Disclaimer: Ni Hora de Aventura ni sus personajes me pertenecen.

Se estiro languido sobre la cama, sin levantarse de esta.

La habitación estaba en penumbras, aunque no podía fiarse de lo que veia en las ventanas ya que estas estaban cubiertas por un par de pesadas cortinas. Podía ser pleno medio-dia sin que se diera cuenta.

Miro el reloj de la mesita de luz.

"4:36 pm."

Bien, aparentemente si era de noche.

Ni siquiera los vampiros tenian algo que hacer a esa hora un martes, nada mas que comer, tocar el bajo, ver alguna pelicula, flotar o dormir. Porque a estas horas todas las criaturas del lugar dormian, si quisiera hacer algo tendria que irse a la Nocheosfera y no estaba de humor para visitar a su familia. Se removio incomodo debajo de las sabanas, no es que no se hubiera acostumbrado a estar acostado o a sentarse sobre los muebles en vez de flotar sobre estos, pero sentia que le faltaba algo.

Se sentia frio.

¿Ironico que justamente un vampiro tenga frio, no?

Pero lo tenia. O mas bien no era eso, sino la falta de calor.

Y necesitaba ese calor.

Palpo las sabanas, hasta tocar un objeto. Largo, ancho y fino, que le ensancha abajo.

¿¡Quien fue el hijo de puta que metio su bajo en la cama!?

Ah cierto, Bubba.

Dejo el instrumento al lado de la mesita de luz y estiro un brazo para rodear el cuerpo que estaba al otro extremo de la cama.

La noche anterior se habia ido a comprar algunas cosas a la Nocheosfera sin avisarle, lo que resulto en que cuando volviera su novio pusiera una "barrera" por si se dignaba a volver y, encima, pretender dormir con el.

Habia vuelto tan cansado que ni siquiera se dio cuenta, solo se acosto.

Lo abrazo con fuerza, apoyando la cabeza contraria en su pecho.

Calido, perfectamente calido.

El principe le correspondio el abrazo mientras soltaba un suspiro entre sueños.

Y Marshall quizo interpretar esto como que ya estaba perdonado.