Hola hermosuras! Planeaba subir esto el día de san Valentín pero no tuve tiempo. Pero acá se los traigo, es una historia Lemmon que espero que les gusté y la escribí por inspiración de SugarScarlet. Espero que te gusté. ¿Adivinen quien esta cumpliendo años hoy! Si WaterJuvia así que mándenme hermosos reviews. En estos días estaré subiendo los capítulos que me falta por actualizar. Los dejo con la lectura.
En ese momento solo recordaba como respirar, llevaba más de cinco minutos mirándose en el espejo, sus ojos azules un tanto perdidos se encontraban mirando fijamente los iris azules de la mujer que reflejaba el cristal, una hermosa joven de no más de veinticinco años de piel blanca, labios pintados de rojo escarlata, cabello extremadamente largo de un exótico azul natural.
Vestía un abrigo de las pieles más exquisitas y caras de toda la ciudad, bolso y zapatos de su propio diseño pero que pertenecían a la marca Strauss y que ni siquiera habían salido a la venta. Todo en ella lucía perfecto y refinado, tenía un cuerpo natural que toda chica quisiera tener, sus enormes pechos y su perfecto trasero habían sido de gran ayuda para que en sus principios fuera una modelo y ahora fuera la asistente de la dueña de la mejor casa de modas de todo el país. Pero cuando veía sus ojos había algo que no estaba bien, algo que no le gustaba en ella. Ella sabía perfectamente que no tenía por qué sentirse así, tenía todo lo que soñó desde que era niña y jamás pensó despertar una mañana y ya no pedir nada más porque lo tenía todo o eso era lo que creía. En el áspero silencio de su apartamento enorme y elegante un ruido llamo su atención, por su puesto era él preguntando donde estaba. Tomo el celular en sus manos y le mando un mensaje.
–Juvia ya va para allá –Metió el celular en su bolso y dibujo en su rostro su sonrisa de calle, de trabajo, de puertas para afuera un gesto que aparecía automáticamente con su falsa personalidad.
–Señorita Loxar, buenas noches –El portero de su edificio se apresuró a abrirle la puerta y acompañarla a la puerta de un taxi que la esperaba desde hace mucho tiempo.
-Gracias –Se limitó a responder, le indico el lugar donde quería ir y perdida veía por la ventana. Bajo del taxi sofisticadamente y le dejo una buena propina al señor.
-Pensé que no ibas a venir –Un joven alvino y extremadamente perfecto la esperaba recostado en la pared del lugar.
-Juvia demoro escogiendo su ropa.
-Sabes que te ves hermosa con todo –Respondió con un gracias pero era lo que todo el mundo le decía, a veces las palabras pierden significado de tanto escucharlas, se quitó su abrigo dejándolo en manos del joven que estaba en la entrada, su blusa del mismo color de sus labios tenía un escote en v que no demoro en llamar la atención de todos los presentes que se dieron cuenta que no traía sostén y se veía extremadamente sexy, agarró de gancho al peli plateado y pasaron por el elegante salón hasta llegar a la mejor mesa reservada para ellos dos.
-Buenas noches, los atenderé –elegantemente un pelinegro con cuerpo de ensueño le paso la carta a los jóvenes y poso su mirada gris sobre la chica incómodo. La mujer lo miro con recelo y arqueo su ceja. -¡Retírese! –le ordeno con tono brusco y de superioridad.
-Si señorita –El joven se mordió sus labios, tenía tantas ganas de golpearla, odiaba cuando esa mujer venía a su lugar de trabajo porque lo trataba como ella se le daba la gana. Juvia chasqueó sus dedos en el aire y Lyon la vio sorprendido.
-No hagas eso, Juvia. ¡Llámalo!
-Cierra la boca Lyon, es un maldito empleado y eso es lo que Juvia hace.
-¿Me necesita señorita? –Lyon pidió por ella mientras Juvia no quitaba su mirada penetrante del joven.
-Me retiro entonces.
-No se tarde pedazo de imbécil –El joven apretó su puño y salió con la orden en dirección a la cocina.
-Juvia creo que exageras tratando a ese mesero simplón.
-¿y tú quién eres para venir a decirle lo que es bueno o malo a Juvia?
-Soy tu ….. –Se rascó la cabeza en frustración no sabía cómo describirse en la vida de Juvia –Soy tu amigo y digo que te está afectando que te hayan ascendido –Juvia alzo su ceja y rio divertida.
-A veces puedes ser tan divertido Lyon, tendrás que comportarte si quieres tener a Juvia está noche –Lyon la vio sorprendido, eran pocas las veces que ellos habían intimado y era ella la que debía darle permiso -¿Puedo besarte está noche? Tus labios me atraen Juvia.
-No mereces los labios de Juvia, ni tu ni nadie.
-Aun no entiendo porque no dejes que nadie te bese.
-Porque lo que hay entre los dos o con los imbéciles con los que Juvia se acuesta es solo sexo, los besos son algo que no deben interferir en la penetración.
-Pero no me dejas amarte, no me dejas demostrarte lo que siento por ti.
-Juvia no puede amar a nadie, el amor es para tontos. Solo alguien que tiene un maldito vacío en lo que se supone que es su cabeza cree en el amor.
-Con permiso –fueron interrumpidos por el muchacho, el jovencito empezó a servir y toco el brazo de la chica en un descuido.
-¿Qué mierdas le pasa imbécil? ¡Una basura como usted no puede tocarla, además esto no es lo que ella pidió! –la chica gritó histérica y todos voltearon a verlos.
-Juvia no puedes hacer una escena acá, te despedirán si haces un escándalo.
-Lo siento señorita, fue un descuido de mi parte, el cocinero se debió haber confundido con la sopa. –Gray retiro el plato y se fue a la cocina, Juvia estaba roja de la ira y respiro profundo.
-Disculpe, Juvia va ir al baño.
-No tardes la comida vendrá pronto –Asintió con la cabeza, elegantemente se levantó y movió sus caderas con la sensualidad que la caracterizaba al caminar, sabía perfectamente que Lyon y que todos los ahí presentes no quitaban los ojos de su cuerpo, ya se había acostumbrado a eso, los hombres darían cualquier cosa por poseerla y todos eran iguales para ella, ninguno que valiera la pena o la hiciera sentirse diferente. Camino por un largo y apartado pasillo viendo la refinada puerta de madera con el dibujo de la mujer con vestido que le indicaba que era el servicio de mujeres, giro la perilla y cuando se disponía a entrar sintió como era empujada violentamente al interior del lugar, su corazón latió fuerte y el portazo hizo eco en sus oídos pero ese sonido no evito que escuchará el pestillo asegurándose para que nadie entrará. Se irguió, había sido un buen empujón y al voltear vio por la ligera luz que emitían las balas al mesero pelinegro, trago duro, no podía describir todas las emociones que sentía en ese momento, levanto la cara y subió un poco la ceja mirándolo con arrogancia y superioridad.
-¿Qué hace meserin? ¿Quiere perder su miserable trabajo? ¡Apartase y lárguese! –El joven totalmente lleno de ira la empujo contra la pared agarrando su blusa a la altura de sus senos, provocando que se le subiera y su vientre plano quedara al descubierto.
-¡Suéltela imbécil, le está haciendo daño! –trato de forcejear pero el joven aprisiono sus manos con las suyas con ayuda de la pared, con su cadera y piernas la capturo sacando un silencioso gemido de la peli azul.
-¿Cree que por ser rica tiene el derecho de tratar a todos como se le dé la gana? ¡No es la primera vez que me trata así! ¿Qué mierdas le pasa? –La peli azul sentía como el aire se iba de sus pulmones y no volvía entrar a su cuerpo, jamás había sido reprendida por su forma de ser y ese hombre estaba demasiado cerca, su voz se asemejaba a la de los dioses, tan gruesa y varonil, le provoco que su piel se volviera de gallina, no podía dejar de ver esos ojos grises tan enojados y sexys, su aliento era tan masculino y delicioso que podía sentirlo caliente sobre la delicada piel de su cara. ¡Por un demonio! Jamás se había sentido intimidada por nadie que no fuera su jefa Mirajane Strauss, pero no podía hacer gran cosa estando bajo su total control, no sabía que le estaba pasando pero por ningún motivo podía demostrar su nerviosismo, "Es inferior a ti, no te dejes tratar así, Juvia" –la voz de su subconsciente se hizo presente y Juvia saco una carcajada riéndose del peli negro.
-¿Y qué va a hacer? –Lo reto con sus palabras -Juvia puede tratarlo como ella desee, usted es menos que un insecto para ella.
-¡Pídame disculpas!
-No sea ridículo suéltela de una vez, Juvia no tiene por qué pedir disculpas, lo trata como los de su clase se lo merecen.
-¡No lo repetiré de nuevo, por su bien pídame disculpas! ¡Ahora! –Su voz autoritaria alcanzó a darle miedo, podía ser capaz de golpearla pero por alguna razón la situación le divertía, le encantaba esa adrenalina que llevaba a mil su ritmo cardiaco.
-¡No!
-¡Le daré una lección para que no le queden ganas de volver a tratarme así! –Un gran escalofrío paso por todo el cuerpo de la Loxar, no podía creer lo que estaba pasando con ella en esos momentos, debería estar totalmente aterrada y asustada porque un desconocido estaba sometiéndola en un lugar tan inusual sin dejarle escapatoria, pero en vez de estar atemorizada estaba excitada, quería que la castigará quería que le enseñara a comportarse, que le mostrara que tan buena podría ser esa lección para que ella dejará de tratarla así.
-¡Auxilio! –gritó pero su voz fue ahogada por la lengua del pelinegro que bruscamente le comenzó a recorrer la boca, saboreando cada rincón de su cavidad. Juvia estaba en shock, jamás alguien había hecho algo tan sucio con ella, un beso con lengua no cabía en sus estándares de elegancia o clase, sus encuentros sexuales no tenían besos ni amor, estaba acostumbrada a algo mecánico donde había penetración y los hombres se beneficiaban con su voluptuoso cuerpo. La joven se trató de apartar pero no podía moverse ni siquiera un centímetro, el pelinegro se apartó y la volvió a ver con sus ojos inquisidores.
-Si no se calla le arranco la lengua –su respiración se aceleró, Dios no permitía que nadie la besara y eso había estado estupendo. "No si Juvia se la arranca primero" –pasó por su mente pero no podía demostrar que se estaba muriendo para que él la invistiera fuertemente contra la pared, nuevamente gritó pidiendo ayuda, Gray la calló apretando fuertemente sus labios en los de ella, haciendo movimientos pocos delicados y lastimándola. Juvia le mordió el labio inferior con sus dientes blancos -¡Mierda! –se apartó ligeramente sin dejar de tenerla inmovilizada y por instinto paso la lengua por sus labios retirando la sangre que le había salido por el mordisco de la joven, Juvia hizo una sonrisa de lado, si él podía hacerle daño ella también lo haría para demostrarle que no podía contra ella.
-Ahora me tendrá que pedir perdón por esto también.
-Juvia jamás se disculpará ante usted.
-¿Prefiere ser follada antes de pedirme una disculpa? –Juvia ahogó un gemido en sus labios, quería ser follada, no entendía porque frecuentaba ese restaurante y era altanera con ese mesero pero ahora la respuesta estaba en frente de sus ojos. La razón se encontraba haciendo presión en su vientre amenazando con salir de su escondite y enterrarse en ella.
-¿Sabe qué pasará con usted cuando se enteren de lo que le está haciendo a Juvia en este lugar?
-No hablará porque no aguantaría un escándalo y yo sé porque viene a este restaurante, está acá porque necesita sentir lo que es un verdadero hombre, quiere que yo le dé duro.
-¡Está loco, estúpido! ¡Juvia se encargará de que se pudra en la cárcel por esto! –La peli azul se río irónicamente como lo había hecho antes -¿¡Y usted cree que es un verdadero hombre!? Iluso –Su burla hizo enfurecer a Gray a tal punto de casi romperle los huesos de su muñeca, había aguantado sus insultos pero eso había superado los límites que podía aguantar, le iba a demostrar que era todo un hombre en ese instante, sin delicadeza alguna la empujo dejándola de espaldas a él, espichando sus senos dolorosamente contra el frio muro, su mano grande y fuerte sujeto las suyas, con la otra salvajemente le subió su falda y se la enrolló rápidamente en la cintura. Juvia jadeo y es que todo estaba pasando tan rápido, no tenía el suficientemente tiempo para razonar. Perdida en sus pensamientos y en el deseo que irradiaba su cuerpo sintió unos dedos largos y gruesos toquetear su zona intima, abrió grande sus ojos y gimió por el contacto que la prendió más de lo que estaba.
-Mire lo que le provoca un mesero, alguien que es menos que un insecto –le mostró sus dedos húmedos por el líquido que no dejaba de salir de ella. –No –susurró bajito la peli azul sin fuerzas, totalmente avergonzada y humillada por ponerse así por él, nunca se había mojado tanto con alguien y no entendía porque no era capaz de oponer la más mínima resistencia ante él, desconocía porque esa sensación de atracción y placer le recorría el cuerpo haciéndole hervir su sangre.
-¡Aaahh! -gimió sin el permiso de su raciocinio y se removió al sentir su dedo índice dentro de ella.
-Todos los empleados deben lavarse las manos, sin embargo lamento informarle que no lo hice –de golpe introdujo su dedo corazón y anular sacándolos con exquisita lentitud y metiéndolos de nuevo con perfecta sincronía. La peli azul mordió su labio inferior ahogando todos los gemidos que querían salir de su boca, no quería demostrarle a ese insecto que él había ganado, que le encantaba como estaba siendo tratada. ¡Dios! Siempre la habían tratado tan delicadamente cuando se la follaban, era una muñeca de porcelana y los caballeros que tenían el privilegio de estar con ella nunca la trataron fuerte, ¡nunca! Sus movimientos se incrementaron y la peli azul sentía como su cuerpo poco a poco iba cediendo, estaba sintiendo esa deliciosa presión que Lyon había logrado en ella solo una vez y él aún no usaba su falo.
-¡Oh Dios! –dijo en un gemido y se maldijo mentalmente.
-¿Le gusta como la follan mis dedos? –Juvia cerró sus ojos percibiendo la sonrisa de satisfacción que acababa de realizar el chico.
-¡Córrase! ¡Quiero sentir como su orgasmo empapa mis dedos! ¡Quiero sentir como se contrae su vagina por mí!
-¡Maldito pervertido! –su cuerpo se tensó y sin reprimirse dejo que todo saliera de ella mientras sentía como él seguía moviendo sus dedos sin piedad, gimió tan fuerte que Gray le soltó las manos y la calló cubriendo su boca en totalidad con su mano. Juvia se deslizó por la pared sin poder mantenerse de pie, su conciencia la había abandonado y la explosión de placer aún estaba dejando replicas en ella.
-¡Puede pedirme perdón ahora, si lo hace la follare con cuidado! –la joven llevo sus ojos azules a la mirada gris del muchacho. -¿Qué no tuvo suficiente ya? ¿Qué no iba dejar a Juvia si le pedía perdón?
-No, por su comportamiento ahora la opción de salir de este baño sin que meta mi pene en usted caducó. –El joven le regalo una sexy sonrisa de superioridad a Juvia, la veía destrozada en el piso y eso le encanto, la tenía prácticamente de rodillas ante él, no podía ni respirar y mucho menos podía pedirle perdón, el joven de ojos grises se desabotono, bajó su cremallera y saco su erección que estaba lista para entrar en esa mujer, la levantó bruscamente agarrándola del antebrazo y ella tuvo que aferrarse de su cuello para no caer, la empujó de nuevo contra la pared golpeándole la cabeza con el muro y bajo sus bragas hasta sus muslos.
-Mañana no se podrá levantar de la cama modelito –la joven sintió un pequeño corrientazo en su zona íntima y entendió que con tan solo hablarle la excitaba sin remedio, Juvia dominada por el deseo deslizo sus bragas por sus piernas, subió un pie y levantó su pierna derecha para agárrala en su mano, el mesero aprovechó y llevo esa pierna a su cintura para que lo rodeará.
-¡Tome su castigo modelito! –entró en ella de una sola estocada llegando hasta el fondo de su camino, la peli azul enterró las uñas en la nuca del mesero y abrió su boca para respirar, sintió como salía y entraba en ella más rudo de lo que podía soportar. –¡Ahhh! –gimió de dolor pero al pelinegro no le importo, se movió tan rápido y duro como su cuerpo se lo demandaba, ¡Mierda! le traía ganas a la peli azul desde que la veía en las revistas de moda y eso era el paraíso, el delicioso paraíso lleno de sudor y gemidos ahora de placer por parte de ella.
-Suda Chanel –habló roncamente y enterró su nariz en el cuello de la joven para oler ese singular olor a sexo y perfume costoso, mientras la cogía tan fuertemente que Juvia pensaba que iba a romperse por dentro, -¡Ah…. Aaaaahhh….aahhh! –el joven le metió la lengua para que los gemidos se dirigieran a su boca y no los descubrieran. De nuevo la estaba besando y ella no pudo apartarlo, ¿Cómo le entregaba sus labios y su lengua a alguien que no conocía? Siguió el juego del muchacho y lucho con esa lengua curiosa.
-¿Hay alguien ahí adentro? –Juvia sintió como su corazón se le salía del pecho, nadie podía enterarse de lo que estaba pasando o su carrera se arruinaría. Trato de empujarlo pero él la sometió y se movió más fuerte, la peli azul arqueo su espalda en respuesta a las embestidas.
-Sí, estoy tratando de arreglar el baño por el momento está fuera de servicio, lo siento madame –"¿Cómo puede hablar tan tranquilo mientras hace esto con Juvia?" pensó mirándolo a los ojos, Gray jadeo y sintió como ella bajaba la pierna y lo empujaba al sanitario. Se sentó encima de él y Juvia movió sus caderas adentro y afuera mientras el peli negro llegaba a su encuentro moviéndola con simultaneidad.
-Es-está cerca – le susurró la Loxar.
-Lo sé –el oji gris le mordió la clavícula al sentir como los músculos de su vagina se contraían apretando deliberadamente su pene y con esa pequeña acción llego de la mejor manera liberando todo lo que había contenido dentro de él. Recorrió de nuevo su boca con su lengua y como vio que ella no tenía fuerzas la alzó para poderse ir poniéndola de nuevo en el inodoro. Se subió, su pantalón, se acomodó su corbatín y su chaleco mientras era observado por ella.
-Sal cuando te sientas segura y no escuches ninguna voz –La joven jadeo de la sorpresa ¿La estaba tuteando después de follarla tan duro?
-Recuerda que has sido increíblemente follada por Gray Fullbuster, un simple mesero -se acercó a ella y le levantó la ceja exactamente igual a como ella lo hacía -esto es mío -le arrancó de las manos su pequeña prenda interior y la olió aspirando profundamente para sentirse aún más dominante.
-¡Huele a castigo! -se arregló el último mechón y se guardó las bragas de la modelo en el bolsillo mientras la chica aun temblaba y trataba de reincorporarse.
-Está fuera de servicio, lo siento mucho -escuchó la voz de Gray y su cuerpo se tensó recordando lo que había pasado minutos antes, como se había adueñado de ella. Espero unos segundos mientras sus piernas le respondían y dejaban de temblar, se levantó y limpió rápidamente los rastros de su encuentro para que nadie la descubriera. Se miró al espejo y se acomodó sus azules cabellos cubriéndose con un mechón la marca de saliva que había dejado en su blusa cuando la mordió salvajemente. Se maquillo rápidamente y puso la oreja en la puerta para asegurarse que no hubiera nadie en el área. Salió y le costaba caminar, vio a Lyon y mordió su labio, tenía que actuar normal después de eso para que no la descubrieran.
-¿Por qué tardaste tanto?
-El baño estaba descompuesto y tuvo que esperar a que un imbécil lo arreglará.
-Tu comida está fría llamare a ese joven para que te la caliente.
-¡NOO! –Trato de bajar el tono de su voz –así es mejor –No podría volver a verle la cara después de lo que paso, la comida estuvo muy callada, a lo lejos escuchaba la voz de Lyon, no podía sacarse de la mente la escena en el baño y esa lengua dentro de su boca, por instinto llevó las manos a sus labios y se posó una pequeña sonrisa.
-Pensé que no te ibas a reír de mi chiste, a veces no tienes sentido del humor –se sorprendió pero asintió, ya no había comida en su plato y el peli negro fue a su mesa.
-¿Desean algún postre? –La peli azul negó con su cabeza y Lyon negó también.
-Espero que haya disfrutado la comida señorita –se enrojeció en un segundo, sabía que no se refería a ese tipo de comida. –Siento el mal entendido con usted –la chica trago toda la saliva que se había acumulado en su boca y no pudo mirar directamente esos ojos grises, se había intimidado completamente. –sí, estuvo bien.
-¿Bien? Hablaré con él con el cocinero para que la pueda satisfacer con su comida señorita.
-Juvia preferiría que no le dijera a nadie sobre la comida –paso saliva y junto sus piernas al sentirse sin protección, al sabiendo que no traía sus bragas puestas.
-No se preocupe señorita, si ese es su deseo no lo diré a nadie. Buena noche –Juvia se quedo viéndolo mientras el se apartaba, tenía miedo de que soltara la lengua pero el también saldría perjudicado si algo así saldría a la luz. Lyon la cogió del brazo y la saco dulcemente del restaurante, no hablo durante todo el viaje, no podía mirarlo a los ojos después de lo que hizo en el baño saliendo con el, habían llegado a la entrada de su edificio y sintió la mano del peli plateado sobre su pierna.
-¿Aún quieres hacerlo conmigo? –fue casi una súplica, ella lo vio volviendo a la realidad y bruscamente aparto su mano de su cuerpo.
-Juvia esta cansada, gracias por traerla y por la cena.
-Está bien, nos vemos mañana en la oficina.
-Si –sin siquiera darle un beso en la mejilla salió cuidadosamente del vehículo para que Lyon no supiera que no llevaba nada debajo de su falda. Camino al edificio, respirando de alivio y en el silencio de su apartamento dúplex vio toda la escena miles de veces rondar por su cabeza. No podía sacarse a ese peli negro de la cabeza. Sonrió satisfecha, fue la primera sonrisa verdadera que sacaba en mucho tiempo. "recuerda que fuiste increíblemente follada por Gray Fullbuster".
-Puede que sea interesante Gray Fullbuster.
