— ¡Hola a todos! —Saludo Summer. — ¡Sip, los que recuerden este título, sabrán que esta historia la escribí hace tiempo y elimine de Fanfiction… —Hablo la castaña. —Pero tuve una buena razón para hacerlo. —Hace una pausa, sonriendo con entusiasmo. — ¡Aquí estamos con una nueva versión de esta historia completamente distinta! —Da unos leves saltitos. —Estoy muy feliz porque… pase por varios cambios hasta terminar con esta versión final… —Termina por decir. — ¡En fin! Aclaraciones…


Atención

- Mundo Alternativo.

- Song-fic

- Los nombres son cambiados |Utilizan los de Swap the Roles|

- El resumen del siguiente capítulo solo será unos versos que aparecerán.


Desde el Comienzo


Las sirenas son criaturas marinas mitológicas pertenecientes a las leyendas y al folclore, se las representan como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas de piernas que moraban en las profundidades. Se les atribute una irresistible voz melodiosa con la que atraían locamente a los marineros.

Contemplemos un cielo azul.

El día resplandece con su luz.

Las sirenas son doncellas marinas que engañan a los navegantes con su gran belleza y la dulzura de su canto; de la cabeza al ombligo tienen cuerpo de virgen y forma semejante al género humano, pero poseen una escamosa cola de pez, que siempre ocultan en el mar.

Soleado mar, disfrutar.

Las olas las penas se llevaran.

Esa era la información que le brindaba esa página en Wikipedia, soltó un suspiro aburrida, mientras escuchaba la canción que había buscado en YouTube, pero eso no cambiaba el hecho de que sus parpados caían de vez en cuando demostrando el cansancio que tenía por ser las 08:16 de la mañana, exactamente, ya que veía la hora al costado de la pantalla de la computadora que tenía frente a ella. Dio un rápido vistazo al ambiente que la rodeaba, escritorios por todos lados con sus respectivas computadoras conformaban el Salón de Computación de su escuela, sin mencionar a los estudiantes que se juntaban en grupos para charlar un rato antes de que la Profesora hiciera presencia.

Todos los días son como un sueño.

De las estrellas serás el dueño.

El viaje estelar, va a comenzar.

La cual no tardó en llegar, consiguiendo que se quitara los auriculares para prestar atención a la recién llegada, quien no pasó desapercibida por ningún estudiantes ya que cada uno volvió a su respectivo lugar. —Buen día. —Saludo Profesora Isabel, respetuosa. —Me disculpo por la demora. —Hablo, mirando a todos sus alumnos. La chica rubia, asintió levemente al sentir la mirada de la mayor sobre ella, dándole a entender que no era necesario disculparse, por sus adentros agradecía no tener tantas horas de clase, pero eso no lo iba a mencionar. —Bueno, voy a explicar lo que van a trabajar, porque el tiempo no nos favorece y prefiero que lo comiencen a realizar en casa. —Dijo caminando hasta el pizarrón.

La chica de ojos celestes, cerró todas las pestañas que tenía abiertas en su computador, dejando a la vista el fondo de pantalla de la misma. Volteo a ver a la mujer que escribía en el pizarrón Medio Ambiente. —Van a trabajar en grupos. —La chica hizo una mueca de disgusto, la idea no le fascinaba para nada, sabiendo que no tenía realmente un grupo fijo al que unirse. —Tienen que ser de seis o siete integrantes. —Anuncia. —El trabajo va a dividirse en tres etapas. Primero, presentaran un informe sobre algún tema que tenga que ver con el medio ambiente. Segundo, traerán un informe sobre los medios de contaminación que lo perjudican y propuestas para evitar que se sigua realizando. —Comienza a explicar. —Y por último, van a hacer volantes, folletos, carteles o cualquier cosa que se les ocurra con la intensión de hacer conciencia. Y van a pegarlos por toda la escuela. Además, van a realizar un discurso, para todos los estudiantes, argumentando sus posturas. —Termino su explicación. La joven de ojos azulados sintió un gran peso colocado sobre sus hombros. —Bueno… —Hablo nuevamente. — ¿Alguna duda? —Pregunta que no respondieron, ningún estudiante pidió explicación alguna, después de todo era bastante claro lo que había que hacer. —Les doy unos minutos para que armen los grupos. —Mira el reloj de su muñequera. —Alguien que anote los grupos en una hoja y me lo entregan al final de la clase. —Al no recibir ninguna queja, decidió sentarse en su escritorio y fijar su atención en la pantalla.

Los estudiantes no tardaron en caminar de un lado al otro buscando formar un grupo con sus amigos o con los más inteligentes, las estrategias para aprobar. Soltó un bufido pues no quería hacer ese trabajo, no es como si no le preocupara el medio ambiente pero… sinceramente no le agradaban sus compañeros, o al menos sus amigos, si es que así podía llamarlos, pues ahora mismo ya había sido descartada para el grupo. Sintió una tristeza invadirla mientras todos ya se acomodaban. Frunció el ceño y volvió a mirar la computadora volviendo a leer la información que recientemente había buscado.

Los minutos pasaron y la canción se repetía una y otra vez. Sintió una mano en su hombro, volteo a ver a la persona causante. Una pelirroja la observo con curiosidad en su mirada rosada. — ¿Sí? —Pronuncio la rubia, quitándose los auriculares de sus orejas.

— ¿No tienes grupo? —Pregunto la chica de ojos rosados, mientras una azabache de ojos verdosos se acercaba a ellas a paso lento.

Paso su mirada azulada por la pelirroja y luego en la recién llegada y soltó una pequeña risa. —Adivino. —Pronuncio. — ¿Son las sobrantes? —Hablo sin medir sus palabras, lo cual causo cierta ofensa en la pelirroja pero una sutil risa en la azabache. —Pues no hay más opción que estar juntas en un grupo. —Hablo nuevamente la rubia proyectando en palabras lo obvio, mientras observaba como las dos chicas acercaban unas sillas y se sentaban a su lado, formando una ronda.

La chica de cabellos oscuros, se acomodó en su lugar y comenzó a formar un dialogo. —Faltan tres personas…mínimo. —Recuerda a las dos chicas, mientras miraba el panorama, buscando a alguien que no tuviera grupo. —Deben ser grupos de seis o siete integrantes.

—Es sencillo. —La atención la recibió la pelirroja. —Solo tenemos que buscar a los otros sobrantes. —Se levantó de la silla, para visualizar mejor el salón de clases, encontrando a un pelirrojo apartado, escribiendo unos apuntes y descripciones que había buscado en su computadora. —Bueno… —Comenzó a caminar, acercándose al joven, mientras a sentía las miradas curiosas de sus recientes compañeras. —Oye… —Entrelazo su mano en el respaldo de una silla, y la arrastro hasta colocarla al lado del chico. —Oye. —Volvió a pronunciar, esta vez, consiguiendo su atención. — ¿Estas solo? —Pregunta, el chico la miro con incredulidad.

Dejó de escribir y se enderezo un poco. —No. —Contesta sarcásticamente. —Estoy rodeado de amigos… ¿No ves? —Hablo von un tono irónico que parecía hasta cruel, mientras daba un vistazo a su alrededor para finalmente posar sus ojos carmesí en la chica otra vez.

La chica de ojos rosados, frunció el ceño, indignada. Pero trato de olvidar la respuesta del chico, después de todo, la pregunta no estaba bien redactada y considerando que la situación de soledad del joven era tan obvia, podría considerarse que su pregunta, sonó muy estúpida. —Bien… ¿Estamos en el mismo grupo? —Pregunta directamente, dirigiendo la mirada a las dos chicas que observaban con curiosidad la escena. El chico pelirrojo dio un rápido vistazo a los integrantes del grupo al que fue invitado, haciendo una mueca de disgusto.

—Faltan dos integrantes. —Afirmo el joven de ojos rojizos, volvió a posar su mirada sobre la chica a su lado, la cual no comprendía si había aceptado la propuesta, pues ese gesto demostraba lo contrario. —Aunque, serían tres. —Vuelve a decir, completando el rompecabezas de la pelirroja, esa afirmación le dio a entender que rechazo la invitación. —Haré el trabajo, solo. —Comenta, volviendo a escribir en su cuadernillo.

La pelirroja, lo observa incrédula. —El trabajo es en grupo. —Le recuerda, claramente molesta.

—Observa cuanto me importa. —Anuncia el chico de ojos rojizos, irónicamente. —De todas formas, prefiero estar solo, que estar en un grupo. —Confiesa, esperando a que la joven dejará de molestarlo.

La chica, frunce el ceño aún más que antes. —Oh… lo siento por ti. — Esas palabras dramáticas y claramente sarcásticas, consiguieron la atención del joven pelirrojo, nuevamente. —Estas obligado a ser un integrante de un grupo. —Le menciona. — Y… ¡Qué triste! ¡Eres un sobrante, igual que yo! Así que estaremos en el mismo grupo, te guste o no. —Termina su dialogo, sonriendo complacida al notar que el chico la observaba con enojo.

El pelirrojo soltó un bufido frustrado, mientras las dos chicas que faltaban se acercaban para marcar presencia en el grupo. —Bien. —Suelta con un tono disgustado. —Pero no voy a ser el único chico en este grupo. —Anuncia con desagrado. — ¿¡Quién no tiene grupo!? —Grito con cierta molestia pero esperando a que una voz varonil respondiera.

—Yo. —La atención de los sobrantes, fue captada por un azabache que levanto su mano brevemente, estaba sentado en el escritorio que estaba junto a ellos, observando su celular. Despego su mirada verdosa del aparato, para dirigirla hacia los que habían preguntado.

El pelirrojo observo con incredulidad al joven azabache, para luego volver a posar sus ojos rojizos sobre la chica pelirroja. —Aun así, falta alguien más. —En el preciso momento que termino de decir esa oración, la puerta del salón se abrió, revelando a un rubio soñoliento. Dio un bostezo, antes de mirar a su alrededor con aburrimiento, pero al notar como los estudiantes se reunían en grupos específicos, su expresión perezosa cambio a una confusa.

— ¿De qué me perdí? —Hablo aturdido el rubio para sí mismo. Tratando de encontrar una explicación, hasta que sintió unas miradas posadas sobre él, observo a las cinco personas que lo miraban con incredulidad.


El rubio mantenía un gesto aturdido. —Entonces… ¿Somos un grupo? —Pregunto, pasando su mirada por cada uno, los cuales estaban sentados en una mesa, de la cantina. La chica rubia se limitó a asentir con su cabeza. —Bueno… sin ofender, no recuerdo sus nombres. —Hablo con sinceridad. Esto causo cierto disgusto, ya que notaba la poca importancia que ese chico de ojos azulados le daba a sus compañeros.

— ¿Hablas en serio? —Dijo el pelirrojo, captando la atención de todos. —Estamos en el mismo curso. —Comento el chico de ojos rojizos demostrando su irritación. El rubio lo miro con incredulidad, dando a entender que aunque le dijera eso, no recordaría sus nombres por arte de magia. —Está bien, Cody. —Se recostó en el respaldo de la silla. —Yo soy Alexis. —Se señaló a sí mismo, para luego señalar al azabache. —Él es Exequiel, esa piojosa… —Volteo a ver a la pelirroja, señalándola igualmente. —Ehm… olvide tu nombre. —Confiesa Alexis, volviendo a acomodarse en su lugar, restándole importancia.

La pelirroja frunce el ceño, ofendida. —Soy Lianna… cretino. —Lo insulta la chica, cruzándose de brazos, ese insulto no pasó desapercibido, ya que Alexis voltea a verla con enojo.

—Insoportable.

—Egocéntrico.

—Fastidiosa.

— ¡Idiota!

— ¡Estúpida!

— ¡Basta! —Grita Exequiel, cortando la pelea absurda que estaban teniendo. —Parecen unos niños. —Susurra, procurando que no lo escuchen. —Tú eres Allison. —Voltea a ver a la azabache, la cual asiente con su cabeza, y luego voltea a ver a la chica de ojos azulados. —Y tú eres Sabrina. —Termina por decir, para posar su mirada en Cody, quien le sonrió sutilmente, ya que su duda había sido resuelta.

Sabrina suelta un suspiro, acomodándose en su lugar. —Primer asunto a discutir. —Hablo, consiguiendo la atención de todos. — ¿Qué tema vamos a elegir? —Pregunta observando a todos. Ninguna respuesta surgió, al parecer nadie tenía activo el cerebro en ese momento. —Yo estaba pensando que podría ser de los animales… —Propone la chica de ojos azulados, pensativa.

Cody coloco sus manos en la nuca y se recostó en el respaldo de la silla. —O podría ser sobre la tala de los árboles. —Hablo el rubio. Una risa se escuchó por parte del azabache, el chico de ojos azulados lo voltea a ver, incrédulo. — ¿Qué es gracioso?

— ¿Se te ocurre de que hablar específicamente? —Pregunta con socarronería, logrando un disgusto en el rubio. —Y el de los animales no está mal. Hay muchos temas sobre los cuales informar. — Halaga Exequiel, recostándose sobre el escritorio.

Allison refunfuña a lo bajo. —No creo que los animales cuenten como medio ambiente. —Hablo. —O eso creo… —Dice dudosa. —Después de todo… lo que ella espera es que hablemos de la contaminación, no de la extinción. —Menciono, consiguiendo un descarte de esa idea por el momento.

—Y bueno… La tala de árboles es un problema ambiental. —Volvió a comentar el rubio. Esta vez la chica pelirroja hizo un gesto de incredulidad.

Lianna empezó a argumentar. —Yo creo que lo mejor es hablar sobre el océano. —Propuso. —La contaminación afecta tanto a los animales como a los humanos. —Explico la pelirroja con tranquilidad.

—Tal vez no eres tan estúpida. —Susurro Alexis, pero eso fue escuchado por Lianna quien le dedico una mirada de fastidio.

El pelirrojo al recibirla voltea a verla con una pizca de burla en su mirada. —En verdad eres un idiota. —Le recuerda Lianna con enojo.

— ¿Yo soy el idiota? —Se señala a sí mismo. —Él ni siquiera sabía quiénes somos nosotros. —Señala a Cody, el cual lo observo molesto. — ¿Y me llamas a mí idiota? —Insulta al joven rubio sin sentir compasión.

El rubio lo fulmina con la mirada. —Al menos intento aportar un poco de mi parte, mientras tú solo estas insultando a todos. —Comento Cody, con una expresión de fastidio.

—No comiencen a pelear. —Suplica Sabrina, sintiendo la tensión que se generaba.

Allison solo soltó un bufido. —Sí se pelean, no me importa realmente. —Confiesa la azabache, comentario que escucho la chica rubia.

— ¡Oye! ¡No seas así! —Voltea a verla con molestia en su rostro. —Apenas estamos comenzando el trabajo. —Recuerda Sabrina. —No podemos pelear entre nosotros.

La joven de ojos verdosos la mira incrédula. —No es como si ustedes me importaran realmente. —Declara Allison.

—No empiecen ustedes. —Hablo Exequiel, consiguiendo unas miradas de reproche.

— ¡Ah, claro! ¡Ellos pueden pelear, pero nosotras no! —Dijo Allison.

— ¡No! ¡Ni ustedes, ni ellos! —Grito el azabache con molestia. —Ya dejen de pelear, parecen unos niños.

— ¿¡Y quién te crees que eres!?

— ¡Ya cállate, Idiota!

— ¡Oblígame, Piojosa!

— ¡Ustedes son insoportables!

— ¿¡Podemos dejar de pelear!?

— ¡Sí, por favor! ¡Tenemos que hacer este trabajo!

— ¡Ustedes no se metan!

— ¡Nosotros no tenemos que por que escuchar sus gritos!

— ¡Y no escuches entonces!

— ¡Alexis realmente eres un cretino!

— ¡Y tu un verdadero fastidio!

— ¡Parecen una pareja!

— ¡Una muy insoportable!

— ¡Yo ni siquiera quiero estar aquí!

— ¡Cody, ¿A dónde rayos vas!?

— ¡Si ellos no dejan de gritar, yo me largo!

— ¡Tú te quedas aquí! ¡Y ustedes dejen de pelear!

— ¡Chicos, ya no quiero que peleen!

— ¡Ay Dios…! ¡Qué intensidad! —Grito el azabache completamente irritado, golpeo fuertemente el escritorio con sus manos, consiguiendo un silencio sepulcral en todo el ambiente. Silencio que sus oídos agradecieron. — ¡Ya basta! —Ordeno, levantándose de su silla, causando que esta soltará un ruido molesto al arrastrarse bruscamente con el piso. — ¡No lograremos nada si continuamos así! —Comenta con una mirada fulminante que aterrizo en cada uno de los integrantes del grupo. —No tenemos que ser amigos, ni mucho menos llevarnos bien. —Anuncio, relajando la tensión de su cuerpo. —Terminamos este trabajo, y ni siquiera estamos obligados a saludarnos por los pasillos, ¿de acuerdo? —Finalizo con su dialogo y al no escuchar ninguna oposición. Dejo escapar un suspiro cargado del fastidio que su cuerpo retuvo hace unos momentos.

—Pero… —Todos dirigieron sus miradas al rubio. — ¿De qué tratará el informe? —Vuelve a retomar el tema a debatir, esperando que esta vez hablen como personas civilizadas evitando las absurdas peleas.


Sintió la brisa salada golpear en su rostro, observo el hermoso panorama que brindaba la playa, a pesar de que el cielo era cubierto por unas nubes oscuras que anunciaban la llegada de la lluvia, no contradijo la idea de ir ese lugar para comenzar con el informe que debían entregar a comienzo de semana, a pesar del clima tan horrible, era una mejor idea que todos esos desconocidos vayan a su casa, y al parecer no fue la única de ese grupo en pensar exactamente lo mismo. Entrelazo sus manos contra el barandal, que le brindaba una vista desde lo alto, a su alrededor había mesas con sus respectivas mesas que estaban a servicio libre para el público.

— ¡Lianna! —Escucho su nombre, volteo a sus espaldas para encontrar a Allison. La azabache le sonrío vagamente. La pelirroja sonrío de la misma forma. — ¿Estás sola? —Pregunto con curiosidad.

La chica de ojos rosados asiente con su cabeza. —Llegue hace un rato. —Dijo, tratando de hacer conversación. —Honestamente, me alegra ver a alguien más aquí. —Confiesa Lianna, consiguiendo un gesto confuso por parte de su acompañante, a lo que la pelirroja, contesto rápidamente resolviendo su duda. —Creí que nadie iba a venir y los iba a esperar aquí como una ingenua. —Explico.

Allison soltó una risa. —Es verdad, yo pensé eso hasta que te encontré aquí. —Hablo ella.

—Bueno… al menos alguien vino. —Hizo presencia una tercera persona. Las dos jóvenes observaron a Exequiel, con su semblante serio, que las miraba de la misma forma. Lianna soltó un suspiro aliviado que nadie escucho, tal vez no estaban todos, pero era agradable saber que a pesar de que no tenían el mejor compañerismo, les interesaba realizar este trabajo. — ¿Están esperando hace mucho? —Pregunto con un tono de curiosidad.

Allison niega con la cabeza. —Prácticamente, recién llegamos. —Contesta con tranquilidad.

La pelirroja consigue divisar a una persona a lo lejos. — ¡Cody! ¡Por Aquí! —Levanto su brazo al aire, sacudiéndolo como saludo, llamando la atención del mencionado. El rubio se acercó a sus compañeros y levanto su mano por unos segundos, en señal de saludo. —Bueno… Solo falta Sabrina. —Afirma Lianna con toda la confianza del mundo.

Allison la observa, aturdida. —También falta Alexis. —Comenta, recordándole al pelirrojo.

—Como dije… Solo falta Sabrina. —Vuelve a decir Lianna, con un poco más de intensidad. Los presentes simplemente ignoraron el comentario, sabiendo que indagar en ese tema solo empeoraría la poca tolerancia que había entre ellos. Y sinceramente, si el joven pelirrojo no se reunía como habían acordado el día anterior, podría ser buena noticia, al menos no pasarían por la misma escena que sacaban de quicio a todos.

Pero lamentablemente, la vida a veces es injusta, pues el chico faltante llego y escucho el comentario despreciable de la pelirroja, frunció el ceño. —Yo también estoy feliz de volver a verte, Lianna. —Hablo el recién llegado con ironía, logrando que la chica de ojos rosados suelte un pequeño grito, al notar su presencia, Lianna dio un giro en ella misma, encontrando que el chico estaba parado detrás de ella. Alexis soltó una pequeña risa al ver su reacción. —Estamos todos. —Hablo nuevamente el joven de mirada rojiza, señalando a la rubia que cruzaba la calle para llegar al punto de encuentro. Un silencio se tomó lugar en el ambiente. — ¿Comenzamos? —Pregunta Alexis.

No tardaron en juntar dos mesas y comenzar a sacar sus cuadernillos y útiles. —Entonces… ¿Por dónde empezamos? —Pregunta Lianna, preparándose para escribir.

— ¿Por qué no damos un paseo por la playa? —Propone el rubio, recibiendo unas miradas interrogativas. — ¿Qué? —Cody los mira con aburrimiento. —Vinimos a la playa, porque vamos a escribir sobre el océano, ¿no?

Exequiel lo observa con curiosidad. — ¿Es por esa razón por la cual estamos aquí? —Pregunta el azabache. Cody asiente. —No era necesario.

—Pero es más divertido. —Comenta el joven de ojos azules. —Vamos… tal vez encontremos algo. —Intenta captar la atención de los integrantes de su grupo, pero algunos hacían oídos sordos u otros desviaban la mirada desinteresados. Ante estos gestos, Cody frunce el ceño, disgustado. —Bien, iré solo. —Anuncia, levantándose de su lugar y caminando hacia las escaleras que te permitían bajar hacia la playa.

Esta acción sobresalto un poco a la pelirroja. —Oigan… ¿No será mejor acompañarlo? —Pregunta Lianna, sintiendo un poco los nervios recorrer su cuerpo.

—Tranquila, dejó sus cosas aquí. —Respondió Allison con tranquilidad y sin darle importancia.

—Y estoy seguro que sabe cuidarse solo. —Esta vez hablo Exequiel, observando su celular.

La chica de ojos rosados observo a la rubia con cierta angustia. Sabrina al sentir esta mirada sobre ella, suelta un suspiro rendido. —Si no regresa pronto, debemos ir a buscarlo. —Propone la rubia.

— ¿Por qué? —Hablo el azabache, con incredulidad, despegando su mirada del aparato.

Alexis dejo caer su libro en la mesa, captando la atención. —Porque si algo le ocurre a ese idiota, la policía nos interrogará a nosotros. —Explica con seriedad en sus palabras, a pesar de que sonó como si fuera una ironía, el joven no había utilizado esa típica tonada burlona que recurría para hacer sus comentarios sarcásticos, lo cual consiguió que los presentes se tensarán al escuchar la posibilidad. Además, considerando que el joven rubio casi nunca sabía lo que pasaba a su alrededor, una tragedia era una opción con bastante porcentaje a ser un resultado. El chico era un peligro andante, o al menos esa era la reputación que había ganado durante la escuela. Considerando las mil y un maneras de morir en una playa… Desde ahogarse en el mar… hasta golpear su cabeza contra unas rocas.

El pelirrojo al notar la tensión que había generado sus palabras, bufó con resignación. —Vamos. —Ordeno Alexis, se levantó de su lugar y comenzó a caminar hacia la escalera, seguido de los demás que no dudaron en seguir esa orden.


Caminaron por la playa desolada, sin señales de ninguna persona, pues honestamente, el clima no era favorable para pasar un día en la playa. — ¡Cody! —Grito Sabrina, esperando recibir una respuesta.

— ¿Dónde rayos se metió? —Pregunto Exequiel, observando a todo el panorama. —Estamos perdiendo tiempo en esto. —Recuerda el azabache cruelmente.

Allison suelta un bufido, abrazándose a sí misma, debido a que un viento helado se cruzó en su camino, congelándola por un momento. Sabrina continuaba gritando el nombre del chico faltante cada vez que caminaban unos minutos. — ¡Idiota! —Ese comentario fuer por parte de la pelirroja, que gano la atención. — ¡Lo hiciste apropósito! —Acuso Lianna, sintiendo como la fría agua de mar recorría su cuerpo sin piedad.

El pelirrojo la observo con incredulidad, ambos estaban sentados uno al lado del otro, empapados de pies a cabeza, mientras unas pequeñas olas volvían a acariciar la orilla. — ¿Apropósito? —Dijo con molestia. — ¡Sí, claro! ¡Voy a tropezar con la arena a propósito y empujar a la piojosa, solo para fastidiar! ¡Y sabes que, de paso me doy una ducha con agua de mar, porqué me encanta estar congelado! —Redacta con sarcasmo dramático en sus palabras, pero con una expresión de molestia en su rostro. — ¡En serio, eres estúpida! —Reclama Alexis nuevamente.

— ¡Y tú eres un imbécil! —Declaro Lianna, mientras sentía como la azabache le sujetaba el brazo para ayudarla a reincorporarse.

Por otro lado, Exequiel se encargó de ayudar al pelirrojo, que acepto la ayuda con fastidio en su mirada, que fue generado por la joven pelirroja. — ¡Y tu una niña irritante! —Acuso con enojo. Los presentes soltaron un bufido, la misma absurda pelea.

— ¡Egocéntrico!

— ¡Fastidiosa!

— ¡Cretino!

— ¡Insoportable!

— ¡Desgraciado!

— ¡Ballena!

Un silencio sepulcral apareció, implantándose con brusquedad y tensando el ambiente de un solo golpe. Los espectadores de la absurda discusión, abrieron los ojos, sorprendidos. Esperando la reacción que la chica haría a ese insulto. Por su parte Lianna, mantuvo sus labios sellados procesando la intensión de ese comentario, encontrándolo en tan solo unos segundos, miro al chico con un semblante neutral, lo que causo confusión en Alexis, hasta que ella se dignó a contestar con un simple dialogo que generaría una pelea más violenta.

—Te voy a matar.

Esas palabras fueron suficientes para que el pelirrojo comenzara a correr, procurando no morir en manos de esa chica, que perdió la cabeza. Seguido de ellos los demás intentaban alcanzarlos, después de todo, hay una diferencia muy grande entre peleas orales, con las peleas físicas.

Para mala suerte de Alexis, Lianna consiguió alcanzarlo, lanzándose sobre él, logrando que ambos cayeran al suelo, levantando la arena en el proceso. — ¡Estás loca! —La pelirroja coloca uno de sus pies en la espalda del chico, y entrelaza sus manos alrededor de las muñecas del pelirrojo, comenzando a tironear sus brazos con brusquedad. — ¡Auch! ¡Oye! ¡Eso duele! —Se queja.

— ¡Esa es la idea, desgraciado! —Responde Lianna con un aura de odio, sin dejar de tironear. De un momento a otro, Alexis se voltea, obligando a la chica que suelte el agarre. Esta se sentó bruscamente en su estómago, logrando que el pelirrojo vuelva a soltar un quejido adolorido. Alexis frunció más el ceño con enojo, y comenzó a tironear el cabello de la chica, consiguiendo que ella gritara adolorida. — ¡Idiota! ¡Suéltame! —Exige Lianna.

— ¡Que seas una chica, no significa nada para mí! —Confiesa, tironeando el cabello de la chica sin sentir remordimiento. Lianna llevo sus manos al cuello del chico y comenzó a estrangularlo. — ¡Ugh! ¿¡Q-Qué haces!? —La pelirroja presiono con más fuerza. A pesar de las intenciones obvias, la joven no presionaba con la intensión de dejarlo sin aliento. Alexis tironeo que más fuerza, causando que la chica se inclinara de golpe hacia adelante, chocando sus frentes en un solo impacto. Ambos soltaron un quejido adolorido, sosteniéndose la zona afectada y separándose brevemente.

Dieron por finalizada la pelea, mientras mantenían unas miradas de odio mutuo en sus ojos, que no despegaban de su rival. —Te odio. —Dijeron al mismo tiempo, sintiendo un disgusto al sentir la innecesaria coordinación.

— ¿Vas a quitarte? —Pregunto Alexis, con expresión molesta, levantándose bruscamente, pero eso no consiguió que la chica se moviera, desplazándose hasta sentarse en sus piernas. —Quítate. —Exigió, pero la joven pelirroja lo seguía observando con seriedad. Se inclinó un poco hacia atrás al notar la cercanía de sus rostros.

Lianna lo agarro fuertemente de la chaqueta. — ¿En verdad estoy obesa? —Pregunto con vergüenza. Eso desconcertó bastante al chico frente a ella. — ¡Contesta! —Lo sacudió levemente debido que Alexis no pronunciaba ni siquiera una burla, pidiendo una respuesta honesta. El joven de mirada rojiza, la observo con incredulidad, pero al notar los ojos cristalinos que Lianna estaba adquiriendo se sobresaltó internamente. Desvió la mirada para posarla en el mar. — ¡Contesta, idiota!

— ¿Por qué te importa tanto? —Volvió a posar sus ojos en ella. —Solo fue un insulto. —Comento con desesperación. —Ya, quítate. —Se removió en su lugar, tratando de sacarla de encima.

— ¡Contesta!

— ¿¡De todas las personas porque quieres que yo te responda!?

— ¡Porque tú lo dijiste!

— ¡Fue un insulto! ¡Como todos los demás!

— ¡Solo dime si es verdad o no!

— ¡No lo hare!

— ¿¡Por qué no!?

— ¡Porque…! —Soltó un bufido con enojo. Desvió la mirada con fastidio. — ¿No vas a quitarte hasta que sea honesto, verdad? —Pregunto Alexis, dirigiendo su mirada nuevamente a la chica, a lo que Lianna asintió con su cabeza. —Bien. —Respondió Alexis con brusquedad.

La pelirroja espero pacientemente a que el chico dejará su orgullo por un momento, para contestar a esa duda que él, le había generado y le comenzó a molestar la posibilidad de que sea verdad y entre en un estado de depresión.

—Físicamente hablando… —Balbuceo, sintiendo como estaba cometiendo una traición a sí mismo. —Luces increíblemente hermosa. —Hablo con sinceridad, mirándola fijamente a los ojos. Lianna parpadeo un par de veces aturdida. — Ahora, quítate.

La pelirroja sintió un alivio pero otra duda cruzo por su cabeza. — ¿Piensas que soy hermosa?

Demonios… Demasiado honesto. —Pensó el chico de mirada rojiza, sintiendo un escalofrió. — ¡Ya, quítate! —Se movió bruscamente, esta vez consiguiendo que la chica se moviera, liberando sus piernas, se levantó de golpe, retrocediendo un poco de la chica, la cual lo observaba con curiosidad. Esa mirada solo logró que él sintiera la tensión trepar por su espalda.

—Hola. —Saludo una tercera persona, quien recibió la atención. — ¿Qué están haciendo? —Pregunto Cody, mirando a los dos jóvenes. — ¿Y porque están tan sucios? —Hablo otra vez, recordándoles que estaban empapados y cubiertos de arena.

Lianna se sacudió un poco la ropa, dejando caer arenillas de esta. —Estábamos buscándote. —Contesto la pelirroja, ignorando lo sucedido anteriormente. En ese momento los demás hicieron presencia.

—Bueno… —Hablo Allison respirando agitada. —Al menos…no ocurrió ningún homicidio… —Hablo la azabache, mirando a los pelirrojos, desvió su mirada para ver al rubio. —O suicidio. —Ese comentario le causo una expresión de confusión en Cody, pero prefirió no buscarle una explicación a eso.

El rubio sonrió con entusiasmo. —En fin… ¡Encontré algo! —Anuncio con diversión. Todos se miraron con curiosidad, después de todo, ya no tenían nada que perder y tal vez podría ser interesante saber que es esa cosa tan fascinante que encontró el rubio de ojos azulados. — ¡Vengan!


Siguiente Capítulo

Épica Batalla de Rap

Me alegra tanto por ustedes.

Parece que los sobrantes se comprenden.

Al menos somos razonables.

Pues a ti te falla esa parte.


Los leo Luego!

Bye!