Titulo; Peinado
Manía; Cuidado del cabello
Personaje; TenTen
Rating; K+
Summary; No era el fin del mundo, solo se veía horrible y se sentía insegura sin esa constante capa de cabello sobre su frente. Giro los ojos, era solo una maldita obsesión suya.
Advertencias; Ninguna.
Disclaimers; Naruto ni sus personajes me pertenecen, la trama, al contrario, si es mía.
Gruñó. Peleó. Insultó. Bufó.
Mierda, eso no solía sucederle muy a menudo ¿Por qué demonios había decidido pasar de aquel ritual tan esencial por pura vagancia? Es decir, había regresado muy cansada del entrenamiento, más de lo habitual, y todo lo que deseaba era un baño y dormir.
Bañarse, vestirse e ir a dormir un buen rato.
Si, un buen plan, pero había olvidado que tenía entrenamiento a las siete de la mañana con su equipo y ella no había cumplido su costumbre.
¿Qué se suponía tenía que hacer entonces? No podía faltar por tal tontería, pero tampoco podía presentarse de ese modo tan… malo. No, no, no. Agarró el peine de nuevo, luchando ferozmente para aplacar a su reciente enemigo. Su flequillo.
-¡Maldición!- Exclamó, lanzando el peine contra la pared más cercana, abollándola y convirtiendo el peine en trozos.
Se había acostado con el cabello mojado, y su pelo se había levantado con humor rebelde. Lo peor de todo era que se había dormido hasta tarde por primera vez en mucho, y su pelo no tenía intenciones de ahorrarle tiempo. Se perdería el desayuno.
¡No comería por aplacar su pelo, y le importaba muy poco!
Suspiró y agarró un par de sujetadores, llevando su flequillo hacia atrás y amarrándolo con cuatro de los sujetadores. Los accesorios de camuflaron en su cabello y sostuvieron su pelo donde se suponía. Se peinó como siempre pero se veía rara, desarmo los chongitos, se los hizo, se dejo el pelo suelto, lo ató en una coleta, en un solo rodete, en una media cola ¡Nada le quedaba bien sin su lacio y perfecto flequillo que había muerto la noche anterior!
Respiró con profundidad, tratando de clamarse. No era el fin del mundo, solo se veía horrible y se sentía insegura sin esa constante capa de cabello sobre su frente. Nada importante. Giró los ojos, era solo una maldita obsesión suya.
No se consideraba bonita, no era alta, mucho menos tenía el cuerpo de infarto. Pero su pelo castaño era lacio y ni Ino podía igualar la perfección de su flequillo y entonces, por un descuido idiota, lo único de su apariencia que cuidaba decidía rebelarse.
¡Y una mierda!
Abrió la puerta antes de que tocaran, con el estomago vacío y la furia bailando en sus ojos.
-TenTen, mi bella flor, has cambiado tu estilo- La saludo Lee.
Ella solo gruño.
Nunca más dormiría con el cabello mojado ¡Nunca más en lo que le quedaba de vida!
