Era una tonta.
Siempre supo que ese sería el resultado pero su iluso corazón le impedía caer en esa triste verdad, Adrien Agreste estaba fuera de sus posibilidades. Sus mundos eran diferentes pero a pesar de saber eso el amor le había jugado un amala pasada.
-Deberías animarte Marinette- se encontraban sentadas en el parque mirando la estatua de aquellos héroes-como dice el dicho hay más peces en el agua.
-Pero ninguno como Adrien-abrazo sus piernas intentando contener las lágrimas, odiaba sentirse indefensa y perdida como en ese momento-yo desde un principio sabía que era imposible este amor Alya pero simplemente no podía darme por vencida así como si nada.
-Lose pequeña, pero las cosas pasan por algo pero déjame decirte que si ese "Don Juan" se atreve a lastimarte juro por ladybug que hare puré de modelo
Las dos chicas rieron por ese comentario, había sido tan acertado que Marinette sintió que su día no había sido tan malo después de todo.
-Alya, deberías irte a tu casa está a casi nada de anochecer y no quiero que tus papás se preocupen-decía eso por el histérico del padre de su amiga, con haberlo conocido una vez le bastaba para saber cómo era su carácter.
-Oye, que mi papá sea periodista no quiere decir que no pueda quedarme hasta tarde-intento defenderse pero bueno era medio difícil si el mencionado estaba al otro lado del parque observándolas con disimulo-de acuerdo, tienes razón. Aunque no lo hayas dicho se que pensaste que mi papá es un acosador de primera
-Más bien diría que es sobreprotector, imagínate que pasaría cuando le presentes al novio-alzo las cejas insinuando algo haciendo que Alya se sonrojara un poco.
-De acuerdo como veo que ya andas de graciosita ya me voy yendo-se levantó pero no antes de regalarle un abrazo-¿Iras mañana?
-No tengo opción-susurro dejando de abrazar a su amiga, le vio irse acompañada de su padre el cual se veía ligeramente cansado, a fin de cuentas no siempre había noticias tan interesantes en Paris.
Marinette se levantó con cansancio al verse completamente sola en ese parque, sutilmente acaricio un poco la estatua de Chat Noir sonriendo cabizbaja caminando a su casa. Su madre al verla solo le sonrió, al parecer comprendía en qué estado se encontraba por eso no le había hostigado con preguntas ni nada por el estilo. Agradecida subió hasta su cuarto en donde miro su vestido sin terminar.
-Pronto podrás salir de este cuarto-rio con ironía, le estaba hablando a un pedazo de tela sin terminar. Ser rechazada le estaba volviendo loca, suspirando dejo su bolsa junto con Tikki en su ropero, necesitaba darse un baño con urgencia.
Con pesadez entro al baño y con toda la tranquilidad se dispuso a darse un descanso recordando lo malo que había pasado en la escuela.
Ella miraba sus manos con nerviosismo, se encontraba frente al chico de sus sueños confesándose como toda una niña. Sus mejillas sonrojadas se notaban a kilómetros esperando casi con terror la respuesta.
-Marinette me halagas diciéndome esto-Adrien estaba que no se lo creía, usualmente se le abalanzaban diciéndole las mismas palabras que su compañera de clase pero que ella se haya acercado tímidamente a él en el receso lo sorprendió un poco hasta casi pensó que ella en ese momento se veía algo tierna pero…-yo estoy feliz de que me digas lo que sientes pero mi corazón ya le pertenece a otra chica. Espero que esto no arruine la amistad que tenemos-le palmeo el hombro dejándola sola.
Marinette simplemente no entendía que le había dado por confesarse pero no se arrepentía en si sentía que un peso que tenía había sido liberado. Sonrió un poco dándose ánimos enrollándose en su toalla encaminándose a su cuarto.
-Vaya bombón, quien diría que en nuestro primer encuentro te presentarías así. Soy muy afortunado-decir que ella estaba asustada era poco un chico estaba en su cama.
-Largo de aquí pervertido-agarro lo que tenía a la mano y con toda su fuerza se lo aventó en el rostro. No podía creer que un hombre se colara así sin más. Avergonzada decidió escapar pero no pudo ir muy lejos ya que la tenía sujeta por el brazo.
Aterrada pensó lo peor, si creía que su día era terrible ahora seria de terror.
-Lo siento, no fue mi intención asustarte-su cobertor la cubrió, Marinette extrañada se volteo con cautela para verlo. Sorprendida vio a un chico alto de cabello color azabache acompañado con orejas blancas y piel nívea aterciopelada, poseía un traje blanco con gris parecido al de Chat Noir al igual que una esponjada cola pero todo se quedaba corto cuando miro sus ojos. Eran hermosos, como si el oscuro mar la saludara.
-Eh venido a cumplir con mi promesa bombón-la abrazo sin quitarle la mirada, se acercó a ella depositando un suave beso en su cuello-mañana vendré a verte-se alejó dedicándole una sonrisa solo para desaparecer por la puerta del balcón. Marinette incrédula se dejó caer.
-Oh dios mío es el-sonrojada se tocó la cara para ahogar un grito de confusión, ahora sabía que su vida se complicaría al triple.
Por su lado Adrien cenaba con poco entusiasmo, el ser el único en ese enorme comedor no le era muy agradable que digamos, cuando termino se levantó caminando hacia su cuarto en donde Plagg miraba por la ventana.
-Un Kwami está cerca-dijo a la nada llamando la atención del chico.
-¿Qué quieres decir?-prendió su computadora empezando a hacer su tarea intentando no pensar en la confesión de esa mañana-¿Es Ladybug?
-No-Plagg arrugo la cara como si estuviese oliendo algo repugnante, en ese momento se rompió la ventana-atacando por la espalda Spring-el kwami mostro los colmillos molestos, no paso mucho tiempo para que Natalie subiera para saber que paso por lo que Adrien tuvo que ocultar a Plagg en su escritorio.
-¿Qué paso aquí?-Alarmada inspecciono al chico buscando algún tipo de herida que le impidiera modelar.
-Nada en realidad, al parecer alguien tenía mucho tiempo libre y se le dio por querer romper ventanas ajenas-miro al piso ocultando con su pie el proyectil-¿Podrías dejarme solo? Necesito terminar mi tarea. La secretaria asintió regresando a ser la misma seria de siempre dejando al chico solo-Plagg. ¿Estás bien?
El kwami no le hizo caso, se acercó al proyectil inspeccionándolo mejor. Sus pupilas estaban más dilatadas de lo normal, si fuese un gato normal estaría a casi nada de atacar, frente a él estaba una bola de hielo puro.
-¿Sabes quién lo hizo?-Adrien tomo la bola sorprendiéndose de que esta no se derretía.
-Estate atento de ahora en adelante, Chat Noir no tendrá un respiro desde ahora-fue lo único que dijo antes de irse a acostar en la cama dejando muy extrañado a su compañero.
A la mañana siguiente Marinette aún se sentía avergonzada, con rapidez se acabó su desayuno y corrió a la escuela esperando y rogando que él no estuviera esperándola.
-Hey- Alya se acercó a ella y le miro preocupada-¿Pasa algo?-por instinto miro como Adrien llegaba en su limosina-recuerda que el plan de hacerlo puré está en pie.
-No es eso-miro a todos lados paranoica-es que tengo un mal presentimiento
-Hola bombón-Marinette alzo las manos aterrada ocultándose detrás de Alya la cual estaba sorprendida-hay me rompes el corazón con tu rechazo-y ahí estaba el condenado con su típica sonrisa pícara.
-¿Qué haces aquí Loub Blanc? Te dije que no vinieras-Marinette intentaba por todos los medios hacer que ese héroe se fuera de ahí, ya tenía mucho con lo que lidiar como para que el viniera e hiciera su teatrito.
-Eso no fue lo que me dijiste ayer-sonrío con descaro señalando su cuello, ella por inercia miro el suyo y tremendo chupetón tenia.
-Eres un tonto-salió de detrás de Alya y lo golpeo con su mochila o al menos lo intento-vete de aquí si no quieres que deforme tu rostro
Loub Blanc solo reía hace mucho que no tenía esa clase de sensación de calidez, tomo la mano de Marinette para acercarla decorándole el cabello con una camelia roja.
-El color rojo te queda de maravilla-antes de que ella hiciera o pensara en algo le dio un beso en los labios desatándole el cabello-te veré en la noche bombón- le guiño coquetamente para dar un salto a un edificio cercano desapareciendo de la vista de todos.
-¡Eres un tonto!-Marinette grito apenada. ¿Qué se creía ese para hacerle semejante cosa?, tomo a Alya del brazo caminando apresuradamente a su clase en donde agradecía a la maestra el haber llegado temprano.
Las clases pasaron más rápido de lo que ella esperaba, cuando llego el momento del receso Alya saco su lado de reportera y no le dejo irse hasta que le aclarara lo que acababa de pasar pero era obvio que no era la única con curiosidad por ello toda la clase se quedó esperando el relato.
-Cuenta. ¿Quién es?-primera pregunta a la orden. Marinette se encogió de hombros, no quería ser el chisme de la escuela y menos después de haber sido rechazada por el chico que no le quitaba los ojos de encima desde que había terminado la clase.
-Es un superhéroe, del lobo blanco para ser más precisas-miro hacia otro lado evitando las miradas de Nino y Alix encontrándose con las de Kim y Mylene.
-Aja entonces. ¿Por qué vino así de la nada entregándote una camelia?
-No sé porque lo hizo-mentía era claro porque empezó a jugar con su cabello como toda una niña-él ha sido así desde siempre
-Así que lo conoces desde hace tiempo-Alya sonrío con satisfacción, le estaba sacando buena información su amiga-¿Y porque del chupetón?
-Emm siguiente pregunta-sonrío intentando que su sonrojo no la delatara dejando que la imaginación pervertida de los demás hiciera de las suyas.
-Yo tengo una-todos voltearon a ver a Adrien algo sorprendidos. No pensaban que en realidad le importaban ese tipo de cosas-¿Cómo se conocieron?
Marinette se mordió el labio sonrojándose más jugando con sus dedos avergonzada.
-Yīnwèi wǒmen chéngnuò-contesto en chino, Alya lanzo un pequeño gritito emocionada. Todos le miraron extrañados no entendiendo a que venía eso, bueno era comprensible ya que era la única que entendía ese idioma.
-Oh por dios Marinette. ¿Cuándo es? ¿Por qué no me dijiste? Eres tan mala-junto sus manos con entusiasmo.
-Luego te explico bien Alya-los demás bufaron algo molestos, ellos también querían saber pero sería en otra ocasión ya que otro maestro estaba entrando.
Adrien por su parte intentaba comprender lo que estaba pasando, el ataque a su ventana no fue coincidencia por cómo se comportaba Plagg y el encuentro de otro héroe con Marinette no le parecía una mera coincidencia. Tendría que preguntarle a Ladybug para ver que pensaba y de paso le diría aquellas palabras que no pudo decirle en San Valentine.
