Los portadores

Los nombres de los personajes personajes pertenecen a sus respectivos autores, yo solo mezclo mundos en un intento de traer para ustedes una historia con la que pueda desahogar todo los males que aquejan mi alma.


Prólogo

Desde el inicio se nos habla de un Dios creador. Llegó y en seis días creó el mundo, tomando por descanso el último día de la semana, y este fue nombrado domingo.
Muchas de las veces, no se nos habla de lo que pudo hacer en ese todo ese tiempo.

Un día puede ser una puerta maravillosa a un sinfín de posibilidades ¿te has preguntado la cantidad de cosas que eres capaz de hacer en veinticuatro horas? ¿Cuántas respiraciones y exhalaciones vienen de ti? ¿Cuántas veces palpita tu corazón o pestañeas?

Hay veces que me pregunto ¿Qué hizo Dios en ese lapso de tiempo?, no resulta descabellado que con su enorme magnificencia pudiera hacer una cosa más que descansar. Hay tantos detalles que no fueron plasmados, tantos datos que fueron borrados. Tan aniquilados y enterrados en las arenas del tiempo, al igual que Lilith, la primera esposa de Adán. De la cual su existencia es relvada a unos pocos adeptos a llevar la contra hacia las normas establecidas.

Todo eso me llevó a la conclusión de que dios hizo algo, algo muy importante ese último día de la semana, ¿pero qué habrá sido esa cosa? ¿por qué fue olvidada?

Medite un poco sobre el asunto. Revolví un sin fin de pensamientos teológicos y existenciales en mi mente. Fue así, que recordé la antigua creencia del bien y el mal.

Como arriba, como abajo. Él trajo creación, pero también destrucción. He aquí la primera ley divina. No puede existir bien sin mal, ni uno ni otro. Sin luz la oscuridad sería como café sin su aroma.

Ellos son el equilibro del mundo, son los que mantienen aquella balanza en su ajuste perfecto. Son ellos los destructores de mundos, son ellos los portadores. ¿Qué objetos los llevan a ser nombrados portadores? ¿Qué increíbles maravillas y espantos pueden ser albergados por estos seres que difícilmente pueden ser clasificados como entes de oscuridad o de luz?

538 objetos que nunca deben estar juntos, 538 portadores que no se conocerán jamás…

Terminó de teclear las últimas teclas. Dio un vistazo rápido y sorbió un poco de su tasa con té. Pronto iba amanecer, y con ello el inicio de nuevo libro.

Levi Ackerman no era un escritor cualquiera. Había gozado de las miles del éxito desfilando decenas de veces en los best sellers mundiales. Había sido traducido a más de veinte idiomas, y un par de sus obras (para desgracia propia) habían sido llevadas a la pantalla con éxito rotundo.

"Siempre habrá gente estúpida que pagara por un par de sustos baratos y unas cuantas adolescentes mostrando las tetas"

Era siempre su respuesta al cuestionamiento del éxito de las películas de sus libros. Esto, lejos de alejar a los fans, atraía día con día hordas de personas sedientas de aquel frío y sínico hombre.

Era sin duda el rey del terror, un nuevo maestro que acuñaba día con día una considerable fortuna y fama, todo siempre en pos de manipular la mente humana, a tal punto de dejar petrificados de terror a sus lectores. Saberse el catalizador más grande del miedo en este nuevo siglo era su orgasmo más grande, era su anhelo, era su sueño.

Invitado a miles de fiestas, exposiciones y premiaciones. Siempre había optado por declinar a todo lo que conlleva la fama. No era su mundo ni deseaba hacerlo su hogar o refugio a la soledad. Él era bien del tipo ermitaño, aquel hombre amargado que optaba pasar sus tardes leyendo a Lovecraft y escuchando el metal más melódico que pudiera caer en sus manos.

Con suma satisfacción se puso de pie y observó lo aseada que su habitación se encontraba. Pronto llegaría Petra su publicista y podría decirle todo el marketing que quería para su próxima novela, esta sería la joya más brillante de su imponente corona. Podría por fin codearse con los grandes del género, su anhelo más grande estaba por cumplirse.

No esperaba para leer en todos esos foros y blogs de las incontables noches de descanso que les había robado a sus lectores. Pocas eras la veces que sentía ese cumulo de excitación, aquello era mil veces mejor que el sexo o las drogas. Era sentirse dios caminando entre los leprosos, sentirse la cura pero también la enfermedad.

Se dirigió a la cocina, era hora de beber todo el café negro que su cuerpo le permitiera. Dormir tres horas diarias siempre terminaba por cobrarle la factura, pero esta vez no podía permitirse tal lujo. Hoy debería estar fresco y listo para iniciar su nueva investigación. Tenía que recopilar toda la información posible si es que quería escribir su obra maestra.

Puso un poco de agua en la cafetera y vertió los granos. Solo podía escuchar el ruido del aparato, hasta que el tono de notificación de su celular lo hizo volver al mundo de los vivos.

"Hola Rivaille"

Leyó en un inbox de un tal horse666. Detestaba leer el nombre "Rivaille" una muy mala romanización de su nombre de pila. La desatestaba tanto que no supo cómo fue que uso aquel seudónimo para colarse entre los foros de amantes de la literatura de terror.

Ante todo debía estar en contacto con su público, aunque estos no tuvieran ni la más mínima idea de que hablaban con el renombrado autor, el dios de todas esas noches en vela.

— ¿Qué hay? —escribió en un mensaje hacia el "admirador".

No quería aceptarlo pero ese sujeto se había convertido en una fuente inagotable de inspiración. Fue él quien lo había sumergido en el interesante mundo de las creppypastas. Literatura barata que sin duda alguna había mandado a la fama a seres tan tenebrosos como el mismo slenderman.

"¿Has dormido bien?"— Preguntó horse enviando un emoticón de un perrito temblando en un rincón.

—Como un bebé— Le respondió Levi torciendo los labios en un exagerada gesto de superioridad — ¿Tendría motivos para no hacerlo?

"¿No has tenido miedo de la ultima historia que te envié?"

—Para nada, deberían vender esa mierda como un somnífero.

"Vaya… eres un hueso duro de roer ¿he?

—El más duro. Por cierto, la historia que me mandaste hace unas semanas. La de los 500 objetos.

"538"

—Como sea. ¿Sabes? Investigue un poco sobre el asunto. En el hospital psiquiátrico de new moon hay una mujer internada. Al parecer esta tan transportada con un objeto desconocido al personal. No deja de decir que es una portadora. Tuvo que ser llevada a asilamiento en el momento en que le sacó los ojos a un custodio con una cuchara por preguntar demasiado sobre tal objeto.

"La vida real supera a la ficción"

—Como sea, me parece muy interesante ir a visitar a dicha persona. Ella fue encerrada desde el año 1990, no concuerda con la fecha en que supuestamente la historia que mencionas fue puesta en la red. Vaya ni siquiera existían mucho de los escritores que ahora se engrandecen por la internet.

"¿Crees que la historia puede ser verdad?"

—Si serás imbécil ¡es un hecho que no! Es solo que pude entre mezclar hechos reales que serían interesantes…

"¿En verdad iras a ver a esa mujer?

—Puede ser…

"Estás loco"

—Tal vez un poco.

"¿Si abres algo que no puedas controlar?"

—Tengo la edad y madurez suficiente para saber clasificar un cuento como cuento, pero gracias por tu atención.

"De verdad estás loco"

—Como sea, voy a almorzar.

Levi desactivó los mensajes de esa persona y dejó el móvil lo más lejos posible de su vista. Tal vez Horse 666 había dejado de serle útil. Quién sabe, eso sería algo que meditaría con un poco más tiempo. Además los jóvenes eran tan fáciles de manipular que con mandarle une ejemplar autografiado por él mismo podría tenerlo comiendo de su palma una vez más.

Se sentía tan resguardado y en paz, el mal siempre estaría lejos de aquellos que no creían en él.

Levi no sabía que su vida estaba a punto de cambiar, todo gracias a un hombre que del otro lado del ordenador emitía risillas diabólicas que imitaban más a gemidos de un animal herido.

—No sabes en lo que te has metido—Vociferó aquel ente desde lo más oscuro de su infierno personal.

538 objetos que nunca deben estar juntos. 538 portadores que jamás se conocerán, pero siempre habrá un buscador que estará dispuesto a recibir la llamada.