HOLA QUE TAL! Soy nueva en FanFiction y esta es mi primera historia, llevo mucho tiempo pensando en ella y por fin me decidí a subirla, espero sea de su agrado y de ante mano quiero decir que si será algo larga, mi cabeza está llena de ideas y tengo que aprovecharlas al máximo
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Aclaraciones:
Este fic es digamos situado en un mundo paralelo a Saint Seiya original
Fhey Eirena: Reencarnación de la Diosa Afrodita del siglo XX
Leah Eustratios: Semidiosa, hija de Fhey y Aioria de Leo
Retsu Eustratios: Semidios, hermano menor de Leah e hijo de Fhey y Aioria
Quiero dar el crédito de los apellidos a Scarlet Leinth y a su ficEUSTRATIOS, NO EIRENA
SAINT SEIYA, SAINT SEIYA THE LOST CANVAS Y SAINT SEIYA OMEGA
NO ME PERTENECEN
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Saint Seiya: Gold Saint
Saga De Ofiuco
Capítulo 1: Recuerdos De Un Pasado Dorado
Atenas, Grecia. 14 de Agosto del 2015
- ¿Crees que he hecho un buen trabajo?. Preguntaba Leah, la joven semidiosa que miraba sentada las ruinas del antiguo santuario acompañada del Pegaso-. No estoy segura de que mi madre haya tomado una buena decisión.
- Los dorados siempre han sido la elite de Athena, tu padre Aioria así como tu tío Aioros fueron de los más importantes de la anterior orden dorada y ahora tu hermano que es parte de la nueva generación. Intervino Seiya antes de que un inocente Pegaso pudiese hablar-. Koga, la señorita Saori necesita de tu ayuda.
Pegaso se puso de pie y le sonrió a Leah cuando se retiraba, mientras Seiya se sentaba junto a ella mirando las ruinas del lugar donde anteriormente se encontraban las doce casas del zodiaco.
- ¿Tu conociste a mi padre no es así Seiya? Dime como era él. Preguntó apresurada la adolecente al de Sagitario-. Mamá usualmente evade el tema, lo único que me ha dicho es que fue el único amor que tuvo en toda la vida y que siempre ve a papá en Mí y en Retsu.
El de Sagitario miró al cielo tratando de buscar algo ante los ojos de la muchacha que se sintió ignorada por unos momentos
- ¿Tío Seiya, estas bien?. Preguntó un tanto inquieta la muchacha y notó que Seiya sonreía apuntado con su dedo al cielo
- Mira Leah ahí está Leo, la constelación protectora de tu padre, brilla con la misma intensidad que el día en que naciste. Dijo Seiya con una gran sonrisa en su rostro
La muchacha parpadeó un par de veces mirando al dorado antes de fijar sus ojos aguamarina al cielo sonriendo
- Aioria…Aioria era un hombre por completo admirable, un caballero orgulloso y valiente, un amigo noble y justo pero, más que nada un padre y esposo amoroso y entregado. Rio Seiya-. Recuerdo el día en el que naciste, ni siquiera recordó que era su cumpleaños simplemente no paraba de rezarle a Athena y a todos los Dioses por tu bienestar y el de Fhey, no paraba de caminar de un lado al otro lleno de estrés y preocupaciones hasta que te escuchó y se regocijó, desde ese momento tuvo una meta más en su vida y por cumplir aquella meta no le importaba cualquier sacrificio que tendría que hacer.
En ese instante Leah bajó la mirada que apuntaba hacia la constelación de Leo y Seiya notó que un par de lágrimas caían por sus rosadas mejillas mientras el de Sagitario se volvía su vista al firmamento-. Estoy seguro que él estaría orgulloso de lo que eres Leah, pero a su vez creo que Aioria querría que no te enfrasques en el sufrimiento y vivas la vida que por derecho has merecido vivir, que vuelvas a ser la dulce Leah que el cargó en sus brazos aquella noche que por primera vez la constelación de Leo brilló más que el resto.
-Volver?-. La muchacha levantó la mirada para quedar viendo directamente a los ojos del dorado tratando de esperar una respuesta, quien al mismo tiempo posó sus grandes ojos en los aguamarina de la adolecente y le sonrió
- Sabes porque tu madre dice que ve a Aioria en ti y en tu hermano? Preguntó Seiya en un tono juguetón lleno de complicidad y a la vez de seriedad, a lo cual Leah negó con la cabeza un par de veces por lo que Seiya soltó una sonora carcajada
El ambiente de seriedad y sentimentalismo se había hundido gracias a la vigorosa risa del caballero de Sagitario pero la joven muchacha se mantenía a la expectativa de lo que diría el dorado
- Como diría Marin, ver a Retsu es como volver a ver a Aioria en su época de adolecente. Sonrió Seiya y puso su mano en el hombro de Leah.- pero lo peculiar en ti, está en tus ojos de Leona
- Mis ojos?. Abrió rápidamente ambos espejos aguamarina y señalando con uno de sus dedos-. Hablas en serio tío Seiya?
El dorado asintió-. Tienes los ojos de tu padre y a través de ellos emanas también la calidez de tu cosmos como él lo hacía, aunque. Sonrió Seiya-. Debo admitir que también tienes su mirada fulminante cuando te enojas
La joven le dio un codazo al caballero en las costillas y apartó su mirada de él haciendo un puchero-. Eso no es gracioso Seiya
- Claro que es gracioso. Continuó riendo el dorado pero recuperó la compostura y nuevamente miró al cielo-. Tal vez Retsu sea la imagen física de Aioria pero tu Leah, eres la imagen espiritual de él. Seiya regresó su mirada a Leah y le limpió las lágrimas-. Pero tienes también la inocencia y bondad de tu madre.
El silencio emergió por unos minutos hasta que Seiya se puso de pie y comenzó a alejarse de la muchacha-. Apresúrate ya está haciéndose muy tarde y te resfriarás si te quedas aquí. Gritó Seiya mientras se alejaba con una mano levantada
La muchacha corrió y se abalanzó contra el dorado casi tumbándolo-. Seiya de Sagitario como se te ocurre el dejar a tu sobrina a su suerte en la oscuridad. Reprendió la muchacha mientras el guardián de la doceava casa la cargaba en la espalda en dirección al campamento de los caballeros cerca de Rodorio
- Eres una digna hija de tus padres Leah Eustratios además de una valiente y poderosa Leo como tus antecesores. Dijo Seiya en un tono lleno de orgullo
- Antecesores? Es que acaso mi papá no fue el único Leo anterior a Micenas?
Seiya soltó nuevamente una sonora carcajada recibiendo un golpe en la cabeza por parte de la muchacha-. Oye no seas violenta Leah!.
- Y tú no te burles de mí Seiya, eso no es nada cortés viniendo de un caballero dorado. Dijo la joven haciendo un leve puchero
- Bueno verás, desde que Athena bajó a la tierra han existido muchísimos caballeros de oro, plata y bronce, a decir verdad no conozco los nombres de todos ellos. Musitó Seiya un poco avergonzado
- Serías el mejor libro de historia si lo supieras tío. Sonrió la muchacha bajándose de la espalda del de Sagitario y caminando junto a el aferrada de su brazo.
- Al fin alguien me entiende. Sonrió Seiya continuando su camino-. Lo que recuerdo sobre los anteriores caballeros de leo es que el anterior a tu padre se llamaba Regulus y anterior a él, el portador de la armadura de Leo fue Ilias, padre de Regulus y hermano mayor del caballero Sísifo de Sagitario, ellos combatieron en la guerra contra Hades en el siglo XVIII. Dijo Seiya muy seriamente pero denotando algo de dolor en su expresión por usar tanto su cerebro para recordar ese tipo de cosas
- Eso significa que los caballeros de Leo y Sagitario han mantenido un lazo de sangre no es así Seiya? Así como el lazo que existió entre mi papá y mi tío Aioros. Pregunto muy entusiasmada Leah
- Quizá así sea. Se rascó Seiya la cabeza en modo de duda-. Pero a lo que quiero llegar es que los caballeros de Leo han sido de los más poderosos en la orden dorada de cada generación, por ejemplo, a ese muchacho Regulus lo llamaban prodigio, no recuerdo por qué pero fue el más poderoso de su generación al igual que tu padre, estoy seguro que darás a la talla en cada misión que se te sea encargada, al igual que tu hermano está dando lo mejor de sí como en nuevo Caballero Dorado de Leo, al fin y al cabo ambos son hijos del Relámpago Dorado Aioria.
Los dos siguieron caminando hasta llegar al campamento donde todos los esperaban y Seiya empujó a Leah para que fuese con sus amigos mientras le sonreía y este se acercaba a Fhey
- Es igual de quejumbrosa, impetuosa, inquieta, curiosa y terca que tú. Dijo Seiya y nuevamente ganándose un golpe pero esta vez de una cuchara de palo que Fhey tenía en las manos, lo cual hizo que el dorado se sujetara con fuerza la cabeza-. Olvidé mencionar VIOLENTA. Casi gritó Seiya haciendo un puchero y generando risas de todos sus camaradas.
