— Si Makoto, pero tal vez entendió lo que te estoy explicando — Dijo con firmeza, su compañero lo miró no muy convencido.
Fin del Flashback…
— ¿Un humano?, un despreciable humano, ser el compañero de la protegida del gran Sesshomaru, inaudito, pero por otra parte debía admitir que Rin no se vería envuelta en los peligros que conllevaba ser la compañera de un príncipe como Ryu del norte o un Lord como él, y ¿por qué demonios estaba pensando en él como un candidato para ella?. No inconcebible.
Decidió salir de su habitación, ya era la hora del desayuno y se dirigiría al comedor para alejar esos pensamientos impropios de su persona, pero contrario a sus deseos, el sólo ver a su protegida y sentir su sutil aroma a flores, le alteraba los sentidos. Debía tomar una decisión al respecto y lo antes posible o terminaría cediendo a los deseos que Rin despertaba en él desde que tenía 14 años.
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Luego del desayuno, que para él fue bastante incómoda (aunque por su rostro estoico sus acompañantes no lo notaron), decidió ir a la cámara de guerra a revisar algunos documentos. Aquella duda volvió a su mente — ¿Por qué sus guardias habían mencionado a un asqueroso humano? era que acaso, ¿Alguno tenía la osadía de poner sus ojos en Rin? — Apretó un puño con tanta fuerza , que un delgado hilo de sangre recorrió su palma. Ningún humano había tenido la insolencia de pedirle su mano —Claro porque él no permitía que se acercaran al castillo — Pensó. Debía hablar con ese guardia, para que aclarara sus dudas.
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— Buenos días, Dama Rin — La saludó Hana.
— Buenos días Hana — ¿El amo Sesshomaru se encuentra en su habitación?
— No Dama, está en la cámara de guerra.
— Ooh ya veo — Su voz sonó triste — Bueno voy a dejarle su arreglo como todas las mañanas.
— Muy bien Dama, permiso — La reverenció.
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Sesshomaru les había informado a todos los youkais del palacio, que Rin tenía su permiso de entrar a su habitación todas las mañas para cambiar las flores de sus jarrones. Esto había complacido en gran manera a la joven.
Entró a la habitación y la admiró por un momento, no importaba cuántas veces la hubiese visto, le parecía enorme y lujosa digna del Lord del oeste. Sintió una enorme tristeza en su corazón, ella nunca seria digna de él, una lágrima bajó por su mejilla ante tal revelación.
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Tora tocó la puerta de la cámara de guerra, su amo habia solicitado su presencia.
— Adelante — Concedió.
— Permiso amo — Hizo una marcada reverencia — ¿En que le puedo servir?
— ¿Quién es el humano que pretende a mi protegida y cómo la conoció?
Tora dudó un instante, no sabia si su amo lo castigaria por no haberle dado esa información antes , pero ante la mirada asesina de Sesshomaru solo pudo decirle todo lo que sabia.
— Según escuché, es un terrateniente y conoció a la Dama Rin en la aldea que queda cerca al castilo y se enamoró de ella a primera vista, pero como iba acompañada por usted y el señor Jaken decidió no acercarse.
— Cobarde, bueno pensándolo mejor, era razonable que le temiera — Se dijo — Trae a ese humano, quiero hablar con él — Ordenó.
Al youkai casi se le cae la mandibula hasta el piso — ¿Su amo hablar con un humano?, dificil de creer — Sí amo, como ordene.
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Tora, aun sentía temor por la reciente conversación que había sostenido con el Lord.
— ¿Querrá matar al humano por fijarse en la dama Rin? — Sí, eso era lo más probable, pero él no podía desobedecer a su amo, así que se dirigió al palacio de aquel terrateniente.
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Tocaron nuevamente a su puerta, ese olor a flores inundó su fino olfato — Rin.
— Adelante.
— Buenos días amo, quería avisarle que ya coloqué el arreglo en su habitación y que la comida está lista, Natzuki quiere saber si desea que le traigan sus alimentos aquí o bajara al comedor.
— Iré al comedor — Anunció.
La joven sonrió feliz — Enseguida le aviso amo, permiso.
Él solo hizo un pequeño asentimiento.
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Ya había caído la noche sobre el palacio del oeste y la joven humana dormía profundamente, no así el amo del castillo, que continuaba en su lucha interna desatada desde que "su niña" había empezado a crecer y a interesarle como mujer.
Dos años habían transcurrido desde que su olor cambio y se volvió adictivo para él, hacía un esfuerzo titánico por controlar sus instintos y no lanzarse sobre ella, pero muy a su pesar tenía que admitir que no sólo eran sus instintos, sino también sentía algo más profundo por la humana. ¿amor? desconocía tal sentimiento, pero estaba seguro que era algo fuerte muy fuerte lo que ella producía en él — "Patético" — Se dijo a sí mismo.
— No por favor, mamá, papá.
— Maldita sea tiene una pesadilla — Espetó, salió con rapidez de su habitación y en un parpadeo estaba en la de la joven, que quedaba solo a dos habitaciones de la suya, se acercó suavemente al futón.
— Papá, hermano, déjenlos, no los lastimen — El corazón de la humana latía con rapidez excesiva, su rostro estaba empapado de lágrimas y la cubría una fina capa de sudor que pegaba el flequillo a su frente.
— Rin — Habló cerca de su rostro — Basta Rin, deja de llorar — Y la orden fue acatada como siempre, poco a poco reguló su respiración y los latidos de su corazón.
Sesshomaru la contemplaba tan frágil tan inocente, tan bella y sin saber bien la razón unió sus labios con los de ella, en un corto beso. Salió de allí irritado, no podía permitirse tales deslices con una humana, no más. Así que tomó una decisión, se la entregaría como compañera al humano.
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Gran sorpresa se veía reflejada en el rostro de los guardias que custodiaban la entrada principal del palacio imperial del oeste, al ver a un humano de pie frente a ellos y en compañía de Tora, quien afirmaba que tenía una reunión con el amo del castillo.
— Estás loco Tora ¿Cómo se te ocurre decir que el amo pidió que trajeras a un humano al castillo y que se va a reunir con él? — Siseó.
— Pues si lo dudas pregúntaselo tú mismo, aunque sabes que odia que se cuestionen sus órdenes — Le recordó, mirándolo con seriedad.
El otro guardia lo meditó un momento — Está bien, pasen — Su tono de fastidio mal disimulado no pasó desapercibido por Tora, ni por su acompañante, pero prefirieron guardar silencio.
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El youkai condujo al "nervioso" humano por los largos pasillos del palacio, realmente estaba impresionado de lo lujoso del lugar, él tenía un palacio ostentoso, pero no se comparaba al del Lord del oeste.
Tora tocó la puerta de la cámara de guerra, donde se encontraba Sesshomaru.
— Adelante — La misma seca orden de siempre.
— Amo — Lo reverenció — Aquí está el humano al que me pidió trajera ante usted.
— Bien, retírate.
— Permiso amo — Se fue, cerrando la puerta tras de sí.
Sesshomaru miraba duramente al hombre que tenía frente a él y eso sólo hizo que su miedo incrementara. El Lord del oeste podía percibirlo sin ningún problema.
— "Patético", y ¿Ha ese insecto pretendía entregarle a su Rin?. Basta, ya la decisión está tomada.— — Dime humano, ¿Que es lo que pretendes con mi protegida?
— Yo…yo…— Las piernas le temblaban y aunque trataba de que su voz sonara normal, le estaba costando más de lo que pensaba. Inhaló y exhaló para tranquilizarse y responder con todo el valor del que fue capaz — Lord Sesshomaru — Hizo una marcada reverencia — Mi nombre es Sasuke y soy un terrateniente que vive cerca de la aldea más próxima al castillo, he visto dos veces a la Dama Rin en esa aldea y aunque no he cruzado siquiera una palabra con ella, puedo decirle con total seguridad que estoy enamorado de ella y que si usted me lo permite, deseo tomarla como mi esposa. Sé que mis riquezas no se comparan a las suyas o a las de otro señor demoniaco, pero le aseguro que en mi palacio será atendida con las mayores comodidades.
Al terminar su monólogo Sesshomaru lo veía con su acostumbrado rostro frio y de indiferencia total, pero en su interior se revolvían sus emociones. Por un lado sus ¿Sentimientos? no, no poseía tales, su instinto le decía que debería matar a ese imbécil por haber puesto sus ojos en Rin, pero su orgullo hablo más alto. "Él es quien va a alejar de ti a la humana que puede deshonrar tu linaje de sangre real y pura".
— Acepto humano — Escupió con desprecio estas palabras.
Demás está decir que Sasuke quedó totalmente sorprendido. Lord Sesshomaru había aceptado dar en matrimonio a su protegida a un simple humano, era para no creer.
— Gracias Lord…
Pero fue interrumpido por una garra muy cerca de su cuello — Si te atreves a hacerle el más mínimo rasguño te mato — Amenaza en su voz.
— Ssí amo.
— La boda será en una semana, prepáralo todo — Ordenó — La Dama de este palacio será escoltada a tu castillo un día antes de la boda, ahora lárgate — Siseó.
Le volvió a reverenciar y salir de allí lo más rápido que pudo.
Se encontraba nuevamente solo en la cámara de guerra. Maldición ¿Por qué lo había hecho? ¿cómo se lo diría a Rin? Rin, su pequeña Rin.
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— Dama, la cena ya está lista.
— Oh gracias Hana.
La joven estaba pintando unas flores que adornaban un pequeño estanque.
— Le quedo muy bien — La elogió.
— Muchas gracias, aunque aún me falta práctica — Contempló su trabajo — Bueno me voy o se me hará tarde, hsta luego Hana.
— Hasta luego señorita — Sonrió.
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El amo del castillo parecía de peor humor aquella noche, no había abierto la boca más que para tomar su té y unos cuantos bocados de comida y eso la inquietaba. Estuvo tentada en varias ocasiones a preguntarle, pero no se animó.
Él se levantó de la mesa con su acostumbrada elegancia, para retirarse del comedor, al pasar al lado de su protegida le habló con un matiz en su voz que ella no supo definir.
— Ve a mi habitación en media hora, tengo que hablar contigo.
— Sí amo — Su petición le pareció muy extraña, pero no quiso hacerse ideas raras en la cabeza, simplemente obedecería como siempre.
Jaken la observaba desde su lugar en la mesa con los ojos entrecerrados — Y ahora ¿Qué fue lo que hiciste mocosa? — La acusó.
— ¿Yo?, nada señor Jaken, se lo aseguro.
— No te creo, algo debiste hacer para que el amo te pidiera que fueras a su habitación — Negó con la cabeza — Niña tonta, nunca aprenderás.
Las palabras del youkai verde solo lograron ponerla más nerviosa de lo que estaba. Ojalá el amo no estuviese enojado con ella.
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Rin tocó la puerta de la habitación a la hora acordada.
— Adelante — Su voz monótona de siempre la recibió.
— Permiso amo.
El Lord se encontraba mirando por la ventana, contemplaba el cielo nocturno. Después de unos minutos él rompió el silencio, pero sin girarse para mirarla.
— He decidido que te casaras con un humano — Soltó sin más.
Cada palabra dicha por Sesshomaru era como una daga que atravesaba su enamorado corazón y lo rompía en miles de pedazos. Rin abrió sus ojos desmesuradamente.
— ¿Que ha dicho amo? ¿Por qué? ¿Acaso he hecho algo malo para que decida alejarme de su lado? —Su voz sonaba cada vez más desesperada y las lágrimas no tardaron en salir.
El Inuyoukai cerró sus ojos para controlarse y no retractarse de sus palabras. Pronto a su nariz llegó el maldito olor salado que tanto odiaba.
— Es lo mejor para ti — Su voz sonaba con tanta indiferencia.
— ¿Para mí o para usted? — Se atrevió a decir, cegada por el dolor que aquella decisión le producía.
— Insolente — Se volteó para verla directo a los ojos.
— Es eso, ¿Cierto?, se quiere deshacer de mí por ser una simple humana.
— Rin — Le advirtió.
— No puedo alejarme de usted, yo lo amo — Confesó con voz entrecortada, por el incesante llanto.
Aquella confesión tomo por sorpresa al Lord, sabía que su protegida tenía un cariño especial por él, lejos de ser el de una hija a su padre o hermano, pero ¿Amor? no se lo esperaba.
— Desconozco tal sentimiento.
— Sí, ya me lo esperaba — Bajó su cabeza — Puede burlarse de mis sentimientos si así lo desea — Su voz era un susurro casi inaudible, pero él con su oído sobrenatural la escuchó a la perfección — No se preocupe Lord Sesshomaru — Levantó la cabeza y lo miró decidida — Haré lo que me ordena como siempre, ya que mi vida le pertenece, siéntase feliz de no tener que ver más a esta miserable humana — Pronunció con dolor.
— Basta Rin — Su voz había ganado varios grados de enojo, estaba furioso, pero no con ella sino con él mismo por obligarla a eso.
— Disculpe mi insolencia milord, ¿Me puedo retirar?
Él asintió, no podía tenerla más tiempo cerca o la tomaría entre sus brazos y mandaría al demonio su orgullo, ¿Acaso sentía lo mismo que Rin, no, el gran Sesshomaru no tenía esos sentimientos propios de humanos — "Repítetelo hasta que te lo creas" — Le dijo su conciencia — Maldita sea Rin ¿Por qué tuviste que nacer humana?.
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Rin corría desesperada por los oscuros pasillos, se dirigía a la habitación de Natzuki, su nana había sentido su presencia desde hacía un rato y salió de su habitación, para encontrarse a la humana hecha un mar de llanto.
— ¿Qué te pasa mi niña? — Preguntó preocupada.
— El amo me odia, no me quiere en el castillo — Hipaba cada vez más fuerte.
— Pero Rin, ¿De que hablas?, el amo jamás te odiaría — Aseguró.
— Me entregara en matrimonio a un humano.
— ¿Que? — La ira de la youkai era evidente — Eso si que no lo puedo permitir, no te puede casar en contra de tu voluntad, si te negó al príncipe del norte — Negó con la cabeza — Ya mismo hablaré con él.
— No — Se arrojó a los brazos de la demonio — Por favor no me dejes sola, te necesito tanto Natzuki, ¿Puedo dormir contigo esta noche?
— Por supuesto mi niña, ya mañana hablaré con ese cachorro insensible.
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Rin lloró toda la noche y parte de la madrugada, pudo conciliar el sueño casi al amanecer vencida por el llanto.
Sesshomaru por su parte no durmió nada en absoluto, no era como si necesitara dormir mucho, bastaba un par de horas diarias y podía estar sin dormir hasta por una semana completa. Su orgullo y sus sentimientos que creía hasta ahora inexistentes le estaban causando jaqueca. Maldición, deseaba estar con Rin, pero no podía permitirse ser igual a su padre.
Escuchó los suaves golpes en la puerta de su habitación — Adelante.
No necesitaba preguntar quién era, de sobra sabía que se trataba de Natzuki y también imaginaba la razón de su visita, "el tema en el que menos quería pensar".
— Buenos días amo — Lo reverenció.
Él solo le otorgo un asentimiento con la cabeza.
— Amo, ¿Es cierto que piensa entregar a Rin como compañera de un humano?
— Así es — Su voz tan indiferente hizo enojar a la youkai.
— Pero amo ella no quiere casarse, no quiere irse del castillo, ni tener que separarse de usted — Replicó.
El Lord del oeste no cambio su expresión de frialdad ante las palabras de su antigua nana.
— No entiendo, se la negó al príncipe Ryu que es el heredero del norte, ¿Para entregársela a un humano?, ¿Es acaso un aldeano? — Inquirió.
— Un terrateniente.
— Vaya por lo menos — Comentó con sarcasmo.
Sesshomaru entrecerró los ojos — ¿Acaso insinúas que voy a entregar a mi protegida a un vulgar aldeano?
— Es un humano — Suspiró — No tengo nada en su contra, pero sé que usted sí.
El Daiyoukai la contempló por un momento — Es lo mejor para ella — Aseguró.
— Lo mejor es quedarse aquí Sesshomaru, ella está enamorada de ti, y piensa casarse sólo por complacerte.
Natzuki era la única en el castillo que podía tutear a Sesshomaru, sin que él le cortara la cabeza.
— ¿Crees que no lo sé? — Ira en su voz.
— Entonces ¿Por qué no simplemente cancelas toda esta tontería y le dices lo que sientes por ella?
— Basta, no hablaré más sobre el tema — Sentenció.
— Muy bien milord, espero no se arepienta y por si le interesa ella está durmiendo en mi habitación, permiso.
Sesshomaru suspiró imperceptiblemente y sin querer recordó la conversación que sostuvo con el Lord del norte un año atrás.
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Flashback…
— Sesshomaru, vengo a pedirte la mano de la Dama Rin, para que sea la compañera de mi hijo Ryu.
Por su semblante estoico el Lord del oeste no demostró su sorpresa y menos su enojo ante tan "atrevida" petición.
— Aun es una cachorra — Replicó.
— Oh vamos Sesshomaru es humana, las jóvenes de su edad ya están casadas.
— Entonces debería casarse con un humano — Resolvió sin pensar.
El Lord Ryuta no fue capaz de esconder una mueca de asombro ante las palabras de su hohomólogo del oeste — ¿Preferirías casarla con un humano antes que con mi hijo? — Su tono era casi molesto, pero Sesshomaru ni se inmutó.
— Los humanos no viven tanto como nosotros.
— Para eso existe la marca — Replicó Ryuta.
Lo miró a los ojos más serio que de costumbre — Sabes muy bien que los matrimonios de ese tipo no están bien vistos entre los señores demoniacos, sólo la expondrías — Dijo con tono grave.
Ryuta lo pensó por un momento — Tienes razón Sesshomaru, me retiro entonces.
Recibió un asentimiento por parte del Lord del oeste.
Fin del Flashback…
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Irónico que en esos momentos lo había dicho solo para librarse de la propuesta de Ryuta y ahora se convertía en realidad.
Los días siguientes estuvo fuera del castillo para evitar ver a Rin, estaba seguro que se la pasaba triste y odiaba verla llorar. Regresó en la madrugada del día en que Rin se iría del palacio. Había vuelto a su habitación ya que él no se encontraba.
La contempló por un momento, su respiración estaba relajada, pero pudo percibir el tenue olor a sal en el ambiente. Tensó la mandíbula, había estado llorando por su culpa. Se acercó a su rostro y le apartó unos mechones de su rostro, se acercó lentamente a sus labios y la besó, fue un beso corto, sería la despedida. Ahora ella le pertenecería a alguien más. Ese pensamiento hizo que algo en su interior se removiera, pero no le prestaría atención. Salió de allí con paso lento y se dirigió a su propia habitación.
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Hola, bueno estoy con este nuevo fic que espero les guste, no voy a dejar de lado mi otra historia es sólo que me llegó la inspiración de ésta y la quise escribir. Por favor comenten para saber que les pareció y si debo continuarla o dejarla.
Besitos y hasta pronto.. :)
