Disclaimer: Pokemon no me pertenece, pertenece a sus respectivos dueños (Nintendo). Solo soy dueño de la historia.
Cuidado con lo que deseas.
Los pokémons siempre han sido objeto de fascinación: los niños sueñan con tener sus propios pokémons. Cumplir los dieciséis y tomar los exámenes para convertirse en entrenadores, viajar por el mundo, conseguir medallas, atrapar y entrenar sus propios pokémons; batallar con sus amigos, conocer gente, ¡Vivir una gran aventura!
Otros tienen sueños mucho más fantasiosos y en apariencia inocentes… Ser pokémones. Ver el mundo a través de sus ojos, tener sus asombrosos poderes, vivir sin preocupaciones… No tienen idea de cuan equivocado están…
Era de noche en aquella casa, un día que había comenzado bien y que estaba terminando terriblemente mal; se podía escuchar desde afuera una agitada e intensa discusión.
―¡…Vete a tu habitación, ahora! ―regañó la madre a su primogénito, un niño de solo nueve años de edad.
―¡Bien, no me importa! ―replicó el hijo, mientras corría escaleras arriba.
―¡No me alces la voz, esa…! ―regañaba una vez más la madre cuando el sonido seco de la puerta resonó en la casa. Gruñó furiosa antes de retirarse a la cocina.
Una vez dentro de su cuarto, el niño se recostó a la puerta, con sus ojos llenos de lágrimas ―Tonta, quien la necesita ―pronunció removiéndose el amargo fluido de sus ojos, caminando hacía la ventana de su cuarto. Donde alcanzo a ver algunos Dustox volar libremente
―Quien necesita ser humano en primer lugar, solo tenemos tareas por hacer, nos regañan, nos castigan, no tenemos tiempo para nada… ―bostezó el niño, casado y agotado de la discusión que había tenido con su madre. Escuchó algunos raspones en la puerta de su cuarto, regresó a esta para abrirla un momento, encontrando al eevee de su difunta hermana al pie de la puerta.
―Como me gustaría ser como tú, como me gustaría ser un pokémon… ―el niño abrazó al pequeño pero no lo dejo pasar, no tenía ánimos de jugar con él o de tenerlo cerca después de la discusión. Dejándolo afuera y cerrando la puerta, esta vez sin pasador.
Bostezó una vez más, se quitó la franela y el short y sin colocarse la pijama se acostó en su cama cansado.
―Como me gustaría… Ser un pokémon… ―fue lo último que pronunció, sin darse cuenta que alguien más escuchó esa plegaria. Un par de ojos rojos y una sonrisa blanca se asomaba en las sombras de su habitación, dispuesto a cumplir su deseo…
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oOoOo
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Un grito desgarrador despertó al niño, lo primero que vio fue a su madre horrorizada en el umbral de su puerta.
―¡¿Que-Que le has hecho a mi hijo?! ―cuestionó la mujer apuntándolo. El niño intentó hablar, extendió su mano solo para darse cuenta de la horrible situación. Su mano no era humana, tenía tres dedos y era de un color amarillo mostaza
―¡¿Pero qué?! ―su voz no salía y solo se escuchaban sus pensamientos. Rápidamente estudió su cuerpo… no era humano, se había transformado en un Abra.
―¡¿A donde te has llevado a mi hijo!? ―chilló la madre sosteniendo una pokebola de color azul, sabía que estaba adentró de ella.
―¡Mamá por favor, soy yo! ―gritó el niño, pero de sus labios solo salieron palabras inentendibles para los humanos, mientras su mama se llevaba las manos a la cabeza debido a las fuertes hondas psíquicas que emitía por su inexperiencia con su cuerpo y poderes.
―¡Devuélveme a mi hijo! ―gritó la madre, alzando la pokebola lista para lanzarla. El niño cerró los ojos y todo se silenció… Cuando se dio cuenta se encontraba en el bosque cercano del pueblo, se había teletransportado lejos de lo que una vez había sido su hogar.
―¿Te gusta…? ―escuchó una voz que le produjo un escalofrió. Giró de golpe, encontrando dos ojos rojos filosos y una enorme sonrisa blanca en las sombra de un árbol. Un Gengar emergió del árbol.
―Espero disfrutes tu deseo… ―pronunció entre risas.
―Mi… ¡¿Mi deseo?! ―fue entonces que cayó en cuenta de lo que decía el pokémon, sus palabras de la última noche― ¿¡Tú me hiciste esto!?
―Era lo que deseabas, ser un pokémon… ―pronunció el Gengar mientras levitaba alrededor del niño. ―Espero disfrutes de tu nueva vida… Luchando por tu supervivencia, escapando de tus depredadores, siendo casado por ser lo que eres, ser esclavizado para luchas sin sentido… No era esto lo que deseabas niño… Bueno, ahora lo tienes. Disfrútalo…―rió sonoro el Gengar mientras se desvanecía en el aire.
No hubo nada que pudiera hacer Quien una vez fue niño se quedó ahí, aterrado, temblando con su nuevo cuerpo, con los poderes que alguna vez hubiera fantaseado. Giró, solo para contemplar lo que una vez fue su hogar. Calló de rodillas, llorando, desgarrado, recordando la mirada de terror de su madre al ver que había desaparecido sin saber que era a él quien le gritaba. Dolido que las últimas palabras que le había entregado no fueron más que groserías y obscenidades por algo sin sentido.
―¡Hey, un Abra! ―escuchó, giro a su derecha solo para ver un par de chicos, ambos con pokebolas en manos y un poochyna frente a ellos, agazapado y listo para atacar ―¡Vamos atraparlo!
Ni siquiera se defendió, la pokebola lo impactó, cerrándose, sacudiéndose un par de veces hasta que finalmente se detuvo. Él había deseado ser un pokemon… Y ahora lo era… Y todo lo que implicaba serlo…
Bueno, he aquí una nueva serie de drabbles y OS, esta vez para un fandom que había abandonado, ¡El fandom de pokemon!... Lo cual es irónico ya que acabo de vender mi juego de pokemon… ToT
En fin, estos Drabbles y OS no incluirán personajes conocidos, y tampoco serán felices como tal… De hecho, reflejaran el lado obscuro del mundo pokemon, el lado no narrado de los juegos y serie. Estos fics serán angustiosos y de terror y les puedo asegurar que podrán llegar a tener de todo: violaciones, violencia extrema, gore… No habrá límites para esto, así que… Si son fans del terror y de pokemon, los invito a leer, si no… Bueno, ahí está la flechita de regresar a la pagina anterior XD
Espero lo hayan disfrutado y espero sus reviews, hasta el próximo, cuídense mucho, nos seguimos leyendo :)
