N/A: Buenas! Bienvenidos a este fic, el cual es un regalo para la srta. Ciruela, mejor conocida en fanfiction como galagranger, que cumplio años el 27 de septiembre y yo, como vaga que soy, recién se lo subo ahora.

Este fic tiene dos partes, la que ya terminé de escribir y la que no. La que no termine de escribir vendra en muy poco tiempo, lo prometo.

Y, si estan aca y no son ni galagranger, ni conocidos de galagranger, ni Cucaracha, dudo que entiendan mucho. En realidad, a menos que sean galagranger dudo que entiendan mucho. Pero si quieren leer, bienvenidos sean.

Seal my fate tonight, I hate to have to cut the fun short but the joke's wearing thin
Let the audience in
Let my fanfic begin!


Era un día lluvioso, y una persona de pelo corto y oscuro, usando una musculosa cubierta de escriticios, se encontraba haciendo un gif animado de vaqueros peleando con lightsabres arriba de un elefante. Rojo.

Miró la hora.

3.18 PM. Habían acordado a las 2.

Suspiró, y siguió agregándole imágenes al gif.

Sonó el timbre.

No lo escuchó.

Sonó el timbre.

No lo escuchó.

El timbre empezó a sonar con el ritmo de Tapa, tapita, tapón, con la última "nota" interminablemente larga, hasta que finalmente lo escuchó (N/A: Ya sé que vos no sos la sorda, pero igual :P) y fue a atender.

"Es Cucaracha!" le dijo la persona del otro lado. Empezó a decir "Ahora voy", cuando se escuchó un "Esperá!!" algo amortiguado, y la primera persona agregó: "Ah, y acaba de llegar Mosca."

Ahí sí dijo "Ahora voy."

La persona que mencionamos al principio, aquella que tenía la remera llena de escriticios y el pelo corto y oscuro, se llamaba (inserte nombre aquí) , o, en el mundo fanfictionístico, Ciruela. Ciruela festejaba ese día su cumpleaños número (inserte número aquí) , y había invitado a sus amigas (inserte nombre aquí) (Cucaracha) y (inserte nombre aquí) (Mosca) a su casa a comer pizza (de su madre) y ser felices. Obviamente, sus amigas habían llegado tarde.

Se puso algo en los pies y, agarrando SUS llaves, emprendió el viaje hacia la puerta de entrada, yendo "Down once more" por el ascensor y recorriendo el pasillo hacia la puerta de vidrio, donde se encontraba Mosca apoyando su frente contra el cristal y Cucaracha con una sonrisa rara, cruzada de brazos un poco más atrás. Les abrió y ambas se le abalanzaron, en un coro (o dúo) de "Feliz cumple!!" y abrazos.

"Gracias!" agradeció de manera agradecida Ciruela, la que daba las gracias de manera agradecida con mucha gracia. Ejem. Y agregó, "¿Por qué la tardanza?"

"Me bañé," explicó Suela, levantando un mechón de pelo de color debatible mojado, aunque también podría haber sido la lluvia.

"Me colgué con mi novio…" murmuró Cucaracha, consiguiendo suspiros de las otras dos.

"Bueno, no importa. Pasen así no se enferman," dijo Ciruela, dejándolas pasar, y yendo "Up once more" por el ascensor. Mmmmm, ascensor…

Pero en este ascensor no pasó nada. Solo un comentario colgado por Suela.

"Dice que aguanta tres personas, pero ¿cómo cuentan una persona seca y dos mojadas? El agua pesa…"

Las otras dos le dirigieron miradas raras. Suela carraspeó y se rascó la nuca mojada.

"¿No almorzaron, me imagino?" preguntó semi-retóricamente Ciruela. Sus amigas negaron con la cabeza.

"Estábamos guardándonos para la pizza," dijo Cucaracha. Suela asintió.

Ciruela sacó la pizza del horno, se la repartieron en platos, y fueron a la mesa, donde comieron, contándose las últimas novedades de sus vidas.

Habiendo llenado sus estómagos, surgió la clásica pregunta: "¿Y ahora qué hacemos?"

"Vengan, tengo algo que mostrarles," dijo Ciruela, llevando a las chicas a la computadora, donde les mostró el gif en el cual había estado trabajando antes de que ellas llegaran.

"¡Que grosooo!" exclamó Suela, riéndose estúpidamente y señalando a los tipitos, divertida.

"Los míos son más bizarros," dijo Cucaracha orgullosamente.

"Nadie te supera en bizarridad, Cucaracha," dijo Ciruela, recibiendo a cambio una sonrisa triunfal de la chica bizarra.

"Y miren esto," dijo Ciruela, abriendo una carpeta llena de archivos de video. "Los saqué de youtube," agregó, abriendo uno en el que Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi estaban peleando con espaditas que hacían mucha luz. O lightsabres.

"Pará, pará, pará, o yo leí cualquier cosa o en la carpeta tenés algo de Jekyll," dijo Suela, después de unos momentos de mirar fascinada a los tipitos peleándose en la pantalla. Ciruela se sonrió.

"Sí, me bajé a las tipas de tu video cantando In his eyes," explicó la cumpleañera, cerrando el video de Star Wars, y señalando el archivo con el Mouse, lo que trajo un "Uiii!" de parte de Suela.

"¿Y ese no es Gollum?" preguntó Cucaracha, señalando un ícono en el cual apenas se podía apreciar al hombrecito semiverde como una manchita hecha de pixeles.

"Sip. Es su pelea con él mismo en la segunda película," explicó, nuevamente, Ciruela.

Las tres muchachas se quedaron un tiempo más jugando con la computadora, haciendo gifs de tipitos, mirando archivos viejos y riéndose, hasta que se hartaron y se tiraron en la cama que había en el estudio.

"¿Se acuerdan de los últimos cumpleaños?" dijo Suela.

"Cómo olvidarnos," dijeron las otras dos chicas, algo nostálgicas.

"Me encantaría poder volver a Tierra Media," dijo Cucaracha, con una sonrisa extraña.

"A mí me encantaría volver a Londres, verlos a todos de nuevo…"

"Yo solo sé que si vuelvo a un Long time ago en una Galaxy far far away, quiero que sea en la segunda o tercera película. Así Obi-Wan está bueno y Anakin no tiene ocho años. No soy abusadora de menores," dijo Ciruela resueltamente.

Sus amigas se rieron.

Pasaron el resto de la tarde tocando el piano (Ciruela Across the Stars, Come what may, Para Elisa, y otras cosas lindas, y Suela Titanic, aunque estaba harta de esa canción) y la flauta (o, al menos, Cucaracha tocaba la flauta), hablando, jugando a las escondidas (por los viejos tiempos) y al Estanciero (cuando se les acabaron las opciones) y no saliendo, porque no se les ocurría a dónde y no tenían ganas de ir en transporte público, sin contar el calor que hacía.

Entre una cosa y la otra, especialmente por el Estanciero (que terminó con Cucaracha y Suela, que tenían, entre ellas, Formosa y La Rioja, aliadas contra Ciruela, que tenía todo Buenos Aires con estancias y las provincias más caras), se hizo de noche, y decidieron ir a acostarse, después de comer restos de pizza y una milanesa cada una como cena.

Tiraron tres colchones en el piso del living, y se acostaron ahí. Pasó un tiempo, entre risas y algunos insultos, hasta que se pudieron dormir.

No habían apagado la computadora.


Y yo no la voy a apagar hasta terminar de escribir. Prontamente, el segundo capítulo.