Este fic, esta dedicado a un usuario llamado StEbAnRoPeRo, quien fue uno de los primeros escritores comencé a leer cuando conocí esta página.

La historia, tendrá pequeños agregados de artículos históricos, para desarrollar el entendimiento y desarrollo de la historia, que esta destinada a las personas que no hayan tenido oportunidad de leer o estudiar sobre la Segunda Guerra Mundial, por lo que será un fic medio documental.

Por ultimo debo agregar, que en un punto de la historia agregare una nota que explicara un solo detalle del fic.


Mi nombre es Twilight Sparkle, y yo sobreviví a la segunda guerra mundial. Ahora tengo 90 años, sé que no me queda mucho, pero antes de sumergirme en el sueño eterno, quisiera que mi historia sea contada.

Cuando era una joven de 12 años mi familia estaba cenando en la casa de un compañero de trabajo de mi padre. El compañero de mi padre, que lo conocía como el padre de Rarity vivía en un pequeño departamento, junto con su esposa y sus 2 pequeñas hijas: Swetie Belle la menor y Rarity la mayor. Esta ultima de mi edad.

Sweetie Belle, Shinninng Armor que era mi hermano mayor, Rarity, y yo jugaban en la sala de estar de la familia, mientras que nuestros padres, quedaron conversando sobre diversos temas en la mesa de la cena. Recuerdo la conversación de esa cena, tal como si la volviera a vivir.

-Cómo te contaba-dijo el padre de Rarity- debido a eso, nuestro doctor familiar se a reusado a atendernos.

-Ha cambiado muchas cosas desde que Hitler asumió como canciller en 1933-dijo mi padre-y las cosas parecen ir de mal en peor.

-Lo sé, últimamente se está haciendo más difícil vivir aquí, sobre todo para los Judíos, el antisemitismo, se está expandiendo como una plaga, a casi toda Europa-dice mi madre.

El padre de Rarity, se levanta y toma un diario que estaba en una estantería, y vuelve a la mesa, marcando una página con los dedos.

-Últimamente, se habla mucho de la llamada Reestructuración racial en Europa impuesta por el Reich-dice la madre de Rarity.

-Había leído, en los últimos diarios-dice el padre de Rarity, mientras buscaba una página en especial- Artículos escritos por algunos periodistas que hoy están teniendo gran influencia en los medios, que escribían grandes mentiras sobre nosotros, pero que los ciudadanos, concuerdan con él. En sus artículos Somos estigmatizados como "un fermento de descomposición", desorden, caos y "degeneración racial", y se nos identificaba con la fragmentación interna de la civilización urbana, el ácido disolvente del racionalismo crítico y la relajación moral; que se hallaba detrás del "cosmopolitismo desarraigado" del capital internacional y de la amenaza de la revolución mundial. Terminaba su artículo proclamando que somos el Weltfeind (el "enemigo mundial") contra el cual el nacionalsocialismo define su propia y grandiosa utopía racista de un Reich que durara mil años. ¿No les parece algo exagerado?

-Sí, yo he leído también ese artículo, y debo admitir que es preocupante como vienen las cosas por estos últimos días-dice mi mamá, y mira hacia donde estamos nosotros.

-Me temo que esa es la Weltanschauung (concepción del mundo) milenarista que proclama que "el judío" consiste en el origen de todos los males-dice mi padre -que hoy en día esta auge debido a la propaganda que el partido está difundiendo. Pero me temo que, esta concepción, quiero decir, el antisemitismo siempre ha existido en mayor o menor medida en Europa, pero es en estos tiempos que se está haciendo más intenso. ¿Pudiste encontrar el artículo?

-Me temo que no,-dice el padre de Rarity- debo admitir que es una lástima que no lo haya podido encontrar. Pero, concuerdo contigo de que el antisemitismo siempre existió en Europa, pero "Este" antisemitismo moderno se diferenciaba del odio clásico hacia los judíos en que no tenía una base religiosa, sino presuntamente racial. Los nacionalistas alemanes, a pesar de que recuperaron bastantes aspectos del discurso judeófobo tradicional, consideraban que ser judío es una condición innata, racial, que no desaparecía por mucho que uno intentara asimilarse en la sociedad cristiana.

-Por otro lado,-dice la madre de Rarity- el nacionalismo sólo cree en el Estado nación caracterizado por la homogeneidad cultural y lingüística de la población. Considerados como nación perteneciente a otra raza, extranjera, inferior e inasimilable a la -haciendo un ademan con las manos, para resaltar- "cultura alemana", donde los judíos solo podemos ser segregados y excluidos del cuerpo social. Frente a la raza judía, extraña al pueblo germánico, colocaban a la raza aria, sosteniendo que solo esta última constituía la nación alemana, la única llamada a dominar Europa.

-El artículo-dice mi madre -recuerdo haberlo leído antes de que ocurriera el incidente en Paris.

-¿Te refieres al asesinato del tercer secretario de la embajada, por uno de los hijos de los Judíos que fueron deportados a la frontera?-pregunta mi padre.

-Sí.

-Pero, cariño, eso ha sucedido ayer, y personalmente considero que tiene su justificación.

-¿Justificas el asesinato de un hombre?-pregunto mi madre.

-¿Justificas que 16.000 Judíos fueran expulsados de Alemania, y fueran abandonados en la frontera con Polonia, y que luego se les niegue la entrada?

-No lo justifico, y me parece una acción abominable que ha tomado Alemania, para con nuestro pueblo.

-Entonces ¿Porque defiendes a aquel embajador?

-No lo estoy defendiendo, pero pienso que esto se puede, ser malo, debido a que ese hijo no conoce cómo es la realidad aquí en Alemania, y creo que ese asesinato puede traer como consecuencia la represalia del gobierno-la madre de Twilight termina de decir esto y vuelve a mirar a los niños.

Se da cuenta que, nosotros, no nos habíamos movido de la ventana, estábamos quietos mirando hacia afuera.

-¿Que están viendo niños?-pregunta ella.

Shinning Armor, mira a nuestra madre y luego apunta hacia afuera.

Era la noche del 9 de noviembre de 1938, en Alemania. Por las calles, se podían ver como civiles, y las tropas de asalto de la SS, rompían los escaparates de las tiendas, escuelas y hospitales judíos. Así, como el saqueo de todo lo que pudieras llevar, o tenían algún valor. Las calles, se empezaban a llenar de fragmentos de cristales rotos, y destrozos que se podían ver en cada calle.


Estos ataques, eran dirigidos contra la Población judía y sus propiedades, organizados por los nazis, como una reacción espontanea tras el asesinato del de noviembre de ese mismo año del secretario de Alemania en parís, por un judío polaco de origen Alemán. Estos pogromos fueron ordenados por el canciller del Reich. En estos saqueos, habían participado miembros de la "Sturmabteilung", la "Schutzstaffel", y las "Juventudes Hitlerianas" apoyadas por "Sicherheitsdienst", la "Gestapo" y las fuerzas de la policía.


Todos los adultos dejaron de hablar y se dirigieron a la ventana. Se podía ver cómo, en el gran manto nocturno de Alemania, pequeños pontos luminosos en el horizonte, y grandes nubes de huno negro, iluminado por luces naranjas que se mezclaban con las negras nubes. Estos pequeños destellos, en medio de ese caos, era producto de las sinagogas, de la ciudad, que estaba en llamas.

En medio de aquel caos infernal, un hombre había escapado de su casa que estaba siendo saqueada por la propia policía que se suponía que debía detener estos asaltos. Por fortuna, no fue visto por la policía que estaba asaltando su hogar.

Este pequeño hombre, corría en medio del caos, por las calles donde podía ver, como las demás tiendas de su ciudad ardían o eran saqueadas. Dio vuelta a la esquina de una calle viendo como Las personas, como animales, corrían contra los dueños de estas tiendas hasta alcanzarlas y tirarlas al suelo, donde una multitud de 8 personas empezaban a patearlo, o golpearlas con trozos de madera, botellas de vidrio y piedras. Una mezcla de miedo, horror, y piedad albergaron su alma al ver esta escena, pero sabía bien que si quería seguir respirando otro día, debía seguir ocultándose y corriendo para encontrar refugio en cualquier otro lado, si es que en ese momento lo había.


Esa noche, al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados durante los ataques, y otros 30.000 fueron detenidos y posteriormente deportados en masa a los campos de concentración de "Sachsenhausen", "Buchenwald" y "Dachau". Las casas de la población judía, así como sus hospitales y escuelas fueron destruidos en mayor parte por los atacantes, que demolían las paredes con mazos. Esa noche, más de 1000 sinagogas fueron quemadas, y más de 7000 tiendas de propiedad judía fueron destruidas seriamente.

Esa noche pasaría a la historia, como: Kristallnacht (La noche de los cristales rotos). Esta fue seguida por una persistente persecución política y económica a la población judía. En otras palabras, "El inicio del holocausto".


Dos días después, el gobierno alemán reforzó las consecuencias del pogromo imponiendo una multa de mil millones de marcos alemanes a la comunidad judía alemana por lo que se calificó como una "actitud hostil" hacia el Reich y su pueblo. Durante la reunión en la que se decidió la medida, se sugirieron diversas medidas discriminatorias muchas de las cuales serían aprobadas por Hitler el mes siguiente. Mediante ellas se puso prácticamente fin a la actividad empresarial de los judíos, a su libertad de movimiento y a sus relaciones con el resto de la población alemana.

Una tarde, papá había vuelto del trabajo muy cansado y se sentó en la mesa de la cocina. Últimamente las cosas en este país, se habían puesto muy peligrosas. Desde la visita que habíamos hecho a los padres de mi amiga Rarity, papá dice que no debo salir afuera.

Yo lo vi en la cocina, su rostro expresaba un humor sombrío y lúgubre, mientras leía el diario. Entre en la cocina, y prepare té.

-Papá-le dije yo-te he preparado un té.

Mi papá me mira, con una expresión sombría.

-Gracias Twilight, siempre eres muy considerada.

Papá, tomaba su té, y yo me senté al lado de él.

-¿Cómo estuvo tu día papá?

Él no me mira, y su mirada queda clavada en el diario que esta frente a él. Me quedo unos minutos callada, y lo observo.

-A estado bien-finalmente responde de una manera muy fría.

Miro un momento, su rostro. Sé que algo anda mal, pero él no me lo dice para no preocuparme. Últimamente, ya no habla mucho con migo, o con Shinning Armor. En las noches, suelo escuchar desde mi habitación, que está pegada a la suya, como habla con mamá de abandonar el país, pero cuando intento que me cuente, o toco ese tema para hablar, papá cambia estrictamente de tema.

-Papá, ¿hay algo que te está preocupando?

En ese momento deja el diario, y me mira.

-¿Por qué dices eso hija? No, nada me preocupa, estoy bien.

Sé que está mintiendo, pero no se lo hago saber. Papá termina su té, y tomo su taza y la llevo a lavar. Escucho que entra mamá, que ha vuelto de compras, y empieza a hablar con papá, pero no comprendo lo que dicen. En un momento, escucho como mamá y papá, salen de la habitación, y yo miro el comedor. En la mesa, veo que papá había dejado el diario que estaba leyendo. Miro hacia los lados verificando que no estuvieran. Como sospecho, no hay nadie. Llego a la mesa y agarro el diario, y veo que está marcada en una hoja con una esquina doblada. Era un artículo que había salido hoy, y leo lo siguiente:

"Tendríamos que enfrentarnos a la necesidad irrevocable de exterminar el submundo judío del mismo modo que, bajo nuestro gobierno de Ley y Orden, solemos exterminar a cualquier otro criminal, es decir, con el fuego y la espada. El resultado debería ser la eliminación práctica y definitiva de los judíos que hay en Alemania, su aniquilación absoluta".

Escucho que alguien viene por el pasillo, e inmediatamente dejo el diario en su lugar, y dejo la habitación.

Desde que tengo memoria, siempre estuve consiente de las medidas antijudías, y las privaciones de nuestras libertades. Por ejemplo, entre las medidas antijudías estaban que los judíos debíamos llevar una estrella de David; debíamos entregar nuestras bicicletas; no nos estaba permitido viajar en tranvías; no nos estaba permitido viajar en coche, tampoco en coches particulares; solo podíamos hacer compras desde las 3 hasta las 5 de la tarde; solo podíamos ir a las peluquerías Judías; no podíamos salir a la calle desde las ocho de la noche hasta las seis de la madrugada; no nos estaba permitido la entrada en los teatros, cines y otros lugares de esparcimiento público; no nos estaba permitido la entrada a las piscinas ni en las pistas de tenis, de hockey ni de ningún otro deporte; no nos estaba permitido practicar remo, ni ningún deporte público; no nos estaba permitido estar sentado en nuestros jardines después de las 8 de la noche, tampoco en los jardines de nuestros amigos; los judíos no podían entrar en casa de cristianos; teníamos que ir a escuelas judías, y otras innumerables cosas. Así transcurrían nuestras vidas: que si esto no podíamos hacer, que si esto tampoco. Incluso escuche una vez quejarse a Mamá: "Ya no me atrevo a hacer nada, porque tengo miedo de que este prohibido".

Pero, desde que ocurrió los sucesos del "Kristallnacht", Debo confesar, que esa noche no pude dormir, pensando en lo que había pasado ese día, en todos los pogromos que había vivido hasta ahora, en los que se decretaban conforme avanzaban los meses, y en lo que había leído en el periódico esta mañana. Lo que habíamos visto esa noche, venían a mi mente de una forma que hacía que me estremeciera de horror.

A la mañana siguiente, recuerdo que estaba con papá y mi hermano en el jardín trasero de mi casa. Hace algunos años, papá había comprado una radio. Cuando la vi, quede muy sorprendida de aquel artefacto, durante la primera semana, no me había separado de aquella radio, y pasaba las tardes después de la escuela en escuchar la programación de radio que daban por las tardes.

Papá, la escuchaba por las noticias, a la mañana, y mamá, para escuchar lo que en ese momento estaba de moda, que eran las radionovelas. En cambio, Shinnig Armor y yo, la escuchábamos por las canciones que en ella sonaban. Por lo que la radio, estaba prendida prácticamente todo el día. Pero un día, esta se había quemado, creo que de tanto uso que se le había dado. Papá estaba enojado, y nos reprendió por eso. Desde ese día, no volvimos a escuchar por un tiempo aquella radio, y papá la guardo en un cajón.

Era casi el medio día, y papá no había ido a trabajar, debido a que era domingo. En un momento, recuerdo que saca la vieja radio del cajón donde lo había guardado y empieza a tratar de arreglarlo. Shinnigh Armor, lo ayuda, mientras yo los observo.

-¿Crees que vuelva a funcionar?-pregunte.

-Ya veremos.

Pasa un tiempo, hasta que por fin papá vuelve a poner todas las piezas en su lugar y la prende.

La vieja radio suena con estática, papá maldice, y vuelve a tratar de componerla, moviendo la perilla del costado. En un momento, se escucha una voz. Yo la reconozco, es la vos de Hitler.

Todos quedamos, petrificados por lo que escuchábamos.

"Durante la época de mi lucha por el poder, fue en primer lugar la raza judía la que no hizo sino recibir a carcajadas mis profecías cuando dije que algún día asumiría la dirección del Estado y, con ella, la de toda la nación, y que entonces, entre muchas otras cosas, resolvería el problema judío. Sus carcajadas fueron escandalosas, pero creo que, de un tiempo a esta parte, ya solo ríen por dentro. Hoy seré profeta una vez más: si los financieros judíos internacionales de Europa y de fuera de ella logran sumir de nuevo a las naciones en una guerra mundial, ¡el resultado no será la bolchevización de la tierra y, por lo tanto, la victoria de los judíos, sino la aniquilación de la raza judía en Europa!"

Luego papá apago la radio, y nos miró fijamente y nos dijo:

-Tenemos que salir de Alemania.